Partida Rol por web

Jareth estaba sentado en su silla preferida, en la sala en donde él y sus duendes solían reunirse a cantar. Ahora el sitio estaba vacío ya que las criaturas se encontraban haciendo sus tareas rutinarias en el laberinto. El rey Goblin se sentía bastante hastiado de todo, no tenía idea de cuál era el motivo, pero las cosas parecían totalmente sosas; como si la vida misma hubiera perdido su sabor.

Se paró y miró por la ventana. Su enorme e intrínseco laberinto seguía ahí, con todos sus seres mágicos y recodos misteriosos. Entonces ¿por qué tanta tristeza?

¿Era eso, tristeza, ese sentimiento tan humano? El rey no podía creer sentirse así.

Heme aquí Rey de los goblins, con todo un palacio, cientos de sirvientes pero… pero había un vacío, un vacío en mi interior que no conseguía identificar ¿qué será? Comida no, ¿Será entretenimiento? Quizás, eso debe ser, no puede haber otra explicación, cuando vuelvan mis duendes quizás deba de jugar con la cabeza de uno de ellos. Umm, quizás no sea eso… si, lo ha de ser

Me acerqué a la ventana para admirar mi increíble laberinto, magnífico, no me podía imaginar un lugar mejor donde vivir, pero… ¿De qué servía tales posesiones sin..? “no, no lo pienses” …sin nadie que lo comparta conmigo.

Sólo hubo una persona, sólo una que durante exactamente trece horas, me transformó, intento no pensar en ella, intento olvidar, pero es inútil, “¡olvídala! Ella te despreció” Quizás si supiera como le va… “¡Que la olvides!”  Yo… aún la amo.

Jareth borra, al menos de momento, la imagen de aquella que prefiere no pronunciar, pues el efecto que le produce en su corazón es bien fuerte.

Uno de los goblins entra, enojado, a la sala donde el rey se encuentra.

-Blah... blah, siempre, siempre. No, no, no. Nunca, nunca.

Se sienta en un costado y sigue hablando para sí mismo. Evidentemente no ha visto a Jareth, pero eso no sería extraño, los goblins a veces no son muy brillantes.

Observé al pequeño ignorante que entró en la sala, esa pequeña escoria sin lugar a duras era más feliz que yo, pues es bien sabido que los ignorantes suelen ser felices.

Pronto lo ignoré hacía mucho tiempo que nadie invocaba mi poder ¿Cuánto tiempo? ¿Cómo saberlo si aquí no se mide el tiempo? Quizás si observase el mundo real… – ¡No, no, no y mil veces no! – grité en voz alta

Sin querer había dicho algo similar a lo que estaba diciendo el goblin  Maldita sea, me estoy volviendo loco.  Fui a mi trono y más que sentarme me desplomé sobre en él, puse la yema de los dedos de mi mano derecha entre mis dos ojos, como pensando, pero realmente intentaba no pensar

-No, no, no y mil veces no!!

Señaló el duende, llamado Rougra, cuando escuchó a Jareth.

-No es justo. Yo voy a buscar árbol. Árbol que trae fruta y árbol que trae fruta estar en parte prohibida del bosque. Ahhh nooo. No entré en parte prohibida.

Jareth ahora asoció las palabras del ser con el sector en donde comenzaba el dominio de un oscuro príncipe llamado Christian Black. Entonces escuchó la historia con un poco más de atención, solamente un poco.

-Y árbol no estaba ahí semana pasado, árbol estaba en nuestro sector.

Concluye el goblin palmeando su mano con fuerza.

Primero creí que el duende despotricaba sin sentido sobre la zona prohibida, pero cuando dijo la última frase - ¡¿Cómo dices?! ¿Christian Black me roba territorio?

Me pude de cuclillas al lado de la pequeña criatura - ¿Estas seguro de eso? – mi semblante era frío como el hielo, consiguió que olvidara de mis tristes pensamientos, y algo de furia comencé a sentir en mi interior

El goblin asiente, aunque se rasca la cabeza como dudando realmente qué es lo que está asintiendo.

-Sí, no... eeeerh.. No sé. Porque porque el árbol estaba en nuestra tierra.

Mirando a Jareth

-En vuestra tierra y y.. ahora, ahora está dos metros en la tierra oscura. No es justo. Porque el árbol tenía esas frutas que que nos gusta comer. Y si pasamos a tierra oscura, tierra oscura tiene trolls. Tierra oscura tiene ogros. BlAh... grrr. No, no no es justo.

Rougra baja la cabeza, triste.

No me andaba con rodeos con mis secuaces - ¡No vuelvas a decir nuestra tierra insensato!

Con las manos en la cintura miraba con dureza como gesticulaba la insignificante criatura – Más te vale estar seguro de lo que me dices ¡Llévame hasta ese árbol!

Los problemas con Black no eran nuevos, pero que invadiese mi territorio ya era el colmo, se acordaría de mí si eso era cierto

-Sí. Sí. Master sígame que le llevo al árbol.

Dijo Rougra y comenzó a moverse hacia la salida. La pequeña criatura estaba muy enfadada porque quería comer esos frutos. También porque, pese a su orgullo, le daba miedo la parte de las tierras obscuras. Jareth, en cambio, no temía eso pero sí que sabía que no debía cruzar los límites.

El sólo pisar la tierra obscura era entrar en los territorios de Christian, y ese príncipe odiaba a Jareth desde que era un niño. Jareth sabía muy bien esas cosas.

Después de unos segundos, gracias a la magia del rey, estaban en los umbrales del territorio de Jareth y allí, tal como dijo Rougra, había un magnífico árbol de tronco nudoso, lleno de frutos de colores. Estaba 2 metros más allá del final del territorio del rey Goblin.

-¿Vé?¿Vé? Está en lado feo. Estaba en lado bueno antes. Ayer. Hoy lado malo, ayer lado bueno. ¿Vé? ¿Vé?

Pronto estuvimos en el lugar del conflicto, el árbol que decía Rougra efectivamente estaba en el territorio del insolente de Christian - Bien, llama a diez de tus compañeros. Levantad aquí un muro, no muy largo, que esté terminado hoy, aparte clavar unas estacas, quiero comprobar que efectivamente nos están robando territorio… también le voy a mandar un mensaje

Usé mi magia para mandarle un mensaje en una de mis bolas de cristal:

Cita:

Mientras miran el árbol, la bola cristalina que Jareth lleva consigo comienza a tintinear. Rougra, emocionado, grita:

-¡Respuesta, señor! ¡Respuesta!

El rey goblin mueve la bola en su mano y pronto el mensaje aparece. Efectivamente es de Christian.

Cita:

-Es del príncipe oscuro, ¿señor? ¿Nos va a devolver el árbol? ¿Sí? sí??? eh?? eh??

Vaya, la verdad es que tuve pronta respuesta, leí el mensaje, me pareció correcto aunque o no sabía o se hacía el despistado, preparé un nuevo mensaje para confirmarle la entrevista.

Cita:

Lo mandé y tras esto respondí a mi goblin – Cállate alimaña, ya veremos lo del arbol, no voy a entrar en guerra por que puedas comer fruta fresca de tu árbol favorito… ¡Quiero ese muro y lo quiero ya! – lo miré amenazante

Bien, por el momento una cosa ya seguía su curso, ahora… ¿Qué podía hacer?