Partida Rol por web

La casa el anciano, en lo alto de la colina, debe ser la que vimos en su momento al "aterrizar", y era nuestro objetivo inicial, ya que, por lo menos, nos proporcionaría una perspectiva del terreno desde una posición elevada; además, en lo que a mí compete, una ubicación como esa puede proporcionarme algo más de alcance de detección de señales, y quien sabe, puede ser que mi equipo reciba alguna señal de baliza de emergencias... Sin tener pistas concretas de donde está nuestro objetivo, me parece que esta apuesta es la mejor que tenemos en estos momentos...

-Por mí de acuerdo, señor,  se lo agradezco, y si tiene conocimientos de curas, le agradecería que revisase el estado de mi herida; debería mejorar, pero nunca se sabe.

... miro alrededor... en la zona inmediata, la densa selva nos rodea, llena de criaturas como la que hemos despachado con dificultad...

-Y dígame... ¿que le ha traído a vivir a un lugar tan apartado?. Si sus únicos vecinos con como esa criatura, debe tener una existencia muy solitaria

... si, es extraño encontrarse a alguien viviendo voluntariamente en este aislamiento

Jason se percató de la mirada de reprobación de Kaltor. Tal vez sí que a veces pecaba de confiado, pero de hecho nunca había tenido problemas con usar su nombre y apellidos, el Clan Lightman no es que fuera muy conocidos y salvo algunos miembros de la Alianza Rebelde, nadie sabia de ellos. Nunca fueron unos Jedis muy poderosos.

- Pues me parece una idea magnífica - respondió ante la invitación del anciano - Lo que nos conviene es un sitio donde resguardarnos y que miren las heridas del señor Harris. Además, seguro que tiene algo de comida para poder guisar y alimentarnos bien, estoy harto de las raciones de comida prefabricada, me apetece algo casero y elaborado con productos de verdad.

Parr Yaris, un placer.

Y sería posible pasar por su hogar y si no le somos de mucha molestia, ver como va la herida de nuestro compañero?

Por otro lado, si podemos ayudarle en algo,...

Permaneciendo a un lado, en un segundo plano con los brazos cruzados, observaba la conversación en silencio. Las palabras de Asyr me habían parecido tan vacías como innecesaria la "mediación" del abanderado del buen humor que no lograba entender. Cada cual debía hacer su trabajo, y nada más. Así nos criábamos en el que había sido mi hogar.

Y todo eso se había perdido, pero no para mí.

El anciano se presentó, explicando que vivía cerca y se había acercado al oír lo que pasaba. Alcé mi rostro buscando su casa desde donde nos encontrábamos, y asentí al ser invitados a su hogar, un gesto el suyo que entre los míos era de gran valor. No nos tomábamos la hospitalidad a la ligera.

Sin embargo, en ese momento Asyr hizo algo que no entendí, y que me llevó a mirarle sin molestarme en ocultar mi confusión. Le preguntaba si era posible... lo que acababa de ofrecernos, precisamente. ¿Era algún tipo de broma? Yo nunca entendía las bromas, no tenía eso que llamaban "sentido del humor", así que miré a los demás esperando por si alguien se reía.

ND-RW parecía haber conectado bien con el otro droide (nunca mejor dicho), y le parecía bien la idea del ofrecimiento. Todos estábais de acuerdo en ir, o al menos ninguno de vosotros se había negado. Jason estaba encantado con la idea, al igual que asyr y Darrell, que estaba herido y tal vez sería de gran ayuda un poco de medicina adicional. Por su parte Redk parecía el más metódico en cuanto a cumplir la misión de la Alianza yendo directamente al grano. Sin embargo, había sido un golpe de suerte, o al menos eso parecía, haber encontrado ese anciano (aunque sólo fuera para preguntarle dónde diablos estábais...).

Claro, vayamos... -dijo el anciano a Darrell-. Tal vez allí podamos mirar mejor esa herida.

Entonces comenzásteis todos a ascender la pendiente hasta una pequeña meseta a través de una vereda. Los servomotores de la unidad R2 estaban trabajando a gran potencia, pues lo irregular del terreno hacía difícil su ascenso. Sin embargo, parecía que el pequeño droide astromecánico estaba acostumbrado al terreno.

Tras unos minutos de duro ascenso, llegásteis enseguida a una vivienda que era circular, en una de sus áreas, y conectaba con otra sala amplia. En la parte traser había un taller. Además, había grandes aparatos humidificadores alrededor de la vivienda. Aquello debía ser algún tipo de elemento para concentrar el aire en derredor. Tras llegar a la vivienda entrásteis dentro. Paredes de cal y barro, o algún elemento similar y natural, contrastaban con una zona remodelada, de paneles modernos. Una mesa en el centro de la mismas y varias asientos componían la humilde vivienda. Había también una habitación en un lateral, el dormitorio del anciano.

Aquí vivimos mi droide y yo, pasad por aquí -entonces accedísteis a la parte más amplia, de planta rectangular. Allí había... un invernadero con infinidad de plantas y pequeños árboles frutales, aparte de algunas verduras-. Aquí cultivo frutas y hortalizas con un sistema de crecimiento acelerado, las cuáles, allí abajo, en las marismas, crecen por igual. ¿Que porqué las cultivo aquí en vez de recogerlas? -decía retóricamente, entre sonrisas-. Porque no es posible bajar con los seres que pueblan las marismas. Ese lugar anegado es un sitio estupendo de cultivo, al menos en este planeta, pero esos rancors... Ya no tengo edad para correr detrás de ellos. Los humidificadores ayudan a mantener el mismo ecosistema químico que ahí abajo.

Luego miró al soldado raso.

Túmbese ahí, si quiere, soldado -le dijo a Darrell, señalando un sillón plano y acolchado donde había algunas mantas. Tal vez mi droide pueda hacerle un apaño y cerrarle bien esas heridas. Bueno... ¿y qué hacían ahí abajo? -decía mientras iba a buscar un medpac en una estantería de aquel invernadero-. No creo que vengan a visitarme a mí. ¿Negocios con los damathiranos? -preguntaba, sabiendo que no era seguramente eso el motivo de vuestra presencia en aquellas tierras-.

El anciano nos condujo a su morada. Era sencilla, pero suponía que debía ser suficiente para un humano y un robot. Aunque nunca tuve un algoritmo que me permitiera determinar ese tipo de cosas con precisión. Tampoco disponía de mucho tiempo para hacer cálculos al respecto. El anciano comenzó a hacer preguntas. Existía una cierta probabilidad de que sospechase algo. No sabía exactamente qué decir. Deberíamos ser cuidadosos en nuestras resuestas de ahí en adelante. Tal vez nuestra historia inicial no sería suficiente. Opté por concentrarme en el asunto de la nave.

-¿Y donde dices que tienes esas refacciones? -Le dije al R2 

Kaltor escrutaba al anciano en busca de cualquier señal de que estuviera del lado del imperio, no pasó por alto que evito contestar la pregunta de Darrell sobre que lo había llevado a vivir en aquel lugar tan inhóspito y durante el trayecto hasta su hogar le secundó de cerca. 

Una vez dentro, el anciano preguntó los motivos por los que estaban en Damathir y prefirió responder rápidamente antes de que sus compañeros metieran la pata. -Si fuera por mí nunca hubiera puesto un pie en esta ciénaga, si estoy aquí es porque mis pilotos no son demasiado diestros e impactaron un asteroide mientras nos dirigíamos a cerrar un importante trato comercial con unos piratas weequay. Se inventó lo de los weequay porque comercializar con piratas no era algo demasiado respetable y explicaría la evidente reticencia a confiar en el anciano por parte del rodiano. 

Los calmantes hacen que me pueda mover adecuadamente; la adrenalina, que la energía no me falle; la cauterización química, que no pierda sangre y por tanto no me debilite. Estas cosas hacen que una tropa pueda resistir lo inimaginable; incluso cargar con el equipo cuando otros antigüamente se habrían tumbado para dejarse morir.

La casa del anciano es humilde, pero acojedora; no se, no me cuadra la presencia de un solitario con un astromech; bien es cierto que estas unidades de la familia R2, pese a no tener la flexibilidad de los droides humanoides, son muy popupares por su versatilidad, y que los contrabandistas chatarreros las hacen llegar a toda la galaxia, pero este parece estar muy bien configurado...

-¿Su droide tiene programado soporte médico? Caramba... necesitaría uno así.

Esbozo una sonrisa mientras miro en derredor inocentemente, buscando algún signo que me de una pista de qué pinta aquí este hombre. Las palabras de Kaltor suenan a coherentes, y son una buena prueba para medir quien es realmente este tipo. Si se lo traga o no, dirá mucho de él.

... y de paso... dicretamente, miro a Jason; tal vez la Fuerza le permita detectar algo que los demás no vemos

Bueno, intento apoyar la cohartada de Kaltor...

Como que tus pilotos no somos demasiado diestros? Si hubiera sido por ti, nos hubiéramos comido de lleno el maldito asteroide, narices, en cuanto esté la nave lista, el sitio de Copiloto es tuyo, tio listo. No hace falta que vengas a pedirme ayuda, que no pienso dártela aunque reventemos en el puto espacio.

Disculpe usted, es que me saca de quicio... Primero nos dice que busquemos una ruta poco frecuente para llegar al punto de encuentro con sus "amigos" los piratas weequay. Y ahora se queja. 

Bien, muchas gracias por su amabilidad. Por una veta de Brillopiedra!!! Como ha conseguido este sitio tan acogedor en un lugar tan inhóspito como este? oooh no será que también se vió forzado a descender con su nave, y esta no tiene posibilidad de reparación? Sino  que motivo tendría un hombre como usted y su unidad R2 de estar aqui? La galaxia tiene lugares mucho mejores para disfrutar de un retiro alejado de la gente...

ehhh mm, pero disculpe, quizas hablo demasiado, no es de buena educación dar rienda suelta a la curiosidad de uno, cuando ha sido amablemente invitado.

Busco un rincón y me siento. intento percatarme de si tiene una red de sensores de algún tipo, movimiento, de calor, u otros... Este lugar es bastante bueno para esconderse de Coorporaciones, Ligas, Imperios y Rebeliones... y asi pasar desapercibido... me da a mi que tiene mas de alguien que se esconde que de espía del Imperio...

Kaltor y Asyr inventaron una historia de piratas para intentar apaciguar la curiosidad del anciano sin revelar nuestra verdadera misión.

-Fue culpa mía -dije intentando validar la historia- Buscar una ruta poco frecuente requiere cálculos extra y no tengo un algoritmo especializado en esa tarea. Mis cálculos fueron imprecisos. Lo siento mucho.

Excusas y mentiras. Esa era la peor parte de trabajar para la Alianza Rebelde. Perseguidos como estábamos por el Imperio, no nos quedaba otro remedio que mentir y engañar, algo deshonroso e indigno, impropio de verdaderos hombres. Entre mi pueblo, eso era suficiente para ser repudiado, si no algo mucho por. No nos gustaban los mentirosos. Y en momentos como aquel, me despreciaba a mí mismo.

Y a aquellos que me obligaban a actuar así.

Aún así, una cosa era mentir y otra guardar silencio mientras otros lo hacían, que es lo que hice. Mientras los demás hablaban, me dediqué a revisar disimuladamente la instalación a nuestro alrededor, comprobar entradas y salidas, el contenido del inmueble, y terminé por preguntarme algo.

¿La fauna local no se acerca por aquí? -Pregunté al anciano- ¿O hace algo para ahuyentarlos?

- Caray, que casa tan pintoresca! Ha logrado un equilibrio entre un estilo neorústico y una granja cosechadora. Apuesto a que esas hortalizas están riquísimas. Podríamos hacer una buena sopa con todo eso. ¡Y esas frutas rojas tienen una pinta muy apetitosa!

Jason observó, tocó y olió casi todas las frutas y hortalizas que había en la estancia.

- Es muy amable de invitarnos a su hogar. - iba a continuar pero calló cuando los demás empezaron a explicar que hacían allí, en ese planeta. Era mejor escucharles y seguir su historia, a Jason no se le daba muy bien mentir.

No sabía de que le sonaba ese nombre... Ese viejo... empezó a darle vueltas a los recuerdos... charlas oidas, informes de la agencia revisados "discretamente"... estaba seguro que le conocía o sabia de el, pero no recordaba el que... Pero esa sensación de que de un momento a otro lo iba a recordar, para bien o para mal...

BII BI biii. ¡biiii...! -silbaba el droide-.

La unidad astromecánica del anciano comenzó emitir pitidos de comunicación. Enseguida le informó a ND-RW que detrás de aquel invernadero había una caseta que Parr llamaba "el taller", lugar en el cual guardaban los elementos de reparación de los humidificadores. Claro que, lo que no tenían era recambios... de naves.

¿Piratas Weequay? Uhm... no recuerdo muchas especies en este cubo galáctico -se refería al planeta-. Los Damathiranos y el Imperio, el Imperio y los Damathiranos... este lugar está sometido. Espero que sea un buen pellizco -le dijo a Kaltor-. ¡R2! Trae el medpac para el soldado -le ordenó-. Entonces el droide fue a buscarlo-. No es un droide médico, como puedes ver -respondiendo a Darrell-, pero al menos tiene algunas tareas de diagnosis y curación programadas.

Mientras la unidad comenzó a administrar los elementos de cura a Darrel, Yaris escuchó a Asyr. Le abrumó un poco tanta pregunta, y le sorprendió que aquellos dos invitados "debatieran" entre ello dejando ver su relación en ese momento.

No, no tengo nave. He vivido aquí desde hace... mucho -dijo sonriendo, como recordando mucho tiempo atrás su vida-. Cuando necesito provisiones viajo por la meseta, nada de descender a la selva donde os encontré, hasta llegar a las primeras estribaciones de la gran cadena montañosa de este planeta, en dirección norte. Allí comercio con los Damathiranos, en uno de sus poblados, llamado Ahaku. Creo que deberíais saber que... envié allí a uno de los vuestros -aquello atrajo la atención de todos-. ¡Tranquilos!, no tenéis que esconderlo más -decía sonriendo-... Ya soy viejo para la política y para la lucha, y dado que en este planeta sólo hay nativos y guarniciones imperiales es evidente que la Alianza os ha enviado aquí para algo. Como digo, envié a vuestro amigo al campamento del norte que os he citado, puesto que quería establecer algún tipo de comunicación, lo cual es imposible en este lugar. Mi unidad tambien le reparó las heridas en su brazo -os dijo-. Me contó que había sufrido un percance con su nave, como vosotros. Suerte que el Imperio no lo detectó.

Estaba claro que aquel anciano no sabía vuestras intenciones exactas, pero sabía que érais miembros Rebeldes, cosa que no le parecía mal. Esos sí, volvió a nombrar con desprecio a los Imperiales cuando os dió algunos detalles más. ¿se estaría refiriendo a vuestro objetivo de búsqueda?

No sé si vais a encontrar a quién buscáis -os dijo ahora algo más serio-; pero si queréis piezas de reparación para vuestra nave, tendréis que viajar bastante, más allá del poblado de Ahaku. Tras agradecer las palabras del Jedi Lightman, Parr contó a Redk que no hacía nada para ahuyentar a la fauna, puesto que vivía en la selva, no sobre la meseta (que era donde estaba su casa y ahora vosotros).

Tu buena memoria no te traicionó: Parr Yaris no figuraba entre tus recuernos ni tus informes. No habías oído hablar de él nunca.

R2-D1 ha hecho un excelente trabajo en mi herida; quien le programase la rutina sanitaria, debe estar al nivel de quienes programaron los droides médicos de la Fragata Redención; mientras termina los detalles, escucho atento las palabras del anciano; este hombre, no ha debido ser un tipo cualquiera, ha sabido leernos como un libro abierto, y habrá deducido que venimos tras el accidentado... así que una de dos... o habla sinceramente..., o nos manda a una trampa; en todo caso, no podemos estar seguros más de que solo tenemos una pista, y señala al norte. Cuando se opera tras las líneas enemigas, como es este caso, no debes confiar en nadie...

- Tiene usted nuestro agradecimiento; no queremos abusar mas de su hospitalidad, ni queremos causarle problemas con el Imperio. Creo que debemos irnos cuanto antes. ¿a cuantas jornadas de marcha está Ahaku?

Tal vez parezca que tengo prisa por salir de allí, pero es la realidad; en todo caso, no conviene estar demasiado en este lugar

Finalmente, lo referente a la fauna local resultó carecer completamente de importancia. Bueno, en realidad a mí sí me interesaba, por curiosidad personal, pero quedó en un segundo plano cuando el anciano habló del hombre al que había enviado al poblado de los Damathiranos, al que asumía como uno de los nuestros. Al oírle hablar así, me puse en tensión, llevando una mano discretamente a la empuñadura de mi cuchillo. El viejo sabía demasiado, y aquello no me gustaba.

Sin embargo, por su forma de hablar quedaba claro lo que el anciano pensaba de ello. El desprecio que destilaba al nombrar al Imperio era evidente, y sólo por eso pude relajarme lo bastante para volver a cruzarme de brazos y atender ligeramente relajado, y muy interesado, mientras me explicaba lo relativo a la fauna del lugar. Al parecer, las bestias del planeta se refugiaban en la selva, estando la meseta libre de ellas. Eso lo convertía en un camino relativamente seguro, y debía serlo si él mismo lo recorría con cierta frecuencia.

Deberíamos ponernos en marcha lo antes posible... -Medité en voz alta, evidenciando lo que, esperaba, fuera una obviedad para todos- Desconozco los ciclos de luz de este planeta. Anciano, ¿cuánto queda para el anochecer con este sol?

Si disponíamos de algunas horas, aún podíamos salir inmediatamente y aprovechar ese tiempo para recorrer algunos kilómetros. De lo contrario, tendríamos que abusar de la hospitalidad del viejo y partir al amanecer. Aunque yo, personalmente, esperaba que pudiéramos disponer de la primera opción.

Cita:

- ¿Acabamos de llegar y ya queremos irnos? - dijo Jason con una sonrisa hacia Yaris - Creo que deberíamos aceptar la hospitalidad de este buen hombre y, si nos permite abusar un poco, descansar y permitir que Harris se recupere un poco más. Además, aun tenemos que probar esas verduras, seguro que tienen un sabor delicioso.

Aun así, Jason comprendió que debían intentar asegurarse por todos los medios que Yaris no iba a traicionarlos. Se concentró en su gran aliada, La Fuerza, e intentó indagar en la mente del anciano. No quería ver demasiado, solo comprobar que no tenia malas intenciones.

La primera lección que aprende un buen espía es a mostrarse poco peligroso y amigable. En realidad, cabía la posibilidad de que el anciano fuera un agente del Imperio, o que estuviera trabajando para ellos, o pensara que podría sacar una buena tajada si nos entregaba, pero dado que con violencia poco tendría ha hacer, por qué no indicarles un camino que les llevara de bruces al centro imperial?

Bueno, también era posible que fuera realmente un hombre hastiado del Imperio y sus palabras de desprecio al mismo, fueran ciertas...

Ante esta duda, solo se podía reaccionar de una manera. Tranquilidad, sosiego, y extremarse en un  estado de alerta constante. Pequeños indicios serían una señal...

Ahhh Yaris, que le hace pensar que venimos a buscar a un tipo perdido? Para eso seria mucho mejor enviar a un solo hombre, preparado para tal menester. Mírenos!!! somos tan variopintos que nos hacemos notar demasiado... No obstante y aunque sea verdad eso que dice que mandó a es... digamos viajero, hacia el mismo lugar que a nosotros, no nos deja demasiado margen de maniobra... Si queremos reparar nuestra nave, necesitamos esos recambios y si ese es el unico sitio por aquí... Que otra opción tenemos?