Partida Rol por web

La fiesta tiene nombre para aquellos que viven la fiebre de la velocidad y el malestar del oxido nitroso. Y ese nombre es ACIDRAIN, uno de los locales mas exclusivos de todo San Diego.

Pero es tu noche de suerte, hoy tu tienes un Pase Vip a su Parking.

La noche es tuya, disfrutala.

La noche empezaba a caer ese viernes sobre San Diego. El sol se ocultaba dando paso a las sombras, pero estas desaparecían rápidamente consumidas por las luces que se encendia de golpe en todo el lugar.

La calle respiraba vida, una vida distinta a la del dia. Los angeles se iban a dormir, y los demonios, bueno y malos salian a la calle.

Llega la hora de ir a la única discoteca en la que la gente como vosotros podeis ser vosotros sin ocultaros tras mascaras.

El Parking exclusivo del ACIDRAIN abre sus puertas para vosotros.

Vais entrando uno a uno, y enseñando vuestras invitaciones VIP, tarjetas perecederas que es difícil conseguir, pero por un motivo u otro vosotros poseis la vuestra, y es un verdadero tesoro.

El parking tiene plazas reservadas para cada coche. En total habrá unos 20. Y vosotros, noctambulos de la noche sois siempre de los primero en llegar.
Al fondo del cebreado hay una cabañinta de madera, donde se despacha la bebida y se pone el DJ que hay para únicamente para el parking.

Un motor ruge y un relampago negro, con algo de verde entra en el estacionamiento, y comienza a hacer círculos, quemando mucho neumatico e inundado de un humo espeso el lugar... el rey del drift a llegado, y nadie se queda sin saberlo

Con una cerveza en la mano y cuando el Audi termina de hacer maniobras John sigue hablando.

-Bueno, ¿por donde ibamos?, ah si, te estaba contando lo de Boston, y el hijo de puta del yakuza no hacia mas que perseguirme, hasta que...

Le sigo contando mi historia mientras intento impresionarla con las historias de lo bien que se utilizar cada uno de los caballos de mi coche.

El viernes por la tarde salgo un poco antes del trabajo, me ducho y me arreglo antes de llevar a Ifrit al lavadero de coches. Quiero que el rojo ferrari reluzca como se merece.

Una vez listos los dos vamos a Acidrain.

Enseño mi pase Vip con orgullo y entro encontrandome con algunas caras conocidas, otras no tanto.

Me acerco a la barra y pido un refresco de limon, una bebida algo infantil pero si voy a conducir la prefiero a otra cosa. Me gusta tener la mente despejada al volante para sentir al maximo la velocidad.

Sonrio a quienes conocco y saludo con un gesto aunque de momento me mantengo un poco apartada, necesito desconectar del trabajo antes de comenzar con la fiesta.

El ruido de la gente y los mirones que se agolpan en las verjas para ver que ocurre dentro del parking empieza a llenarlo todo.

La musica sube. Y solo es batida por los motores de los coches que empieza a haber dentro.

De repente la musica parece desaparecer durante unos segundos.

Llega un coche, que para el aliento a muchos, como cada vez que se ve.
Entra al parking y aparca sobre una marca echa con spray en el suelo. La marca es un estrella de nieve.

El coche para el motor.

Del coche que acaba de aparcar se baja Alice Pont la hija del Legendario Gregori Pont.

La joven baja del coche con un modelito de noche, un traje blanco escotado. Pero debajo de la falda, hay unos pantys negros, que dan comodidad. Los zapatos son sin tacon. Lo ncesario para pisarle al coche.

La joven se acerca a la barra, y pide un margarita. Sonriente.

Luego saluda con la mano a Alex y se acerca a ella.

Hola preciosa, como estas hoy.

La noche no se detiene.
Tan pronto como entra el coche de una musa, entra la bestia que siempre se deja ver cerca.

Es el Final Round de Mike Donovan.

La bestia dejar sacar de debajo del capo todo el sonido que puede dar una bestia echa motor.
Y sin maniobras complicadas se acerca al coche que acaba de entrar y aparca sobre una marca como la anterior. Pero esta muestra una roca.

Del coche se baja un hombre que se acerca sin miramientos hacia la barra.

Dame una Desperado Fred.

Y sin mas que decir se acerca a la guapa rubia que hay al fondo de la barra.

Hola Alex

Dice mientras saluda rapidamente con la mano.

Sin embargo se despista mirando como los camareros y porteros del Parking. Empiezan a cerrar la calle para que los peatones no entren.

Los porteros y camareros piden a la gente de las aceras que no se bajen, y la gente que ya sabe lo que eso significa no hace ademan de poner un solo pie en la carretera.

Como un suspiro rojo, un motor llega desde lejos. Parece que la ciudad se paraliza para que llegue el coche que viene de camino.

Desde la esquina de la calle un coche, un Mitusbishi Evo IX entra derrapando en marcha atras, parece que va a perder el control, y que no entrara por la rampa de acceso al parking.
Pero un par de giros rapidos y el coche entra por la rampa como si de magia se tratara.

El coche quema algo de rueda y se va hacia una esquina. Donde unas lamparas marcan su lugar de honor.

Es el lugar para el coche del dueño, que llega haciendo sus clasicos alardes.

Del coche se baja un hombre joven. No es un modelo pero podria serlo. Viste bien, un poco desacorde con el coche que lleva.
Pero es un hombre de negocios, y tiene que ocuparse de ellos.

Saluda a los porteros y tiene algunas palabras con ellos.

Luego se acerca hasta la barra.

Ey Fred, Celina, la primera ronda de lo que pidan apuntala a mi cuenta.

Luego mira a todo los presentes.

Tengo cosas que hacer, vuelvo en un rato.

Asi que sin mas tiempo para mediar se marcha hacia el local que tiene que regentar. Hoy hay una pantalla nueva que tiene comprada toda su atencion por el momento.

El viejo Fénix se adentra en aquel lugar, tratando de llamar la atención lo menos posible. Complicado para un auto así, en un lugar como ese. No había neones, humo, ni derrapes para el, solo el ruido de un motor HEMI de hacia mas de 30 años, contenido, completamente domado. Una bestia negra que se paseaba lentamente entre los demás, hasta encontrar un lugar.

Se posa sobre el primer sitio que encuentra, pero nadie baja de el por un rato. Las lunas tintadas no dejan ver a su ocupante.

Sentado, aun con las manos en el volante, Chef observa un poco el panorama.

-¿Que mierda hago yo en un lugar como este? - piensa. No es su estilo. Se había vuelto cada vez mas sencillo con el paso del tiempo, y aquel lugar le parece demasiado ostentoso.

Vuelve a echar un vistazo mientras enciende un cigarrillo – Los misterios de la vida... - piensa, mientras baja del vehículo. Realmente no iba con la moda de aquel lugar. Camiseta blanca y pantalones gastados, siendo otra persona le hubiera costado mucho entrar a ahí con ese “look”.

Como fuera, se pone las gafas negras y comienza a dar una vuelta por el lugar, echando un vistazo a través de sus gafas, con el cigarro entre los labios y las manos en sus bolsillos.

- Necesito un trago – piensa.

El tiempo pasa y las caras conocidas no se hacen esperar. Un poco de conversacion intrascendente, buena musica, algunas entradas espectaculares. Nada que no pase cualquier otro viernes por la noche, mas esta vez tengo la sensacion de que sera distinto.

Paradojicamente llama mi atencion un vehiculo que pretende no llamarla. Un dogde del 69, un clasico de museo comparado con el resto de los coches.- Ese tio tiene que ser la leche si se a hecho con una plaza vip conduciendo eso.- me digo a mi misma esperando ver la cara del tipo que se resiste a bajar.

El conductor tiene cara de "¿Que hago yo aqui?" aunque sospecho que mas por el ambiente que por su habilidad. Se acerca a la barra y le digo.

- Hola, soy Alex y ese es mi chico, Ifrit.- digo señalando con orgullo a mi ferrari f40, un modelo que dejo de fabricarse a principios de los 90.- Parece que compartimos gusto por los clasicos ¿De donde has sacado el tuyo?- pregunto con interes.

Chef mira sobre su hombro cuando la mujer se le acerca. Creía haberla visto antes... bueno, tendría que ser tonto como para no haberlo echo. La mira a través de las gafas mientras escucha lo que dice. Que una mujer así se le acercara a un tipo como el en un lugar como ese sin duda era extraño en un comienzo, pero al salir los coches en la conversación entonces todo tomaba sentido.

Mira sobre su hombro de nuevo, enfocando sus ojos en la Ferrari. Nunca había tenido una buena concepción de esos autos “Cualquier ricachon con algo de pasta en el bolsillo puede alardear de conducir uno de esos”, suele decir. Aunque la muchacha se alejaba de aquel concepto... y tampoco es buena idea andar comentando tales pensamientos, no quiere problemas por el momento.

Se despega un poco de la barra, da media vuelta y se vuelve a apoyar, de espaldas.

- De un deposito de chatarra – dice, sin quitar los ojos al Ferrari – bueno, o algo así por el estilo – posa de nuevo la mirada en Alex, mientras le extiende la mano derecha en un saludo – Mi nombre es Hunter, por cierto, pero me dicen “Chef”.

Sonrio, el tipo es desconfiado pero me gusta su sinceridad, cualquier otro se hubiera tirado el moco de que lo consiguio en una subasta o pertenecia a alguien importante. Estrecho la mano que me ofrece- Entonces creo que se llevara bien con el mio, Hunter. Ifrit salio de un desguace, un niño rico le fundio el motor y lo dejo tirado.- Le comento dando un sorbo a mi bebida y tras pensarlo un poco añado.- Algun dia me gustaria correr contra ti, no eres como todos esos niños de papa que vienen a presumir de maquina, creo que tu eres de los buenos. La pregunta que me hago es ¿seras mejor que yo?.- digo con una sonrisa, realmente me pica la curiosidad averiguarlo.

Sigue mirando hacia fuera desde la barra. La muchacha parece sencilla, al contrario de lo que su imagen aparenta. Sin duda, algo raro para alguien con un Ferrari.

-Los muchachos vienen cada vez con los pies mas pesados – comenta mientras da un trago – Realmente no creo ser tan bueno – dice con una leve y torcida sonrisa – pero esas son cosas que no se demuestran con palabras, aunque ¿quien sabe? - hace una pausa mientras da otro trago, da media vuelta de nuevo y se apoya con los codos en la barra – no... hoy no creo que pase nada lo suficientemente interesante que amerite correr... - mira a la mujer – a menos que quieras apostar algo, eso sería un buen incentivo.

Vuelve a tomar otro trago.

Jimi se había quedado dentro de bólido observando a la gente, que entraba al lugar, pega un suspiro y desprende sus manos del volante, la puerta se abre y la música de fuera inunda el interior del coche.
Saluda a lo lejos a algunas conocidos y sigue caminando hacia el corazón de la bestia... la barra.
Se pide una lata de cerveza y toma un sorbo, luego sin querer, sus ojos se meten en el camino de Alexandra la mira curioso, como si la conociera de algo... lo tiene en la punta de la lengua pero... de donde coño la conoce
-Disculpa te conozco de algún lugar??

Llega un coche que no hace casi ruido al andar. Es una perfeccion, porque el coche parece deslizarse por la carretera. Los porteros del parking abren la verja sin que este pare para enseñar nada.  Y saludan con la mano y una sonrisa en la cara.

El coche va hasta un lugar que tiene un par de pies acero y una cadena. Rapidamente un el camarero sale con unas llaves y quita la cadena. El coche maniobra lentamente y coloca su vehiculo perfectamente centrado sobre un simbolo del infinito dorado que hay pintado en el suelo.

Del coche sale un señor. Guantes negros y trajeado. Sonrie al ver la expectacion. Hacia mucho que no venia. Y pensaba que  no iban a guardar esa plaza de honor que Slayter decia que le reservaria. Y resultaba que si que lo habia hecho.

Se acerco a la barra sonriente, mientras se quitaba los guantes.
Se dirigio primero a la chica del traje blanco.

Hola hija. Que es lo que pasa esta noche, para que me ha echo venir Slayter.