Partida Rol por web

Red Dawn: Amanecer Rojo [Inconclusa]

Plaza Roja de Moscú, 9 de Mayo, 1985

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31/08/2008, 04:07
Director

El día en que el mundo cambió para siempre...

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30/09/2008, 16:20
Director

El mundo comtempla el Desfile, y teme.

Frente al palco donde el Politburó en pleno saluda a la muchedumbre, desfila lo más granado del Ejército Soviético. Los tanques hacen un saludo sincronizado con sus cañones al pasar frente al palco. Los soldados de cada destacamento, elegidos cuidadosamente, enarbolan orgullosos sus rifles de última tecnología. Las banderas rojas restallan en la brisa primaveral, y los hombres, mujeres y niños de la Unión Soviética ven con el corazón encendido a los jóvenes que defienden su modo de vida frente a la opresión de occidente.

En medio del desfile, en un pasillo central por el que no cruzan las tropas, un hombre vigila los alrededores, invisible al resto del mundo. De pie en medio de la plaza, nadie repara en su trémula sombra.

Al otro lado de la plaza, en lo alto de uno de los nuevos y flamantes rascacielos de Moscú, un Operativo de Escucha y vigilancia rastrea las señales. En el cielo, más allá del alcance de la vista, tres helicópteros rojos y negros permanecen alerta, mientras los aviones más modernos del mundo, las máquinas de matar más rápidas de la Tierra, sobrevuelan a la muchedumbre dejando estelas carmesí.

Los discursos se suceden, uno tras otro, alabando la grandeza de la Nueva Unión Soviética, el poderío económico, la potencia industrial de sus fábricas, la grandeza de su ejército, la vitalidad de sus ciudades.

Entonces dos hombres y una mujer avanzan por la plaza hasta situarse frente al palco. Visten un uniforme regro y rojo que nadie ha visto antes, sus cuerpos muestran una musculatura extraordinaria, y un aura como de pequeñas llamas rodea a la mujer. Se cuadran, saludan al palco y después saludan a la muchedumbre, que no sabe quienes son.

Un tanque entra en la plaza, seguido por las cámaras, cada segundo controlado desde la Torre de Comunicaciones Central, una aguja de cristal rojo y acero que se eleva junto al río. Un equipo de más de 600 personas se encargan de que nada escape de las cámaras, de que no haya ningún detalle que no sea relevante, de que todo ocurra en su debido momento. El público no sabe lo que ocurre, pero aún así aplauden.

El primer hombre da un paso hacia el tanque.

Y entonces el público enmudece.

Sin esfurzo aparente, levanta las 50 toneladas del tanque del suelo. Lo sostiene sobre su cabeza, girando para que todos puedan contemplarlo. Suavemente, lo deposita de nuevo en la plaza. La tripulación del tanque sale por la escotilla, saludando, sonrientes.

Pero el público está completamente paralizado.

En el palco, una figura oscura y anodina sonríe, y una oleada de orgullo, mucho más poderosa que el orgullo patriótico del populacho, alcanza a un joven del público, discretamente vestido, y le hace sangrar por la nariz.

El segundo hombre se situa frente al tanque. Sus ojos brillan, un destello imposible de soportar. Y entonces un rayo blanco, incandescente, surge de ellos. El tanque queda limpiamente cortado por la mitad, partido en dos como si un cuchillo celestial lo hubiese atravesado. El hombre hace un saludo al palco y se retira un paso, junto a su compañero.

La mujer estalla en llamas. Como un sol dorado en miniatura, se elva en el aire dejando una estela de fuego. Y entonces, caídos del cielo, otros seis hombres y mujeres se unen a ella, volando sobre el público, todos llevando el uniforme negro y rojo.

Breznév toma la palabra.

- ¡Camaradas! ¡Ciudadanos de la Unión soviética! ¡Contemplad a los nuevos defensores de nuestro modo de vida! ¡Contemplad a estos nuevos hombres y mujeres! ¡Ellos son la señal de una nueva Unión Soviética, más grande, más poderosa, más próspera! ¡Contemplad a la Nueva Humanidad!

Y el público estalla en aplausos, un fervor más allá de lo humano, un sentimiento compartido más allá de las fronteras. Por toda la Unión Soviética, millones de hombres, mujeres y niños, con los ojos llenos de lágrimas, se levantan ante las pantallas instaladas en plazas y calles y aplauden.

Notas de juego

sitúese cada PJ donde le plazca.

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30/09/2008, 19:44
Serghey Nikítovich Volkov

-Hoy es un gran día, tódo debe salir bien... Todos están en su sitio, cumpliendo con su parte del trabajo, yo no debo defraudar... ¡Mierda! Esta gente me está contagiando su nerviosismo, tengo que concentrarme.

En ese momento una oleada de una emoción demasiado potente me abruma y siento cómo las fuerzas me abandonan. -Concéntrate Serghey... ¡CONCÉNTRATE!

-¿Se encuentra bien, camarada? Le sangra la nariz.

Los fuertes brazos de un campesino me sostienen. Es un auténtico patriota, sin duda, y parece haber llegado desde lejos: por su acento y modales parece de mi Siberia natal. Buenos recuerdos y emociones puras... justo lo que necesito.

-No es nada, camarada. Gracias por su ayuda.

Ya ha empezado el espectáculo y el público está demasiado sorprendido, su reacción no es buena ante las cámaras, esta no es la imagen que debemos mostrar. Cierro los ojos y me concentro en mi amor por la patria. Capto el amor de los que me rodean, en lo más profundo de sus corazones y lo moldeo, lo multiplico, lo comprimo y lo vuelvo a multiplicar. Tras oír las palabras del camarada Breznév sé que ha llegado el momento. Dejo que toda la emoción hasta ahora contenida explote, que se expanda. El público está reaccionando bien, están contagiándose unos a otros y seguro que con simplemente ver sus ojos, todo patriota sentirá lo mismo, todos desearán poder estar aquí... y nuestros enemigos nos temerán.

Ha sido fácil, posiblemente mi ayuda no hubiera sido necesaria, pero hoy no se pueden correr riesgos.

Ahora debo seguir haciendo mi trabajo.

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30/09/2008, 20:21
Sirius Blackovich

Todos comienzan a mirar el cielo, mientras un punto negro brillante parece acercarse cada vez más a la tierra. Saben que pueden esperar cualquier cosa, después de lo visto hace un rato, pero esto les sorprenderá un poco más.

Veloz como un misil, comienzo a caer desde el cielo, haciendome más grande a los ojos de la multitud y tomando forma humana a medida que me acerco al suelo. Poco a pcco, observo como la gente señala hacia el cielo, mirándome, sabiendo que soy una persona que cae desde lo alto.

Tras unos segundos, toco el suelo. Mi rodilla derecha se hinca en el duro asfalto, mientras que mi mano izquierda, formando un puño, golpea el suelo con poca fuerza. Todos se quedan asombrados, nadie sabe de donde he salido.

Rápidamente, me cuadro y me pongo en posición de firmes, haciendo el saludo militar a todas las autoridades del palco, mientras la gente estalla en vítores y aplausos.

Notas de juego

Espero que esté bien.

:)

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30/09/2008, 20:11
Serghey Nikítovich Volkov
Sólo para el director

Finalizada la primera parte de mi misión, me centro en buscar disidentes, rebeldes o espías estranjeros. Su intención de dañar a la patria o de boicotear el evento es lo que les delata. Bajo ningún concepto debe ocurrir eso, y estoy dispuesto a agotar mis energías para evitarlo. Las dosifico lo gusto para poder cubrir el mayor área posible con mi percepción empática pero que me dure para todo el evento.

Notas de juego

Espero no haberme extendido demasiado en mi anterior mensaje, pero me pareció una buena introducción. Si necesito hacer alguna tiradilla me lo comentas.

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30/09/2008, 22:23
Doctor Grigorovich

El buen doctor está sentado en el palco de las personalidades, tocándole la ingrata misión de explicar todo el espectaculo a los altos jerifaltes del Partido en términos sencillos que puedan entender . Sin embargo Pietr Grigorovich se encuentra cómodo e incluso divertido en esta posición, pudiendo emplear su dotes sociales personalmente en gentes tan distantes e inaccesibles como los altos cargos de la URSS.

-Este es Sirius Blackovich, un buen chico. Su fuerza y resistencia estan considerablemente aumentadas, hasta el punto de poder saltar grandisimas distancias sin sufrir daño en el aterrizaje. Imaginaos a Sirius saltando detrás de las espaldas de los americonskys en la fuerza de interposición que tienen en Pakistan. Rendirse delante de esto sin resistencia no sería lo mejor ¿no creen? Este es el futuro más allá de las cabezas nucleares, en cuanto los enemigos vean como estos dioses del mañana se acercan a ellos no dudaran en rendirse... ¿Que podrían hacer? ¿Lanzarse sus propias cabezas nucleares a si mismos para ver si pueden acabar con el Homo Sapiens Novus?-

Sonríe disfrutando de su habano, un increíble lujo teniendo en cuenta que La Havana ya no existe sino como un cementerio radioactivo, pero un lujo que el Partido Comunista ha considerado digno para tal celebración.

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30/09/2008, 22:43
Dmitri Kovaliev

El gentío se mueve como en una gigante ola roja al sentir las vibraciones del suelo. Una cosa era el paso de los tanques, pero esto sin duda ha sobrepasado la barrera de lo históricamente razonable. No puedo arrojar de mí la sensación de que todo, una vez más, está cambiando para siempre.

Acerco mi boca al walkie con la esperanza de que los vítores de mis camaradas no impidan que se oiga mi voz en el receptor de la Torre de Comunicaciones.

-Aquí Kovaliev: ¡Quiero una cámara enfocando ahora mismo ese puño cerrado! Necesitamos una buena portada para el Pravda. Las cámaras que cubren el cielo, zoom sobre las estrellas rojas de los pájaros, ¿entendido?

No oigo la respuesta, que se pierde en el atronador sonido de los aviones sobrevolando nuestras cabezas. La gente enloquece. Yo debería, también: pero si lo hiciera, ¿quién quedaría para contarlo?

Apunto mi Zorki 10 justo al puño izquierdo cerrado del recién llegado, por si mi mensaje no ha llegado hasta la Torre.

Me permito la satisfacción de mirar al palco por un segundo, antes de volver al trabajo.

El Pravda ya tiene foto de portada. El pueblo soviético ya tiene sus armas definitivas. Y yo ya tengo algo que contar.

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30/09/2008, 22:45
Daniil Barkov

Después de levantar el tanque, (idea de algún mandamás del partido) Daniil vuelve a su puesto de honor. Desde allí tiene una vista privilegiada de la demostración de poderes de los Tenientes de las unidades Estrella Blanca y Estrella Azul.

Una vez terminado el show algunos hombres más se unen a la parada. Sirius hace su aparición, y Daniil lo observa orgulloso.

Desde su lugar en la Plaza Roja Daniil busca con la mirada al resto de sus camaradas. Sabé que el Doctor está detrás de él, en el palco, y le ha parecido ver a Serghey entre el público.

Su pecho se hinche de orgullo patriótico hasta casi reventar el uniforme. Por supuesto ha tenido que hacerse a medida para el teniente, como toda su ropa desde hace años.

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01/10/2008, 08:20
Viktor Stravich

Viktor marcha junto a los demás del Ejército, con resignación.
Sus compañeros mostraban vistosos poderes que sometían a los espectadores y él, en su contra, miraba, cabizbajo su incapacidad por dar muestra de ellos.
Aún así marchaba bien recto, a sabiendas que algunos conocían de sus poderes psíquicos tan temibles como los demás.

Mientras caminaba, aprovechó pues para hacer una lectura general del temor que tenían aquellos plebeyos.
Sonrió al darse cuenta de que toda aquella gente pasaba un miedo visceral al verles campar con tan paranormales poderes.

Ya daría muestras de sus poderes en otra ocasión.

Notas de juego

Baaah, exibicionistas!

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01/10/2008, 11:03
Doctor Grigorovich
Sólo para el director

El buen doctor miró a sus compañeros de palco, la sorpresa iba dejando paso a la comprensión y las explicaciones ahora se antojaban innecesarias... era el momento de pasar a la acción.

-Todo esto ha sido posible gracias a un ínfimo presupuesto y una sola Instalación. Solo es el comienzo, imaginaos que podríamos hacer con algo más de recursos. He estudiado durante años a los chicos y las posibilidades tácticas son infinitas, no estamos hablando de guerra convencional, sino de otro tipo de guerra nueva.-

Dijo recalcando sobretodo la última frase mientras agitaba su puro para quitarse la ceniza de la punta. No quería que vetustos generales comenzaran a meter sus narices en el proyecto usándolos como si fueran simples tanques o empleando tácticas obsoletas de antes de la Gran Guerra. Sobretodo quería seguir con control del proyecto. Con todo seguramente el Coronel Solenykiev hablaría en su favor delante de sus superiores, pero necesitaba ir trabajandoselos personalmente, amoldándolos a la idea de que debía seguir al cargo.

-Bien camaradas. Ya supondrán que aunque el impacto propagandistico es enorme, los americonskys pronto comenzaran a intentar replicar nuestros logros. Deberíamos aprovechar el impacto inicial para atraer a más gente a nuestra causa, y creo saber como. Honorables camaradas, si me dejáis proseguir...-

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01/10/2008, 11:00
Director

Avanzando por la avenida llegan en formación. Uniformes negros y rojos, con pequeñas estrellas rojas, blancas y azules prendidas de los cuellos de los abrigos. 96 hombres y mujeres, en tres Batallones, forman ante el Palco Presidencial, en medio de la euforia extática de los millones de espectadores. Las cámaras recorren los rostros jóvenes, las facciones perfectas, los cuerpos imposibles, las alas, las auras luminosas, los destellos de energía.

96 hombre y mujeres como nunca ha habido antes en el mundo.

Los dos hombres y la mujer se ponen al frente de sus respectivas columnas de hombres. Los Flashes de las cámaras iluminan la plaza. Los tres NOVA se dirigen al palco. Uno a uno, le hablan a la nación.

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01/10/2008, 12:20
Katrerina Ivachenko

La joven rodeada de un aura llameante se acerca a los micrófonos.

- ¡Ciudadanos de la Unión Soviética! Mi nombre es Katerina Ivachenko. Como muchos de vosotros, nací en una familia humilde que sólo quería ver a sus hijos prosperar y no pasar hambre. Y gracias al Estado, hoy estoy aquí, ante vosotros, al servicio de nuestra Nación, para que nunca más, ningún niño deba pasar hambre, para que ningún anciano vuelva a pasar frío, para que ningún hombre deba sufrir penurias. Yo no soy excepcional por lo que puedo hacer. Soy excepcional por lo que puedo hacer para que nuestra Nación sea la más grande y poderosa del mundo. Y como yo, nuestros Camaradas del Partido, nuestros hermanos y hermanas del Ejército, nuestros hijos e hijas que trabajan en las factorías...

Pausa.

- ¡Juntos, todos, hacia un nuevo mundo de Igualdad y Justicia para todos!

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01/10/2008, 19:58
Felix Fiodorovich Bogdanov
Sólo para el director

No me termino de sentir a gusto entre todo el gentío, las tropas, el bullicio... sé que nadie me está viendo... o mejor dicho, sé que nadie me está prestando atención, pues la fin y al cabo estoy ahí en medio, tan real como cualquier otro pero a la vez inadvertido. El uniforme nuevo me hace sentir también incómodo, pero a la vez me reconforta con una extraña sensación a la que no estoy acostumbrado.

Hoy soy los ojos del Estado... Debo vigilar, oír, mezclarme entre la multitud y recordar caras. Incluso en una ocasión como esta, espléndida como ninguna otra en la Historia de la Humanidad, la traición puede ocultarse en cualquier rincón, tras cualquier cara afable. Me muevo entre la gente...

De repente, una ola de euforia me invade y me siento en comunión con las gentes que me rodean cómo nunca jamás lo había hecho antes... - Dios... eso es sentirse... no aislado... quizás no esté tan sólo...

Mientras tanto, no pude evitar observar de reojo las evoluciones de los que durante tanto tiempo han sido sus compañeros. El hombre volador... el tanque lanzado por los aires... - Ahhh, tanto tiempo de trabajo, una educación tan estricta. El doctor ha hecho su labor con nosotros bien... - Por último, la camarada Ivachenko toma la palabra y dirige su discurso patriótico... No, no cabe duda de que un nuevo tiempo se abre para las Repúblicas...

Notas de juego

De momento lo pongo sólo para el máster por aquello de que soy invisible... si tal, dímelo y lo edito para que todos lo lean.

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01/10/2008, 20:07
Daniil Barkov

Daniil espera discretamente, o al menos todo lo discretamente que puede un hombre de su tamaño, a que Katrerina termine su discurso. Una vez acaba la mujer vuelve a su puesto y Daniil se acerca al palco.

No le hacen falta micrófonos, así que los baja. Eso seguramente cabreará a los que llevan todo el tinglado de la televisión, pero no le importa.

Daniil alza su voz, al mismo volumen que la que se ha oido hace unos momentos. Su grave voz de bajo se extiende por toda la plaza como una oleada de sonido.

-¡Queridos Compatriotas! Mi nombre es Daniil Barkov. Mi familia ha defendido este país durante generaciones. Mis hermanos, mi padre y el padre de mi padre han dedicado su vida a defender a la madre patria. Se que podemos parecer diferentes, se que algunos sentís temor ante nuestra presencia y poder.- Daniil se iba envalentonando según avanzaba su discurso. Las palabras no eran los suyo, por suerte Serghey le había echado una mano con ellas- Pero yo os digo, no temais, pues todos somos hijos de la gran nación soviética. Y yo os prometo que todos los hombres y mujeres aquí presentes harán todo lo que esté en sus manos para traer prosperidad a la Unión Soviética.

Daniil coge aire.

-¡Por el país! Za rodinu!

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05/10/2008, 17:04
Alekséi Kosygin

El Presidente del Consejo de Ministros, Kosygin, que aplaude sentado junto a ti, atiende a tus explicaciones con gran interés.

- Doctor Grigorovich, si es cierto que realmente estos hombres y mujeres que han descubierto - Hay un cierto tono de ironía en la palabra - pueden hacer semejantes cosas por la nación, ¿por qué no se han destinado más de ellos al desarrollo de la industria de bienes de consumo? Tengo entendido que el Ministerio de Defensa tiene el control completo sobre las atribuciones que se le encargan a La Instalación. ¿Es eso cierto?

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05/10/2008, 17:09
Director

A tu alrededor se extiende un océano encrespado de admiración, de pasión desbordada, de júbilo. Navegas sobre las corrientes emocionales, cabalgando las rachas de orgullo y pasión patriótica, saltando de la admiración al asombro.
Aquí y allá encuentras una corriente subyacente de miedo asombrado, algo que estábais esperando que ocurriese, y que se mantiene a un nivel casi subconsciente. Habrá que trabajar junto con el Ministerio de Comunicación para evitar que ese miedo germine, pero hoy no hay de qué preocuparse.

Tu consciencia va y vuelve, esquivando el palco presidencial, donde el asombro de unos pocos está empañado por la desconfianza, el recelo y el miedo de otros, así como el orgullo que derrochan Brézhnev y sus acólitos. Sientes la ira fría y controlada de Alekséi Kosygin, el Presidente del Consejo de Ministros, mientras habla educadamente con el Dr. Grigorovich, así como el creciente recelo de los Militares y del Jefe de la KGB, mientras aplauden las palabras de Daniil.

Entonces detectas una corriente de miedo. No el miedo casi religioso que generan tus compañeros, formados frente al palco. Un miedo visceral, antiguo, atávico. El miedo primario. El miedo al fuego.
Algo ocurre al este, junto al río, y el miedo comienza a extenderse por la muchedumbre.

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05/10/2008, 17:57
Cámara 5

- Eeeeh, señor, creo que está pasando algo al otro lado del rio. Veo humo desde mi posición, una espesa columna negra.

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05/10/2008, 18:00
Director

Tras los discursos, el desfile continua, con los soldados NOVA formados bajo el palco presidencial.
Los misiles, los tanques, las tropas, ya nada parece tan imponente, tan majestuoso, tan mortífero como los 100 hombres y mujeres que forman frente a la muchedumbre.

Hacia el este, en dirección al río, algunos podéis ver una nube negre alzándose lentamente en el cielo azul.

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05/10/2008, 18:25
Sirius Blackovich

Mis ojos parecen ver una extraña nube que se acerca a nosotros... ¿Qué demonios será eso? Inclino un poco la cabeza para hablar con mi compañero NOVA de mi lado y mientras le señalo con mis ojos la nobe, le digo: - ¿Qué demonios es eso, Tovarich? -

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05/10/2008, 17:23
Serghey Nikítovich Volkov
Sólo para el director

Empiezo a moverme hacia el este, abriendome paso entre la multitud como buenamente puedo, procurando rodear a la multitud por detrás para avanzar más rápido pero procurando no dar un rodeo demasiado grande. Voy a echar mano de mi walkie-talkie para informar de mi situación, pero me doy cuenta de que eso podría romper mi cobertura innecesariamente.

Me concentro en lo que ocurre a mi alrededor. Cierro lo ojos y empiezo a ver realmente. Vuelvo a abrir los ojos y sigo caminando, asegurándome de que nadie a mi alrededor me observa. Cuando estoy seguro de que nadie me vigila, al menos nadie que no sea del partido, cojo la radio y hablo: