Partida Rol por web

Te encuentras en Eralvi, tus viajes te han traído a ésta próspera ciudad, rebosante de comercio y actividad...

La ciudad está flanqueada al este por un bosque y al oeste por el mar, por lo que los comercios se dan bien por agua y por tierra...Has oído que el puerto es un lugar que nunca duerme, y que los barcos llegan y parten a todas las horas del día...

En Eralvi, aunque originariamente era una ciudad humana, no hay una raza predominante, hay elfos y enanos en iguales proporciones y también puedes encontrar muchos semiorcos además de muchas otras razas, que, en su mayoría, son viajeros y aventureros...Sin embargo, al entrar en la ciudad, sigues produciendo el efecto habitual...sorpresa, desagrado, odio, miedo...son sentimientos que ves reflejados en los rostros de las personas que te miran, ya sean de una raza u otra...

Por supuesto, en toda ciudad rebosante de actividad suele haber una buena cuota de crimen, y Eralvi no es la excepción...La esclavitud, por ejemplo...es bien conocido por los ciudadanos que en la ciudad hay poderosas e influyentes redes de esclavitud, así como que hay muchos inescrupulosos a los cuáles no les importa abusar de los esclavos, para satisfacer cualquiera de sus "necesidades", o caprichos mejor dicho...manteniendo el negocio a flote...
Aunque la ciudad no destaca por los robos y asesinatos, no debes sorprenderte de ver o ser víctima de uno, ya que, a pesar de no ser algo cotidiano, los ciudadanos ya se han acostumbrado a ello...

En Eralvi no hay una autoridad máxima, hay, claro, personas poderosas, ricas e influyentes, pero la guardia se encarga de mantener un clima agradable y justo en las calles bajo la estricta orden del Capitán Aleus, un hombre de ya avanzada edad que, según has oido, tiene fama de ser valeroso, justo y, lo más importante en una de éstas ciudades, inquebrantable.

Te encuentras en la plaza central, a unos cuantos pasos de la posada más importante (y cara) de la ciudad, donde se suelen alojar los visitantes más exsquisitos e importantes...El edificio es realmente imponente con sus 3 pisos y sus gruesas paredes de piedra, las cuales tienen un corte limpio y nada tosco...Desde afuera, puedes oir un poco de música distorsionada por la distancia y el ruido y por la ventana puedes atisbar la fina mueblería que decora la sala y el comedor...Un cartel frente al complejo cita: La joya del mar

Sin embargo, ese no es un lugar para tí, ni aunque tuvieras el dinero para pasar una noche allí te dejarían entrar...bueno, quizás sí lo hagan, pero no esperes que te traten como a todos esos ricachones...

Te han dicho que por una pieza de oro puedes conseguir comida y alojamiento mediocres-buenas en La vela muerta, una taberna en el puerto donde suelen alojarse algunos navegantes y viajeros con poco dinero...

No falta mucho tiempo para la noche y, aunque dudas que puedas correr mucho peligro, no es muy seguro frecuentar las calles de Eralvi en horas tardías...

Te encuentras en Eralvi, tus viajes te han traído a ésta próspera ciudad, rebosante de comercio y actividad...

La ciudad está flanqueada al este por un bosque y al oeste por el mar, por lo que los comercios se dan bien por agua y por tierra...Has oído que el puerto es un lugar que nunca duerme, y que los barcos llegan y parten a todas las horas del día...

En Eralvi, aunque originariamente era una ciudad humana, no hay una raza predominante, hay elfos y enanos en iguales proporciones y también puedes encontrar muchos semiorcos además de muchas otras razas, que, en su mayoría, son viajeros y aventureros...

Por supuesto, en toda ciudad rebosante de actividad suele haber una buena cuota de crimen, y Eralvi no es la excepción...La esclavitud, por ejemplo...es bien conocido por los ciudadanos que en la ciudad hay poderosas e influyentes redes de esclavitud, así como que hay muchos inescrupulosos a los cuáles no les importa abusar de los esclavos, para satisfacer cualquiera de sus "necesidades", o caprichos mejor dicho...manteniendo el negocio a flote...
Aunque la ciudad no destaca por los robos y asesinatos, no debes sorprenderte de ver o ser víctima de uno, ya que, a pesar de no ser algo cotidiano, los ciudadanos ya se han acostumbrado a ello...

En Eralvi no hay una autoridad máxima, hay, claro, personas poderosas, ricas e influyentes, pero la guardia se encarga de mantener un clima agradable y justo en las calles bajo la estricta orden del Capitán Aleus, un hombre de ya avanzada edad que, según has oido, tiene fama de ser valeroso, justo y, lo más importante en una de éstas ciudades, inquebrantable.

Te encuentras en la plaza central, a unos cuantos pasos de la posada más importante (y cara) de la ciudad, donde se suelen alojar los visitantes más exsquisitos e importantes...El edificio es realmente imponente con sus 3 pisos y sus gruesas paredes de piedra, las cuales tienen un corte limpio y nada tosco...Desde afuera, puedes oir un poco de música distorsionada por la distancia y el ruido y por la ventana puedes atisbar la fina mueblería que decora la sala y el comedor...Un cartel frente al complejo cita: La joya del mar

Sin embargo, ese no es un lugar para tí, ni aunque tuvieras el dinero para pasar una noche allí te dejarían entrar...bueno, quizás sí lo hagan, pero no esperes que te traten como a todos esos ricachones...

Te han dicho que por una pieza de oro puedes conseguir comida y alojamiento mediocres-buenas en La vela muerta, una taberna en el puerto donde suelen alojarse algunos navegantes y viajeros con poco dinero...

No falta mucho tiempo para la noche y, aunque dudas que puedas correr mucho peligro, no es muy seguro frecuentar las calles de Eralvi en horas tardías...

No se lo tuvo que pensar mucho, a pesar de la oscuridad que reinaba en las calles, sus ojos le permitían ver con total claridad. Era una de la sventajas de ser un semicelestial. Había decidido ir a La Vela Muerta. Estaba seguro de poder escuchar buenas historias de viajeros y navegantes. Al día siguiente quería ir a conocer al tal Capitán Aleus. Si lo que había escuchado de él era cierto, como agente del bien, quería mostrarle sus respetos y alabar su trabajo.

Caminó rumbo a la taberna del puerto.

Caminas por las aún transitadas calles de la ciudad, el puerto no está muy lejos y llegarás en unos instantes...

Cada cierta distancia, puedes ver un guardia apostado, aunque esta distancia entre agente y agente se ve aumentada cada vez más mientras te alejas del centro...

A lo lejos puedes ver la taberna...hecha de madera y de la cuál sale mucho bullicio...crees reconocer música entre todo aquel ruido, pero no lo confirmas hasta que llegas a la entrada del establecimiento...

Aunque sus infraestructura no es muy buena, el lugar es realmente enorme, de dos pisos de altura, la taberna debe alojar a nevegantes y viajeros de todos los destinos...no te sorprende que salga tanto ruido de adentro, el lugar debe de estar atestado de personas...

Parecía estar abarrotado, pero no le importó. Llevaba varias noches durmiendo en la soledad de la noche, con la quietud rota sólo por los sonidos de la naturaleza que la caracteriza, así que agradecería el bullicio.

Abrió las puertas y entró. Contemplando la estancia entera. Después se acercó al tabernero.

- Buenas noches. Dispone de alguna habitación disponible?

Entras en la abarrotada taberna y resulta estar más llena de lo que esperabas...Un bardo en una esquina fuerza su voz para que se oiga en toda la sala sin muchos resultados...Caminas entre la gente, el comedor está lleno, aunque crees ver una mesa libre por ahí....no, ya se sentó alguien...y no, no parece que ese hombre lagarto quiera compañía...

Llegas a la barra tras toparte con varias personas y te colocas delante de quién parece ser el tabernero, quien te mira con la cabeza ladeada mientras le hablas...

Cuando terminas la frase el tabernero empieza a hablar, pero se ve interrumpido por un fuerte golpe en la barra, propinado por un semiorco sentado a tu derecha

¡Oye! - grita - ¡Te pedí una cerveza viejo! - le dice al tabernero - Y tú - te dice ahora a tí con gesto enfadado - Yo estaba primero flacucho - termina mientras en su cara puede verse una clara expresión de desprecio -

Esperaba la contestación del tabernero cuando el semiorco irrumpe en la conversación gritando. Su Dios era Heironeus el Dios del valor, por eso y por infinitud de motivos más, no se amedrentaba ante nadie. Sabía que dependiendo de la contestación que se le diera al orco, podría organizarse una pelea de taberna o no. Miró atentamente al semiorco con el rictus serio. Despues lo ignoró, como el que oye llover.

- En cuanto puedas tabernero, no tengo prisa.- Dijo, para que el hombre se relajara un poco.

Nuevamente, el tabernero va a responderte, pero el semiorco interrumpe...

Te crees muy importante no -  le digo mientras me pongo de pie - Muy fuerte, - sigo hablando - ¡Pero eres un cobarde! - le grito ahora, escupiéndole unas gotas de saliva en la cara -

Jaja, este humano debe de estar mojandose los pantalones - pienso divertido -

Cuando se pone de pie, puedes ver detrás suyo unos cuantos vasos de cerveza vacíos....quizás le está afectando la bebida, piensas...

Mientras tanto, el tabernero permanece mudo, sin saber que hacer para que no haya una pelea...

Puedes ver de reojo que varias personas se han volteado desde sus asientos para ver el "acontecimiento"...parece como si esperaran que una pelea se desencadenara...

Me dirijo a la vela muerta.
Mi estomago ruge como un semiorco furioso- pienso mientras camino- Deberé buscar algún "trabajillo" para sacar unas monedas, el dinero se esta acabando y no quisiera tener que estafar a alguien (salvo que lo merezca) si no es necesario

Se giró hacia el orco, mirándolo diréctamente a los ojos.

- Sólo te lo diré una vez. Te sentarás ahora mismo y olvidaré que has osado insultarme, seguirás bebiendo y dormirás la borrachera como seguramente haces siempre. De lo contrario, te arranco la lengua para que tus estúpidas palabras no vuelvan a importunar a nadie.

Llevó su mano hasta la empuñadura de la espada, de manera casi imperceptible. Era un paladín y por culpa de seres como el que tenía delante, existía el mal. Se mantuvo frente al orco, impasible.

Caminas por las aún transitadas calles de la ciudad, el puerto no está muy lejos y llegarás en unos instantes...

Cada cierta distancia, puedes ver un guardia apostado, aunque esta distancia entre agente y agente se ve aumentada cada vez más mientras te alejas del centro...

A lo lejos puedes ver la taberna...hecha de madera y de la cuál sale mucho bullicio...crees reconocer música entre todo aquel ruido, pero no lo confirmas hasta que llegas a la entrada del establecimiento...

Aunque sus infraestructura no es muy buena, el lugar es realmente enorme, de dos pisos de altura, la taberna debe alojar a nevegantes y viajeros de todos los destinos...no te sorprende que salga tanto ruido de adentro, el lugar debe de estar atestado de personas...

De repente parece haber un corto lapso de silencio en la taberna, mientras tú hablas. Sin embargo, cuando terminas tu contestación, la multitud se alza en un rugido ensordecedor...casi como si estuvieran sedientos de acción...

En su cara se forma una gran expresión de odio y furia, entonces, se para en toda su estatura y toma de su gran hacha, antes apoyada contra el taburete...Realmente, tenía un aspecto imponente...

Escúchame sabandija - le dijo y el odio parecía palpable en sus palabras - Más te vale que te retractes o, con esta misma hacha, voy a mutilarte hasta que ni tu maldita madre pueda reconocerte...¿Has entendido? - Terminó con un bufido -

No sólo me desafía sino que me insulta el muy estúpido - piensa - Ja, ya veremos si es tan valiente cuando esté moribundo en el suelo...

La multitud está enardecida, están enloquecidos por una batalla y el semiorco quiere dárselas...

El tabernero, en un desesperado intento de apaciguarte a tí y al semiorco, les dice-

Tomen, tomen - dice mientras deja dos jarras de cerveza sobre la mesa -Cortesía de la casa, ahora por favor si...

Sin embargo, él no lo deja terminar, toma una jarra y la destroza contra el suelo, mientras te mira con odio...

El tabernero, desesperado y sin alternativa, comienza a gritar

¡Guardias, Ayuda! -grita mientras se pone fuera del alcance del orco -