Partida Rol por web

-¡Me va a entrar complejo de gato hoy, ja!

El enano se acerca a la rata más cercana y le suelta una patada no demasiado afortunada.

Me muevo y me situo entre las dos ratas. Ensayo un nuevo movimiento, y tras sajar a la rata de mi derecha, continuo el movimiento hacia la otra para ensartarla con la lanza.

Los enanos avanzan y golpean, fallando el golpe Fist, acertando con su hacha Hothar, pero no es suficiente para matar a la rata que estaba más cerca del cultista. Ahora que la ve más de cerca, parece mucho mejor alimentada y más fiera que las ratas gigantes comunes.

Maedros usa daze sobre la rata que tenga una pinta más peligrosa

La rata, irritada por que su amo no se movía, resistió el conjuro del chelaxiano, pero tanto ella como su compañera no lograron morder a los enanos, por mucho que lo intentaron...

- ¿Es que estos condenados bichos no se acaban? ¿Qué les dan de comer para que crezcan así?

Vuelvo a disparar a la rata que está con Fist. Esta vez el potente disparo clava a la rata al suelo.

Descargo mi furia sobre la asquerosa rata y la parto en dos con mi hacha, aún así descargo la lanza también en el sitio donde habría estado de no haber acabado con ella.

¿Furia porqué? ¿Qué era lo que tanto odiaba de aquella situación?

Miro a la sacerdotisa, comprendiendo el motivo.

Un virotazo de Hendrick y un hachazo de Hothar terminaron con toda la oposición en la sala... solo la sangre que seguía manando del brazo del cultista (clavado a la madera de la mesa) y de su boca daba un toque tétrico al lugar.

Pero otra vez la voz de la sacerdotisa rompió el silencio.

-Bravo, enanitos, bravo. Ahora abrid las dobles puertas, detrás está un pasillo y detrás de él están los aposentos de Dalirio... y las mazmorras con el resto de prisioneros.

-Abrid las puertas vamos ¡vamos! Ya veréis que divertido es...-y se echó a reír con sus insoportables carcajadas.

Una vez asegurada la zona, bajo por la escalerilla y registro al cultista. Acto seguido busco por la habitación cualquier cosa que sea de utilidad, pero me mantengo alejado de las puertas.

- Si interpreto correctamente a nuestra feliz amiga, creo que deberíamos asegurarnos de que la puerta no tiene trampas.

Me entra una risilla floja.

¿Trampas? Pues a ver quién busca, porque yo no tengo ni zorra idea. Bueno, sí, sé hacer una cosa, hacerlas saltar... pero no me mola mucho.

Miro a la tipa, y la interpelo con algo de rintintin.

Pues ya que sabes lo que hay ahí detrás, podrías ir delante ¿no? Uno es caballeroso cuando quiere.

Sonrio irónicamente, mostrando los dientes.

-Que va, que va, ahí dentro vive Dalirio, que por gracia o por desgracia adora al mismo Dios que yo, así que no puedo ayudaros contra él, no sea que tenga problemas luego. Pero tampoco os lo impediré, sobre todo si mi nuevo... "bollito de canela"-dice dando unas palmaditas en la cara de Maedros- promete comportarse igual de bien y sustituirle en tooodos los aspectos.

-Así que enanito... ¡abre la puerta, que hay sorpresa!

Mientras la odiosa mujer escupe sus chanzas, Hendrick registra la habitación, encontrando un cofre debajo de la mesa con 1600 monedas de oro en barras de Oro de peso legal en Cassomir.

Y en la puerta logra descubrir una asesina trampa de hacha... pero a su vez también encuentra una plancha debajo de una alfombra sucia, que cree que la desactiva.

La búsqueda da su fruto y la trampa se revela ante mis ojos. Mis sospechas eran correctas.

- ¡Vaya! Creo que he encontrado tu sorpresa Luscilla. De veras que siento estropearte la diversión - digo con una sonrisa sardónica. - Creo que Asmodeo no te ha sonreído esta vez, tendrás que rezar con más fervor. - Cojo el cadáver del cultista y lo dejo sobre la plancha (por si las moscas) - ¿Crees que podrías franquearnos el paso ahora, damisela?

Miro expectante a la tipa y de reojo con una sonrisa a Hendrick.

Así sí, coño...

Fist mira la escena, entrecerrando los ojos ante la inminente sangría con el cadaver del cultista.

Maedros se ríe, al parecer encantado, y acaricia sin el menor pudor los labios y los pechos de la sacerdotisa

- ¿Acaso lo dudas? Te aseguro que lo vamos a pasar muy bien juntos

-Claro que sí...-dice Luscilia a Hendrick  abriendo las puertas... dejando ver un pasillo que recorre unos quince metros hasta que podéis ver otras dobles puertas al fondo.

Maedros sonríe divertido y se acerca al pasillo

- Acabemos con esto. Luscilia, querida, quédate aquí. Te avisamos en cuanto terminemos. No quiero que te veas más involucrada de lo imprescindible

-"Acabemos con esto" -el enano parafraseó al las palabras del hechicero- Es de lo poco sensato que he escuchado en todo el día. -después mira con determinación en sus ojos la puerta de doble hoja del fondo del pasillo- Vamos allá.