Partida Rol por web

No me esperaba ni que un mesón de pueblo sirviera una ensalada de pasta con provolone en el menú del día, ni tampoco me esperaba que estuviera tan buena. Así que, como es de imaginar, terminé tomando ración doble, haciendo que cuando llegó el joven, me encontrara completamente ahíto, satisfecho y, por una vez, de un humor excelente.

Así pues, lo saludé vagamente, encendí un cigarrillo y me dispuse a entretenerme sinceramente un rato escuchando lo que contaba a mis compañeros, en lugar de mi habitual desdén disimulado, hasta que llegara la hora de pasar a cuestiones prácticas.

Si bueno, señores -dijo impaciente-. He pensado que os voy a abrir el museo donde trabajo. Al fin y al cabo, está dedicado a la cueva del río Tera, y hay una maqueta donde se puede ver dónde ocurrió la leyenda. ¿Vamos?

Entonces comenzásteis a andar por el pueblo, hasta que volvísteis a la plaza. En ello tardásteis poco más que unos dos minutos. Allí, Gonzalo abrió la puerta del pequeño museo y encendió de nuevo las luces del cuadro general. Tras acceder al interior, vísteis que se trataba de una única sala, llena de vitrinas: una parte dedicada al río tera, donde había pinturas y un par de grabados sobre el cañón donde discurría esta; y por otro lado había un pergamino antiguo donde se recogía la misma, contada en castellano antiguo, aparte de los restos de prendas de, supuestamente, los protagonistas de las mismas. También había otras maquetas del interior de la cueva.

Pues supuestamente data de la época. El pergamino, digo -señalando a través del cristal-. La prueba del carbono 14, indica que es de los años cuarenta, de despues de la guerra. Sí, tuvieron que hacerle dicha prueba ya que, como véis está muy deteriorado. Hay una versión en fac símil a ésta, mucho más clarificante, en nuestra página web. El caso es que... -entonces comenzó a dar un rodeo por el museo, y comenzó a contar la historia-... tres niños de este pueblo jugaban en el cañón del río Tera, como os digo, muchos años atrás. Sus padres, pastores los dos, cuaidaban de su ganado en las inmediaciones. El río Tera no tiene orillas planas, sino estribaciones rocosas, y parece en realidad un río abrupto, como esos de Norteamérica... Se dice que los tres muchachos jugaban en la entrada de la Cueva del Moro; algunos historiadores apelan que el nombre fue dado así porque un esclavo árabe, en la edad media, mató a su amo cristiano y se refugió allí. Mientras uno recogía palos, otro recogía hojas de árboles y otro piedras. Con todo ello pretendían hacer una pequeña cabaña, a modo de majada. Claro que, según dice la leyenda, se les apareció un hombre vistdo con una larga túnica, con un rostro blanco y sin ojos, y manos huesudas. Preguntó a los dos mayores que si le conocían, pero éstos negaron. Cuando preguntó a la pequeña, ésta le dijo que era el demonio, y éste se la llevó a rastras al interior de la cueva ante aquella ocurrencia tan aguda.

Gonzalo hizo una pausa. Realmente parecía gustarle contar esa historia. A cualquier turista que no tuviera ni idea de la leyenda podría hasta asustarle. O quien sabe si incluso lo estaba haciendo a alguno de vosotros.

Los dos amigos corrieron asustados -continuó-, pero no llegaron al pueblo, pues sus habitantes los buscaron durante un mes y jamás se supo de ellos. Otra versión de la leyenda es que uno de los niños escapó, y luego llegó al pueblo con una marca de brasa en forma de mano en su pecho, aunque no se supo quién ni cómo se la hizo.

En fin... esta leyenda no tiene nada que envidiar a la de la Santa Compaña, la famosa leyenda gallega, ¿verdad?

Miraba atónita a Gonzalo mientras nos contaba la leyenda...es solo una leyenda Amaya...me decía una y otra vez para evitar entrar en pánico.

...Y por eso se llama la Cueva de diablo!? dije a modo de pregunta aunque era más bien un pensamiento. Conozco algo de la Santa Compaña...es como un desfile de espectros con túnicas largas y para estar a salvo hay que pintar un circulo en el suelo y meterse dentro...pero la Santa Compaña sale solo de noche ¿no? ¿y la pueden ver solo los niños? De repente mi miedo y curiosidad despertó...¿Tenían algo en común varias leyendas? esperaba que no, porque la "Santa Comparsa" o como se llamase no molaba nada.

- Bueno, creo que me gusta más la versión donde uno de ellos volvió con el pecho quemado. Si los otroa dos desaparecen ¿cómo habría sabido nadie del asunto?- , puntualizo, divertido por el cuenterete.

Thomas se mantuvo silencioso, disfrutando de aquellas historias mientras Amaya menciona otra que parece tener cierta similitud, si bien el periodista no tiene tanta idea de estas cosas, prefiere escuchar. Así que sumido en sus silencios, visiblemente atento a lo que puedan decir, se permite un momento de paz sin dudas, sin preguntas insidiosas ni nada similar, sólo como si fuese una persona más inmersa en un entorno plagado de leyendas. Historias que siempre resultarán interesantes. 

La Santa compaña tiene muchos nombres -refirió Gonzalo- según la zona de España donde se dice haber visto: Santa Compaña, la Huestia, la Estantidia... Pero no tiene nada que ver con ella. Esta leyenda esalgo más bien del siglo XX, no tan medieval. Sí. "La mano del diablo" -comentó ahora mirando a Gilberto-. Antes había un hombre que vivía en este pueblo yse decía que era un descendiente del muchacho, que era su abuelo o su bisabuelo, pero ya murió. Lo único que queda es este museo -decía-. En fin, y eso es todo. Muchos senderistas experimentados van a la cueva, en el corazón del cañón del Tera. Es algo peligroso y, por supuesto, ir en solitario es altamente desaconsejable. No por el diablo, je je -decía sonriendo-, sino por la dificultad del terreno.

Tras charlar un poco con él a Gilberto le sonó el teléfono móvil. Entonces lo cogió, añadiendo la función de manos libres.

¿Gilberto? ¿Están ahí tus compañeros? Ésto va para los tres... bueno, ¿cómo lo lleváis? -decía vuestro jefe, aunque siguió hablando antes de quue éste le contestara-. Escucha. Ha habido cambio de planes en el programa. ¿Podéis hacer esta noche la conexión desde la cueva? -aquello os desconcertó un poco, puesto que parecía bastante precipitado-. La Guardia Civil nos ha comentado que hay el helicóptero con el que contamos tenía prevista una revisión mecánica mañana por la mañana en una base militar, por lo que será imposible cubriros con la compañía de los agentes. Además, el programa de Juamna Moreno fue cancelado la semana anterior, como ya sabéis, y "los jefes" -que era como Iñaki llamaba a los mandamases de la cadena de radio-, nos han pedido adelantar el programa esta semana al viernes...osea, hoy. Y precisamente hoy los agentes de la Guardia Civil sí disponen de su helicóptero medicalizado.

Entonces hubo una pausa, para que Gilberto y el resto intentara asimilar toda aquella información, y sobre todo la petición-. La cara de Gonzalo brillaba de alegría, pues oía a uno de sus mayores ídolos radiofónicos de su vida.

Decidme, por favor os lo pido, que hoy podemos hacer una conexión... -Iñaki era exigente, pero por algo su programa funcionaba tan bien-.

En medio de aquella explicación que le resulta cuanto menos interesante a Thomas, el hecho de que se pronuncie Iñaki con este cambio radical de la organización, generó en el Alemán un gesto profundo de resignación. Al ser un hombre muy ordenado, está claro que estas cosillas no le agradan en absoluto, pero no es quien manda y sólo acata, pues se encoge de hombros. 

- Tocará agilizar. - afirma escueto, un tanto pensativo pero sin entrar en más detalles porque sería demasiado. No obstante mientras espera que Gilberto se pronuncie y Amaya, desvía la mirada hacia su reloj. El momento había llegado y la adrenalina corre por sus venas, toca preparar todo para la transmisión. 

¡Me cago en la leche que mamasteis tú, la guardia civil y los jefes de los cojones! Traté por todos los medios de mantener una expresión de simple preocupación mientras por dentro maldecía a todos los responsables y trataba de pensar si nos daría tiempo. 

- A ver te cuento Iñaki... ya tenemos a un caballero del museo que nos ha estado hablando de la leyenda y puede guiarnos hasta allí, pero todavía no nos hemos acercado a la cueva.

A lo mejor si salimos ahora mismo, nos damos prisa con el equipamiento y nos saltamos las pruebas previas, podemos transmitir esta misma noche, pero no te puedo dar garantías; va a hacer falta que estires el programa todo lo posible hasta que estemos listos para la conexión, porque llegar hasta allí con una simple furgoneta no es fácil, es un terreno muy abrupto. Igual tenemos que saltarnos algo de lo que habíais pensado para el programa, ¡AH! ¡casi se me olvida! -Dejo de hablar hacia el teléfono y me vuelvo hacia nuestro providencial asistente - Gonzalo, ¿has estado dentro de la cueva? Pensábamos explorarla un poco en directo. 

Con la llamada de Iñaki todos nos indignamos un poco, nuestra idea no era ni por asomo grabar esa noche...pero ellos mandaban. Iñaki parecía sincero en sus prisas de adelantar el programa. Por primera vez Quinto Centenario se retransmitirá un viernes por la noche.

Habrá que darse prisa entonces y salir para allá ahora mismo. Intentaremos tener todo listo para esta noche.  Miré a Thomas y Gilberto con cara de circunstancia por la inesperada noticia mientras hablaba al teléfono que sujetaba mi compañero. No puntualicé nada más. Gilberto hablaba con claridad y estaba de acuerdo con todo lo que decía.

Pues..habrá que irsé en breves para allá. Estoy nerviosa y todo. Dije a Thomas y Gonzalo en voz baja para no molestar a Gilberto mientras le explicaba el plan al jefe. Estaba emocionada y con ganas de llegar a la cueva de los niños perdidos o como ellos llamaban, cueva del diablo. Gonzalo ¿tienes algún problema en grabar hoy?

Pues salid ahora mismo, chicos -dijo Iñaki, que hacía y deshacía desde su posición de jefe de programa-. En la escaleta de esta noche tenía pensado hacer una primera transmisión-presentación, y luego daros la última hora. Pero os daremos únicamente la última hora, así tendréis las dos primeras libres.

¡Si, sí! ¡He estado ahí dentro! Y no: no tengo problemas para grabar hoy... Hoy sólo tenía que ver una serie, y poco más, ¡Increíble...! ¡Voy a salir en Quinto Centenario! -respondió Gonzalo a la pregunta de Gilberto y Amaya-.

¿Quién es el que habla? ¿El del museo? -preguntó Iñaki, que estaba escuchando a través del manos libres-. En fin... da igual. Esta noche: el programa comienza a las doce, pero conectaremos en direto a las dos con vosotros. No obstante, Juamna, el compañero de comunicaciónes -y que solía trabajar bastante con Gilberto en el estudio-, os llamará antes de vuestra entrada para comprobar el sonido y demás. ¡Os dejo! ¡El gato se está comiendo el resumen del guión de hoy! -y colgó-.

¡Madre mía! -se llevaba las manos a la cabeza, atusándose los pelos-. ¡En Quinto Centenario...! -decía como orgulloso de sí mismo-. Eso sí, tengo que coger algunas cosas: linternas, ropa deportiva y... ¡poco más! ¡Cuando estéis listos podemos irnos! Lo suyo sería salir cuanto antes para dirigirnos al cañón del Tera.

Repentinamente, me acordé de un par de cosas que hacían falta - Puesss...mientras tú coges lo que necesites, nosotros vamos a apalabrar una habitación para después del programa, y a por unos bocadillos para cenar. ¿Lo quieres de algo en particular? 

Sin entrometerse en la conversación, se limitó a escuchar lo que tenían para decir y tras la exigencia que el mismo programa supone, se encogió de hombros mientras desvía la mirada hacia Gilberto. - Vamos a ello, además tenemos que organizarnos en cómo llevaremos a cabo esto. ¿Quién hablará de los tres? - pregunta tras escuchar como Gonzalo quería ir a cambiarse. - Hay que trabajar sobre la marcha, movamos. - termina por decir el periodista, sin agradarle esto de improvisar así tan de repente. 

Vale Gonzalo, quedamos en la plaza en 10 minutos..de mientras vamos a lo de las habitaciones. Dije a Gonzalo mientras se iba a por sus cosas. Quizás en el Patio del Toro o en la Asociación de Vecinos nos puedan habitaciones, aunque debemos ser rápidos, hemos de marchar ya para la cueva. Si queréis hablamos los 3 o los 4 (incluyendo a Gonzalo) por turnos. Puede estar bien por ejemplo que Gonzalo cuente la leyenda al principio para poner a los oyentes en situación.  

Iñaki Jaramillo ya os lo había dicho. De las tres horas que duraba el programa, y por cuestiones de guión, entráríais en la última, para hablar sobre la leyenda de la cueva del río Tera. Gonzalo, vuestro nuevo fichaje, marchó a su casa a por provisiones, y vosotros aprovechásteis para para indagar y haceros con algunas habitaciones. Suerte que había un local de alojamientos públicos, donde el ayuntamiento solía dar cobijo a niños de campamento en verano. Martín, el secretario del ayuntamiento al que ya conocían Gilberto y Thomas (ya que habían ido a visitarle mientras Amaya estaba en el museo) os proporcionó las llaves de las habitaciones con literas. Era bastante recatado, pero estaba todo el material nuevo. Asique, cuando llegásteis a la plaza tras esta gestión, Gonzalo ya estaba esperando con una gran mochila.

Bueno, he traído algunas "cosillas" conmigo -añadió el encargado del museo-. ¿Estáis listos?

-Tan listos como es posible-afirmé, con las manos en la cintura, antes de volverme y empezar a abrir las puertas de  furgoneta. -Ponte tú delante y así me vas indicando por dónde tirar- añadí, señalando el asiento del copiloto. 

Una vez todos estuvimos dentro de ella, arranqué la furgoneta y me dispuse a poner rumbo fuera del pueblo

-¿Os habéis puesto todos el cinturón? Muy bien.

Vaaamos allá. ¿Para dónde, Gonzalo?

Sea lo que Dios quiera.