Partida Rol por web

Después de bastante correr, y ya agitada por el ritmo que llevaba Alice y el ladrón de patines, sin pensarlo voy directo hacia el bote donde saltó y me lanzo de cabeza.

- HEY! DEVUÉLVEME MIS PATINES! LADRÓN! - digo mientras con el mismo envión piso sobre una barandilla y pego un salto.

Corriendo a toda velocidad y tomando envión Alice pisa sobre la baranda y haciendo un giro espectacular sobre el aire cae en la misma embarcación que el ladrón y continúa a su caza.

Esther no tiene la misma suerte, ya que al querer imitar el movimiento de Alice resbala y cae estrepitosamente al agua, debiendo hacer movimientos fuertes para que los barcos no la aplasten contra la pared del embarcadero.

Samantha, al ver que una tuvo éxito y la otra no, se frena en seco ante la duda, pensando rápidamente que hacer, si ayudar a Esther o seguirle el paso a Alice.

Corrí lo más rápido que pude y aprovechando mis dotes atléticas alcancé el barco. Escuché cómo alguien caía en el agua, debía ser Esther, pero tenía al ladrón en frente y debía recuperar la mochila. Aun estando de espaldas grité a Samantha que la ayudase, puesto que la embarcación se iba a alejar y probablemente no tendría opción de saltar.

- ¡Samantha, ayuda a Esther, tengo que encargarme de esto! - grité mientras avanzaba y trataba de coger al ladrón. 

Podía noquearle y dejarlo inconsciente, seguramente sería lo más sensato, pero no sabía qué iba a suceder, así que me mantenía en guardia, atenta a cualquier cosa que pudiese utilizar a favor o que pudiese lanzarme el ladrón para ralentizarme. Debía prestar atención, cuanto antes recuperase la mochila, antes podría volver.

Todo sucedió en un flash. Tan rápido que no me dio tiempo de procesar todo, un minuto estábamos sentadas en la cafetería y al otro estábamos persiguiendo a un ladrón.

- ¡Samantha, ayuda a Esther, tengo que encargarme de esto! 

Fue la voz de Alice que "activo de nuevo", miro en derredor buscando una cuerda floja para ayudar a subir a Esther de nuevo al muelle.

En una espectacular maniobra, Alice intenta tacklear al atacante al ver que lo tiene cerca, logrando rozarle el talón y desestabilizarlo un poco pero sin lograr derribarlo.

Mientras tanto, Samantha agarra una cuerda que hay a mano y se la tira a Esther que, en un acto desesperado y shock por la bajisima temperatura del agua, la agarra en el aire, escalando como toda una profesional mientras se da un impulso cuando está cerca de la baranda para ingresar a la barca y, con la misma soga, haciendo un látigo improvisado, logra amarrarle una de las muñecas al atacante, logrando que caiga al piso por la misma inercia y la fuerza que hace Esther para quedarse en el mismo lugar.

Tras ver cómo el ladrón quedaba neutralizado totalmente, me lancé a coger la mochila, en seguida me giré y miré sorprendida a Esther, realmente había hecho un gran trabajo, brillante, de hecho.

- ¡Ey, muy buena! - Dije con una sonrisa mientras volvía al lado de las chicas con la mochila - ¿qué deberíamos hacer con ese? - dije señalando al ladrón. No sabía muy bien qué debíamos hacer, pero dejarlo ir tampoco era una buena idea.

Respiré lentamente, intentando mantener una respiración normal. Había sido una buena carrera y estaba contenta de haber logrado recuperar las cosas de mi compañera. ¿Compañera? Me sorprendí a mí misma diciendo esa palabra, era gracioso. Sonreí levemente mientras le devolvía la mochila a Esther y esperaba alguna respuesta.

Dio un respingo cuando Alice la felicitó y le entregó su mochila. Se había quedado sorprendida de sus propios actos, jamás le había ocurrido algo así. Negó con la cabeza muy despacio.

-No sé que podemos hacer con él, supongo que entregarlo a las autoridades.

Abrazó su mochila con una amplia sonrisa

-Gracias Alice, por recuperar mis patines.

-Wow Esther eso fue espectacular, casi de otro mundo.- Dije totalmente asombrada. -Deberíamos buscar un lugar para que puedas secarte y cambiarte o vas a terminar con un resfriado de proporciones épicas mientras Alice recupera el aliento, fue una muy buena carrera.

En cuanto a ese - Dije con un tono de asco - supongo que primero debemos revisarlo y luego llevarlo a la policía. 

Seguramente era un ladrón de poca monta que suele acechar turistas, pero tal vez no. Me pintaba que de alguna manera todo estaba relacionado, pero hasta no investigar lo suficiente no podía exteriorizar mis pensamientos.

- Por favor, por favor, no me hagan daño - dice el desconocido. - Me llamó la atención ver gente nueva en el pueblo. Hace mucho que no se ve gente nueva.

El muchacho es de piel de color, la chaqueta es claramente desgastada y está de rodillas, se nota que no tiene intención de escaparse después de la maniobra de Esther.

- Solo quería saber quienes eran. - dice entre sollozos.

Miré con enfado al muchacho ¿realmente se pensaba que eso iba a ser creíble? ¿de verdad? Suspiré y le miré fijamente, no me parecía normal, así que era hora de un par de preguntas.

- Saber quienes somos... robando la mochila de mi compañera... claro... - reí - ¿crees que somos estúpidas o algo? ¿verdad? Mira... no sé qué te traes entre manos, pero eso de saber quienes somos dudo mucho que fuese la respuesta correcta. Venga, si realmente querías saber quienes éramos, nos puedes decir quién te envió a averiguarlo ¿o a caso prefieres pasar la noche en la cárcel?

Crucé mis brazos, esperando que hablase de una vez, no tenía mucha paciencia en aquel momento y Esther debería cambiarse antes de coger un resfriado demasiado grave.

-Tranquila Alice. Somos personas civilizadas antes que nada. ¿Cierto? - Le digo en tono amable. Luego me agacho hasta quedar al mismo nivel que el muchacho. 

-¿Sabías que la curiosidad mató al gato? - Uso el mismo tono que usan los padres para reprender a sus hijos. -Estoy segura de que eres los suficientemente inteligente como para darte cuenta de que sabemos que no nos estas diciendo todo. La curiosidad no es lo único que te motivó a hacer esto, ¿Verdad? - Le pregunto como si estuviera hablando con un niño pequeño. -Te recomiendo que me contestes sinceramente. Mis compañeras no son tan amables como yo. - Luego me giro hacia Esther y Alice con una mirada de complicidad. 

El hombre primero ve a Alice y sus ojos se llenan de terror, después pasan hacia Samantha y hay algo extraño en ellos, aunque no saben si es por lo llamativo del color de cabello u otra cosa.

- Por favor mis señoras, no le digan a nadie, ¿Se imaginan lo que harían conmigo? Aquí todo el mundo parece no notarlo, pero yo sí, siempre es lo mismo, siempre la misma escena, y de pronto algo cambia y vienen 3 mujeres blancas.... y con estas vestimentas y colores de cabello raros... Es algo muy inusual en 1.893. - sus ojos se llenan de lágrimas - Por favor, no le digan a nadie, solo quería saber quienes eran, si ven a alguien como yo hablando con Ustedes lo mínimo que harían sería llevarme a las pampas y dejarme morir por exceso de trabajo y falta de agua. No es bueno ser un negro en estos años.

A lo lejos comienza a sonar nuevamente el sonido estridente de la bocina, aunque todavía débil, se nota que, como la primera vez, va a ir en aumento.

Miró al muchacho perpleja. Se acercó con cuidado hasta él y le miró de arriba a bajo -¿1893? Pero... no era ¿1984?

Le ofrece la mano para ayudar a que se levante -explica por favor, ¿qué es esa bocina? Y explica también por favor que son esas cosas extrañas que notaste.

- No es muy difícil darse cuenta. Es ver el entorno, en un momento estoy rodeado de blancos y en medio de mis obligaciones de servidumbre aparecen 3 mujeres con vestimentas totalmente atípicas. Al principio me costó entenderlo, pero después me acostumbre, durante un rato, todos los días, algo sucede, empecé a ver un par de personas extrañas, pero después cada vez fueron más, hasta que en los últimos 20 años siempre fueron los mismos los que aparecen y desaparecen, hasta hoy que vinieron Ustedes 3. Eso significa algo, eso debe significar que las visi.........

Comienzan a ver como el muchacho mueve los labios normalmente, como si siguiese entablando conversación con Ustedes 3, pero notan que comienza a desvanecerse, mientras se percatan que el piso está demasiado traslucido, el movimiento del agua se ve claramente, mientras que la madera va desapareciendo poco a poco.

Escuché atentamente lo que decía el muchacho, mientras mis brazos entrelazados marcaban mi enfado. Al menos había recuperado ya el aliento, y podía pensar con más tranquilidad. Evidentemente, lo del año ya me lo esperaba, pero no era usual esto de viajar en el tiempo, era algo nuevo ¿Quizás eran fantasmas del... pasado? Al pasar por mi mente esa última palabra quedé atónita, la madera comenzaba a desaparecer ¿qué demonios? No había tiempo para pensar más.

- ¡Vámonos! ¡Corred si no queréis acabar en el agua! - dije mientras empezaba a correr hacia suelo firme, hasta el muchacho estaba desapareciendo, probablemente no teníamos mucho tiempo, pero tampoco quería quedarme para averiguarlo - ¡Dejadle aquí, no hay nada que hacer!

Seguí corriendo lo más rápido que pude, esperaba poder llegar a tiempo a algún lugar donde no tuviese que verme rodeada de agua y empapada.