Partida Rol por web

Renunciar a lo terrenal

Prólogo - Un vergel en el oasis

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16/11/2021, 17:42
Nepthis

Nepthis se cubrió la sonrisa con la flor, y aspiró su aroma para disimular. ¿Le estaba proponiendo Reseph lo que creía que le estaba proponiendo, allí en mitad del vergel sagrado de Isis? Nepthis no sabía como aquello le hacía sentir, aparte de despejar por un efímero instante las borrascosas nubes de la soledad, de la vergüenza y las dudas sobre su cuerpo, que ya era no tan joven ni tan lozano.

Trató de volcar su atención hacia su fuera, lejos de sus propias inseguridades y miró a su interlocutor como si lo viera por primera vez. Reseph era mayor que ella, aunque aún conservaba cierto atractivo propio de la madurez. Pero sobre todo, tenía ese ímpetu que a ella le faltaba, ese entusiasmo que nunca había tenido, ese fuego donde ella tenía frío, sobriedad y distancia. No le importaría dejarse arrastrar por esa pasión de tanto en cuanto, si no físicamente, al menos figuradamente. Siempre había tenido el complejo de ser una tullida emocional.

Demasiado cerebro, decía su hermana. Demasiado cómoda en su propia mente.

—No estoy segura de adónde quieres llegar a parar, Reseph —dijo, tuteándole por primera vez, tratando de no imprimir su característica severidad a sus palabras y haciendo girar el tallo de la flor entre sus dedos—. Estoy... confundida con tanta mención al 

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16/11/2021, 17:43
Lurzca

- ¿Un tipo siniestro y un crío? - Preguntó la mestiza. - ¿Qué os lleva a Misthan? Estuve allí hace unos meses. Un lugar siniestro. No me gustan las tumbas, pero menos sus maldiciones.  - Sonrió. Había hecho una broma y eso no solía ser muy común en ella, ni dársele especialmente bien. - Podemos tomar algo, si. Estoy seca. 

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16/11/2021, 18:46
Jotnar

Jotnar terminó por agarrar a Cocotilio y subirlo de nuevo en la mochila. Un suelo lleno de pies no era lugar para un coquito.

Finalmente encontró el puesto. Tanta variedad y tan poco poder adquisitivo. Pero bueno, al menos podía observar la gran mayoría de las cosas, sí le gustaba alguna la apuntaría en su lista mental de "elementos que añadir a su jardín en cuanto pudiera y supiera cómo hacerse con ellos".

También anotó que debería acortar un poco el nombre de dicha lista.

Buenos días—comentó trepando al taburete. Porque él no se sentaba en los taburetes de aquellos puestos para pataslargas, él los trepaba—. ¿Tiene algo de Maztica por casualidad? Oh, y té. ¿Qué variedades de té tiene?

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16/11/2021, 18:47
Mercader

-¡Por supuesto! -respondió el mercader con mucho entusiasmo, saliendo de detrás del puesto para aproximarse a Jotnar. Le mostró un cesto con unas hojas verdes de bordes serrados. El enano estudió la forma de las hojas, parecía acebo-. Hojas de guayusa, del mismísimo Pezelac. ¡También tengo tés de Kara-tur!

El mercader mostró una amplia variedad de exóticas hojas de té y demás hierbas aromáticas, desde especias clásicas como el cardamomo hasta hojas de hierbabuena fresca, y Jotnar se sorprendió al comprobar que no conocía alguna de las variedades de té, especialmente las que venían de Kara-tur. Había una que tenía un color morado bastante inusual.

-Estos de aquí son para tomar por la mañana, éstos después de las comida, por la noche te recomiendo estos -iba saltando de un saco a otro, mareando a Jotnar con tanta palabra.

Cocotilio miraba por encima de su hombro y en un momento dado señaló una cesta con bolitas negras que parecía pimienta en grano.

-¿Esto? Oh, se las llama Ojos de Tlalocoatl, vienen de Maztica. Es... ¿conoces el café? -rebuscó entre algunos sacos y sacó unos granos ovalados de color marrón-. Café, también de Maztica. Es una... er... variedad. Dicen que el café debe servirse tres veces; el primer vaso “amargo como la vida”, el segundo “fuerte como el amor” y el tercero “dulce como la muerte”.

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16/11/2021, 18:48
Aswand Ba-kau

Aswand la llevó a un lugar a la sombra donde se servían bebidas de té frescas para soportar el calor. Sin embargo, pidió dos buenas cervezas y se sentaro bajo un tenderete.

-Pues trabajo, ¿qué va a ser? Vamos a buscar algo interesante en la ciudad de los muertos. ¿Has estado allí? Yo no he estado nunca, no me interesa mucho mezclarme con asuntos de gente que ha pasado a mejor vida, pero he escuchado algo muy interesante. ¿Y qué hay de ti, a qué te dedicas ahora?

Miró a un lado y a otro, luego se inclinó hacia delante.

-No debería contarte esto, pero, ¿qué narices? Hay una recompensa por recuperar un tesoro de un antiguo clérigo de Thot. Un noble de la iglesia, aburrido, parece, lanzó un desafío y algunas compañías de mercenarios, guerreros y saqueadores se han animado a participar. En una de las tumbas de Nefankhu, un antiguo servidor de Thot, que está llena de plagas o vete a saber qué, contiene un artefacto poderoso. No sabe qué, ni qué hace, pero el que lo encuentre, se lo queda. 

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16/11/2021, 18:48
Reseph Ka-Mat-Ef

Reseph sonrió de forma amplia, su sonrisa siempre llegaba a sus ojos y le hacía parecer más joven. Era una persona enérgica y animada, con la que uno se sentía cómodo para hablar. Puso las manos bajo los codos de Nepthis con afecto.

-Hay que amar a los demás cómo nos gustaría que nos amasen a nosotros, Nepthis -respondió, hablando por primera vez por su nombre y sin tantos requiebros. La hizo girar para que mirase en dirección a la planta, que seguía siendo espantosa, y en esta ocasión las manos del sacerdote se descolgaron hacia sus caderas-. Si no eres capaz de amar a las personas, desde las más cercanas hasta las más lejanas, no puedes decir que amas a Isis. De modo que así es cómo vivo, cómo lo veo y cómo lo siento. ¿Quieres amor, Nepthis?

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16/11/2021, 18:49
Nepthis

Netphis sonrió fugazmente; no por el cactus horripilante que Reseph le había hecho mirar, sino por las manos que había depositado en sus caderas. Borró la sonrisa de su rostro, volvió a estirar el cuello de cisne en un gesto altivo, y plantó una de sus manos en las manos de Reseph como si fuera a retirarla de inmediato y reprenderlo por su atrevimiento. En lugar de ello giró sobre sí misma, haciendo que la mano de Reseph recorriera su estómago a la altura del ombligo, hasta depositarla en su otra cadera.

Después se echó el torso hacia atrás, lo que provocó que su cadera se proyectara hacia delante, tocando con suavidad la del profeta de Isis.

—Quizá —suspiró con un fingido desinterés desmentido por la forma en que entrelazó sus manos por detrás del cuello de Reseph. —, aunque no estoy segura de si este será el lugar adecuado para... recibirlo1.

1: y el amor, también.

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16/11/2021, 18:49
Lurzca

Alguien te envía a algún sitio, una tumba, a por algo que no sabes que es, ni que hace, pero que es poderoso.  - Concluyó la mestiza. - La  típica misión. -  Asintió con la cabeza. - Yo he venido por lo del festival del jardín ese de la rosa del profeta... creo que Ka-Mat-Ef lo llama así. - Se encogió de hombros. - Estoy en una compañía, La Barba Insondable. Mi jefe es un enano abstemio amante de las plantas. -  Aswand puso una cara extraña. - ¡No, no! - Soltó una risotada impropia de ella, pero con el Negro se sentía bien, deshinibida como en casa.  - ¡No las ama de esa forma! Creo... Le gusta verlas  crecer. - Violvió a encogerse  de hombros y dio un largo trago a su cerveza. - Suena mejor lo de  Misthan. Iría contigo, la verdad...

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16/11/2021, 18:49
Reseph Ka-Mat-Ef

Reseph miró a Nepthis un tanto sorprendido, quizá por la actitud inicial, que parecía rechazar sus avances. Pero aunque las palabras de la sacerdotisa decían una cosa, su cuerpo señalaba justo la que había ido a buscar, de modo que acabó sonriendo abiertamente.

-¿No te agrada este lugar? -preguntó ingenuamente Reseph, moviendo las manos hacia la parte trasera de Nepthis; sus manos abarcaron todo lo posible las firmes piernas de la sacerdotisa de Hathor. Luego la atrajo hacia él para aproximarla a su cuerpo y entrar en contacto completo, desde el pecho hasta las rodillas-. Estamos en un lugar sagrado de Isis, no se me ocurre mejor sitio para recibir su bendición, que a la sombra y el frescor de este vergel radiante. ¿Te gustaría recibir el calor de Isis, sentir cómo se derrama en tu interior y te inunda hasta el corazón?

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16/11/2021, 18:50
Nepthis

Nepthis no reaccionó cuando Reseph estrechó la distancia, sino que le mantuvo la mirada y dejó que las palabras fluyeran en el aire un instante. Enarcó una ceja, manteniendo el gesto serio y el misterio, retando al profeta de Isis a interpretar si la ceja enarcada era un gesto intrigado o burlón.

—Puede ser un lugar adecuado —convino al fin—, pero no sé si un festival, con todo este trajín de gente, es el momento adecuado.

Hizo una caída de ojos.

No me gustaría que nos interrumpieran cuando estuviéramos en plena... comunión espiritual.

Nepthis estaba empezando a sentir la excitación en su sexo, pero se libró mucho expresarlo de modo alguno. Se acercó a su rostro y le murmuró a escasos centímetros de sus labios del portavoz pero sin llegar a tocarlo.

—¿Estás seguro de que vamos a estar solos?

Reseph asintió casi sin aliento, y Nepthis se apiado de él. Lo besó suavemente una vez, e inmediatamente le lanzó un mordisco al labio inferior. Sin darle respiro fue a buscar su lengua con la suya, atraiéndola al interior de su boca, jugando con ella con movimientos circulares. Sin dejar de controlar el ritmo del beso, hizo su cabeza a un lado y guió los labios de Reseph hacia su cuello.

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16/11/2021, 18:50
Reseph Ka-Mat-Ef

Reseph dejó que Nepthis hiciera sus preguntas, sin avanzar y sin retrocer, manteniéndose firme, no solo en sus intenciones sino en sus convicciones. Aprovechaba la cercanía para apreciar el calor en el cuerpo femenino y para deleitarse con el tacto del trasero de la sacerdotisa que podía sentir incluso debajo de tantas capas de túnica. De modo que cuando ella lo besó, el sacerdote de Isis correspondió, pero sin decir nada más, de repente silenciado por el momento.

Le devolvió el beso con ardor, correspondiendo a su osadía, e hizo lo que ella reclamaba en silencio, pasó los labios por su mejilla, su mandíbula y su cuello, raspándole la barba. Subió las manos por la espalda para apretarla todavía más a su cuerpo, y Nepthis podía percibir lo que él poco podía disimular.

-Nadie nos molestará, querida Nepthis -susurró en su oído, enviando una descarga eléctrica por el cuerpo de la sierva de Hathor-. Estaremos solos, nadie entra en el vergel cuando yo estoy en él, trendemos nuestro momento de comunión espiritual... en privado.

Le mordisqueó el cuello, la agarró por la cintura y la llevó a la orilla del riachuelo, un claro de hierba corta, sin dejar de besarla de forma realmente apasionada, como era Reseph, con una energía tan desbordante que hacía difícil seguir su ritmo. Le tocó las caderas, las piernas, la cintura y los pechos, siempre por encima de la túnica. Quizá solo estaba jugando con ella, pero esas caricias estaban siendo tan ardientes que el cuerpo ya comenzaba a doler. 

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16/11/2021, 18:50
Nepthis

Nepthis no fue tan comedida. Según la respiración se le fue acelerando, metió una mano en los pantalones de Respeh, buscando su miembro. Le gustó encontrárselo ya duro. Lo acarició en toda su extensión, llegando a los testículos y de vuelta. Lo sacó de la ropa, llegó al glande y recogió el líquido preseminal para extenderlo por toda la longitud del falo. Empezó a masturbarlo, se detuvo, se sacó la túnica por los hombros y se apretó de nuevo contra él reanudando las atenciones a su pene mientras lo besaba con más pasión. Esta vez fue ella quien invadió con su lengua la boca de su amante, con anhelo creciente.

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16/11/2021, 18:51
Jotnar

Jotnar observó las hojas de té de color morado. Podría añadir una planta de aquellas a su jardín, pero antes tenía que asegurarse de que al menos a una de sus chicas o a él le gustaban o no tendría mucho sentido. Así que invitaría a probar a Nepthis un té de esos cuando regresara para hacer el experimento.

¿Te gustan esos?—dijo observando a Cocotilio que se le había subido en la cabeza para mirar mejor—. Debe ser la planta más filosófica de la historia.

¿Amargo como la vida, fuerte como el amor y dulce como la muerte? El enano estaba bastante seguro que la vida de los clérigos en aquellos palacios de Gheldaneth no tenía nada de amarga, de que el "amor" que Horpet sentía por su madre no tenía nada de fuerte y que la muerte de los escorpiones partidos en dos en aquella pirámide de Seti que habían visitado no había tenido nada de dulce.

¡Poetas! Todos locos

¿Tralala-qué?—Jotnar arqueó una ceja—. ¿Eso es un dios Mazticano de algo?

Ponerle un nombre tan grimoso a algo que se comía no era una muy buena idea de mercado en su humilde opinión. Aunque también quería intentar añadir el café de Maztica a su jardín así que se limitaría a llamarlo "café". Por lo que había dicho el tipo debía ser amargo pero al parecer podía añadírsele azúcar para quien lo prefiriera dulce. Tendría que probar también cómo quedaba con algo que rebajara la intensidad, ¿leche quizá? Cuanto más sabores más probable que gustase.

Creo que probaré uno de estos... —comentó—. Aunque esperaré a mi amiga a ver qué le parece a ella también.

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16/11/2021, 18:51
Reseph Ka-Mat-Ef

El sacerdote de Isis correspondió a la fogosidad de Nepthis en cuanto esta perdió la habitual compostura que mostraba y la apretó contra sí, acariciando su carne tibia mientras ella lo excitaba con manos expertas. Cogiéndola por los hombros, la separó y en un abrir y cerrar de ojos, se despojó de sus ropajes hasta quedarse completamente desnudo, haciendo después lo mismo con la sierva de Hathor.

Se fundió en un ardiente abrazo con ella, acarició su cuerpo y besó su boca con exhuberante pasión. Le besó los labios, el cuello, los hombros y los pechos, chupando sus pezones y arañándole la piel con la barba, enviando suaves escalofríos por el cuerpo femenino. Después, Reseph se aproximó al tronco del árbol que dominaba el claro, cuyas raíces y ramas formaban un muy práctico y cómodo asiento que él ocupó, sentando encima de sus rodillas a Nepthis. La cogió por la cintura y hundió la cara entre sus pechos para llenarlos de besos y mordiscos, sin perder de vista, por supuesto, su sexo. Metió una mano entre los muslos de la sacerdotisa y lo encontró empapado, tembloroso y dispuesto, de modo tras unas suaves caricias a sus labios, trazó dívinos círculos sobre el sensible brote de su clítoris, logrando que ella viera las estrellas.

Si aquello era la bendición de Isis, bienaventurada fuese, porque el cuerpo de Reseph desprendía una energía poderosa similar a la comunión mística que a veces, en contadas ocasiones, provocaban las energías mágicas de los dioses en la tierra. Y su tacto, el roce de sus dedos, aumentaba la potencia de esa sensación, impulsándola hacia arriba, hacia el éxtasis y lo trascendental. Por lo no hablar del aroma de las flores que los rodeaba, un olor dulzón que le dejaba la cabeza embotada. El calor se arremolinaba entre ellos, el silencio roto por sus jadeos y el sabor de su saliva mezclada era todo lo que hacía falta para un momento así.

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16/11/2021, 18:51
Mercader

-Tlalocoatl, es un dragón mazticano, muy peligroso -aseguró el mercader-. Por eso su café es tan valioso y exótico. Este es mejor que el café mazticano común. 

Cocotolio alargó la mano hacia los granos de café y abrió y cerró el puño, como si quisiera cogerlos, solo que tenía los brazos demasiado cortos y no llegaba.

-¡Parece que le gusta! ¿Por qué esperar? -exclamó el mercader, animado-. ¿Le gustaría probarlo?

Antes de que Jotnar pudiera replicar, de detrás del tenderete extrajo una jarra de cerámica y un par de vasos pequeños. Sirvió uno para el enano y otro para Cocotilio, que alargó el bracito, pero sin llegar a tocar el vaso de café.

-Se le puede añadir azúcar, licor, leche, canela. ¿Cómo le gustaría probarlo? Ah, ¿cónoce el cacao? -cambió de tercio-. También de Maztica, es amargo como el café, pero también dulce, si se deja fermentar se produce un manjar llamado chocolate.

Dejó la jarra y los vasos junto al enano y Cocotilio (que resopló cuando no pudo alcanzar el deseado café) y le mostró a Jotnar una vaina verde del tamaño de un melón.

-Dentro están las semillas que fermentan para hacer el chocolate. Estoy seguro de que le gustará. ¿Cuánto le pongo de cada cosa?

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16/11/2021, 18:52
Aswand Ba-kau

-¡Pues ven! -exclamó Aswand, dando un golpe sobre la mesa-. Hay un matiz diferente en esta misión, ¿sabes? Los tipicos trabajos son esos en los que un tipo rico o una mujer rica nos encarga recuperar una cosa y luego nos paga si lo logramos. Aquí no se trata de eso, no somos los únicos que buscan la reliquia, sino que el tipo ha dicho que existe y que el que la encuentra se la queda. Creo que eso nos proporciona cierto grado de libertad, ¿no crees?

Dio un trago a su cerveza y luego miró a la mestiza.

-¿Tienes amantes, Lurzca? -preguntó de sopetón.

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16/11/2021, 18:52
Nepthis

A Nepthis le agradó que Respeh le tocara por fuera, pero no por dentro. Si algo le gustaba en el sexo era sentirlo todo, hasta el último centímetro, buscando siempre ese, para ella, delicioso punto entre el placer y el dolor. De modo que cuando él estuvo dispuesto, se dio la vuelta y colocó su miembro en la entrada de su sexo. Sintió allí la presión de algo grande, realmente grande. Empujó suavemente hacia abajo, incrementando la presión sobre su sexo hasta que su falo se abrió camino a su interior. Nepthis contuvo el aliento, y cerró los ojos por el dolor.

Se detuvo un momento, con el cuerpo entero pulsando alrededor de la cabeza de su miembro, mientras el dolor retrocedía y aumentaba una sensación muy diferente, dichosa, de estar completamente llena. Entonces dejó escapar el aire y empujó hasta que su sexo estuvo profundamente enterrado en el de Reseph. Dejó que el aire saliera suavemente por sus labios antes de volver a empujar hacia detrás, hacia dentro. Gimió mientras volvía a recibir su pene en su interior, en toda su longitud.

Poco a poco, recuperándose aún, Nepthis empezó a crear un ritmo con sus caderas, lento y pulsante, guiando el falo a su interior. Cerró los ojos y su cuerpo empezó a reaccionar solo ante el placer, moviéndose cada vez más deprisa. Pronto llegaría el momento en el que su sexo se dilataría y relajaría. Entonces cerraría las piernas. Y después, apretaría con su sexo.

A Nepthis le gustaba duro.

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16/11/2021, 18:53
Reseph Ka-Mat-Ef

Reseph contuvo la respiración y se tensó ante los violentos movimientos de Nepthis, en parte sorprendido por la crudeza que mostraba la sacerdotisa de Hathor. La sujetó por las caderas por el simple hecho de que no quería hacerle, ni hacerse, daño; pero la forma en que Nepthis se movía no dejaba lugar a la duda. Así que el profeta de Isis permitió a la mujer adaptarse a la situación al gusto, controlando su propio placer para no acabar antes de tiempo. Le clavó los dedos en las caderas al sentir cómo ella, húmeda, resbaladiza, prieta y ardiente, se movía por su erección decidida a empalarse hasta el fondo, y apretó los dientes hasta que rompió a sudar del esfuerzo.

La impresión inicial dio paso al momento de mayor sentir, el de los cuerpos entrelazados, la carne temblorosa y la humedad caliente. Reseph se inclinó hacia delante para pegarse a la espalda de Nepthis y le clavó los dientes en la curva que unía el hombro con el cuello, agarrándola con mucha fuerza por las caderas para mantenerla quieta con él dentro, en toda su longitud, para sentirla y para que ella lo sintiera. Cuando Nepthis se acostumbró a semejante tamaño, el siervo de Isis la liberó, levantándola por las caderas hasta que casi estuvo fuera, para luego dejarla caer inesperadamente sobre él.

Y entonces comenzó a moverse cuando ella también se movió, empujando hacia ella cuando Nepthis bajaba y alejándose cuando ella lo hacía, para prolongar el movimiento, para que sintiera el vacío y luego se sintiera repleta. La penetró con fuerza, chocando como una ola rompiendo contra las rocas, como un latigazo que previo al dolor se encuentra un placer caliente. De aquel modo los dos jadearon casi al únisono, Reseph aumentó la velocidad de sus embestidas sin dejar de sujetarla por las caderas, golpeándola con las suyas cada vez que se alzaba de su improvisado asiento.

El final estaba cerca.

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16/11/2021, 18:54
Nepthis

Nepthis terminó dos veces antes de que Reseph terminara, y entonces terminó una tercera vez. Se estremeció, jadeó. En honor a la verdad, se empaló en el sexo del profeta de Isis.

Se llevó la mano al pecho, sintiendo que su corazón latía desaforadamente en el pecho. Se levantó abandonando a regañadientes la tan agradable y enhiesta dureza que la había llenado, pero al fin y al cabo, sabía que no duraría siempre.

—Aleluya —dijo, y sonrió de medio lado.

Contempló a Respeh, le sonrió y se inclinó para depositarle un beso en los labios. Para Nepthis aquello era todo un despliegue de emociones.

Me gustaría tomar un baño. Y una raíz de Nara1 dijo despreocupadamente.

Se arregló el cabello. Abrió la boca para preguntar si estaría otra vez disponible antes de que volvieran a abrir el Jardín del Edén al público pero la cerró.

También me gustaría que compartieras el baño conmigo dijo, en cambio.

1: Hierba anticonceptiva en Reinos.

 

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16/11/2021, 18:55
Reseph Ka-Mat-Ef

El Profeta de Isis aún estaba recuperándose de las consecuencias de haber sido bendecido por Hathor, mientras él entregaba las bendiciones de Isis. Había sido un intercambio espiritual de lo más voluptuoso, envuelto en gozo para deleite del cuerpo y del alma.

-¡Sí! -respondió a Nepthis-. Te prepararé un té durante la comida, haré que la infusión sea dulce como la miel y exhuberante como esta comunión a la que nos hemos entregado.

A pesar del cansancio, Reseph seguía mostrándose de buen humor y exagerado en la demostración de sus emociones. Se levantó del tronco, cogió a la sacerdotisa de la mano y la llevó junto a un pequeño estanque de agua caliente, regado por una cascada de un hilo de agua. Era poco profunda, de modo que podían sentarse en el fondo y mantener la cabeza fuera.

-¿Te sientes mejor, Nepthis? -le preguntó el sacerdote, pasándole la mano por la cadera, la cintura y la espalda, deleitándose con su piel caliente y vibrante-. No me malinterpretes, no quería decir después de habernos entregado al amor de Isis y Hathor. Es cierto que he querido disipar lo que te aflige, en lo más hondo de mi corazón mi intención era del todo honesta -sonrió con cierta picardía-. Necesites o no más bendiciones, el jardín estará siempre abierto para ti; para penetrar en ti y que goces de todas las sensaciones que este lugar ofrece.