Partida Rol por web

Rengo es cojo! Todavía no se me ocurrio que poner en clase, por eso no puse nada!

Susana se había liado a hablar con el de la tienda y con otros vecinos del barrio... Hablaban de lo "salá que era de pequeña", "de lo mucho que se parecía a su madre", etc. etc. En un momento dado, vio el autocar al fondo llenándose de gente. Coño, ¡que se van a ir sin mí! Y salió corriendo hacia ellos no sin antes darse media vuelta y despedirse de aquella gente tan amable agitando la mano nerviosa mientras masticaba un regaliz... Niñaaaa, no seas mal hablada!!!! Se oía de fondo. 

Se presentó de golpe delante de la puerta del autocar. Holaaaaa, saludaba nerviosa (en el fondo le costaba reconocer que le hacía ilusión ese planazo, ¡a sus 17 años!). En ese momento vio a Juanjo, a quien ya conocía de campamentos anteriores y que siempre le había caído muy bien. Qué pasa Juanjo, le saludó guiñándole un ojo (mientras mascaba ahora uno de sus millones de chicles de la bolsa de chuches) pero dándole a entender que no se iba a sentar con él, pues sabía que era celoso de su espacio. También vio a Ana, la archienemiga de María (de quien Susana era mano derecha, otra pijilla muy mona, responsable y ejemplar -Susana ya estaba acostumbrada a que la compararan con ellas-), así que cuando vio a Natalia suspiró y se dirigió a saludarla con una sonrisa (ambas se conocían del barrio y ya se habían metido en algún que otro lío juntas). Por algo la llamaban la "community manager". ¡Natalia tía! ¡¿Qué bien verte en este campamento?¡ ¿no será tu primera vez, no? Ambas sonrieron por la otra posible interpretación de la última frase...

Mi padre llega tarde como de costumbre, quejandose de los semaforos, de lo mal que conduce la gente y de que pasará si pierden el bus. Yo no le hago mucho caso jugando con el movil y al final si llegamos a tiempo, el bus sigue aquí

 -Adios papa, nos vemos- tras cargar mi mochila en el bus miro a los chicos que ya están dentro, creo que alguno me suena de la acampada del año pasado, en fin

Subo al bus en silencio y me siento en el primer hueco que veo junto a la ventanilla, aunque luego me pongo de nuevo a jugar con el movil

- Fringillia montifringillia, aka Pinzón Real, caracterizado por poseer vientre blanco, alas oscuras con una franja alar inferior blanquecina y superior naranja, cabeza parda y pico amarillo... -

Sumido en mis recordatorios camino absorto hacia la puerta del autobús.

- Fringilla coelebs, aka Pinzón vulgar, ... -

Mi repaso mental continúa imparable mientras subo los escalones de entrada al vehículo, ausente de las constantes indicaciones y recordatorios de Bruno. De hecho, ni siquiera he percatado en su presencia.

- Joder, ojalá pueda ver alguno de cerca... por cierto, creo que podría pintar uno de mis elfos con esos colores, quedaría guay para la nueva partida de Reinos Olvidados... -

Alzo la cabeza en el pasillo del autobús y sin poder evitarlo mis ojos se posan una por una en las chicas. Natalia, Ana, Elisa, Susana, Margari...

- ¡No puedes pasar! - grito internamente a mis, cada día más intensos, impulsos adolescentiles. ¿Qué puedo decir? Tengo diecisiete años y nunca he besado a una chica... Mejor dicho, a una de carne y hueso... el busto de 54mm de Sansa Stark que pinté estas navidades sí probó mis labios... pero eso sólo lo sabemos Sansa y yo, y por mi bien mejor que sigua así.

Veo caras conocidas a mi alrededor. No es de extrañar, no es la primera vez que mi madre me manda a este sitio. Aun recuerdo la última vez que me interrumpió mientras estaba escribiendo un post en una de mis partidas en Comunidad Umbría para darme las "buenas nuevas"

- Javier, tengo buenas noticias - 

- Mamá, ¿no ves que estoy ocupado? -

- Deberías dejar eso y salir más a que te de el aire. Y no me refiero a juntarte con tus amigos esos raros en el sótano ese al que váis todos los sábados a jugar a dragones y magos... -

- Dragones y Mazmorras, mamá. -

- Lo que sea. A lo que iba, que han vuelto a aceptarte un año más en el campamento de verano, ¿no es estupendo? -

// insertar sonido de grillos

- Sí... estupendo... -

Bueno, en realidad se que no está tan mal la cosa. Al final siempre acabo pasándomelo bien y aprovechando la oportunidad para ver algo de naturaleza fuera de los libos o los documentales de la 2, pero en ese momento, no pude evitar cargar mi voz con toneladas de sarcasmo.

- Hola - sonrío y saludo tímidamente con la cabeza hacia el fondo del autobús a los presentes al tiempo que me siento tras la primera fila de asientos que, imagino, ocupará el monitor.

Me alegré al ver que el autobús aún seguía ahí. No era la primera vez que se olvidaban de él y le dejaban atrás. Iba acompañado de sus padres.

-Bueno, me marcho ya. Adiós -me despedí de ellos. No me iban mucho las despedidas emotivas y tampoco quería montar una escena. Claro que tampoco se iban a fijar en mi -pensé mientras subía al autobús. Pasé al lado del monitor. No me caía mal, aunque al igual que el resto, también se olvidaba de mi a veces. Subí al vehículo.

-Hola -dije. No hubo respuesta. Suspiré y me senté en uno de los asientos. Delante de mi estaba Natalia, a la cual apenas conocía de vista, y Susana, bastante conocida en el instituto. Miré por la ventana y pude ver a mi madre buscando por todos lados. Otra vez -suspiré girando la cabeza hacia delante. Decidí que esta vez me haría de notar. Al menos un poquito. -Ho-hola -saludé desde atrás.

Cada vez más gente iba subiendo al autobús. Por lo menos hay gente de mi edad pensó, algo más consolada. Y mucha gente iba animada. A lo mejor lo del campamento no estaba taaan mal. 

Sonrió cuando vio acercarse a Susana. -Eeey -la saluda, levantando la cabeza. -Menos mal, una cara conocida por aquí -se alegra. Le gustaba su sentido del humor; aunque no eran íntimas se podía decir que hacían buenas migas. -Oye, ¿tienes un chicle de sobra?

Justo detrás de la chica se sentó otro chaval. Si le miraba, su cara quería sonarle, pero no sabría decir muy bien de qué. Del instituto, supongo. Se giró en su asiento, para mirarle. -Hola -saluda, aún sin saber quién es.  

Levantó una ceja y miró a Ana.

- Yo no canto, yo pincho. - Lo que no era del todo verdad, ya que no tenía mesa propia, y apenas habían podido usar la del local del hermano de un amigo una vez cuando estaba cerrado. - Pero no suena tan mal. Con algo guapo de fondo, algo tipo pum, pum, pum, purumpum...*

Se lleva la mano a la boca como si fuera un micro y con la otra marca un ritmo, más o menos conseguido. Si había alguna estrella podría intentar convertirse en su productor. No era como ser DJ, pero le dejarían entrar a las fiestas a pesar de su edad, y se libraría del maldito instituto.

Margari no pierde detalle de todos los que van montando en el autobús. Ya han subido unos cuantos y ella sigue sola en su asiento. 

Venga Margari, intégrate tú, que ya tienes tiempo el resto del año de estar en tu mundo en el pueblo. 

Decidida, se vuelve a colocar el sombrero, se endereza la flor y se acerca al asiento desde donde Jaime intenta hablar con Susana y Natalia. 

- Hola! ¿Está libre? Me aburro ahí atrás. - Sin esperar a que le conteste se sienta. 

Conforme entraba gente, veía caras conocidas de otros años. Cuando Natalia pasó cerca de ella, le saludó como hizo con los otros, con una sonrisa. Sabía que era amiga de María, a la que Ana sí consideraba un poco zorra, pero con ella no tenía nada en contra. En realidad, a pesar de sus aires de pijas, intentaba hablar con gente de casi todos los tipos, suponía que era por su herencia gaditana.

Volvió a centrarse en Alfonso, un chico que si no era más joven que ella, sí lo parecía.

-Oh, ezo ha e'tado megabien. Al final puede que no eshe en falta el móvil.

Aunque lo dudaba, Ana rara la vez se había separado de su móvil rosa más de 20 minutos. Lo iba a pasar mal si no buscaba otra forma de matar el tiempo.

Sergio es buen chaval... no saca buenas notas y a veces se pasa de espabilado, un poco impertinente... pero buen chaval. Cualquiera puede conocerlo de algún verano anterior.

Tras despedirse con un “por favor, Sergio, y que no me tengan que llamar” como ultimas palabras de su madre, y depositar su mochila... se ve con su sonrisa de pillo subiendo al vehículo. - Buenos y calurosos días, nenas - inspira el aire “puro” del autobus mientras sube las escaleras - ¡Echaba de menos esto! – miente... y hace tan solo 2 años los campamentos le parecían lo más, pero hoy por hoy le parecen para pijos y crios ¡Sergio ya tiene casi 16!

Por lo pronto pilla sitio al lado de Ramón, que lo ve ahí... con el móvil – Eh tío, te lo van a quitar – saluda al chico quitándose la chaqueta – Aun estas a tiempo de metertelo en los calzones. Es un vacío legal, ahí Bruno no puede meter mano – le dice acomodándose. Sergio era un chico con mucha calle, una vez... hasta salio de noche en un cumpleaños, hasta cosa de las 00:30. Por lo pronto, se preguntaba cual de las chicas tendría las domingas más grandes.

- ¿en serio? - dijo levantándose de los asientos del final al ver como un chico,... que le sonaba, estaba jugando con el móvil.

- si a él le dejas entrar con el móvil, por que a mi me quitas el portatil , el móvil, la WiFi, la tablet, y las cámaras con sensor de movimiento,... eso, ¡es injusto!

-Ya verás que cuando regreses del campamento nos lo agradecerás, aprenderás muchas cosas y harás nuevos amigos. Le dice su madre a Pedro tratando de animarlo, el chico ha tenido algunos problemas de comportamiento y su psicóloga convenció a sus padres de enviarlo al campamento como terapia tranquilizante y de cambio.

-Si tu lo dices... Dice el chico de una forma inexpresiva, abrazando a sus padres y despidiendose antes de que el autobús los deje.

Al subir al autobús nota como algunas miradas lo siguen y como algunos de sus compañeros comienzan a platicar, al parecer algunos de ellos ya se conocían de años anteriores. El chico se dirige al asiento del fondo mientras saluda tímidamente a los demás campistas; se sienta junto a la ventana y observa con detenimiento a sus compañeros... la verdad es que se le dificultaba socializar pero tendría que hacer el intento, serían 10 largos días (o los que fueran) en ese lugar alejado de la civilización.

Pedro saca de su mochila el panfleto del campamento y lo lee tratando de encontrar alguna atracción que le llame la atención.

Julia entró al autobús tras despedirse de sus padres, emocionada por la nueva aventura: ¡¡Mi primer campamento!! pensó… De hecho, no sabía cómo no se había apuntado antes a los scouts, ¡le pegaba todo!

Buenas, tu eres Bruno, no?, saludó al que parecía el monitor.

Luego saludó al resto del autocar: Hola, soy Julia!, y avanzó para buscar asiento mientras iba repasando a los ya sentados… Vio un grupillo formado por un par de chicas, y detrás se fijó en un chico con apariencia de tímido que le inspiró simpatía y a su lado una chica muy alegre y colorida. Les dirigió una sonrisa y un ademán con la cabeza a modo de saludo y se sentó detrás con su mochila, de la que colgaba su amuleto: Su pipa de “Miss Sherlock”.

Preparada para la aventura, pensó

Me quedé perplejo unos segundos cuando la chica con la flor en el sombrero me habló. Normalmente era yo el que tenía que hablar a la gente para que se fijaran en mi presencia.

-Ho-hola -la saludo- Si, claro que está libre -contesté a la pregunta. Aunque antes de contestar la chica ya se había sentado- Eres... -trato de hacer memoria- ...Margari, ¿verdad? Curioso nombre. ¿Viene de Margarita?

Nada más sentarse Margari se quita el sombrero y lo apoya sobre sus rodillas. Se coloca bien los panties verde brillantes que lleva y que le dan muchísimo calor y empieza a hablar sin parar y sin casi parar para respirar. 

- Si, viene de Margarita. Pero es muy largo. Y Marga muy corto, y suena a señora mayor. Así que me gusta Margari. Aunque puedes llamarme como quieras. ¿Sabes?. Me encantan las margaritas. Esta que llevo en el sombrero es enorme. ¿Sabes? Las margaritas son unas flores de la familia de las asteráceas. Hay muchísimas variedades y viene del griego aster, que signifíca estrella. ¿No se parecen a una estrella verdad? No sé, los florólogos lo habrán elegido por alguna razón. ¿Se dice florólogo? No creo, porque a los que estudian la fauna no son faunólogos, sino zoólogos. ¿Te gustan los animales? Yo en el pueblo tengo dos perros, hay muchos gatos que van y vienen y además tenemos un gallinero y dos vacas. ¿Sabes? Me encanta la leche de vaca. Mi abuela la hierve porque dice que puede ser peligroso tomarla directamente de la ubre. Puag ¿que no?, a quién se le ocurriría. Pero estoy un poco preocupada por la leche que nos pongan para desayunar en el campamento. Seguro que es de esas de caja, que saben más a agua. ¿Habrá piscina? No me han dicho nada mis padres sobre lo que hay en el campamento. Me han apuntado para que mejore mis habilidades sociales. En mi pueblo no hay casi gente de nuestra edad. ¿Cuántos años tienes? Yo tengo trece. Bueno, tengo doce, pero este verano cumplo trece. Soy Leo. Aunque yo no creo en esas cosas. Per la constelación de Leo es muy interesante. ¿Sabes? Tiene la tercera estrella más cercana al sistema solar. Bueno, en otros sitios dicen que es la quinta. ¿Qué más da no? Ni que fueramos a ir andando... Me encanta andar. En mi pueblo hay un camino que sube por un cortafuegos que da a un mirador en el que se pueden ver nidos de buitres. ¿Sabes? Una vez vi a un buitre comiéndose una cabra. Le metía la cabeza y el cuello toda dentro de las costillas. La verdad es que no me extraña. No sé cómo sabrá cruda, pero el cabrito asado es la comida que más me gusta. ¿Nos darán cordero en el campamento? Ay, qué ganas tengo de llegar... ¿Y tú qué? ¿No me cuentas nada? ¿Sabes? Si ni siquiera sé cómo te llamas...

- Ramón, nada de móviles, venga, ir charlando tranquilamente que ya solo nos faltan tres. 

Pancho se encontraba mirando la televisión en el living de su casa cuando su madre apareció con una mochila lista.

Bien querido, vamos a dar un paseo.

El niño se subió al auto y en menos de media hora estaba frente al autobús cargado de otros niños. No lo había visto venir, pero su madre se las había ingeniado para meterlo de vuelta en un campamento de verano, no quedaba otra que intentar disfrutar.

Bien pequeño, espero que lo pases muy bien mientras tu padre y yo nos tomamos unas vacaciones. Pórtate bien y hazle caso a los mayores. Nos vemos cuando esto acabe!

Dijo su madre sonriendo y dándole un beso. El bajó y subió al autobús con una mochila un poco mas grande que él.

Hola a todos.

Dijo tranquilamente mientras buscaba lugar donde sentarse

-¿Crees que se encuentre lejos el campamento? No logro reconocer el lugar donde está en este folleto. Se pregunta en voz alta. -Odio los viajes largos, suelen ser calurosos y con pocas paradas para ir al baño.

El chico saca de su mochila una botella con agua y unos cuantos frascos de plástico con medicinas varias y se toma dos tabletas.