Partida Rol por web

Pon ve como Tarast se avalanzava sobre el guardia. Le sigue y como su compañero ataca con su sable láser. Sabe que la rapidez es crucial y terminar rápido con ese guardia puede significar una gran ventaja sobre el siguiente ataque.

Sable en mano, realiza un ataque paralelo al de Tarast, con la esperanza de poder ayudarle a reducir al oponente.

Tarast y Pon se adelantan para atacar al mercenario que vigila a Romund y, entre ambos dan buena cuenta de el, haciendo que se desplome sin poder tan siquiera articular palabra.

Dao, por su parte, avanza a la altura del kel dor y del nautolano levantando el rifle rudimentario que había tomado de los cazadores del valle abriendo fuego contra el advozse que acaba de entrar en la sala, fallando en su intento de alcanzar al advozse.

- ¿¡QUÉ!? - escucháis quejarse a Malefax desde la puerta de uno de los archivos - Ja, Hethan, ¿han venido tus amiguitos a intentar hacerme algo? - pregunta con aires de superioridad - No vais a poder conmigo ni con esos sables, gracias por traerlos hasta mí.

En ese momento sale corriendo hacia Tarast y Pon, colocándose al lado de Tarast y alzando la espada que lleva en su mano, una hoja de pura energía oscura, cuyo filo alcanza al kel dor sin demasiada dificultad.

Kaveri entonces levanta su rifle apuntando al advozse patrullero. El haz de energía falla por muy poco en su objetivo y esta se queja al no haber alcanzado al mercenario.

- Sarenda, nosotros nos encargamos de lidiar con el mercenario, apoya a Tarast y a Pon con Malefax - dice la togruta decidida a que hagáis frente al devaroniano cuantos más mejor.

El advozse restante, sorprendido ante vuestro ataque fortuito saca el bláster, disparando contra Dao sin tomarse tiempo ni para apuntar, debido al susto. Aún y la sorpresa el haz de energía del arma del mercenario alcanza al zabrak.

Con un mercenario ya caído solo os quedaría este advozse patrullero para enfrentaros solo a Malefax.

Me veo asintiendo hacía Kaveri sin cruzar la mirada con ella. No había mucho más que decir tan solo enfrentarnos al destino que habíamos escogido. Aferre con firmeza la empuñadura de mi arma activando su haz de luz y en una potente arrancada salí en pos de mis compañeros llegando tras el ataque del enemigo sobre Tarast; maldiciendome por mi lentitud. Que hubiera reaccionado antes no significa que pudiera hacer algo al respecto pero no me lamento, descargo la hoja sobre la carne de Malefax sin dudar y me mantengo en guarda para su contraataque.

Tarast retrocede  de dolor cuando la  hoja rasga a traves de su carne, aquella intensa oscuridad se hace notar a traves de la herida como un depredador que intenta devorar a su presa mientras aun esta viva , aquella sensación junto al dolor lo dejan vulnerable por momentos ante el ataque de malefax, unos escasos segundos que podria ser el final de Tarast de no ser por la intervención de sarenda que se une al combate .
Tarast consigue alzarse de nuevo y carga contra ese maldito y formidable enemigo intentando combinar ataques con su compañera, aunque ahora el dolor de la herida lo hace mas lento y predecible

Pon se vuelve y se lanza contra Malefax con su sable de luz en mano, dispuesto a realizar un ataque, buscando acertar a su objetivo.

En el momento en que el haz de luz que forma la hoja del sable del nautolano impacta contra el cuerpo de Malefax, vuestro enemigo se detiene, cae de rodillas y da de bruces contra el suelo.

El mercenario restante, ante la visión de su jefe derrotado se detiene y sale corriendo en busca de la huida. Perdiéndose de vuestra vista.

Hethan se incorpora, en su cara podéis ver una amplia sonrisa de satisfacción.

- ¡Amigos míos! - dice - Estaba preocupada por que los mensajes no os hubieran llegado; solo tuve unos pocos instantes cuando Malefax me hizo su prisionera. Nunca he estado tan feliz de veros.

Poco a poco se va poniendo de pie, se la ve dañada por la terrible experiencia que ha tenido que vivir, pero aún y así todavía conserva su sonrisa.

- Y estoy encantada de que todo esto os haya juntado. Esto podría ser una gran oportunidad para vosotros, para aprender los unos de los otros y de este templo. ¡Todavía hay secretos ocultos! - exclama emocionada.

En ese momento el Guardián aparece.

- Tienes razón - asiente ante las palabras de Romund -. Muchas gracias por la ayuda, pero necesito un poco más de esta.

El Guardián os guía a la parte central del salón de la asamblea y os ofrece instrucciones directas sobre la meditación en la Fuerza, os explica el ritual a través del cual podréis limpiar el Lado Oscuro del templo.

Realizáis paso a paso todo lo que os explica y sentís la Fuerza fluir a vuestro alrededor y extenderse por todo el Valle, limpiando cada centímetro de este de la impureza que el devaroniano ha traído consigo.

Tras todo esto, el Guardián os concede el honor de acceder al conocimiento del Templo, el holocrón que Malefax andaba buscando. Os dirige a una cámara oculta tras el archivo a la derecha del salón de la asamblea.

El certero golpe de Pon, la caída de Malefax a nuestros pies y la huida del advozse se suceden ante mis ojos y casi no doy fe ante lo fácil que ha resultado vencer al enemigo, hasta que Hethan Romund se incorpora y habla. Mi rostro muestra el alivió por encontrarla sana y salva, sin tener palabras que puedan expresar los pensamientos que se suceden en mi mente. Tampoco hay tiempo, el guardián hace su aparición estelar y nos pide ayuda una vez para purificar el vale de la influencia del lado oscuro.

El proceso hace que se expanda mis percepción, así como la de los seres antes corrompidos por esa fuerza invisible y poderosa que Malefax había portado con él hasta aquel recóndito lugar del valle. Tras finalizar me siento con ánimos renovados, serena y complacida por la experiencia.

Ahora el misterioso contenedor de conocimiento se encuentra ante nosotros, brindándonos a todos los presentes el privilegio de atesorar la sabiduría que hay en él. Sigo sin sentirme digna pero mi entrenamiento debe comenzar de alguna manera, mejor que sea esta. Miró a mis compañeros de aventura y por último a Romund, agradecida una vez más por haber llegado hasta ella y no haber perdido a nadie en su busca.

Un suspiro de alivio salio de los labios de Tarast cuando el sable de Pon acabo con el malvado malefax, tras esto lo primero que hizo pese a las heridas fue ir y abrazar a Romund.
Me alegro de ver que estas bien , han sido años pero nos hemos vuelto a reunir- una sonrisa de absoluta felicidad surcaba el rostro de Tarast en aquellos momentos.

- Y estoy encantada de que todo esto os haya juntado. Esto podría ser una gran oportunidad para vosotros, para aprender los unos de los otros y de este templo. ¡Todavía hay secretos ocultos! - exclama emocionada.

 

 Tarast escucha aquellas animosas palabras mientras nota como la oscuridad se repliega de aquel templo siendo esto confirmado por el guardian que pronto aparece para guiarlos al holocrón
Vayamos mis heridas no son graves sera un honor descubrir los secretos de este templo con vostros amigos-y asi Tarast se une a sus compañeros avanzando hacia los conocimientos siempre buscados, pero bien sabe que descubra lo que descubra el universo es enorme y siempre le quedara un camino que recorrer a traves de los sistemas en busca de sabiduria.

Pon casi no da crédito a que haya podido acabar con Malafax. Actuó por instinto, sin pensarselo y al final salió bien. Con el principal enemigo derrotado, habían logrado su objetivo de liberar a Hethan, por lo que se sentía doblemente orgulloso, mal que no debería sentir emoción alguna, pero quería disfrutar de esa sensación.

Con la llegada del Guardián y sus enseñanzas, nota como fluye la Fuerza en él y en sus compañeros, y como todos juntos logran diluir el Lado Oscuro de todo el valle. Y por si fuera poco, tienen acceso a una enorme fuente de información.

- Hoy parece que es nuestro día de suerte - dice alegremente.