Partida Rol por web

En la sala se presenta un juez, cubierto por su capa negra con detalles de oro. Se descubre, y hay una cierta conmoción en la sala. Todos los allí presentes temen a un juez, pero este...

Soy el juez Ragnar, busco a una mujer norteña, una antigua esclava llamada Melissa. Hemos sabido que planea acabar con la vida de un habitante de esta ciudad. Todo aquel que no colabore será tratado como un conspirador y pagará el precio.

Ricardo se envara al reconocer a un juez. Mira fijamente a Anat y luego se recuesta en la silla tratando de parecer normal. Por un momento su mirada refleja preocupación, para cambiar enseguida a una de odio. Odio por la raza de los elfos oscuros y sus crueldades, y sus puñeteros espias.

En su sitio, junto a la Hakhim Sierva de la Luna y el Norteño, la Danzarina callaba aún. Su mirada iba de la una al otro, escuchando con interés lo que hablaban. Pero la conversación se detuvo abruptamente cuando hizo su entrada el la Casa un personaje siniestro, aunque de porte indudablemente solemne, autoritario. Un Juez. Y quizás, por la reacción de todos los presentes, uno conocido. Y temido, desde luego... temido.

Escuchó imperturbable su declaración. Ella acababa de llegar, sabía que estaba a salvo de sospechas, y que por tanto no sería objeto de investigación ni de seguimiento ninguno. No podía ser considerada conspiradora... todavía...

No hubo tiempo a más que la leve inclinación de cabeza... apenas un asentimiento tácito cuando su figura imponente entró en la sala... Vestido de negro y oro... como fuera entonces... le reconocía... sí... La Diosa volvía a cruzar nuestros caminos...

El miel de la mirada observó al norteño durante un segundo para buscar tranquila los ojos de Ragnar un segundo después. No hacia tanto habíamos compartido la lucha y el olor a sangre... ahora, el encuentro era muy diferente...

Ragnar me miraba... y yo a él...Pagará el precio.... y los ojos se me hundían en los suyos, tal como hicieran antes en aquel callejón... y los labios se me colorearon de suave sonrisa... apenas una sombra de ella... y el ámbar del iris se tornó desafío...Le miraba... y la leve inclinación de cabeza marcó el saludo... o quizá la aceptación...?muy bien..

Al ver a la Hakhim en la sala, el juez se acercó al trío que discutía anteriormente. Saludos, Sierva del Profeta. Nos vemos ultimamente en todas partes. Uno de sus subordinados le susurró algo al oído. Luego, la mirada de Ragnar se posó en el norteño. Tal vez os interese buscar otras compañías estas semanas. De un siervo de la justicia a otro. Si se confirma que una norteña asesina a otro Elfo Oscuro... no sera agradable.

Pues la verdad es que estaba en muy buena compañia hasta hace un instante. Más o menos hasta que llegaste a nuestra mesa.
Encajo la mirada del elfo sin inmutarme, y se la mantengo. A ver quien la desvia antes.

-¿Una Norteña asesinar a un Elfo Oscuro...? Y habéis dicho... ¿Otro...? Acabo de llegar, y no sé nada de todo esto. Pero esas son acusaciones de mucho peso... Sois Juez, por vuestro atavío. Así que sabéis de lo que habláis... ¿Podéis contarme lo ocurrido?

La Hakhim ha hablado con tranquilidad, mirando directamente a los ojos del elfo. Sonriente, sin reto en su mirada.

-¡Ah...! Me olvidaba... disculpadme... disculpadme todos... aún no me he presentado: Me llamo Aymée... sin más. Soy Hakhim, como veis... hija del desierto, y... danzarina de profesión...

*me aproximo a aymée y le ahgo una reverencia y a continuacion el digo...

Mi nombre es Rafael, Rafael de la Vega, encantando de conocerla señorita eres nueva verdad??, yo tambien llevo poco tiempo por aqui.

Saludos Ragnar... Me alegra veros de nuevo, aunque sea así... aunque sea aquí... El susurro de otro de su raza desvió su mirada al norteño... y su voz... y mi mirada se afilaba a sus palabras... aún más a las del norteño... Una situación demasiado tensa... No era momento... no era lugar...

La voz musical de la danzarina rompió un silenció casi físico... y ante su espontaneidad.. ante su falta de medida no pude evitar parpadear un par de veces perpleja... No dejaba de ser curioso... no dejaban de ser singulares... Dos esclavos... norteño y hakhim... enfrentando y pidiendo cuentas a todo un juez de los elfos negros... a Ragnar... el Juez...Uhmmmmmmm apenas un suspiro secreto a otro oído que no fuera el mío mientras el gesto se me tensaba a cada segundo que transcurría... Me acomodé en la silla, descansando los brazos a los lados del cuerpo, las manos en las piernas... presta a las dagas... Aquello no me gustaba.... aquello no era buena idea...

Si otro elfo muere injustamente...que la diosa guíe nuestro juicio... Si otro humano, hackhim... orco... muere injustamente... que la diosa aliente nuestros corazones... Ninguna muerte arbitraria es agradable, Ragnar... como no lo son sus consecuencias... me temo...

Un joven se acercó a la mesa... y tras una reverencia a Aymée se presentó a ella con cordialidad, ajeno a todo, ajeno a la lucha que allí se desataba... Y yo alternaba la mirada perpleja de uno a otro... y di gracias a la diosa por aquella interrupción distendida mientras me ponía en pie... mientras con la reverencia suave me excusaba de los que me acompañaban.... y de Ragnar...

Que Luna ilumine vuestras noches... Si me disculpais... La Dama Liu me espera...

Ragnar ignora por completo tanto al norteño como a la esclava. Si sus propios congéneres civiles le resultan molestos, los humanos directamente escapan a su atención... mientras no crucen la línea. La muerte de Khurgle aun no ha sido esclarecida, pero mi pueblo teme a mi orden más que a la muerte. Mira a Anat un momento sin decir nada. Con poderosas razones. Otro atentado contra un miembro de mi raza obligaría a los jueces a dar un ejemplar escarmiento a todo hombre de la ciudad, esclavo o no. Si eso pasase, administradora de justicia... Ragnar se gira para irse. De un defensor de la justicia a otro. No querrás esta aquí cuando eso pase, si no encuentro antes a esa zorra pelirroja.

El juez se marcha, Anat justo despues. la bailarina y Rafael están hablando tranquilamente.
Ricardo se queda pensativo unos instantes.

Decidido, no hay otra solución

Con una mirada fría como el hielo el norteño se levanta y sale de la sala común con un claro objetivo en mente.

Ya estaban bastante difíciles las cosas como para ahondar en ellas... de modo que Aymée optó por ignorar el desprecio con el que el Juez les había obsequiado al Norteño y a ella, al obviar sus comentarios.

Se giró hacia el hombre que se acababa de presentar, y le respondió queda, de modo que aunque hablara con él, podía seguir las otras conversaciones. Y no dejó de observar los movimientos de los que la rodeaban.

-Si, soy nueva. Me llamo Aymée, y vengo de las tierras del Sur, del Desierto. Soy una Hakhim, como ya sabrás.

Al poco de salir el juez un elfo oscuro entra en la sala. Va bastante bien vestido, aunque se aprieta las manos fuertemente, frotándolas, como si precisara entrar en calor.

Al entrar en el lugar enarca una ceja al ver a la nueva gladiadora, y sonríe de forma desagradable. A pesar de ello, hay algo indiscutiblemente atractivo en sus formas armónicas y en su mirada ligeramente apática

- Así que tu eres la esclava nueva de la que me hablaron... - dice el elfo oscuro mirándo fijamente a Aymée- Reconozco que no exageraban sobre tu aspecto. Eres una hembra impresionante. Mañana nos veremos en la arena. Siento curiosidad por ver si eres solo una nueva cara bonita o si puedes hacer algo que interese a mi pueblo- tras esas palabras me acerco a la hoguera y me siento a beber a la luz del fuego

Con las palabras de Ragnar como un eco en la cabeza caminaba hacia la mesa de Liu An... y al llegar... irguiendo el gesto y dejando escapar el leve suspiro... esperanza vana de que con él marchase aquello que me oprimia el pecho... la voz suave buscó su atención...

Dama Liu... me inclinaba con la sonrisa cómplice en los labios... mucho más en los ojos... Oí que me buscabáis...

Anat...

Una sonrisa se dibuja en mi cara desfigurada y oculta por las sombras...

Cuanto tiempo, te estaba esperando tengo una cosa para ti que te quito Ricardo

Rebuscando entre mis pertenecías saco un velo con el símbolo de la luna grabado en, el velo estaba sucio con sangre reseca y arrugado por el largo tiempo esperando a su dueña...

Lo he cuidado lo mejor que se, pero Ricardo lo destrozo y no me parecía que un mujer de tu calibre debiera volver a vestir ese trapo. A no ser que signifique algo importante para ti...

Por favor, siéntate hace siglos que no tengo una conversación tranquila, hablando de... cualquier cosa

Estaba nerviosa, intranquila... como algo que me hiciese mucha ilusión, como un regalo tiempo esperado... con un gesto amable la invite a sentarse... ojala aceptara.

Y empecé a rebuscar entre mi ropa... y saque un paquetillo primorosamente envuelto.

Delderius observa a las tres mujeres y cuando ve como Liu An se sienta junto a Anat silba en la dirección de ambas, atrayendo su atención.

- Liu, cuando acabes de hablar con Anat ven aquí, junto al fuego. Quiero hablar contigo

Cita:

El velo aparecia entre sus manos, ensangrentado y ajado, pero aún así, hermoso... quizá más hermoso aún que cuando me fue arrebatado... porque había vuelto... pero sobretodo, por la forma en que lo hacía...

Cita:

La mirada se me humedecía mientras en el gesto casi infantil sujetaba el labio entre los dientes, la leve sonrisa, el leve temblor emocionado de la barbilla... del brillo de los ojos... Oh.. Liu.... y la sonrisa se ampliaba por segundos mientras el miel recorría el bordado de luna... y la yema de los dedos acariciaba la tela sucia... y el abrazo sincero me fundía con la elfa...

Sentí su cuerpo casí repeler el mío... extrañado... frío... Quizá demasiado ajeno al sol del desierto y al fuego de sus gentes... pero asi eran los hakhim.. asi era yo... y aquella elfa oscura se había ganado algo más que mi respeto... se habia ganado mi brazo a su lado... se había ganado un pedacito de mi alma para si...

La sentía casi incomoda entre mis brazos... no me importaba... uno siempre se acostumbra a la calidez del desierto... y asi eramos los hakhim.. asi nuestro fuego y nuestra esencia... quizá demasiado espontanea, quizá demasiado orgullosa... asi eramos.. asi queriamos ser...

Me retire de ella,y la sonrisa se me dibujo dulce cuando mis labios le rozaron la mejilla aspera, la piel herida... cuando el aliento suave le dedico un gracias sincero... mucho más que eso... una promesa... Pupila contra pupila, Liu lo vió en mi miel...

Liu An... no lo olvidaré...

Me senté frente a ella... radiante... blanca... con la sonrisa iluminada de fe... de alegría... con la sensación en el pecho de haber encontrado algo importante.... mucho... y mientras la observaba intrigada rebuscar algo entre sus cosas... la voz de Delderius empañó el miel de los ojos... solo un segundo... que orgullosos se entornaron a buscarle por encima del hombro... la ceja enarcada... el desden en los labios...

Tarde o temprano... elfo.... por la Diosa... tarde o temprano...

... el corazón me latía desbocado... no atinaba a abrir el paquete, a dárselo. Me estaban asaltando las lágrimas... "emoción", hacia tanto tiempo que no la sentía...

Por fin conseguí desenredar la cuerda que cerraba el paquete y desenvolverlo...

Un velo de un blanco brillante... luminoso hizo que la oscuridad se apartase de la mesa. Anat lo cogio, mirándome interrogante… como si dudase que fuese para ella

Es paapaara ti… las palabras me resultaban difíciles de decir.

Lo compre por el que te habían robado, es seda de reinas araña… la mejor y mas resistente seda del mundo… y de una belleza… les pedí que grabaran vuestro símbolo

Señalando un dibujo en forma de luna, al contemplarlo el color de la luna variaba absorbiendo la luz del fuego y reflejándola en colores rojos y azules…

Esta bordado con hilo de plata... dicen que es protector... espero que lo haga... no me gustaria que te pasara nada malo...

La emocion volvio a mis ojos, intentando que no se notase segui hablando... no habia dicho tanto en tanto tiempo...

… Cuéntame cosas de ti, de tu vida… yo te contare de la mía…
Gracias por hacerme sentirme otra vez viva… el otro día en la arena… eso significo mucho para mí… c…reo que me salvaste del abismo…

Sonriendo como no lo hacia casi un siglo me recosté en la silla para disfrutar de una rato con Anat

Delderius observa todo lo que ocurre con atención y sin hacer comentarios, bebiendo con calma de su copa. Parece genuinamente interesado, aunque saber qué piensa el perverso elfo oscuro es una incógnita

Y bien, Delderius, ¿te gustó la diversión que te busque? La voz es grave, cargada de autoridad. A su espalda había un Elfo Oscuro, cubierto por la legendaria Armadura Negra, forjada por la misma madre del Emperador, y cubierta de runas. Latía con su propia vida, tan ansiosa de sangre como su amo. Sus marcas eran reconocibles por cualquier Elfo Oscuro.

Valter, el Maestro de Armas. El héroe de su pueblo, cuyo dominio de cualquier arma era indiscutido. No tenía rival.