Partida Rol por web

-Veo que estás bien- dice acercándose a este.Le agarra el mentón, girándolo a un lado y a otro mirando su cuello por si tenía alguna mordida.

-Hmm.Bueno- deja su mentón-.Vayámonos, este no es un lugar seguro- termina por decir, poniendo al senescal sobre uno de sus hombros e incitando a Billy con su otro brazo a slair de aquella sala y en general de aquel lugar.

No es necesario negrito, imagino que por Marcus te referirás a un amigo tuyo de color- Miro a nuestros compañeros sin identificar exáctamente a Marcus en medio del vaivén de heridos. Si puedes luchar podrás salir de aquí, ya le buscarás fuera, ahora sal de aquí de inmediato.

Dejo al vástago destrozado, ya han rescatado al senescal, la nosferatu me mira con una sonrisa que no le devuelvo, pero me acerco a ella con un gesto reconfortanto y cogiendo carrerilla en los últimos pasos hasta ella pateo la montaña de cadáveres como si fueran un montón de palomitas. Ella cierra los ojos, sonriendo, sin decir nada, no me importa lo que tenga que decir, la cargo sin ninguna dificultad a mis hombros.

Me acerco después a Joeman y lo cargo en el segundo hombro con la misma aparente falta de dificultad y desaparezco ante la visión de los presentes. El general ha muerto, ni necesitaba recompensa ninguna, ya tengo lo que he venido a buscar, devolveré a Leila al lugar que le corresponde y llevaré al valiente Joeman para que tenga una despedida digna rodeado de quienes fueran sus amigos.

Disparas bien - Le digo a Rebeca, que cuando se gira para ver quien le habla ya no ve a nadie.

Sin palmadas de agradecimiento ni vítores, tan solo rodeado por más dolor, salgo del mausoleo, fuera rondan mis animalejos a los que llamo a mi vera, montamos en mi coche, el Sr de mi clan me estará esperando, estará esperando a Leila, y el Sr de Joeman le estará esperando a él. No hay que hacer esperar tanto, no es de buena educación

Todo ocurre  apresuradamente.

Phileas Mattheson, le da algo de sangre a su hermano moribundo, y de repente el adquiere un semblante más saludable.  La mujer Nosteratu, quien se llama Leila, es liberada de  la montaña de cuerpos: se ve herida, pero sobrevivirá.  Marcus cargando al senescal,  se rencuentra con Billy, el joven de color, Naomi sin perder el tiempo saca a su alumna por una de las puertas y  observa como los hombres del general Q sacan  entre humanos y  vampiros heridos.

Rebeca entonces   ayuda a caminar a su compañera de clan y amiga  Amy Rutt, quien muestra una horrenda cicatriz en una de sus manos.

 Luego de que todos los rescatados han salido, Rebeca pone a salvo a la mujer herida, y mira desde  la orilla de la puerta el horror de todo aquello. Molesta y llena de Rabia por lo ocurrido, cierra los ojos y se concentra, de ella sale una gran llamarada que se convierte en un gran incendio.

Cuerpos  envueltos en las llamas se revuelcan sin esperanza, mientras que poco a poco los cuerpos de los malditos se vuelven ceniza y  se queman lentamente.

Pero no sólo se queman enemigos, también cuerpos de amigos como Joe y el general Q que trataron de liberar a los cautivos. Otros cuerpos inertes de víctimas inocentes  también se carbonizan.  Desafortunadamente, alguno no lo lograron, pero por lo menos se pudieron salvar algunas vidas.

Rebeca luego de eso, se da media vuelta, toma a Amy y sale por el pasadizo oscuro. Su clan se encargará de él luego.