Partida Rol por web

- ¿Qué?, Ah, no... nada - me excusé. - Dijo que estábais juntos... - comenté. - ¿Te imaginas? - añadí con una sonrisa.

-Ahh eso, si. Es más ya lo hicimos hace una hora, pensé que era por otra cosa pero te prometo que la banda se mantendrá intacta no la arruinaremos Noah. - le confieso con cierta libertad como si le hablara a mi hermano.

La respuesta de Amy corroboró las palabras de Zack. No es que no me lo esperase pero aquel lapsus me había dado algo de esperanza de que finalmente todo fuera una broma de mi amigo.

- Claro que sí, ¿por qué iba a cambiar nada?

Eso, ¿por qué?

-Gracias Noah por decirme esto. - abrazo con fuerza a mi amigo festejando por su aprobación, tras soltarme rápidamente lo miro a los ojos esbozando una sonrisa. -Te quiero mucho, eres como el hermano que nunca tuve. - estaba feliz y quería demostrárselo.

- No hay de qué - respondí haciendo un gesto como para quitarle importancia.

...como el hermano que nunca tuve.

Ahí estaban, las peores palabras que una chica le podía decir a un tío. Me sentó como un jarro de agua fría aunque no se puede decir que me pillaran por sorpresa. Pero una cosa era esperarlas y otra muy distinta oírlas.

- Bueno Amy - dije mientras me incorporaba. - Me alegro mucho por los dos. ¿Vamos a cenar?

-Claro, vamos. ¿Me ayudas? - le pido ayuda a mi amigo para incorporarme dado los inconvenientes con la falda demasiado corta. -Gracias Bro. -le doy un beso en la mejilla mientras me dirijo hacia donde estaba Zack.

-Hey, así que le has contado todo. ¿Eh? - le doy un codazo para que se espabile y me mire.

Cuando Robin me respondió, la miré y sonreí.

-Gracias. También por lo que has hecho, menos mal que alguien sabía qué hacer.

Al escuchar a Zack preguntando en qué podía ayudar me volví hacia este.

-Podríamos ir trayendo las cosas de la cocina, la comida debería estar lista. – le dije, justo cuando se unió Amelie. - ¿Me ayudáis?

- Ehm, claro - respondí encogiéndome de hombros. - Tenía que saberlo, ¿no?

Estaba claro que me estaba buscando. Y me iba a encontrar.

- Por cierto - dije mientras la cogía en brazos tan rápido que no pudo hacer nada, - creo que eres la única que no se ha puesto el bikini. ¿No quieres bañarte? - pregunté mientras daba un paso tras otro, lentamente, hacia el borde de la piscina con clara intención de tirarla al agua. - Ahora lo traigo todo - le dije a Diana riéndome, - sólo un momento.

- Yo te ayudo ehhh... Diana, ¿verdad? - pregunté mientras me encaminaba a la cocina. - Esos dos no están para ayudarte ahora - contesté en voz alta y entre risas mientras me alejaba.

- Danos unos minutos Diana y te ayudamos. - le respondo a la chica animadamente hasta que Zack me carga en sus brazos y comienzo a ponerme incómoda con el vestido.
- Te recuerdo que no llevo malla, segundo se me ve todo porque la falda es corta y tercero me mojo y se me verán los pechos porque no llevo sostén. - le advierto con intenciones de que no me tire al agua.

Vi como Zack y Amelie se acercaban a la piscina, así que acepté la ayuda de Noah.

-Si, Diana, ¿Y tu nombre es…? – pregunté algo avergonzada, mientras nos dirigíamos a la cocina. – No os preocupéis, nos ocupamos nosotros. – grité a la pareja antes de entrar, aunque algo me decía que estaban demasiado ocupados. - Jayden dejó todo casi preparado, así que bastará con sacar las bandejas con la comida y la bebida. - le dije al chico entrando ya en la cocina y apagué el horno, dispuesta a empezar a sacar lo necesario para cenar.

Robin es la primera en aceptar mi idea de cenar. Además, se acerca y me da un cariñoso beso en la cara. Supongo que se me nota bastante que todo esto me afecta bastante. Trato de sonreír para que no sea tan evidente, aunque...

También responde a Diana insistiendo en que se quede. Yo, por supuesto, también quiero que lo haga, además de que le prometí a la señora Simone que la llevaría a casa personalmente.

Vamos entrando en casa de nuevo. Algunos se apartan para hablar, Diana y Noah van a la cocina a sacar la cena del horno. Me alegra ver que Diana va relacionándose con los demás. Me cae muy bien.

¿Demasiado bien? No comprendo del todo lo que pasó antes en el porche...

Amber me arranca de esos pensamientos pidiendo permiso para fumar. Un cenicero, más bien.

¡Claro, tranquila, no hay problema! -Le respondo, comprendiendo muy bien sus nervios. Yo aún los llevo encima, también- En seguida te traigo uno.

Voy al salón de la casa y abro el armario junto al televisor, sacando un cenicero de diseño circular con esferas formando una cruz. Lo llevo a la mesa del jardín y lo dejo allí, viendo cómo Kitty y Zack pasean alrededor de la piscina, ella en brazos de él.

¿Me he perdido algo? Parece que sí...

Espero a que saquen las bandejas con la comida mientras miro a todos los presentes. Aún estaba algo alterado por lo que acababa de ocurrir.

-¡Eh!-llamo a todos-Si necesitáis algo... aquí estoy

No tardamos en sacar la comida y la bebida, y colocamos las cosas en la mesa del jardín, que ya estaba rodeada de sillas y con los platos, cubiertos y vasos dispuestos.

Cogí otra toalla y me rodeé en ella. No había terminado de secarme y la verdad es que tenía algo de frío. Me senté a la mesa y cogí una de las patatas de pescado, empezando a comerla sin muchas ganas. Estaban buenas, pero todo lo sucedido me había quitado el apetito.

-Aprovechar antes de que se enfríe. – comenté en general, retomando mi patata.

Tomo asiento a la mesa cuando traen la cena, pero antes voy sirviendo la bebida preguntando a cada uno lo que más le apetece. Hay zumos, refrescos, vino y cerveza. Está la del barril que han traído, pero no está el ambiente como para acabarse todo eso así que ofrezco algunos botellines de cerveza de importación.

Me siento justo al lado de Diana, ya que soy de los presentes a quien más conoce. Y aunque no lo fuera, lo cierto es que me siento cómodo a su lado. Mientras olfateo la hamburguesa que tengo delante, que tiene una pinta estupenda como todas las del Sandy, me fijo en un pequeño gesto que hace Diana al enrollarse la toalla.

¿Tienes frío? -Pregunto poniéndome en pie- Espera, te traeré un albornoz, mejor que eso ¿Alguien más quiere uno?

-A mí me vendría bien uno-Digo mirando mi ropa mojada.

Sabía que la tontería esta me iba a salir cara

Creía no haber dado muchas muestras de ello, pero Jayden me preguntó casi de inmediato si tenía frío, y antes siquiera de que le respondiera, ya estaba nuevamente de pie, dispuesto a traerme un albornoz.

-No hace falta, de verdad, con la toalla me apaño. – le dije a la vez que movía las manos, algo apurada, tratando de negarme.

Sin embargo, no parecía dispuesto a acceder a mis palabras. Terminé de comer el palito de pescado y bebí un trago de zumo, antes de agazaparme sobre la silla a esperar.

- Bueno, me has convencido - dije finalmente abortando mis planes.

En realidad había pensado que después de cenar sería un momento mucho mejor ya que ahora sólo ocasionaría molestias para todos.

La dejé en el suelo, justo en el borde de la piscina, como si realmente fuera a tirarla y sonreí.

- Sabes que te lo mereces, pero por ahora te libras.

Y eché a andar hacia la mesa, terminando de ayudar a colocarlo todo.

Tonterías -Respondo a la negativa de Diana- Se te ve que tienes frío, ahora vengo.

Señalo a Zack, haciéndole ver que tomo nota de su petición también, como la de cualquier otro que se apunte. Me adentro en casa y en pocos minutos vuelvo con varios albornoces. A mi madre le gusta tener unos cuantos en un armario cercano a la salida de la piscina, y algunos de ellos son bastante chulos. Le tiendo uno a Diana y ofrezco también a Zack y a quienes han mostrado interés en el tema.

Venga, abrígate, tu madre no me perdonaría que te dejara ponerte mala, y yo tampoco. -Le digo a Diana con una sonrisa que se vuelve tímida en cuanto termino la frase, momento en que me centro de nuevo en mi hamburguesa.

Eso ha sonado un poco... ambiguo.

Vi como Noah y kitty comenzaban a hablar. Lo cual no tiene por que ser malo salvo que una sea tu mejor amiga y alguien por quien suspiras y el otro sea tu ex –novio. No podia negar que no me daba algo de miedo. Por que aunque con Noah habia terminado bien tenia claras sospechas de que sabia mi secreto.

Escuche a Amber felicitarme y sonrei.

-No es para tanto la verdad. Cuando seas enfermera me podras enseñar a hacerlo mejor. Yo simplemente tengo conocimientos basicos de primeros auxilios. La comente con una sonrisa. La verdad es que Amber era una chica guapa y simpatica. Y aunque no se lo hubiera dicho la admiraba mucho. Ella vivia tal y como pensaba que era en lugar de estar oculta como yo.

-No es nada de verdad chicos. Dar unos puntos es como coserte un pantalon. Bueno no era asi exactamente pero tampoco queria tirarme flores. Me tape un poco con una toalla para no quedarme muy fria.

Me sente a la mesa con el resto y escuche como Jayden ofrecia albornoces.

-Pues yo quiero otro si tienes. Bueno pues esto tiene una pinta riquisima comamos antes de que se enfrie.