Partida Rol por web

La escalera que bajaba comenzó a subir y los jóvenes salieron a una superficie limpia, de loza o algo así, que de tan limpia los reflejaba. Y lo primero que reflejó no les gustó en absoluto:

Había solo dos siluetas de las tres que entraron por ese pasadizo en la tierra. Los reflejos de Christian, ahora con la forma que adoptaba en eso que llamaban el mundo real y Jareth, ahora como Jay, eran lo único que devolvía la superficie pulida.

Estaban dentro de un edificio enorme, en donde las personas miraban esqueletos también gigantescos.

¿Pero dónde estaba Juliette?

Ella, como la escalera por donde ingresaron aquí, habían desaparecido. 

- ¡Maldición! ¿Y Juliette? Ha desaparecido justo delante de mi – Miré a un lado y a otro como si la fuera a encontrar

- ¡Juliette! ¡Juliette! – Llamé inútilmente

Resoplé, ahora en un mondo desconocido, que por mis ropajes debía de ser el mundo real sin entender muy bien como funcionaban las cosas aquí.

- ¡¡Juliette!!- gritó.

Según las indicaciones que Wiseguy, el paso de la ciénaga a ese extraño paraje era ése, y Christian no entendía qué podría haber pasado. Necesitaba hablar con su sabio. Esperaba poder hacerlo en ese lugar.

Aparece de pronto el sabio, ahora materializado dentro de una columna del museo, pero por lo visto solamente los dos lo ven. La gente sigue caminando como si nada.

-¡Señoor!

Dice Wiseguy y ven que tiene un rollo en la mano... de papel.

Se desdibuja la imagen y luego vuelve a aparecer el hombre.

-Estaba...en el .... estem. ¿Para qué se me requiere su gran alteza?- pregunta el muchacho de pelo parado.

Christian hizo caso omiso del rollo de papel higiénico y dijo:

- Al cruzar el portal entre la ciénaga y el meseo, Juliette no ha aparecido con nosotros, ¿sabes qué demonios le ha podido pasar?- preguntó con cierta ansiedad.

- Si Juliette ha desaparecido, quizá sea mi padre, y el próximo puede que sea yo...- pensó.

Cris reaccionó con rapidez y convocó a su sabio, una decisión acertada, me acerqué a aquella columna para prestar atención.

No me inmuté por lo que había estado haciendo el consejero, la situación no era como para estar de humor, tenía prisa por saber que había ocurrido con Juliette, ahora no era una las mujeres desaparecidas, eran dos.

El sabio saca un aparato extraño, uno con muchos botones y luces que titilan. En él comienza a teclear como un desenfrenado.

-Ah... sí.

"tic-tic-tictictic" hacen las teclas.

-Sí, sí.... ¡ES evidente!

Guarda el aparato y luego, mirando tanto a Christian como a Jareth, sonríe.

-Se ha perdido, es muy evidente. Es evidente que Juliette ha hecho lo que hizo esa vez que apareció en vuestro palacio. Ha utilizado parte de sus poderes reales, esos que perdió cuando perdió la memoria. Esos que tenía cuando aún vivía aquí como una poderosa bruja, señor.

Wiseguy asiente enérgicamente a todas sus palabras, como si estuviera super orgulloso de ser tan inteligente.

-Pero la cuestión es que Mmmm... no sé dónde está pero supongo que debe estar...

"tic tic tictictic"

-En el mundo entre los mundos, con Sarah. Sí, está con Sarah Señor. Debéis encontrar ahora el pasaje de este Museo para teletransportaros allí.

Los mira y concluye.

-¿No es obvio?

- Si, si, claro que es obvio – dije con ironía al recalcitrante muñeco gigante, pero al menos nos había dado algo de información, ahora sabíamos que había que hacer.

Me dirigí ahora el príncipe – Vamos Christian, cuanto antes encontremos el pasaje ese antes solucionaremos este embrollo

- ¿Está con Sarah, entonces?

Odiaba dar la razón al Rey de los Goblings, pero era verdad: había que moverse rápidamente.

- Bueno, habrá que encontrar el portal. ¿Por dónde empezamos?- preguntó, mirando es esqueleto que parecía de un dragón.

- ¿Para qué querrán tener aquí un dragón?- se preguntó al pasar a su lado.

 Los dos hombres comienzan a caminar por el museo. Primeramente se golpean con un montón de personas que vienen caminando mirando en todas direcciones pero sin realmente ver dónde pisan, y luego, después de varios tropiezos más, llegan a una placa en donde se dice qué hay en el museo y además hasta hay un pequeño plano que resume la localización de cada área:

Había muchísimas secciones. 

Y pisos. Ellos aprendieron, por parte del planito, que se encontraban en el Nivel Inferior, al lado del estacionamiento.

Entre los transeúntes, Jareth vió a una señora gordita a quién reconoció rápidamente. Era la mujer que le había ayudado a encontrar su apartamento, la primera vez que ingresó al mundo real.

Comencé a sentir un poco de angustia con tanta gente, además parecían todos perdidos como nosotros o andaban en grupitos detrás de alguien que parecía hacer de jefe.

Sonreí al ver a aquella mujer que me había ayudado, pero de momento decidí no molestarla más, además de momento debíamos centrarnos en la misión, me acerqué a Christian.

Le hablé bajito - ¿Sabemos a donde tenemos que ir? No me acuerdo… y esto es inmenso… - me rasqué la cabeza contemplando aquel plano

- No sé muy bien, y si nos ponemos a recorrer todo tardaríamos demasiado- comentó.

Christian vé que se encuentran en una sala conocida como SALA CULLMAN DEL UNIVERSO. En ella hay varios aparatos y los carteles indican que "aquí se presentan los acontecimientos que han marcado un hito en el campo de la astrofísica". Hay modelos de cosas girando redondas, con indicaciones que hablan del nombre de cada uno de esos objetos  (Tierra, Plutón, Marte, etc). Hay modelos a escala de algo llamado cohetes y hay un mapa del universo, eso dice un cartel, en donde se ven miles, millones, de puntos luminosos que no tiene idea el muchacho, ni Jareth tampoco a decir verdad, de qué se traten.

Luego hay un cartelito que dice:

"Al patio de Comidas"

Otro dice 

"Tienda del Planetario"

Y otro habla de "Estacionamiento".

La señora que antes había conocido Jareth está mirando una maqueta que muestra a una pelota con fuego que está girando al lado de una pelota enorme azul. 

Ambos parecíamos igual de perdidos, finalmente me decidí a saludar a aquella señora que había sido amable la anterior vez.

- Hola ¿Cómo está? ¿Se acuerda de mí? Gracias por lo del otro día - ¿Fue esta mañana? ¿Fue ayer? Ya había perdido la noción del tiempo y tampoco sabía si al saltar entre muchos el tiempo pasaba más deprisa o algo

La mujer se voltea y no tarda nada en reconocer al joven Jareth.

-Hola muchachooo, de nuevo nos vemos las caras. Son las vueltas de la vida, ¿verdad?

Luego mira a Christian y pregunta:

-¿Es tu pareja? Oh, pero si están guapísimos, ¿qué andan haciendo por el Museo?

- Si, vueltas de la vida… - pero a lo que dijo a continuación, primero me quedé confuso sin saber a que se refería, cuando caí en la cuenta me puse rojo como un tomate – noooo somos… somos amigos

En cuanto reuní de nuevo valor y un poco ajeno a la sala en la que estaba le pregunté bajito - ¿Usted sabe como se puede viajar a otro mundo? – Esperaba que no me tomara por loco

-Oh ¡lo siento, perdón por mi comentario entonces! -dije la mujer bastante apenada -es que no se ven todos los días hombres tan... bueno, ¿a qué iba la pregunta? Sí... un momento.

La mujer mira un mapita que tiene entre sus manos y lo hojea despacio, todavía conservan sus mejillas un color carmesí, debido al atropello de hace un momento.

-Mmmm bien, ¿viajar a otro mundo? Chico, tú siempre hablando en código. Pero supongo que te refieres a ver la sala del primer piso "La Sala de Descubrimientos". Seguramente allí tienen un aparato para viajar al otro mundo.

Luego con una sonrisa de disculpa, la señora dice:

-Estaré en el patio de comidas por si me precisan y... creo que te lo dí antes pero por las dudas... aquí tienen mi número de celular.

Le entrega una tarjetita a Jareth y se vá toda roja.

Mi rubor desapareció con facilidad cuando me centré en lo importante –No importa

Tras escuchar su explicación - Una vez más muchas gracias señora – tomé la tarjetita que me daba y me la guardé – que usted lo pase bien

Me acerqué a Cristian - ¿Vamos a esa sala? Quizás demos con algo – esperé su respuesta para ponerme en marcha