Partida Rol por web

Tras mucho contorsionismo e infringir más de cinco reglas del código galáctico de circulación, conseguís encajar en la nave de Kaveri. Os conceden permiso para aterrizar en el espaciopuerto de Reles y, como ocho payasos saliendo de un seiscientos galáctico, desembarcáis uno a uno en la capital de Spintir.

Entre cajas, droides y especies corpulentas de todo tipo conseguís abriros paso hasta la salida del espaciopuerto. Hasta desde fuera puede verse el gran tráfico aéreo, desde cargueros ligeros hasta cargueros imperiales de clase cuatro.

Delante vuestro tenéis una calle llena de gente y casas a ambos lados, de unos tres pisos de altura.

Belandi observa la calle repleta de vida que tiene frente a ella, mientras intenta recordar cualquier cosa que les pueda ser de utilidad sobre esta ciudad.

Desciendo de la nave la última comprobando que todo ha quedado en orden y que nadie ha dejado nada fuera de su sitio, odio tener que buscar las cosas cuando tienen un lugar específico.

Le doy un par de suaves golpes la nave

- Muy bien pequeña, se que ha sido duro llevar a tanta gente, te enceraré y puliré como recompensa cuando terminemos aquí.

El muelle, la zona de carga, la voz del controlador espacial, me suenan, no estoy segura de si he estado por aquí antes.

Pon sale estirándose de la nave, agradeciendo en parte el tener uns brazo y una mano mecánicos, ya que al menos no siente esas partes agarrotadas.
He estado en jaulas mas espaciosas que esa lata de sardinas
Mirando alrededor, intenta reconocer algo de la ciudad, pero no nota mas que serrín en el cerebro

Agradeciendo no sufrir de claustrofobia tras salir de la nave, ojeo disimuladamente mis pergaminos para encontrar o rememorar algo con lo que impresionar a Hethan 

Sarenda, contenta de haber llegado a la ciudad, trata de recordar algo de la misma.

Larek frunce el ceño al ver a sus nuevos compañeros tan pensativos, así que se rasca la sien con la larga uña de su índice derecho y hace como que piensa.

Nim, al ver que Larek está pensando muchísimo, hace lo propio. Nim no es tonto, así que Nim tiene que pensar más fuerte que los demás para demostrar que, de hecho, es más listo que los demás.

No recuerdas mucho, solo que en la estación espacial en la que estabas hace unos días, algunas naves comerciales iban hacia allí.

En uno de los pergaminos, lees lo siguiente:

[...] Cuando los jedi se trasladaron al valle de la cima del monte Tellec para construir el templo, dejaron el asentamiento original como un puerto espacial en uso y una corriente gradual de peregrinos lo transformó en la ciudad de Reles.

[...]La Universidad de Reles mantiene un archivo de datos genéticos a partir del cuál sus estudiosos esperan aprender más acerca de estre extraño fenómeno, [...] pero hasta la fecha, parece un capricho del destino.

No recuerdas mucho de Reles, solo que en la estación espacial en la que estabais hace unos días, había algunas naves comerciales que se dirigían hacia aquí. De hecho, casi te dejan sin muelle de embarque por la demanda de cargueros.

Aunque, pensándolo bien, te pareció ver a un par de tipos en la cantina de la estación espacial con pinta de rebeldes que se dirigían hacia aquí, preocupados.

No solo no recuerdas nada, sino que vuelves a oír esa vocecilla metálica proveniente de tu nuevo brazo.

- Vaya, así que esto es Reles, el amo siempre me hablaba de ella -hace una pausa en tu cabeza-. Jeje, suerte con los carteristas y los chatarreros si no quieres que te desguacen entero -susurra con sorna-.

Recuerdas que, en el bazar de tu poblado había un mercader que venía cada tres lunas con baratijas que, según él, provenían de Reles, seguramente de contrabando. Nadie le creía y nunca vendía mucho. De hecho, dudas que nadie supiera dónde estaba Reles...

Curiosamente, recuerdas que el hombre se llamaba Óldegar.

Pon se queda sorprendido cuando se da cuenta que la voz que oía y empezaba a achacar a un esquizofrenia, provenía de su brazo.
Vaya, tienes voluntad propia? Y puedes leerme la mente?
Pon considera que a lo mejor a conseguido una guía.
Conoces algo de está ciudad?

-Recuerdo que en mi hogar había un mercader llamado Óldegar que decía vender cosas provenientes de Reles. Aunque no me fío un pelo de su palabra, creo que es interesante investigar un poco por la zona a ver si alguien lo conoce. Si es con cierto cuidado, mejor. No sabría decir si es un mercader estándar o alguien que hace "pocos amigos".

- Estoy de acuerdo en buscar a algún mercader, si tiene algún tipo de negocio en la trastienda seguro que ha oído hablar de un artefacto tan peculiar. - tras una pausa para ver que opina el resto, miro a los usuarios de sables láser y con un movimiento de cejas añado - Yo que vosotros escondería eso bien por si acaso, aquí hay ojos por todas partes.

¿Sabíais que - hago una pausa para comprobar que Hethan me está prestando atención - cuando los jedi se trasladaron al valle de la cima del monte Tellec para construir el templo, dejaron el asentamiento original como un puerto espacial en uso y una corriente gradual de peregrinos lo transformó en la ciudad de Reles? - checkeo la reacción de Hethan ante mis amplios conocimientos.

Belandi se rasca la cabeza mientras intenta recordar algo de utilidad, sin demasiado éxito.

¿Llegamos a apagar el horno antes de irnos de casa de Wuppu? Creo que nos lo dejamos encendido...

- Tienes razón Kaveri.Dice Sarenda mientras oculta su sable láser en la parte trasera su pantalón y lo ata con fuerza.
Bueno, ¿por dónde empezamos a buscar? Yo creo que es mejor no separarse, no sabemos lo que puede acechar en esta ciudad.

Pon, que parecía distraido con algo, vuelve en sí y toma ejemplo de Sarenda, ocultando lo mejor posible su sable en su bolsa mágica ropa