Partida Rol por web

Piso franco, 19:00 aproximadamente

El grupo había reunido información en el propio terreno y era momento de ponerla en orden y fijar un plan de acción. Les quedaban poco más de 20 horas para perder el paquete así que tenían que decidir el plan de acción.

Una vez todos en el piso franco llegó el momento de poner toda la información sobre la mesa. Aunque lo cierto es que Alexei tenía muy claro qué hacer.

-Sigo diciendo que el plan de infiltrarse es la mejor opción.
He conseguido que uno de los abogados salga fuera del edificio y atraerlo donde queramos. Lo pillamos, le sacamos la información de donde está su despacho-miró a Bruja cuando dijo eso- Sus credenciales y sus codigos de acceso. Eso no nos permitirá llegar hasta la sala de ordenadores, vale, pero me permite acceder al interior del edificio sin levantar sospechas. Y desde allí podré moverme.
Sólo tendré que encontrar el lugar donde están almacenados los discos duros y llevarme el que queremos. Al tipo lo soltamos una vez hayamos salido. Pan comido.-

Sonrió con confianza al exponer el plan.

– ¿Y qué hay de un posible apoyo, Gato? Estarías solo y no creo que los Olímpicos dejen las instalaciones desprotegidas de noche. –contestó a su compañero cuando les explicó este su plan de infiltración–. Si vas solo, el más mínimo fallo, la más mínima sospecha y estarás vendido. Y si alguien te acompaña, no tardaran en llamarte la atención. Aunque… ¿Si se hace pasar por un cliente importante que necesita una asesoría urgente…? Podría ser que colara.

Corrió las cortinas del piso donde se encontraban y volvió a mirar al edificio de oficinas.

– Nosotros– dijo entonces refiriéndose a Mei y a si mismo– no podremos ayudar desde la distancia. Las viviendas más cercanas, desde las que podríamos apostarnos para disparar ante alguna complicación externa, están demasiado alejadas. Deberíamos usar un lanzacohetes si quisiéramos alcanzar un posible objetivo. Y eso no sería demasiado discreto.

Confiaba en su compañero y sabía de las especiales habilidades de Gato, pero también sabía que éste tendía a sobrevalorar sus capacidades y esa característica podría convertirse en su perdición. Pero ¿qué opciones les quedaban ahora mismo? No sabían de que manera sacarían el disco duro y por lo tanto no podían prepararse para detener el transporte. De momento todo apuntaba a la infiltración como única salida. Y, sin embargo, no las tenía todas consigo. Bruja ya les había recordado el fiasco de Hong Kong y C1FR4 no podía quitárselo de la cabeza.

- No he podido encontrar información del Consejo de Dirección, aunque eso en sí mismo puede ser hasta cierto punto normal cuando se utilizan entramados de empresas que no haya encontrado información en absoluto de la empresa de seguridad es altamente preocupante ¿Y si los guardias son Olímpicos? Tampoco hay nada de planos o alcantarillado de ese edificio- Le sostuvo a Gato Salvaje la mirada. Entiendo que la infiltración es nuestra mejor opción, pero el plan es muy flojo y con demasiados cabos sin atar, como dice C1FR4, estarías solo y puede que la ayuda no llegue a tiempo ¿Y si el pase de ese abogado no le permite entrar a ciertas horas de la noche? ¿Y si no tienen privilegios para llegar a la planta donde están los discos? Vas a estar controlado por cámaras en todo momento, y las rondas de los guardas no podemos controlarlas desde fuera...el problema son las cámaras, quizás un apagón nos daría cierto margen para colarnos en la sala de seguridad y apagarlas; incluso aunque tengan su propio generador tardaría un tiempo en conectarse.

Mei asintió cuando habla Bruja.

- Es casi seguro que el abogado no va a tener acceso a los discos. Pero quizá pueda dar acceso a Carolyn a los ordenadores de los olímpicos. - sugirió la joven - No se mucho de jaqueos, pero igual llega con que vaya al despacho del abogado, encienda su ordenador, enchufe un pincho con conexión a internet o un virus o alguna cosa de esas y ganemos acceso a su red interna. Desde ahí Bruja podrá hacer su magia: apagar cámaras, calendarios, horarios de recogida, lo que sea.

- En función de lo que encuentre prepararemos el asalto. - la joven bostzo, en el fondo su sugerencia solo era es teatro: ella quería entrar a tiro limpio y sabía que seguramente acabarían llegando a eso. Aún recordaba lo bien que se lo había pasado en Hong Kong. Pero si sus compañeros quierian intentarlo de otra manera ¿que más daba?. Algo tenía que hacer para matar el tiempo hasta la hora de los tiros.

Alexei era consciente de las limitaciones del plan. Pero también lo era de las opciones que tenían. Aunque lo cierto es que habría preferido que pudiera tener algún que otro respaldo de los tiradores aunque fuera de lejos.

-Sí. Ya imagino que el abogado no va a tener acceso a los discos duros. Sería demasiada suerte. Pero con lo que le sonsaquemos podremos llegar hasta su despacho. Y dudo mucho que no pueda ir a horas intempestivas, aunque preferiría ir cuando hubiera más personal, no sólo los guardias y vigilantes. Eso me daría posibilidades de escaquearme en caso de que todo fuese mal.
Lo importante es entrar. Una vez allí ya podremos movernos. La idea de que Bruja trate de acceder a su sistema desde fuera es buena. Al menos para lograr localizar los servidores. Una vez allí tendría que llegar por mí cuenta, lo sé. Pero no es problema. En serio.-

Miró a C1fr4 y Ojos.

-Si llevo un localizador, para que podáis señalar mi posición en el edificio, en caso de jaleo siempre podéis disparar a lo loco sin peligro de darme a mí ¿no?-

Sonrió con picardia.

- La seguridad del interior en cuanto a personal no quedó demasiado clara - Dijo Ariete después de escuchar a los demás. - 

- Solo hay tres formas que yo vea de poder acceder al interior para robar el disco duro antes de salga. Si es lo que queremos - Apuntilló, replanteándose la situación. 

- Primera opción. Alexei se cuela dentro y hace saltar las alarmas. Las puertas de emergencia se abren y tenemos vía libre a todo el edificio; aunque no sabría decir el tiempo de reacción. Con 20 horas hacer una prueba sería contraproducente.

- Segunda opción. Alexei se cuela con uno de nosotros como cliente. Rompe un ascensor y el resto llega para repararlo. Por el agujero del ascensor tenemos acceso a todo el edificio, pero las cámaras nos delataran. De nuevo no sabremos las defensas a las que nos enfrentaremos. 

- Tercera opción - Dijo para terminar - Esperamos a que de la hora de la extracción, repartidos por el edificio. Cuando veamos salir el paquete lo interceptamos. Esta opción por desgracia nos deja vendidos si salen por aire. 

Negó con la cabeza, ninguna opción le gustaba. - Quizá lo mejor sea interceptarlo. Alguien con una moto espera a que salga. El resto se adapta al medio de transporte que usen y los interceptamos de camino. Eliminación y robo. Nos olvidamos de las instalaciones y nos tenemos que preocupar solamente de los escoltas que pueda llevar.

- El servidor está aislado de Internet, sólo se puede acceder desde dentro del edificio, respondió a la propuesta de Gato, y con tanta precaución dudo que podamos acceder a él desde cualquier ordenador del edificio; lo normal sería que hubiera una red para los negocios "legales" y otra para la descarga de los datos de BEAR, separadas físicamente. Que te cueles dentro a ver si consigues encontrar el servidor, a ver si no te detectan, a ver si no hay problemas y a ver si no te damos a ti cuando disparemos no es un plan.

El equipo estaba valorando varias opciones pero las variables eran múltiples y ningún plan era perfecto. Pero nunca lo eran y al final tendrían que improvisar.

Había pasado algo más de una hora entre discusiones del equipo cuando el teléfono de Alexei sonó.

—¿Señor Gruberson? Soy Ford, del despacho SMR. He conseguido un compañero para usted esta misma tarde pero, revisando su formulario, no veo la dirección de su sede. ¿Puede dármela para mandar a mi compañero?

Carolyn no estaba cómoda, al final el plan eran poco más que un par de ideas para adquirir mayor conocimiento y poder trazar un plan de verdad; no era un gran plan, pero tampoco les habían dejado muchas opciones y el reloj corría. Se citarían con el contacto que mandara el bufete y le interrogarían esperando que no fuera un donnadie, Alexei tomaría su lugar y se infiltraría en el edificio quedando el resto del equipo a la espera para entrar al menor problema.

Cuando sonó el teléfono Bruja asintió con la cabeza a Gato para que comenzara la operación.

Alexei miró el teléfono, luego a Bruja, y asintió en cuanto la jefa del equipo dio su conformidad. Aunque se le notaba que había sido a regañadientes. Pero sinceramente no tenían muchas más opciones.

Gato cambió su voz a la que había tenido durante la reunión.

-Señor Ford. Me alegra escucharle, ya creía que se había olvidado de mí. Es estupendo, le paso un texto con la dirección y le estaré esperando yo mismo. No se preocupe.-

Dicho esto le dio la dirección de un lugar en el centro, zona de oficinas. Ahora sólo tocaba esperar.

Mei no pudo disimular una sonrisa en cuanto sonó el teléfono. Preparo sus armas y se dirigió a la zona del encuentro con antelación, dispuesta a buscar un buen lugar de tiro. Antes de salir preguntó a Jeff:

- ¿Me acompañas?. Hay que buscar un buen lugar para la cita.

Alexanderplatz, 19:43

Alexei había citado al abogado, Abel Weber como lo había presentado Ford, en una plaza céntrica de la ciudad de Berlín. El lugar de contacto era el famoso reloj mundial de Alexanderplaz.

La zona estaba muy concurrida a esas horas y ya pasaban más de diez minutos de la hora acordada. Al fin, el señor Weber apareció. Era un hombre entrado en años con un poblado mostacho y un aspecto profundamente alemán.

—Disculpe la espera, señor Gruberson —dijo en un marcado acento alemán—. Ford me había dicho que nos veríamos en las oficinas de su empresa...

Ariete decidió que tras haberse presentado como el guardaespaldas del señor Gruberson nadie se extrañaría de verlo por la zona. Ni siquiera si se percatara de que esta vez si que iba armado. Al contrario que en el edificio dejó a Alexei que hiciera su trabajo, era lo suyo... se le daba bien y allí solo iba a estorbar. 

Observaba a Alexei, al tipo que había llegado y de repente a aquella rubia de traje rojo. Despampanante, moviendo las caderas con un gusto exisito y para más inri japonesa. Cualquier podría haberla confundido con una china, o quizá koreana. Pero Ariete sabía distinguir a sus compatriotas.

Un carrito de comida pasó por delante devolviendo a Takeshi a aquella plaza, a aquella misión.

Jeff se sentó en una de las terrazas que había en la famosa plaza, pidió un café y esperó allí sentado a que llegara el abogado. Desde allí tenía una buena línea de visión para comprobar si el hombre venía solo o con alguna compañía indeseada.

El estar en un espacio abierto tenía sus ventajas e inconvenientes. Ventaja que podrían comprobar si alguien estaba siguiendo al abogado. Desventaja que tenían que hacerlo bien para llevarse al tipo de allí con cierto disimulo. Al menos sabía que sus compañeros lo tenían cubierto por si pasaba algo.

Alexei estaba con la cara que se había "agenciado" para la excursión a las oficinas de SMR,y hacia que anotaba cosas en una libreta con su pluma especial. Cuando llegó el abogado lo saludó efusivamente.

-Sí. Soy Gruberson. Encantado de conocerle. Ahora mismo vamos a nuestras oficinas. Preferí esperarle afuera y disfrutar un poco del aire libre. Sigame por favor.-

Gato Salvaje lo llevó a un lateral de la plaza, como si fueran a cruzar mientras hacia una señal para que se acercara el coche. En cuanto estuvo al lado de la acera disparó con disimulo su pluma con el dardo aturdidor. Si todo salía bien el coche llegaría en el momento que Weber empezara a marearse y desmayarse.

Bruja esperaba con el coche la señal de Gato, atenta al tráfico y posibles vehículos aparcados como ella en espera para actuar; no esperaba que fuera una trampa, pero era mejor ser precavida y adelantarse a los acontecimientos, ya iban suficientemente a ciegas.

Según habían acordado arrancó el coche y se acercó hasta la acera donde meterían al abogado en el coche para llevárselo e interrogarlo.

El hombre alargó el gesto, extrañado, pero siguió a Alexei cuando se lo pidió. La vuelta de la esquina confirmó sus sospechas y Gato Salvaje lo noqueó con facilidad. El agente fue rápido y muy discreto. Pero ahora tenían que extraerlo de ahí sin levantar sospechas. Tenían a un tipo inconsciente que transportar.

Bruja tenía preparado el coche y, como el resto del equipo, vigilaba en los alrededores. Parecía que Ford había caído en la trampa y había mandado al abogado para realizar su trabajo. Sin trampas.

Mei suspiró desde su posición de tiro mientras recogía el arma. Todo había salido bien. Con cuidado recogió las balas de reserva y las limpió y guardo una a una. Ya habría ocasión para utilizarlas.

En cuanto estuvo seguro de que no había venido nadie con el abogado y este acompañó a Gato hacía donde esperaba el primero de los coches, Jeff se levantó de su mesa en la terraza de la cafetería y se dirigió al otro coche. Un Mercedes CLA coupé negro¹. Una vez los demás hubieron subido, lo puso en marcha, deleitándose del ronroneo del motor, y siguió a Alexei, atendiendo de nuevo que nadie andaba tras ellos.

Avanzaron hacia el piso franco, donde pensaban llevar a cabo el interrogatorio.