Partida Rol por web

Renunciar a lo terrenal

4. El Cónclave de Neldorild

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17/11/2021, 07:47
Guardia

El guardia se habría echado a llorar, apabullado por las palabras del enano. Le faltó poco para ponerse de rodillas.

-Lo siento, señor enano, pero de verdad que la dama Salilah no está -gimió. El resto de los esclavos atestiguaron sus palabras, algunos no habrían querido decirlo, pero la situación se estaba poniendo fea, especialmente con Nepthis encerrada y con los aldeanos de fuera que preguntaban por qué habían hecho eso con la sacerdotisa-. No la encontramos desde ayer. Puede hablar con su prometido, que es quién por el momento está gestionando todos estos asuntos. O con los padres de la reverenda madre. Somos conscientes de lo sucedido, pero no tenemos órdenes sobre esto, la Guardia Áurea está por encima de nosotros. 

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17/11/2021, 07:49
Amessis

En cuanto el filo de su alabarda golpeó contra su hermano, la visión se deshizo en una nube de arena. La Biblioteca, las esculturas de Set, las runas grabadas en el suelo, la alabarda que sostenía. Todo se convirtió en polvo flotando sobre un rayo de sol y Nepthis regresó al presente.

Amessis la sostenía en su regazo y le apartó el pelo de la frente mientras comprobaba que estaba bien. Sí, Nepthis estaba bien físicamente, solo un poco mareada.

-¿Qué has visto? ¿Cómo te sientes?

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17/11/2021, 07:49
Lurzca

¿Pero entonces? - Lurzca empezaba a no entender nada, más de lo que acostumbraba de hecho. - ¿Quién diablos ha mandado arrestar a Amessis y presentar a Nepthis ante... - Frunció el ceño. - ...ante quién? ¿Pero qué diablos sucede aquí?

Alzó la voz a punto de enfurecer y de empezar a destripar a todo el mundo. ¡Nadie tocaba a sus chicas! La respuesta a las preguntas de la mestiza eran obvias y ya habían sido respondidas. Quien estaba al mando en ausencia de la Reverenda Madre, era la Guardia Áurea, fuera quien fuera esa mujer, aunque estaba claro que Lurzca ni idea tenía de quien podía ser, ni de cuales eran sus perversos planes dentro de aquel templo de Harthor, pues en esos momentos, parecía evidente para todos excepto para Lurzca, que la Guardia Áurea estaba metida hasta el fondo en aquel asunto.

Por suerte, Jotnar estaba al lado de ella y su mirada le transmitió la calma necesaria para no desenfundar su gran hacha y empezar a cortar cabezas una detrás de otra. Lurzca le devolvió la mirada dejándole a ella las preguntas y la interpretación de las respuestas, pues al fin y al cabo, las palabras se la daban mejor al enano. Por algo era el líder indiscutible de la Barba Insondable.

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17/11/2021, 07:50
Nepthis

—Un lugar antiguo y sagrado, enterrado bajo las arenas —le reveló Nepthis cuando se hubo sacudido el aturdimiento—. Un sitio en el que los mortales se convertían antaño en Encarnaciones. Set tenía controlado aquel sitio, o lo quería controlar, no estoy segura.

La sacerdotisa se levantó, y se frotó las sienes.

—Hasta ahora pensábamos que las Encarnaciones eran cosa de sangre. Al fin y al cabo, las Encarnaciones de Horus-Re siempre han formado parte de la familia real. Quizá sea algo que se transmite de padres a hijos, pero si este lugar existe y esa era su función... —negó con la cabeza, haciendo agitar la trenza—. No podemos dejar que caiga en manos de Set.

Miró fijamente a Amessis.

—Cuando te ofreció convertirte en su encarnación... ¿te dio algún detalle de cómo iba a hacerlo? Cuando me lo constaste pensé que quizá eras de su linaje y él despertaría tu poder latente. Ahora... no estoy tan segura.

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17/11/2021, 07:50
Jotnar

«Estará por encima de vosotros, pero no por encima de una de vuestras preciosas sacerdotisas»

—Lo he entendido, lo he entendido: sois los últimos de la fila aquí y os han cargado el marrón sin comerlo ni beberlo. No sufras—dijo sacudiendo una mano como quien espanta una nube de mosquitos imaginaria—. Antes de hablar con nadie más me gustaría ver a Nepthis, o la reverenda madre, o como la queráis llamar. A verla sí que nos puedes llevar, ¿no?

Había un par de cosas peculiares en todo aquel asunto que quería contarle. Si te metes en un ortigal sin saber lo que es una ortiga, te tiras los siguientes tres días arrepintiéndote; con los tinglados de los clérigos y sus iglesias, Jotnar tenía la misma sensación.

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17/11/2021, 07:51
Amessis

-No, no me dio ningún detalle sobre cómo pensaba hacerlo -respondió la nigromante. Ayudó a Nepthis a ponerse en pie y le sacudió la túnica-. Dijo que me había elegido para ser su Encarnación por las circunstancias de mi nacimiento. Me dio a elegir entre servirle o quedar maldita. Ya recuerdas el resultado.

Tras un momento de silencio, Amessis lanzó un suspiro.

-¿Un lugar para convertir mortales en Encarnaciones? Suena terrible si Set ha logrado tomar el control de ese lugar. ¿Viste alguna referencia que pudiese ayudarte a localizarlo? Si las Encarnaciones se creaban antaño y dices que ese sitio que has visto está enterrado, puede que solo quede una línea de sangre, la de Horus-Re. A lo mejor ese sitio ya no se usa porque está corrompido. No me extrañaría en absoluto...

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17/11/2021, 07:52
Guardia

El guardia dudó, miró a los demás esclavos, y dado que no había allí nadie con más autoridad, decidió que ya no tenía nada que perder.

-Sí, podemos acompañaros a las mazmorras. Desconocemos los detalles, los motivos o las razones por las que han encerrado a la madre reverenda, pero seguro que habrá una razón.

De modo que un grupo de siervos llevó al enano y a la furiosa Lurzca hacia las mazmorras. Dejaron de lado los salones y grandes pasillos blancos adornados con oro, con los símbolos de Hathor colgando de las cortinas y estandartes. Los afanosos esclavos traían comida, telas, transportaban objetos de un lado a otro y limpiaban las columnas. En su camino vieron a un par de sacerdotes de Hathor enfrascados en sus asuntos. Finalmente, entraron en las depedencias de la guardia y bajaron a las mazmorras, un lugar fresco y poco iluminado. En la misma celda estaban Amessis y Nepthis, conversando con toda tranquilidad.

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17/11/2021, 07:53
Narrador

Mientras conversaban, se escuchó un murmullo entre los guardias y seguido del murmullo, apareció un enano con un coco sobre la cabeza. Tras el enano, apareció una semiorca con cara de pocos amigos y dispuesta a sacar el hacha al mínimo movimiento.

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17/11/2021, 07:53
Jotnar

Tras comprobar que sus dos chicas no tenían un solo rasguño tras las rejas, Jotnar fue directo a agarrarse a los barrotes y esgrimió un dedo hacia Nepthis.

Punto uno: tu hermana, misteriosamente, no está en el templo. No la encuentran desde ayer—dijo, luego estiró otro dedo—. Punto dos: su prometido es quien está gestionando todo mientras—estiró otro—. Y punto tres: creo que tus padres están también por aquí. Con ellos también me han ofrecido hablar.

Bajó la mano y volvió a agarrar el barrote.

Y si a estas alturas estás pensando "Qué cojones pasa aquí porque esto es más raro que un camello verde": estoy de acuerdo—resumió y terminó por soltar un largo resoplido—. Puedes salir de ahí, ¿cierto? Nuestro amigo el calvo áureo no tenía órdenes de encerrarte así que necesito que saques ese respetable trasero de aquí. Cualquiera por encima de la guardia rasa del templo no va a darme más importancia que al los hierbajos que crecen bajo las palmeras... y necesitamos explicaciones urgentemente.

Movió los bigotes a izquierda y derecha en un cómico gesto enfurruñado. Cuando se metía la iglesia y las estúpidas castas de Mulhorand por medio siempre tenían que ponerse a jugar a la táctica del dile que.

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17/11/2021, 07:54
Lurzca

El resumen que Jotnar acababa de hacerle a Nepthis le sirvió también a Lurzca para entender que estaba sucediendo, o para no entender nada más bien, pero al menos tenía claro los tres puntos que Jotnar acababa de mencionar y podía empezar a ordenar su cabeza. 

¿Estáis bien? - Le preguntó la mestiza a las chicas. - Vamos a averiguar que sucede, Nepthis. - Miró a los guardias. - Y si ella - señaló con la mirada a Amessis - me cuenta algo que no me guste de como la habéis tratado... - Apretó los dientes. - ¡No habrá suficiente desierto para esconderos, que os atraparé y no os gustará lo que haré con vosotros!

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17/11/2021, 07:54
Nepthis

—... era un lugar remoto, enterrado. Una especie de asamblea, y también una biblioteca y un templo...

Jotnar y Lurzca captaron los retazos de la conversación que mantenían Nepthis y Amessis cuando irrumpieron en las mazmorras del templo.

«¿Desde cuándo un templo de Hathor necesita mazmorras?» se preguntaba Nepthis.

La Madre Reverenda palmeó las manos de la nigromante.

Te sacaré de aquí lo antes posible —le prometió.

Se dirigió a la salida, indicando a los guardias que abrieran la puerta para dejarla salir.

Estamos bien. Y sí que es extraño eso que decís —admitió Nepthis—. Llevadme a hablar con mis padres. Si están aquí es porque ellos también sabrán que mi hermana está desaparecida. Quizá sepan de qué va todo esto.

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17/11/2021, 07:54
Amessis

Amessis dio palmadas cuando vio aparecer a sus compañeros.

-Estamos bien, no os preocupéis. No nos han hecho nada y nos han tratado bien. Si al menos nos dieran dátiles para matar el gusanillo, sería estupendo. Descuida, que no me voy a ir de aquí -contestó a Nepthis-. No, tampoco convocaré a ningún muerto para jugar a las cartas con él y no aburrirme, promesa. 

La nigromante volvió a tumbarse en el catre de la celda, despreocupada, como si todo ese asunto no fuese con ella. A ninguno le extrañaría que no se echase un sueñecito mientras esperaba a que la sacasen de allí.

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17/11/2021, 07:55
Narrador

Los soldados abrieron a Nepthis. Después de todo era una sacerdotisa de Hathor, si había entrado en esa celda había sido por voluntad propia. De modo que una vez fuera, fue igual de libre para ir a dónde ella quisiera. Los sirvientes estaban un poco nerviosos por la situación, pero atendieron las peticiones de la Madre Reverenda ya que a fin de cuentas, era quién mandaba allí.

Salieron al patio que había tras el vestíbulo principal, cruzaron un pilono para acceder a la sala hipóstila, repleta de columnas y finalmente llegaron a la capilla central. Todo estaba ligeramente cambiado desde la última vez que Nepthis había estado allí, no recordaba tantas columnas en aquella sala, apenas se podía caminar sin chocarse contra una. Los padres de la Madre reverenda estaban en una de las salas ceremoniales.

Él era un hombre mayor curtido con la arena del desierto, mientras que madre era una anciana de gesto afable y luminosidad natural.

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17/11/2021, 07:55
Nepthis

Nepthis se acercó a sus padres y los saludó con un asentimiento respetuoso.

Padre. Madre. Os presento a Jotnar y a Lurzca, de la compañía de mercenarios de la Barba Insondable —dijo Nepthis, haciendo las debidas presentaciones. Después de ello inclinó el cuello de cisne en un gesto de curiosidad—. ¿Habéis venido vosotros también al Cónclave?

Después de que contestaran añadió:

¿Habéis visto a Salihah? Me han dicho que está ausente.

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17/11/2021, 07:56
Lurzca

Un placer... - Dijo a modo de saludo la mestiza e inclinó un poco la cabeza en señal de respeto.

Ciertamente los padres de Nepthis tenían cierto parecido con ella, o más bien al revés. Al fin y al cabo eran sangre de su misma sangre. A ella le hubiera gustado conocer a sus padres. Le estaría eternamente agradecido al sacerdote de Anhur, Ank Hamenon, quien cuidó de ella en su infancia. Fue lo más parecido a un padre que tuvo nunca y aunque fue bueno siempre con ella, no era lo mismo.

La mestiza aguardó expectante a las respuestas que pudieran ofrecerle a Nepthis sus propios padres, pues todo aquello olía realmente a podrido y esperaba que aquellas figuras de autoridad, tuvieran algunas respuestas que arrojaran algo de luz a aquel turbio asunto.

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17/11/2021, 07:56
Jotnar

Y él es Cocotilio—Jotnar señaló al coquito sobre su cabeza antes de imitar el asentimiento de Nepthis. Cocotilio por su parte se quitó un cortés sombrero imaginario—. Un placer.

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17/11/2021, 07:57
Madre

La pareja observó con algo de asombro al coco, pero se repusieron enseguida. A su edad ya lo habían visto todo, aunque no dejaba de ser curioso ver a una criatura tan extraordinaria como Cocotilio.

-Ah, no, hija, no. No hemos venido a Cónclave, en realidad estábamos aquí porque nos llegó la noticia de que Salilah se iba a casar con un apuesto clérigo de Hathor del que no sabíamos nada -comentó la mujer sin perder la sonrisa. Al contrario que Nepthis, tenía el rostro amable y era difícil ver que fuese la madre de alguien tan estricto como ella-. Así que hemos venido a cotillear un poco, ya sabes. ¿Y tú qué haces aquí, querida?

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17/11/2021, 07:58
Padre

-No, no hemos visto a tu hermana -respondió padre, dándole una palmada en el brazo a Nepthis a modo de saludo-. Está muy ocupada. Llegamos ayer, pasamos el día en la ciudad y los criados nos llevan dando largas desde entonces. ¿Cómo es que estás aquí?

Miró detenidamente a Jotnar y a Lurzca, evaluándolos.

-Sabía que eráis cuatro en la Compañía, pero no sabía que el cuarto miembro fuese un... coco.

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17/11/2021, 07:59
Nepthis

—Ahmoud Ta-Wi-Al-Mudhai —contestó Nepthis, tratando de desviar la atención de sus padres hacia su hermana. Esbozó una sonrisa tirante—. Y no os preocupéis, yo también me he enterado de su existencia a través de un tercero.

Nepthis frunció el ceño en un gesto pensativo. Ahora que lo pensaba era sospechoso, o cuanto menos extraño. Primero Ahmoud mandaba en nombre de su futura prometida a ese ladronzuelo de los Buscadores de las Criptas Radiantes a robar la Rosa del Profeta en un día sagrado para la iglesia de Isis. En un acto que, de conocerse, podría hacer que rodaran cabezas dentro de la Iglesia de Hathor. Entre ellas, la de su hermana. Y después, cuando llegan al Cónclave, su hermana había desaparecido y él, un advenedizo salido de ninguna parte, había ocupado su lugar.

No pudo evitar recordar entonces el sueño profético que había tenido, aquel en el que Amessis se transformaba en una serpiente y atacaba a la vaca. En un principio había pensado en el arresto de la nigromante como una maniobra política de su hermana para desacreditar su causa en el Cónclave. ¿Pero y si el verdadero villano en aquella historia era su futuro esposo, y fuera un cultista de Set que tratara de desestabilizar a la Iglesia de Hathor?

¿Estaba viendo enemigos donde no los había, o realmente había una serpiente bajo la almohada?

—No os acerquéis a ese hombre hasta que yo os lo diga —le dijo a sus padres—. Regresad a donde fuera que estéis alojados en Neldorild. Yo personalmente, y nunca a través de un criado, os iré a recoger cuando esté segura de lo que sucede. Algo... no está bien. Lo siento como un peso en el corazón.

Cogió la mano de su madre entre las suyas.

—Idos, por favor, y no confiéis en nadie —les pidió, antes de posar su mirada cargada de intención a sus compañeros—. Y nosotros vamos a darnos a conocer a Ta-Wi-Al-Mudhai.

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17/11/2021, 07:59
Lurzca

Si, hablemos con él... - Dijo apretando los dientes y acariciando la empuñadura de su gran hacha. - Y luego lo partimos en trocitos... - Murmuró por lo bajo.

Fuera quien fuera ese hombre, estaba a mando de toda aquella chaladura y difícilmente iba a esgrimir una razón lo suficientemente fuerte como para hacer cambiar de opinión a Lurzca en cuanto a lo del merecido desmembramiento. Y es que compadecía a Nepthis, aquel tipo de problemas familiares eran difíciles de afrontar. Al final, por muy bien que se resolvieran, siempre quedaba fastidiado algún miembro de la familia. En ese sentido Lurzca estaba tranquila, pues no tenía familia, salvo quizás la que conformaba junto con el resto de miembros de la compañía.