Partida Rol por web

Despues de montar nuestro pequeño campamento y encender la hogera sin demasiada dificultad con un par de piedras que guardo en mi mochila observo el lago, quizas podria improvisar algo para pescar.

-Quizas pueda improvisar algo para pescar, aunque no se si habra peces siquiera. Voy a buscar algun arbol con el que fabricar alguna caña de pesca improvisada. Si ocurre algo llamame no estare muy lejos.

Dotakla parecia igual de diligente que siempre y apenas habia dejado a Nabiják ayudarlo cosa que ha Nabiják le crispaba un poco.
Nabiják soltó un suspiro mirando a la hoguera Vale, aunque yo no tengo hambre 

Entráis a la ciudad, una ciudad llena de gente yendo de arriba para abajo. Justo en frente de vosotros, que aún estáis en la entrada, os encontráis con un establo y al lado un cartel que pone " El Grandioso", justo encima de una enorme puerta que creeis que puede ser la taberna. Hay dos caminos, uno hacia la derecha y otro a la izquierda que son los mas ámplios de todos, pues hay pequeñas calles por todo, aunque las mas vistosas son esas ya que son las que tienen mas afluencia de gente. A vuestro lado, hay un guardia que se os acerca tranquilamente y con una sonrisa en el rostro, como dandoos la bienvenida con ella. Cuando está suficientemente cerca, se para y se pone firme, aunque algo torpemente-Parece novato-.

-Bienvenidos a Bryn Shander, señor y señorita, ¿Qué les trae por esta bella ciudad?-

Sonríe al guardia, una sonrisa con un deje de tristeza, y contesta -Bien hallado buen señor, venimos desde lejos en un asunto de gran importancia, por lo menos para los directos interesados. Lamentablemente necesitamos la ayuda de uno de los vuestros, un hechicero de gran renombre incluso fuera de los muros de esta ciudad.

De forma casual extrae una moneda de plata y empieza a jugar con ella moviéndola entre sus dedos con habilidad.

¿Quizá vos podríais ayudarnos e indicarnos donde reside exactamente?

Supongo que podríamos preguntar por ahí, pero es mas difícil que un guardia te mande a un sitio donde te apuñalen en la espalda, aunque Diez Ciudades no se conoce precisamente por ser el sitio mas civilizado de los reinos... bueno, habrá que correr el riesgo.

Una vez encontrados los materiales necesarios me dispongo a llevarlos al campamento para empezar a fabricar la caña.
 

La mirada de Shivra incluso cuando el guardia habló se mantuvo escondida. Su compañero sabía como se sentía la joven por lo que esperaba que este no le preguntase. Alejarse de Cred la entristecía muchísimo por esa misma razón mantenía bajada la cabeza, escondiendo sus ojos llorosos y ese puchero de niña pequeña. A veces tenía comportamientos que dejaban que desear. Limpiándose las lágrimas levantó la cabeza para mirar primero al guardia y después al joven que le hacía compañía. De repente se había perdido y no entendía nada, aún así sonrió un poco y asintió a las palabras, como dándole la razón. ¡Malditos! No dejar entrar con mi oso... ¡Eso está feo! suavemente escondió sus brazos bajo sus pieles abrazándose, sus dedos tamborileaban despacio sobre los costados, aunque duró menos y nada pues una de las pequeñas manos salió de su escondite para apartar uno de los largos mechones de pelo.

Parecia que de todos modos no necesitaban a la escoria humana que era quien se jactaba de conocer el camino correcto, aunque bien era cierto que deberia tener cuidado en la ciudad, pues como amenazo el humano algunos querrian matarle o intentar robarle. Quizas despues de matar a 5 o 6 cambiaran de idea.

Termino de fabricar la caña, aunque servira no deja de ser una herramienta muy rudimentaria. Cuando termino me acerco al campamento.

-He divisado una ciudad, como mucho tardaremos dos dias en llegar sin no sufrimos ninguna perdida de tiempo. Voy a pescar, quizas quieras acompañarme para conversar sobre lo que vendra despues.

Nabiják asintió y fijo la vista en la lejania Es cierto no parece que esté muy lejos Luego caminó con Dotakla acompañandolo a pescar

Mientras me acomodo y rebusco entre la orilla humeda algun cebo no puedo evitar sentir cierta emocion por haber encontrado la ciudad, hacia tiempo que no estabamos en un peligro real donde pudiera luchar a muerte por la supervivencia. Si el humano no mentia pronto llegaria el momento.

Arranco un gusano del suelo sin romperlo como otras tantas veces y miro a Nabiják mietras lo coloco en el hilo.

-¿Como encontraremos a la presa en una ciudad llena de humano y otras razas purulentas? ¿Has visto en tus visiones como es?- Pregunto con evidente curiosidad, jamas he sido un elfo que se sintiera atraido por la oracion de alguna divinidad.

Termino de colocar el cebo le paso a Nabiják la rudimentaria caña de pescar para que pesque ella.

-Toma, con un poco de fortuna tu dios nos beneficiara con un gran pez.

Nabiják soltó una risita, cogió la caña y la lanzó al agua con un giro de muñeca No, no me ha mandado visiones sobre como es pero llegado el momento me lo hará saber como me ha hecho saber que ibamos en el camino equivocado

-Supongo que nos avisara si la ciudad es el camino equivocado.

Curiosamente os da la dirección, aunque no os extrañáis cuando veis a un hombretón cuadrado dirigirse a el y darle un buen sopapo. Por prudencia, decidís alejaros despidiendoos de los dos soldados mientras vais en dirección a la casa del gran hechicero de la ciudad.

Llegáis a una casa bastante sencilla, de dos pisos, no parece ser muy grande... Desde donde estáis podéis percibir el olor de la bollería recién echa que sale desde una de las ventanas del piso inferior que está medio abierta. De ella sobresale una bandeja llena de bollos, al parecer rellenos pues sobresale de dentro jamón y queso fundido. Sanshar puede ver el interior, Shivra al ser mas canija, no.

Sanshar ve a cuatro personas dentro de la casa desde la ventana, son tres hombres, uno que parece bárbaro, otro con ropas blancas y bastante grueso de cuerpo y un muchacho delgado pero fibrado, con los cabellos de fuego. En cuanto a la cuarta persona, es una mujer, una bella elfa que con solo mirarla encandila, de cabellos negros y piel pálida. Parecen recién despertados, pues no llevan mas que lo mínimo de ropa para dormir, la chica va vestida con una túnica blanca preciosa y los dos chicos van uno con pieles y el otro con una simple camisa y unos simples pantalones. El único que parece ir vestido como dios manda para salir a la calle es el hombre gordito, el cual lleva un traje que parece muy cómodo de color blanco también.

Pescáis tres peces lo suficientemente grandes como para llenaros.

Cuanto blanco... desde luego aquí no destacarían con la cantidad de nieve que suele caer.

Mira a la mujer elfa con interés patente, parece un miembro del Pueblo como los dioses mandan y desde luego siempre es un placer para la vista verlos.

Después se gira hacia Shivra y se da cuenta de que ella no ha visto a los que están dentro y dice -parece que no somos los únicos que buscamos a este hechicero. Aunque no me parece que ninguno de ellos sea estudiante del Arte así que el hechicero en cuestión estará en el segundo piso.

Se encoge de hombros y continúa algo decepcionado -de todos modos no parece que tengamos otra opción mejor.

Podría disfrazarnos a ambos, sería una medida prudente ante unos desconocidos, pero si el hechicero es poderoso podría ser capaz de ver a través del disfraz y esto podría suscitar preguntas incómodas. Aún así mejor estar prevenidos y tener una cierta defensa.

Deja a fogoso a un lado de la calzada, cerca de la puerta y junto a las riendas ata con un pequeño cordel una de sus páginas donde su símbolo arcano está grabado en un color azul pálido.

Dudo que nadie robe un caballo con la marca de un usuario del Arte enfrente de la casa de un hechicero.

Dirigido a Talin:

Talin, ¿por qué no te dedicas a husmear en los alrededores y luego nos cuentas lo que has visto? Pero solo si prometes no comerte ninguno de esos deliciosos bollos que se huelen desde aquí. Prometo que luego te compraré un poco de leche fresca con miel para ti enterita. Aún así no te alejes mucho y no pierdas de vista a Fogoso, si ocurre cualquier cosa me avisas.

Siente como, a regañadientes, Talin expresa su conformidad y después de acariciar la mejilla con su cálido hocico baja de un salto de su hombro donde intentaba consolarla por la ausencia de Cred y empieza a husmear el suelo.

Así mismo siente como el instinto predador de Talin aumenta y compadece al roedor tan descuidado como para rondar las cercanías.

Por último murmulla una frase arcana y sus ojos se iluminan brevemente de un color azul refulgente antes de volver a ser normales.

Entonces mira a Shivra y le pregunta -¿entramos entonces?

Me limpio las manos en el agua de la orilla y luego me acerco a los peces ya muertos en la orilla, saco un cuchillo algo mellado y me dedico a destripar los peces y limpiarlos para cenar.

-No tardare mucho con esto, parte la caña y tirala a la fogata para luego prenderla, no creo que nos sirva mas.