Partida Rol por web

¿Quién ha diabolizado a mi sire?[Edición Barcelona Nocturna]

Primera noche

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11/10/2015, 11:21
Director

El Gran Teatro del Liceo de Barcelona, conocido como El Liceu, es el teatro en activo más antiguo y prestigioso de Barcelona, especialmente como teatro de ópera, entre los que es considerado uno de los más importantes del mundo.

Situado en La Rambla de Barcelona, ha sido escenario, desde 1847, de las más prestigiosas obras, interpretadas por los mejores cantantes del mundo. Durante casi dos siglos, ha sido símbolo y lugar de encuentro del poder, la nobleza y burguesía catalanas, en los pisos inferiores, por un lado, mientas que los aficionados de las clases sociales menos adineradas compartían su pasión por la ópera en los pisos 4º y 5º, que hasta las últimas reformas tuvieron una entrada independiente por la calle de San Pablo.

Hacía apenas media hora que la última sesión del teatro había acabado. En el teatro estaban representando Nabucco de Verdi y, pese a que los actores y los músicos ya se habían marchado, el Guardián del Elíseo había pensado que la música era perfecta para amenizar la noche. El coro de los esclavos hebreos inundaba las iluminadas estancias del teatro, mientras los Vástagos subían las escaleras.

Era extraño que Montoya convocara a tantos cainitas para hablar con ellos, aunque el Elíseo siempre gozaba de Vástagos intercambiando información, disfrutando del teatro si llegaban a tiempo de alguna actuación o incluso solo estando ahí. Las noches eran muy largas y tediosas para los que no sabían llevar bien su eternidad. Allí no solo se encontraba el Consejo: compuesto de 4 Toreador y 4 Ventrue, sino que había venido la Primogenitura y otros vampiros de gran influencia en la ciudad.

Al entrar a uno de los palcos del maravilloso teatro, se mostró frente a vosotros el majestuoso escenario e interior del local. Allí un ghoul os esperaba con una bandeja llenas de sangre, cortesía de la casa dijo. El señor Montoya os haría esperar, como era normal, él no participaba activamente de la política de la ciudad, para ello estaba el Consejo. Si estabais ahí tampoco ibais a ser una prioridad en su apretada agenda. Momento más que justo para hablar con los presentes y dilucidar la razón de vuestro llamado.

Notas de juego

Primera semana para que roleéis entre vosotros antes de comenzar, constará como la "primera parte de la primera noche". En la segunda parte (la semana que viene), podréis comenzar con las votaciones y acusaciones tras conocer el suceso.

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21/10/2015, 14:56
Edgard González

A Edgar le encantaba ir al Liceu. Conservaba toda la majestuosidad y pomposidad de los teatros de antaño. Allí dentro se sentía casi como en casa.

Subió las escaleras hasta llegar al palco que les habían asignado. Al entrar se encontró con lo mejor de la flor y nata de Barcelona. Mejor dicho, de las noches de Barcelona. Aunque Edgar no les prestó demasiada atención. Se quedo con la boca abierta (aunque nadie lo viese, porqué con la capa se tapaba la cara) observando las vistas. Siempre que estaba allí le pasaba, se quedaba maravillado con las increíbles vistas que inundaban el lugar.

Después de un largo rato observando tal majestuosidad, finalmente se giro hacia el ghoul y cogió una de las copas con sangre que portaba.

-Gracias.-

Entonces volvió a fijarse en los presentes. Parecía que cualquiera mínimamente importante en el mundo de los vástagos estaba ahí.

-Bueno amigos...¿alguien sabe porqué nos han citado aquí?-

Dijo mientras deslizaba la copa debajo de la capa y bebía un trago, sin destapar su cara...

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21/10/2015, 16:22
Bernat Amat i Vilanant

Una noche mas, nada especial que la diferenciara de cualquier otra. Bernat habría acudido a un teatro, baile o fiesta para disfrutar de la compañía de los mortales. Era un asiduo del Liceo y del palau de la música. Cada vez que iba al Palau contemplaba con orgullo su obra maestra. Había levantado un edificio modernista, acorde con los tiempos, donde los humanos podían dar rienda suelta a sus ideas artísticas y virtuosismo. Se sentia satisfecho de poner su talento a disposición de los humanos recibiendo a cambio como una forma de pago a su generosidad, el torrente de expresión artística de la que gozaban los humanos. Como arquitecto y promotor de obras públicas importantes en Barcelona y vástago del clan toreador tenia una fijación constante por el arte. La búsqueda de la belleza y la perfección le obsesionaban. Arquitectura, escultura, pintura, mujeres hermosas... cuantos placeres tenia a su alcance además de la sangre que le daba la vida cada noche.
Acudió al Liceo a la hora y fecha indicada para averiguar que demandaban de él. Recibió con agrado la copa que le ofreció el ghoul nada mas entrar. La educación, el respeto y sumisión de los mortales hacia los vástagos eran cualidades que Bernat consideraba de un valor exquisito. Que agradable tentempié. Alzó la copa en señal de respeto.
Muy señores míos. Comparto la inquietud general. Desconozco el motivo por el que hemos sido citados a esta reunión. Dijo esperando a que el resto de invitados se pronunciaran.

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21/10/2015, 18:35
Roderic Monclinill i Salvià

Roderic llevo a la hora pactada, aunque se podía argumentar que su mente seguía en su estudio moldeando esa escultura que aún no había terminado a pesar de las noches que le habia dedicado. Si bien se lo notaba en calma se encontraba algo disconforme en su interior por tener que asistir a aquella reunión y por eso en parte no daba una gran atención al hermoso ambiente por el cual caminaba ni a la música que en otro momento habría disfrutado.

Sin embargo sabia de sus obligaciones como consejero y sabía que quien más perjudicado seria su Sire si llegaba a faltar a una de estas reuniones por lo que siempre estaba presente. A pesar que su mente luego divagara a demás temas que consideraba mucho más valiosos de los que trataban en las noches con los demás consejeros. Final del formulario

Recien salió de sus pensamientos cuando aquel ghoul le ofreció una copa de sangre, tomándola solo asintió y dejo que el ghoul siguiera su trabajo.  En ese momento observo a los demás invitados centrándose en encontrar a Claudi para quedarse cerca de él. “Buenas noches Sire.” Saludo con educación y un leve inclinamiento de cabeza antes de colocarse a su lado. Prefirio no decir nada sobre el tema de la convocatoria, ya que parecia saber tanto como los dos vampiros que preguntaban al resto.

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21/10/2015, 20:32
Pere Arnay Benet

Apenas llegué al teatro, un minuto antes de lo que tenía que llegar (lo sabía porque me había quedado parado en la entrada, esperando que sea la hora exacta, hasta que no pude resistirlo más), me puse a ver quien más había asistido, tomando nota mental de los presentes. Caminaba de un lado al otro, con la boca media abierta, golpeando mis dientes superiores con el nudillo de mi índice derecho para que estos choquen contra los inferiores, produciendo un sonido rítmico, y revisando a todos los presentes con mi vista.

Un ghoul se me acercó con una copa de sangre, la cual agarré con la mano derecha, dejando de hacer el ruido con mis dientes, y lo primero que hice fue tomar un pequeño sorbo. No estaba hambriento, pero ahora que tenía el cáliz en la mano no podía hacer otra cosa.

Mientras caminaba no pude evitar escuchar que varios de los presentes se preguntaban por qué estábamos ahí. Pasando mi dedo índice por todo el borde de la copa una y otra vez en círculos, me acerqué a Edgard. -Estamos aquí porque Montoya va a dar un anuncio, ¿no sabías?. - Contesté rápidamente sin dudar. -O sea, ¿que a quién le importa? - Lo más seguro es que diga algo sobre algún territorio de caza o dominio, haga alguna declaración general y nos vayamos por donde vinimos. Después de todo, a Montoya le gustaba trabajar más entre bastidores. Una vez más, tomé de la copa, apurándola para terminar la vitae mortal.

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22/10/2015, 04:30
Guerson Mirshaji

El coro de los peregrinos todavía resonaba en sus oídos. Aquella ópera en cierta forma le tocaba una de sus pocas vetas sensibles, tenía un poco de pasado y debía reconocer que la conjugación de la música y el lugar habían surtido una magia poco común en sus pensamientos, que estaban menos sombríos que de costumbre.
Por supuesto que si se lo hubieran preguntado, hubiera traído una ópera de Wagner, los italianos siempre le habían parecido demasiado melodramáticos en cambio Wagner, ¡Ah! Ese humano sí que sabía de gestas épicas y solemnidad.
En estos pensamientos (muy poco comunes y un tanto banales) se entretenía Guerson mientras ascendía la escalera de mármol reluciente, al tiempo que subía pasaba su blanco dedo índice por el pasamanos constatando que la limpieza del elíseo se hacía concienzudamente.
Subió pisando cuidadosamente la alfombra roja y admiró los arabescos que la adornaban. En realidad, él deseaba volver a la capilla y proseguir con sus investigaciones. Durante su vida mortal había ejercido la medicina y sus indagaciones rondaban siempre alrededor de experimentos de los que pocos sabían; pero el deber era el deber y Montoya era Montoya. Había personajes que simplemente no podían ser ignorados: la torre y la pirámide, aunque diferentes, miraban siempre hacia el mismo lado, solía reflexionar.
Se acomodó el saco del traje negro y revisó que las mangas de su camisa estuvieran inmaculadas. Finalmente, llegó al punto de reunión y repasó con su mirada gris a los presentes -Buenas noches -saludó con el tono más cortés que pudo (aunque siempre sonaba seco) y complementó su salutación asintiendo en silencio. Se abrochó los botones del saco y chequeó sus uñas. Se detuvo unos instantes a observar la copa que le era ofrecida y sopesó si tomarla o no, si no la aceptaba el príncipe podía mosquearse y eso era algo que no le convenía, pero en verdad no sabía de dónde venía esa sangre y había aprendido de la forma más dura a desconfiar siempre.
Tomó una copa finalmente pero se cuidó de no beber de ella.
Luego continuó observando y escuchando a los presentes, los comentarios de Pere solían hacerle gracia, si tenía suerte quizás viera en el transcurso de la noche cómo alguien se ofendía con ellos.

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22/10/2015, 11:51
Jaume Coll "El Maquis"

El Gran Teatro del Liceo no era un sitio donde me gustaba ir a menudo. Pero fui llamado y no podía falta a la cita,pues era una llamamiento importante .

Cogí mi moto y me dirijo hacia el Liceo que es donde van todos los pijos de esta maravillosa cuidad. Aparque mi moto cerca del lugar y entre por aquella maravillosa puerta. La verdad es que no pensé si mi forma de vestir era la adecuada ya que las etiquetas me daba un poco igual.

Subí por aquella maravillosa escalera de mármol blanco con una estupenda alfombra roja, apena me encontré con nadie por aquella escalera. Tras terminar de subir la escalera abrí la puerta donde era aquella reunión donde todos los invitados tendríamos que asistir.
A abrir me fije que no fui ni el primero en llegar ni el ultimo. Un ghoul se me acerca y me ofrece una copa a coge la copa - Gracias- Le dije a quien me ofreció. Miro a los presente y le digo con un saludo apropiado para en estas ocasiones - Buenas noches señores- Con una amable sonrisa

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22/10/2015, 12:46
Mercè de Fontrubí i Pessarrodona

Me puse un vestido largo negro que dejaba entre ver mi espalda desnuda. Me había agarrado el pelo con un coletero y había echo de la mata de pelo un moño alto, que aunque me gustaba más el pelo suelto el moño me notaba mas distinción, más seriedad.
Llegué como siempre justita de tiempo, no me gustaba llegar tarde pero no sabía como lo hacía que siempre llegaba o justa o unos minutos tarde.
Tampoco era algo que me preocupara pues Montoya, no era conocido tampoco por su puntualidad.
Entre en el Eliseo saludando con la mirada a todo aquel que me saludaba.
Al llegar al palco ya había gente esperando como era de costumbre pero aún faltaban vástagos por venir, no era yo la última.
-¡Buenas noches señores! dije con un tono suave y pausado.
Nada más entrar un ghoul me ofrece una copa, como siempre tan servicial, la acepto agradecida, pues no es la primera vez que bebo ahí.
Cogí la copa y me senté a esperar, mientras me la tomaba.

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22/10/2015, 13:49
Claudi Bonesvalls i Taverner

Normalmente Claudi solía acudir al Consejo vestido con una camisa blanca de seda, con chorreras en puños y pechera, que ayudaba a potenciar el aire romántico y lánguido, de aristócrata de otra época, que solía flotar a su alrededor, como una aureola indeleble que lo seguía allí donde caminaba. Normalmente.

Aquella noche, sin embargo, el Primogénito y Consejero Toreador había estado resolviendo algunos asuntos en la Generalitat, moviendo los hilos para que los Juegos Florales recuperasen el esplendor que habían tenido antaño y, aunque había llegado al Liceu con tiempo de sobra, su atuendo era más contemporáneo de lo que solía vestir entre aquellas paredes.

Eso no quería decir en absoluto que fuese inapropiado. Caín lo librase de no vestir de una forma acorde a su puesto, su cargo y su influencia. El traje negro cortado a medida caía sobre su cuerpo ajustándose como un guante y realzando una figura delgada pero fibrosa. Su corbata era moderna pero elegante, al igual que su corte de pelo. 

Claudi paseaba por el palco donde Montoya los había convocado, con una copa ya en la mano y dedicando breves miradas de reojo a los que iban llegando. Su atención en aquel momento la tenían las molduras del techo, la manera en que caían las ondas del telón en esos pliegues perfectamente delineados, la suavidad de la música que llenaba el teatro con una acústica impecable... A pesar de que el cainita fomentaba y disfrutaba considerablemente de las artes más vanguardistas, el Liceu era un lugar cargado de una belleza antigua y sobrecogedora y Claudi podía pasar largas horas deleitándose en cada pequeño detalle de aquel lugar. Como Primogénito no era extraño en absoluto encontrarlo en el teatro, solazándose en las artes que en él tenían lugar casi tanto como en los juegos de la Estirpe. Aunque bien sabía que aquella noche no estaba ahí para eso, sino para escuchar lo que Montoya tuviera que anunciar.

Se giró al escuchar la voz de Roderic a su lado y dedicó a su chiquillo un pequeño asentimiento de cabeza. Su rostro permaneció neutro, pero un brillo de orgullo iluminó sus ojos durante un instante. Roderic y sus excepcionales manos eran capaces de cincelar pura poesía atrapándola en sus obras. Al contrario del fracaso sufrido con Joan, Roderic honraba a su sire con su sola y eterna existencia.

—Buenas noches, Roderic —respondió a su saludo con una voz aterciopelada y bien modulada, que se notaba educada para el canto hacía siglos—.  Espero que estés pasando una buena noche.

Parecía que iba a añadir algo más, pero la llegada del Primogénito Brujah le hizo esbozar una media sonrisa cínica al seguir sus pasos hacia el interior del palco. Bebió un pequeño sorbo de su copa, saboreando cuidadosamente la sangre que contenía. Sí, al parecer iba a ser una noche interesante.

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22/10/2015, 15:38
Edgard González

Edgard iba observando a los presentes, al parecer todos tenían la misma nula información. Entonces escucho a su lado una voz que le era familiar.

-Ah! Mi tocayo!- dijo mientras hacia una marcada reverencia al estilo de las películas antiguas.

Tocayo por partida doble. Ambos ostentaban el “titulo”de arpías, y por ambos corría la sangre de Malkav.

-si si eso si que lo sabía...pero esperaba que alguien supiera algo más. Te has dado cuenta? Tenemos aquí a la crem de la crem de la Barcelona oscura...-como no podía mostrarle una sonrisa porque se tapaba con la capa, levanto las dos cejas mirando a Pere.

-Te has enterado? Dice cual verduleras en el mercado El otro día llego un nuevo Brujah a la ciudad, y se presento ante el príncipe, con bermudas! Hay gente que eso de la etiqueta le suena a chino...creo que ese brujah ahora reside en la sala de trofeos de Montoya...empalado.-

Entonces el líder Brujah entro en la sala.

-Vaya hablando de etiqueta...dijo con la voz baja...fijate en “El Maquis”...moviendo la cabeza hacia el Brujah...hay gente que no aprende...-

Edgard mira hacia su otro lado y ve que tiene sentada a Mercè de Fontrubí y le pregunta directamente y sin tapujos...

-Hola! Ha visto alguna muerte últimamente?

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22/10/2015, 16:07
Albert Sabaté Llobet

A pesar de los años el Liceu no había perdido su magia. Los siglos podían pasar pero aquel monumento de mármol seguía en pie, guardando en sus muros recuerdos de épocas pasadas.

Albet llegó puntual a la cita, vestido con un impecable traje azul. El vestuario de una persona podía decir mucho más que de ella que toda una tarde de charla banal.

Bibere humanum est, ergo bibamus1. Le dijo al ghoul con cierta sorna. Pero yo, no soy humano. Muchas gracias. Agrego finalmente rechazando la copa con delicadeza, ya estaba lleno, y aunque tuviera sed no le gustaba beber en público.

Buenas noches tengan ustedes. Saludo a los presentes, mientras contestaba a la pregunta que flotaba en el aire ¿porque nos ha reunido Montano? No es necesario más motivo que la exquisita representación de opera que acabamos de presenciar. 

Notas de juego

1-Beber es humano, por tanto, bebamos

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22/10/2015, 22:05
Pere Arnay Benet

Finjo un poco de sorpresa ante lo que me contaba Edgard. Efectivamente, ya estaba enterado de lo del Brujah (aunque tenía que admitir que los rumores que circulaban bien podrían ser alguna frutada inventada por ahí). Sobre lo de la "crem de la crem", era cierto. Al parecer todos los primogénitos vendrían, o eso leía entre lineas. Después de todo, que El Maquis esté en el Elíseo ya era una excepción.

Y ya que me fijaba en el Brujah, mi compañero tenía toda la razón. -Un poco de decoro, por favor, que hasta los líderes de sindicato se visten bien cuando están en reuniones importantes. - Le recriminé mentalmente. Sin embargo, fuí lo bastante sensato como para no acercarme demasiado al vástago, mucho menos decir nada que pueda llegar a suis oidos, que lo último que me faltaba era crear peleas que no me beneficiaban ni un poco. En lugar de eso, me llevé la copa vacía a mis labios, intentando echar a mi boca las últimas gotas de sangre que quedaban, ya que me molestaba verlas ahí. Por supuesto, fallé en eso, gracias a como estaba soplado el borde de la misma.

Luego de eso, me fijé en la otra arpía que había aparecido, nuestro compañero Toreador. Sinceramente, lo encontraba pomposo en sobremedida, incluso para alguien de su clan, pero ¿qué podía decir? El tipo hacía bien su trabajo. Ante su comentario escuché la ópera que nos envolvía. -La misma que ya habremos oído unas mil veces y media. - Pensé mientras inclinaba mi cabeza para la izquierda, haciéndo sonar el cuello bastante fuerte, luego hacia la derecha, solo por costumbre porque no hacía más ruido después de la primera vez.

Acto seguido, me di vuelta y empecé a caminar a zancadas, buscando algún presente que esté disponible para cotillear un poco. Mientras tanto, seguía intentando que la última gota de sangre caiga en mis labios. Tan enfrascado estaba en esto último que casi choco con Guerson Mirshaji, el primogénito Tremere. -Cuidado, hombre, cuidado. - Le recrimino rápidamente, aunque había sido mi culpa. - ¿Tan apurado estás? - Dije tuteandolo, mientras miraba hacia el cáliz. La gotita de sangre que tanto me molestaba había desaparecido, seguramente caida en algún lado. Esperaba que no en mi ropa.

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23/10/2015, 00:20
Francesc Abascal

De las sombras una figura alta adornada con una oscura capa, una figura que parece estar hecha de las mismas sombras en principio y que luego toma forma, acompañada de un desagradable olor a humedad, a vejez y a podredumbre se materializa y camina lentamente por en medio de las filas de asientos. Su aspecto, por sí mismo, era bastante repulsivo, capaz de helar la sangre y causar náuseas al estómago más fuerte. Su rostro estaba tallado bruscamente en un cráneo amplio y robusto, de ángulos abruptos y abultados, atravesado por una multitud de grietas azuladas: venas que surcan su cara a través de su piel traslúcida. No había rasgo alguno de cabello, como si aquella criatura hubiese sido toda su vida tan lampiña como ahora. Sus ojos, pequeños y hundidos, rompiendo la tensión superficial de una piel entre verdosa y pálida, son de un negro profundo y un aire hostil. Su nariz es regordeta, con dos sobredimensionadas fosas nasales que permanecen estáticas, pues en aquel vástago no hay respiración que las mantenga en movimiento. Su boca parece más una muesca alargada sobre su rostro marmóleo, una rotura desagradable y maloliente (probablemente) que deja ver dos antinaturalmente largos colmillos desiguales muy juntos.

Francesc Abascal hacía honor a la reputación de su clan, pues no había nadie quien pudiese observar a un Nosferatu (ni a Francesc) y no sentir una punzada de desagrado en lo más profundo de sí, una repulsión instintiva, como si, entre todos los miembros de la estirpe, las ratas de alcantarilla fueran una afrenta peor a Dios a causa de su horrible aspecto.

El ghoul se acerca a Francesc para ofrecerle una copa. El vástago la levanta con sus dedos huesudas, provistos de uñas largas, y pregunta con una voz suave -¿Qué es esto?- acerca el cristal a sus fosas y olfateándola (haciendo que sus dos orificios nasales aumenten y disminuyan de tamaño en una sucesión corta de inspiraciones) la retira con disgusto. -¿Sangre? ¿Qué clase de chantaje es este? ¿Piensa Montoya que nos tragaremos sus absurdos intentos de aumentar influencia a cambio de una copa llega de la asquerosa sangre de sus ratas? ¡Ja!- dice mientras sin más mediación, gira su mano 180 grados y vacía el contenido de la copa sobre la alfombra bajo sus pies. -Me rehúso a ceder a sus extorsiones

Camina bufando molesto hacia donde están algunos de los recién llegados. -Vaya. Veo que algunos consejeros están presentes. ¿Supongo que guardar las apariencias os ha hecho salir de vuestra torre de ébano? ¿O acaso venís para recordarnos quienes son los dueños del pie que oprime nuestros cuellos en Barcelona?- comenta con su tono cínico, tal y como era costumbre en el primogénito Nosferatu.

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23/10/2015, 03:39
Montserrat Sanahuja i Tort

   Es difícil no abstraerse de la belleza del Liceu, aún recuerdo la primera vez que pise sus pisos finamente pulidos y observe sus paredes decoradas, apenas alcanzaba los diez años de edad y de la mano de mi tutor me quedaba absorta en la belleza de sus salones y el teatro; más aún de la vista desde el palco que mi familia usaba en exclusividad, la opera era un placer que pocos comprendían y que hoy sin ser un artista puedo continuar apreciando y disfrutando, pero lo cierto era que desde que mi perspectiva de ver la vida cambio visitar muy a menudo este lugar se tornaba en situaciones protocolares que no siempre terminaban de buena manera, sus palcos y el techo abovedado, acogía las presencias de todo el cónclave cainita que regía Barcelona, encabezado por Montoya.

   Gracias a la carpeta roja que cubría las escaleras y el sendero hasta el teatro mis zapatos no delataban mi llegada; a diferencia de mis característicos trajes de corbata y con corte masculino, aquella noche llevaba un vestido de color violeta, de encajes y transparencias que dejaban bastante a la imaginación y que al clan de la rosa más de alguna mirada robaría, esa noche Mont debía resaltar por su belleza oculta tras sus corbatas.

Varios vástagos ya habían llegado, ella en lo propio con tiempo planificado entraba al lugar, recorriendo con la vista a los presentes y buscando el mismo asiento de siempre.

-Buenas noches- una sonrisa delicada protocolar, dejaba paso a una mirada más seria.

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23/10/2015, 08:27
Bernat Amat i Vilanant

Bebía de mi copa lentamente. La noche se presentaba movida. Lo que hoy se dijera aquí se repetiría hasta la saciedad mañana en los círculos mas importantes de Barcelona. Tomé otro sorbo.

Me resultaba interesante observar el protocolo de llegada de cada vástago. Todo lo que se decía o no se decía. La actitud, las formas, el vestuario. Los tiempos cambiaban pero nosotros no. Veía la elegancia de siglos pasados impresa en el porte distinguido de algunos señores. Esa elegancia innata con la que uno nacía y que no se alcanzaba por el mero hecho de llevar un traje de etiqueta.

Todavía era pronto para hacer conjeturas sobre Montoya, sin embargo el juego de las arpías prometia diversión aquella noche.
Muchas caras me eran conocidas, entre ellas las de Claudi, primogénito toreador y su chiquillo, Roderic. Copa en mano me acerqué hasta ellos para saludarlos debidamente. Caballeros... Buenas noches. Hice una leve reverencia. Tarde o temprano averiguaríamos cuales eran las intenciones de Montoya. Hasta ese momento yo prefería aprovechar la ocasión para hablar de arte, o por que no de bellas mujeres. Las mujeres suponían una fuente de inspiración inagotable. La espera siempre se hace mas agradable en buena compañía, ¿no creen?. Dije refiriéndome a las consejeras ventrue. Mis viejos ojos caprichosos se alegraron al verlas. Volviendo al tema que mas me interesaba. ¿Está usted trabajando en algo nuevo Roderic?. Pregunté sabedor del talento que tenia para la escultura.

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23/10/2015, 10:25
Adolfo de Sanpedro Cruz

Adolfo llegó al Liceu en el momento justo. Ni demasiado pronto, ni demasiado tarde. No deseaba ser el primero, ni tampoco el último. Le gustaba poder saludar al llegar, y recibir a otros a medida que transcurría la noche y se acercaba el momento clave de la reunión. 

Su especialidad era ser un buen anfitrión, y cuando no podía serlo, se dedicaba a ser un grandioso invitado. De manera que, sin faltar a sus propias costumbres, se presentó ante los demás ataviado acorde a la etiqueta, con un traje que a todas luces no debía haberle costado poco, y saludó con un gesto cordial y una sonrisa a los presentes, antes de que, tras él, llegase Monserrat, a quien observó, llevándose una mano al pecho, mientras alzaba las cejas- Monserrat, querida, si aún corriera sangre caliente por mis venas, mi corazón se habría parado al verte. -dijo, halagador, acercándose para realizar una pequeña inclinación, acompañada de una elocuente floritura con la mano- Estás espectacular. ¿Gaudí? ¿Elección personal? ¿O una casualmente buena elección de tus sirvientes? -preguntó, refiriéndose al vestido- Bueno, no importa. Sólo añadiré que si han sido en efecto tus sirvientes, no te deshagas pronto de ellos. Tienen buen gusto.-explicó, mientras la acompañaba a su asiento de siempre, tomando una de las copas que se ofrecían en bandeja, para ofrecerle a ella otra, dedicando entonces una mirada y un gesto torcido a Francesc- El ébano dejó de estar de moda hace siglos, Abascal. Y la pasivo-agresividad te agria el rostro, lo cual no ayuda demasiado con tu imagen personal.

Negó, lentamente, con el rostro- Eres tú quien se ofende con unas simples chucherías. Vamos, es un refrigerio. Protocolo. Educación. ¿O es que en el sitio húmedo y oscuro en el que vives no ofrecéis nada a vuestros invitados? -preguntó, con tono neutro, casi alegre, rompiendo la tensión ocasionada por el intercambio con una breve carcajada- Vamos, no te hagas mala sangre. Ya tendremos tiempo de sacarnos los ojos y las vísceras cuando aparezca Montoya y nos diga lo que tenga que decirnos. Que de seguro nos dará para hablar unos cuantos años.-concluyó, con un ademán, restándole importancia al asunto, mientras volvía a mirar alrededor- Mercè, querida, tú también estás radiante esta noche- concedió, con una nueva sonrisa, halagando también a la segunda consejera Ventrue.

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23/10/2015, 11:31
Eudald de Salisachs i Montoliu

Eudald se había quedado esperando en su coche en la puerta del Liceo durante un buen rato mientras se hacía la hora. Había visto a muchos de los ya presentes entrar, aun así esperó para poder entrar a la hora justa.

Cuando se dió salió de su BMW serie tres que ya le había estado acompañando varios años. Dejó que Oriol, su criado se lo llevara a aparcar y a esperar a que él saliera, mientras con ayuda de su fiable bastón emprendió el camino hacia el museo cuando le quedaban un par de minutos para que fuese la hora.

Un minuto más tarde estaba subiendo por las escaleras. Se encontraba solo, eso le ayudó a ordenar sus pensamientos de cara a la reunión de ahoy. No sabía de que trataría la reunión esactamente, pero aun asi quiso recordar lo de las ultimas sesiones para tener un mejor control de la situación.

Llegó arriba y despreció la copa con delicadeza, sólo Dios sabía de donde habría salido esa sangre y dudó que pudiera satisfacer su exquisito paladar.

Miró alrededor, todavía faltaba de su clan Conrad. Ni le había visto subir ni a estaba allí, en cambio estaba Monserrat, como para no verla siempre tan elegante y con tanto estilo sin ser sobrecargado como esos toreador. También Mercé, tan discreta como siempre, sentada a un lado.

Le dediqué un cálido saludo con la cabeza a Monserrat sin querer molestar a Mercé.

Le dedicó una sonrisa al primogénito nosferatu Francesc. Por todos era conocido su aversión al consejo, todo eso lo hacía más divertido...

Vió a Jaume, el brujah y también le dedicó una mirada de desaprobación casi imperceptible. Las normas de etiqueta no le permitían mostrar la repugnancia de una manera tan evidente, pero por otro lado no pudo contenerse al verlo ahí vestido con cuatro harapos. Con la de veces que el Ventrue se había ofrecido a comprarle un traje para asistir al teatro como Dios manda y todas ellas rechazadas... era una falta de respeto hacia el edificio, hacia el concepto de Eliseo, hacia los presentes y hacia su principe...."esta chusma..." pensó para sus adentros, "quizás algún día parendiera, algún día..."

Vio a Guerson y le saludó ofreciendole la mano: Buenas noches, primogénito. ¿Todo bien entre los de su clan? le dijo más formal que otra cosa.

Y podría haber seguido por el resto del consejo o las arpias, pero a unos los tenía demasiado visto y los otros...bueno los otros estaban ahí pero no eran tan importantes.

Finalmente se fué a lo más parecido a su igual, Claudi el primogénito y miembro del consejo Toreador.

- ¿Buenas noches...o eso espero, tienes idea de para qué es todo esto?

 

 

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23/10/2015, 12:42
Mercè de Fontrubí i Pessarrodona

Observaba desde mi asiento a los presentes, no lograba adivinar para que Montoya habría pedido reunir a todos los cargos de la ciudad. Pues sabía que había muchas diferencias entre los individuos y que la más mínima palabra podría desatar un gran conflicto. Mercè intentó disfrutar de la agradable música y de los últimos sorbos de su copa cuando escuchó que pronunciaban su nombre.
Escuchó la pregunta pero no que venía por lo del brujah.
-¿Que si he visto una muerte? Ese no es mi cometido señor, ya lo sabe bien usted.
Le digo con cara de extrañeza aún por la pregunta y seguí enfrascada en mis pensamientos, cuando entró Adolfo el consejero Toreador y le dediqué una sonrisa al escuchar sus palabras hacía mi, por educación, como no, siempre tan correcto.

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23/10/2015, 17:55
Miguel "Toma-Toma" Capdevila

Tiempo después de que muchos de los cainitas ya estuvieran reunidos en aquel lugar acordado por el propio príncipe, la cortina que separaba el vestíbulo del palco engordo y ensancho hasta que la tela no tuvo mas remedio que ceder a la derecha y mostrar la cabeza adelantada de la primogenitura Gangrel, Miguel. Quien mantenía la espalda arqueada hacia delante, con las manos en los bolsillos de sus baqueros oscuros y arrastraba los pies, sucios de barro. Y así camino desganado hasta que sus ojos se cruzaron con las de Ghouls quien parecía ofrecer sangre fresca. El Gangrel enseño los incisivos, mostrado una sonrisa forzada y agarro una de las copas solo para beberla de un solo trago. Sus manos, concretamente sus nudillos, estaban sucios de sangre seca, tal vez de alguna riña nocturna, Miguel gozada de trabajar en persona con todo lo que él pudiera considerar un problema. Y sin sacar la otra mano del cómodo forro de sus pantalones, dejo la copa ya vaciá para arrebatar otra y dar un largo trago, que trajo consigo el derramar una gota que impacto en su pulpa camisa blanca abotonada, lo que provoco un gruñido molesto y la decisión de soltarse al menos tres de sus botones superiores, dejando a la vista un pecho sin depilar pero a cambio ocultando la mancha roja.

Satisfecho, al menos en parte, dejo marchar al humano y continuo su tétrico caminar, hacia donde estaban congregados el resto de presentes, con el brazo pendulante sujetando una copa medio vaciá.

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24/10/2015, 15:20
Guerson Mirshaji

La arpía me choca y luego alude que he sido yo, al principio me sorprende que quiera gastarme esa broma y eso me lleva a preguntarme qué diablos busca con esto, aunque quizás solo esté aburrido.
-Mil perdones señor mío, mi falta de movimiento se ha chocado abruptamente con su falta de cortesía -deslizo mirando hacia el sector donde está el cotilleo toreador con una sonrisa socarrona, disfrutando del juego de palabras. Amago a llevarme la copa a los labios -Oh, ¿se ha quedado sin qué beber? -miro mis anillos llenos de jeroglíficos -Tome mi copa -levanto la mirada e insisto extendiéndole la copa -Tómela -digo sin sacarle la vista de encima, analizándolo, y la voz me sale más dura que de costumbre.
Pero el primogénito nosferatu hace aparición en escena y hace un escándalo como el drama queen que es, claro, pretende reemplazar el desagrado que causa con indignación, o cualquier otra sensación que no sea el asco. Extrañamente sus palabras me agradan, lo único de él que puedo decir que me cae bien. Qué quisiera más que tenerlo en una mesa de operaciones y diseccionarlo lentamente... O convertirlo en gárgola. Sería más útil, al menos.