Partida Rol por web

Alan abraza a Paula con fuerza, aunque en un principio le sorprendio la muestra de afecto de la joven. Luego, antes que se alejara le susurra algo al oido.

-Me alegra mucho de haberte conocido- se vuelve a sentar y comienza a romper pedazos de sabana, seguro que para atar al cazador.

Bueno, pues entonces nos vamos. Veo como se abrazan Alan Y Paula. Espero que no me toque hacer lo mismo.

-Adios señor Moore-digo con voz áspera mientras extiendo la mano para estrechar la suya-Siento todo esto. Y que nos hayamos tenido que conocer en estas circunstancias.-no creo que nos volvamos a ver. Probablemente muramos todos antes de llegar a la civilización. Al menos tengo que intentar llevar a Vladimir hasta el pueblo. Siento que se lo debo. Y supongo que a la zanahoria también, en cierto modo.

Vaya marrón.

-Suerte señor LeBlanc, tengan mucho cuidado- dijo estrechando con fuerza la mano de Bob. Todo se estaba haciendo terriblemente triste, como si alguien estuviera a punto de morir. Antes de que se pusieran en marcha Alan dijo-. Llevense toda la comida que puedan, la necesitaran...

Habia mucha carne salada, latas y conservas.

Asiento con tristeza a Moore. Espero que no le pase nada, me cae bien el cabrón. 

-Vamos a llevar algo de comida al trineo, Paula. Luego lo llevamos a él, no es plan de dejarlo fuera congelándose.- entonces empiezo a coger unas cuantas latas de comida, asegurándome de dejar la suficiente para que Moore sobreviva.

Madre de dios. Estoy como para conducir un trineo. Espero que Paula tenga algo de idea. Y espérate a ver si los putos perros no nos descuartizan. Vaya panorama.

ayudo a coger comida a Bob para llevarla al trineo e intento acercarme a los perros y tratar de "llevarme bien" con ellos.

Los perros ladraban enloquecedoramente, pero cuando Paula se acerca se tranquilizan un poco, aun asi, gruñen en cuanto ella estira la mano. Aun no sienten tanta confianza como para dejarse tocar por ella. Uno solo mueve la cola y parece sumiso. Son unos ocho perros, hermosos y de aspecto indomable:

Ay dios putos perros. Parece que se llevan bien con Paula. No es que no me gusten los animales, de hecho los prefiero a las personas, pero estos tienen pinta de poder hacer papilla mis pelotas. 

En fin, si se llevan bien con Paula, por qué no intentarlo. Me acerco a ellos, visiblemente tenso, y extiendo la mano hacia el más cercano.

Los lobos vuelven a gruñir, pero despues de unos tirantes segundos parecen tranquilizarse. Entre Paula y Bob contienen a las fieras, al menos de momento. Al parecer el cazador los habia atado en el roden en que van puestos en el trineo. Asi que les seria facil acomodarlos. Es mas, cuando ven que estan por partir parece que se exitan y ladran tirando de sus cadenas, ya deseosos de partir.

Parecia que los lobos se llevaban "bien" con nosotros, entré despacito con la intención de colocarlos bien para el trineo, en mi cabeza todavía estaban esos otros lobos salvajes que nos atacaron, pero no podía tener miedo ahora, Vladimir nos necesitaba y no había tiempo que perder.

-Una vez tengan todo listo, salgan cuanto antes, recuerden, el fuego es su mejor amigo, los perros deberian saber el camino, asi que sera facil- dijo Moore desde la puerta-. No miren atras y estaran a salvo.

Luego volvio adentro...

Despues de algunas pruebas, en las que costo mucho a Bob mantener el trineo en una direccion, Paula se mostro mas ducha en controlarlo. Pronto pudo hacerlo con cierta facilidad, si bien los animales con frecuencia querian correr a sus anchas o simplemente se peleaban entre ellos.

Despues de sujetar a Vladimir en el trineo y cargar lo necesario, ya estaban listos para irse. Por las dudas volvieron a revisar si llevaban todo. Habian tardardo una hora aproximadamente en hacer todo eso.

Una vez ya todo listo, el trio se despide de la cabaña, en donde casi mueren, en donde Vladimir fue brutalmente herido y donde Moore quedara hasta que alguien venga a por él. Los perros del trineo estan ansiosos, tirar de esa cosa es la motivacion de sus vidas, lo que los hace sentir vivos. Con solo desprender el trineo del hielo, los animales ya comienzan a tirar de él. La velocidad que llevan es secillamente increible.

Bob iba con Vladimir, el cual estaba inconciente o semiconciente. A pesar de que hacia mucho frio, el ruso volaba de fiebre. Le habian dado unas pastillas contra eso, pero sabian que era tapar el sol con un dedo.