Al abrir la puerta de mi habitación, dejé que entraran primero dos de mis guardias, yo fui después y a mi espalda los otros dos. La escena era de película, la muy zorra había venido a apropiarse de mi cuarto y la muy ingenua había caído en mi trampa.
Sonreí satisfecha ante la escena y sin piedad agujereé todo su maldito cuerpo con la ametra-lladora, vaciando todo el cargador en ella. Cuando terminé, había sangre por todas partes y del cuerpo apenas quedaban rasgos reconocibles.
-Sacad esta porquería de aquí, quemadla junto al resto de basura y que suban a limpiar todo esto-.
Lentamente me dirigí al armario de las bebidas y con cuidado cogí la botella de Whisky sonriendo.
He ganado hijo de perra, todo esto es mío...
Tiré la botella con fuerza hacia la imagen de mi asqueroso tío, reventándola con fuerza. Al hacerlo pude observar detrás de la imagen, junto a la ventana, que William y Jessica me observaban con tristeza en la mirada. Aparté la vista y me dirigí tranquilamente al cuarto de baño a darme un relajante baño de espuma, antes de hacerlo me giré nuevamente hacia mis guardaespaldas.
-Haced que suba James, el cocinero... Vosotros podéis iros a descansar, pronto tendremos mucho que hacer y os necesito a mi lado, habéis demostrado ser leales y seréis recompensados por ello-
Los fantasmas no me importaban en absoluto, podrían quedarse ahí eternamente si lo deseaban, la fortuna ahora era mía, todo cuanto he deseado e imaginado lo conseguí a base de sudor y sangre.
Ahora tengo una responsabilidad y tendré que tomar las riendas de todo el negocio, pero puede esperar a mañana.