Partida Rol por web

Retorno

Capítulo 10. Déjà vu

Cargando editor
23/05/2015, 14:41
Sonnia Beleva

- "Te agarras al último clavo ardiendo que te queda"

Pudiste notar como su expresión cambiaba en un microsegundo, ensombreciéndose como no habías visto antes. Por su cabeza parecían pasar todos esos sacrificios y perdidas que habían acumulado durante todos esos años. No verbalizó ninguno.

- Rebecca McLaggen... - El nombre no le había cogido por sorpresa. Lo repitió para sí, quedándose durante unos segundos perdida en sus pensamientos. - El Ministerio inglés tiene sus motivos para prepararse para el acercamiento muggle.

Os miraba en silencio, analizándoos. Parecía intentar adivinar cómo podíais estar tan perdidos sobre vuestro propio país sin verbalizarlo. Aunque tampoco estaba disimulando.

- Está bien, resumámoslo - suspiró cansada, como si estuviera ante dos niños incapaces de entender un problema sencillo. - Estamos ante dos problemas. Nuestro Ministerio - Levantó la mano, enumerando con los dedos. - ... Rebecca McLaggen.

Se levantó del asiento. Quizá hubieráis hecho lo mismo, si hubieseis tenido oportunidad. Pareció ser consciente en ese momento de vuestro estado. Despacio se acercó hacia vosotros, rodeándoos por detrás.

- Cuento con que no vais a hacer ninguna tontería. Os conviene llevaros bien con nosotros, o no saldréis vivos de aquí.

Ni siquiera os molestasteis en contestar. Sentir vuestras extremidades libres era demasiado bueno como para estropear el momento.

- A vuestro Ministerio no le preocupan los muggles. No al menos los de vuestro país. Le preocupa su tecnología, el desconocimiento de su población no mágica y el riesgo de perder su hegemonía ante una nación tan militarizada y unificada como la nuestra. - Eso respondía a la última de las dudas. Investigaban armas muggles porque formaban parte de su propio sistema de defensa.

Se mantuvo en silencio durante unos segundos, dejando que procesarais la información.

- No sé cual es el objetivo final de la célula, pero apostaría lo que fuera a que Rebecca McLaggen está detrás de esos atentados. De ser así, vuestro problema es mucho mayor. En esta ocasión no es un grupo terrorista a lo que os enfrentáis, si no a una nación entera capaz de comportarse como tal.

Cargando editor
23/05/2015, 15:52
Erika Rouvin

Nadie se interpuso en tu camino, y no tardaste en encontrarlo. Era el primer cuerpo empezando por la derecha, el segundo bulto que habías mirado. Su rostro estaba tan tranquilo que parecía estar dormido. Solo la suciedad en su piel denotaba que había sido víctima de un accidente. Estuviese donde estuviese la herida mortal, permanecía oculta. Si es que la había.

Apenas notaste la mano sobre tu hombro.

- ... uera de aquí.

No conseguías entenderle. Pero su contacto cada vez te quemaba más. Tanto que acabaste separándola de un manotazo. La respuesta fue inmediata. Un par de figuras se plantaron frente a ti, te cogieron de los brazos y tiraron de ti llevándote a una distancia en la que dejabas de ver el rostro de tu padre.

- Nathiel. Nathiel. - Os habíais parado pero seguían sujetándote para controlar tus movimientos. - ¡Escúchame! ¡Liam escúchame! - Poco a poco la voz de Rouvin fue captando tu atención. - Es lo que menos necesitas oír. Pero tienes que calmarte y mantener la cabeza fría. Os necesitamos preparados más que nunca.

Cargando editor
23/05/2015, 16:31
Andrei Bogdan

Saliste de la habitación forzándote a mantener la compostura. Estabas enfadada, decepcionada y confusa. Pero debías concentrarte. Habías ido a Bulgaria con un objetivo, y sentías que cada vez estabas más lejos de conseguirlo.

- Tenéis que marcharos de aquí.

Escuchar la voz de Greg detrás de ti te sobresaltó. Te volviste dispuesta a responderle de la peor manera, pero algo en su mirada te paró en seco. Era preocupación. Demasiado real. Demasiado cercana al miedo.

- Esto está a punto de estallar, Verónica. No entiendo en qué estaban pensando cuando os han enviado hasta aquí. Tienes que encontrar a esos chicos y llevarlos de vuelta a Inglaterra. Cuanto antes.

Te miraba directamente a los ojos, aunque sabías que era capaz de sondear todo vuestro alrededor. Etábais solos, por el momento.

Cargando editor
23/05/2015, 16:53
Isaac Fisher

Las leyó una por una sin ningún resultado. Lo único que consiguió fue sacar todo su repertorio de muecas de asco. Eran las típicas cosas que ponían a Isaac enfermo, a pesar de que, a pie de campo, él podía ser el más dulce de todos.

- Esto es una mierda.

Todas tus esperanzas se esfumaron. Te habías aferrado a esas cartas porque era lo único que te podía acercar a la muerte de tu hermana. Pero ver que él tampoco podía encontrar nada resultaba frustrante. Por un momento, estuviste a punto de gritarle. De echarle en cara que no se había esforzado lo suficiente. Que no le importaba lo suficiente. Que si se tratara de su hermano, habría movido cielo y tierra para encontrar una respuesta. Entonces algo se iluminó en su rostro.

- Un momento....

Volvió a cogerlas. En esta ocasión no miraba la letra, sino el papel.

- Estamos hablando de Rebecca McLaggen. Es imposible que sea tan sencillo... o que no esconda nada. Es una puta psicópata, tiene que haber algo.

Siguió mirando, con el ceño fruncido. Entonces cogió su varita, y comenzó a probar hechizos. No pasó nada.

- Zorra... ¿qué escondes?

Para Isaac habías desaparecido de la habitación. Estaba metido en sus pensamientos, en una lucha interna con el fantasma de Rebecca. Antes de que pudieras pararlo empezó a revolver su casa. Por los improperios que soltaba, sin mucho éxito... pero con otras consecuencias.

Primero fue la lampara. Después algunos de los muebles. Poco a poco, el temblor dio paso a la levitación de objetos. Estabas bloqueada. Al parecer, se trataba de algo más que de mover un cigarro. No podías dejar de mirar a Isaac, moviéndose de un lado a otro de la casa, buscando algo que no conseguía encontrar. Sin ser consciente de lo que estaba ocurriendo a su alrededor.

Sabías que debías pararlo... pero una parte de ti no quería hacerlo. Querías seguir viendo hasta qué era capaz. Entonces, una de las lámparas del techo cayó al suelo. El rostro de Isaac compungido solo podía significar una cosa: estaba empezándose a descontrolar.

Cargando editor
23/05/2015, 18:47
Berenice Blair

La enfadaba que Isaac no le hubiera permitido tomar las notas, algo que era de importancia para Vinny y sin embargo había prescindido totalmente de los sentimientos de ella tantas veces en la última hora que aquello no le sorprendía. Se mantuvo estática, clavando en él una mirada gélida que ocultaba la ansiedad con que le veía pasar una por una las notas con aquellas muecas de repulsa.

El enfado que había estado sintiendo se hizo extensivo a aquella situación. ¿Si no encontraba nada por qué no se las dejaba a ella? Aquella sobreprotección empezaba a molestarla y mucho. ¿Creía que se iba a echar a llorar por unas cuantas notas repugnantes? Tal vez influía la indignación que le sobrevenía siempre que se trataba de su hermana y el hecho de que en aquel momento fuera tan fácil descargar todas sus frustraciones sobre Isaac.

Entonces fue cuando empezó a murmurar solo cosas que inicialmente carecían de sentido pero cuyo significado terminó por llegar a Vinny, oscureciéndole las facciones. Era absurdo. ¿Cómo iba Rebecca a dejar mensajes ocultos?

- ¿Con qué fin, Isaac?

Pero él ya no le escuchaba. Estaba buscando a saber el qué con lo que pretendía quién sabía qué, rebuscando por todas partes como alma que rebuscaba al diablo hasta que se le fue de las manos en un sentido figurado espeluznante. Vinny había contemplado muchas veces circunstancias en que dicha expresión era aplicable pero el significado aplicado en aquellas ocasiones palidecía ante el descontrol al que estaba sumiendo Isaac la estancia.

Se levantó poco a poco de la silla, totalmente alucinada y sin reaccionar a lo que sucedía a su alrededor porque simplemente carecía de sentido para la cuadriculada mente de Vinny. Aquello no era posible, no podía estar pasando. Pero así era. Una parte de sí observaba con fascinación aquel fenómeno inexplicable mientras otra parte latente empezaba a despertar: la parte alerta, la que estaba atenta ante cualquier peligro.

Fue entonces cuando la lámpara cayendo al suelo la hizo despertar de golpe del ensueño, observando la expresión angustiada, incluso asustada de Isaac. Durante unos segundos más no hizo más que observarlo, con la frialdad hecha añicos en su semblante y sólo desvelando la preocupación que en el fondo sentía por el chico. Estúpidamente, su cerebro se debatió entre dejar de lado su enfado y acudir en su ayuda o dejar que se las apañara solo.

Por suerte al final ganó la razón y los sentimientos y dando zancadas se acercó a él y le envolvió en un rápido y firme abrazo para que no la apartara de él.

- Cálmate.

No sabía si estaba en el ojo del huracán al estar junto a él pero le daba igual. Era consciente de que era en parte la culpable de haber llevado a Isaac a aquel punto de descontrol y por eso era su deber ayudarle a mantener su hogar en pie. Su deber y algo que no se perdonaría nunca no detener.

- Cálmate, Isaac... - repitió, esta vez con voz más normal, menos seca, más la Vinny que solía ser con él.

 

Cargando editor
23/05/2015, 19:30
Isaac Fisher

Necesito casi un minuto, pero tu estrategia funcionó. Los objetos dejaron de vibrar, y aquellos que estaban flotando volvierona su posición original, o una parecida. A pesar de que todo había vuelto a la calma, Isaac no mostró intención de cambiar de posición. Seguía apoyado en tu hombro, estático.

Poco a poco fue separándote de ti, con cierta reticencia. Pero cuando alcanzó la distancia suficiente, y tus ojos se posaron en su rostro, pudiste ver el cambio en él. No había frustración, no había enfado, no había miedo, no había desesperación. Solo estaba esa pícara mirada del impulsivo, inconsciente y picante Isaac de siempre.

- Ya se dónde está.

Y sin decir nada más, se desapareció. Volviéndose a aparecer justo cuando ibas a echar un grito audible kilómetros a la redonda. En sus manos llevaba un extraño aparato, que no tardaste en identificar como tecnología muggle (*)Poco a poco fue pasando las notas por él. Sabías lo que estaba haciendo. Isaac creía que había un mensaje oculto en ese papel, escondido con una tecnología mucho más sofisticada que cualquier cosa que hubieras visto u oído hasta ahora.

Conforme te las pasaba fuiste viendo cómo la sombra de unas palabrasse dibujaba al fondo de la carta. Las palabras originales no desaparecían pero se entendía lo suficiente como para ser legible el segundo mensaje. Te costó ordenarlas, pero cuando lo hiciste, te diste cuenta de que ya no podrías volver atrás.

Cita:

Si compartes conmigo el amor, también lo harás con el dolor. Es hora de que ellos paguen su crimen. Descubre la verdad, y decide cuál es tu bando.

Notas de juego

(*) Una especie de scaner moderno en miniatura, parecido a los que usan rayos X de la medicina.

Cargando editor
23/05/2015, 19:49
Berenice Blair

Durante aquel largo minuto comprendió, a regañadientes cabía decir, que tendría que aceptar que Isaac necesitaba ir a su ritmo con todo aquello. Era algo grande, muy grande, y peligroso y podía comprender que el miedo, el desconocimiento y la rabia lo tuvieran totalmente confundido. Lo que estaba claro es que lo último que necesitaba Isaac era que ella le añadiera más presión y agobio a la obvia alteración de sus pensamientos.

Pensara lo que pensara cuando el chico la separó sólo pudo leer en ella seriedad y la mirada interrogante que le preguntaba si estaba mejor, algo que resultó obvio al percibir la expresión de siempre en el exravenclaw. Cada vez veía con más claridad cómo Isaac ocultaba todo su ser tras aquella personalidad descarada y juguetona.

Alzó las cejas, con la pregunta en la boca cuando se desapareció. ¡No! ¿Dónde? Pero ni siquiera tuvo hacer un recuento a la desesperada de los lugares a los que podría haberse dirigido cuando volvió allí con expresión triunfal y un objeto que reconoció como tecnología muggle y que enseguida empezó a pasar por encima de uno de los pergaminos.

- Joder, Isaac, ¿quieres decirme qué...?

Se calló. Se calló porque fue entonces cuando empezó a ver cómo salía a la luz un mensaje secundario, oculto a sus ojos. Sus labios se entreabrieron mientras intentaba ordenar en una frase todas las palabras que iba leyendo y cuando lo logró se quedó en shock. Sus ojos se habían abierto de par en par con expresión desamparada y un fondo de dolor y terror en la mirada, contemplando las notas ordenadas bajo aquella nueva luz.

Era un mensaje para ella. Nunca fue para Faye sino para ella.

- Ryan - dijo señalando la palabra amor -. Faye y su hermana - a continuación señaló la palabra dolor. El dedo índice con el que tocó el papel le temblaba. Toda ella temblaba como habían hecho antes los muebles.

Se levantó de golpe, apartándose con violencia de la mesa, de las notas, sintiendo de nuevo aquel dolor desgarrador que la llevaba de vuelta al abismo. Su respiración había empezado a agitarse mientras el mundo perdía estabilidad a su alrededor. Sus ojos eran incapaces de detenerse en ningún lugar y sus pies tampoco.

- Es un mensaje...para mí...

Desde el principio había tenido razón. La causa de que Faye hubiera muerto era ella. Para recibir un mensaje, para llevarla a su lado. ¿Por qué? ¿Por qué?

Tenía los dedos tan rígidos que incluso el esfuerzo de cerrarlos para convertirlos en dos puños le resultó doloroso. Estaba perdiendo el control sobre sí misma y se estaba volviendo loca porque si aquello hubiera sucedido en su casa ya se habría dejado ir, se habría abandonado al dolor para no pensar mientras rompía y gritaba.

Pero algo la mantenía atada a la realidad, al mundo. Isaac. Poco a poco sus pensamientos volvieron, aunque fuera densos por el dolor. Ni siquiera se había dado cuenta de que sus pies la habían llevado hasta la puerta de la habitación de Isaac. Apoyó ahí la cabeza.

- A ver... - dijo con voz temblorosa mientras intentaba recobrar el control -... por puntos... - le estaba constando muchísimo organizar las cosas como siempre, intentar pensar con objetividad. De hecho no podía. Era fachada. Necesitaba poner palabras entre la verdad y sus sentimientos -. Ese mensaje...Rebecca ni siquiera podía saber que lo leería...¿cómo has pensado en el scanner? - se obligó a dejar que el aire entrara en sus pulmones con normalidad a la vez que la visión empezaba a aclarársele, aunque en aquel momento sólo le mostrara el sólido color de la madera oscurecida del marco de la puerta -. ¿Quiere hacernos pensar que quizás está con los buenos? ¿Quiere hacérmelo pensar a mí? - cerró los ojos con fuerza. Estaba desgarrada por el dolor pero era incapaz de llorar -. ¿De quién quería vengarse entonces? ¿De mí? No...no...Estoy segura de que mis padres o mi abuela tienen que estar metidos en esto de algún modo. Tengo que hablar con ellos - se separó de la puerta, de vuelta hacia las notas sin mirar a Isaac a la vez que empezaba a recogerlas -. Estoy bien - dijo de golpe. No quería volver a derrumbarse delante suyo -. Sólo quiero aclararlo, hablar con ellos, ahora.

Cargando editor
23/05/2015, 22:03
Veronica Stein

Me dí la vuelta para encarar a Greg, mirándole con una ira contenida que cada vez me costaba más disimular. En aquel momento habría sido capaz de decirle muchas cosas, para empezar que no era más que una sucia rata, vil, rastrera, traidora y mentirosa, que como a todos los demás le importaba una mierda lo que había pasado con mi padre, y por supuesto, le importaba una mierda lo que pasara conmigo. Si algo había sacado en claro de todo esto era que no había sido más que un puñetero peón en su juego de espías.

Sin embargo, algo hizo que me tragara mis propias palabras. La mirada de Greg, Andrei, o quien fuera, reflejaba una preocupación urgente, casi desesperada, y aunque me dije a mí misma que probablemente estaba fingiendo y no tenía nada que ver conmigo, decidí que lo mejor sería andarse con pies de plomo.

- ¿Y para qué puñetas te crees que hemos venido?, ¿para admirar las últimas tendencias en arquitectura minimalista y zulos? - Espeté cargada de un sarcasmo venenoso. Lo creyera o no era lo más amable que conseguiría en ese momento. - Puedes decirle a Miz Ya-chuvstvuyu-zapakh-der'ma-tol'ko* que alguien os la está metiendo tan a fondo que no se como no os dan arcadas y que, por suerte para ella, no somos nosotros. - Me volví hacia Andrea, que seguía ahí plantada – ¿Vamos?-

Notas de juego

*Miss Solo-huelo-a-mierda (Ruso) 

Cargando editor
24/05/2015, 16:34
Liam Nathiel

Ver aquel rostro, pétreo e inerte, de mi padre, en aquel suelo, hizo que me frenara en seco. Era como si, por un instante, hubiera esperado que se tratara de una confusión,  que no fuera el cadaver de mi padre el que debia estar alli debajo. Por un momento, habia deseado encontrar cualquier otro rostro que no fuera el suyo.

Pero alli estaba el, pasando a engrosar las filas de los que habian perdido la vida en medio de aquella locura.

Al menos ya no sospecharas de el.

Aquel pensamiento, cruel y lapidario, me golpeo con fuerza. Y entonces, en aquel momento, frente a su cadaver, me senti culpable. Culpable por no haberme despedido ni siquiera de el. Culpable, porque ahora no sabria jamás si mis respuestas eran o no fundadas.

No se cuanto tiempo pase alli, contemplando aquel rostro que ahora parecia haber hallado por fin su descanso. Sin embargo, de repente escuché aquella frase, y noté una mano en mi hombro. Una que no sabia a quien pertenecia, pero que habia cometido un tremendo error: tocarme en un momento asi.

Tarde unos segundos en responder. Los mismos segundos que mi cuerpo tardó en ser consciente de aquel contacto físico del todo indeseado.-No me toques. -masculle, en voz baja, casi escupiendo las palabras.

Pero aquella mano seguia alli, haciendo arder mi sangre, haciendome arder a mi por dentro, quemandome con su tacto sobre mi piel. Y no pude mas.

-¡No me toques! - grité entonces, incapaz de seguir controlandome, al tiempo que descargaba un manotazo sobre aquella extremidad, en un intento por apartarla de mi cuanto antes.

Y no pude hacer o decir nada mas. Como no podia ser de otra forma, me vi arrastrado, sin saber siquiera por quien, vi como me alejaban de mi padre, inmovilizándome, como si fuera un peligro a quien tener en cuenta.

Y entonces vino Rouvin, en medio de aquel mundo distorsionado y surrealista, a intentar poner orden a mi mente, orden a lo que alli estaba sucediendo.

En aquel momento su voz era lo unico que me mantenia aun unido al mundo de los cuerdos. Lo unico capaz de evitar que colapsara alli mismo y me abandonara a los atrayentes brazos de la locura.

-Quien ha sido. - fue lo unico que dije entonces, notando mi respiracion agitada, en lo que comenzaba a ser el inicio de un amago de ataque de ansiedad- Solo digame quien ha sido. - era todo lo que necesitaba saber en aquel momento. Necesitaba poner un nombre, una cara a aquella locura. Era la segunda vez, la segunda vez en tan solo unos meses que habian intentado acabar con el. Y, en aquella ocasion, lo habian conseguido.

Y acabe por cerrar los ojos, dejando de oponer resistencia, sucumbiendo al toque de atencion de Rouvin. Por mucho que doliera, por mucho que me pusiera al limite, llevaba razon. Venirse abajo, en un momento como aquel, no servia de nada. No habia tiempo para el duelo, para el dolor, ni para la angustia. Habia que actuar. Ya habria tiempo para llorar a nuestros muertos despues, si es que no acababamos convertidos en uno de ellos.

Y asi, con los ojos cerrados, y tras tragar saliva, acabe por dejar escapar una enorme bocanada de aire, dejando mi cuerpo laxo, en un esfuerzo por obligarme a recuperar el control. -Estoy aqui. - dije, sencillamente, dandole a entender que estaba bien.  Y abri los ojos, clavandolos en los de aquella mujer, guardando el dolor, una vez mas, para cuando pudiera permitirme el lujo de mortificarme- Soy todo suyo. - añadi, cabeceando, dandole a entender que era el momento de poner las cartas sobre la mesa y dar el siguiente paso.

Cargando editor
24/05/2015, 16:47
Ryan Jackson

- ¿Qué sabes de Rebecca McLaggen? - Aquella pregunta tenía mucha más profundidad de lo que podía parecer. No solo significaba que la confirmación de que era la misma persona, además estabamos hablando de que allí era famosa por algún motivo, y que aquello no era nuevo. Solo dejaba claro que ibamos con años de retraso, los mismos que se habían esforzado por ocultarnos lo ocurrido y que habiamos dedicado a hacer el imbécil mientras el enemigo ponía sus piezas en juego.

- Creo que ha quedado claro que estamos en el mismo bando, y tengo un límite para esos comentarios. Ahora podriais demostrar que también estais con nosotros y devolvernos las varitas. Si hay problemas, quiero tener algo con lo que defenderme y no limitarme a agacharme y cubrirme. - Hasta el momento había estado de lo más amable y colaborativo. Era momento de que ellos demostraran cierto grado de cordialidad o apartir de aquel momento solo conseguirían hostilidad abierta y la forma de salir de allí pasando por encima de ellos de ser necesario.

- Así que todo se resume a un deseo de venganza y superioridad. - Resumí de una manera que casi parecía estúpida. Me pareció extraño que los magos hubieran necesitado a los muggles, pero claro que por otro lado, poner a los muggles a combatir sus guerras y como carne de cañón era de lo más... inteligente.

- ¿Qué relación hay entre Rebecca y el Ministerio Búlgaro? ¿Qué quieren de nosotros? -

Cargando editor
24/05/2015, 17:30
Isaac Fisher

En esta ocasión era el turno de Isaac. De acercarse a ti, de sujetarte y de obligarte a buscar la calma. Y eso hizo.

- Por mi madre - contestó sin pensar. Estaba junto a ti, apoyado en la pared con una de sus manos acariciando tu espalda. - Es un sistema de comunicación muggle. Bastante desconocido, aunque ya sabes que pocas cosas se les escapan a los inefables. Una vez cuando era pequeño me explicó su funcionamiento. Imagino que nunca pensó que acabaría recordándolo.

Se mantuvo en silencio, escuchando tus preguntas, e intentando buscarles una respuesta.

- Creo que quiere que sepamos que sus actos tienen un sentido. Macabro, pero sentido al fin y al cabo. - Había separado su mano de ti, dirigiéndola hacia su barbilla. - No tengo tan claro que se trate de tu familia, Vinny. Lee sus palabras. 'Ellos paguen su crimen'. 'Si compartes conmigo el amor...' - tragó saliva. - 'Si compartes conmigo el amor...'. ¿No te das cuenta? Tú compartes el amor, tú compartes el dolor... y 'ellos pagan'. - Se separó un par de pasos de la pared. - 'Descubre la verdad y elige cuál es tu bando'.

Se llevó las manos al cuello, pensativo.

- Tu bando, Vinny. Tu bando. Tu familia no lo es, hace mucho tiempo que dejó de serlo. No pueden ser ellos. Pero entonces... - miró hacia la mesa en la que estaban las notas. - ... ¿de quien más puede estar hablando? ¿Y por qué en plural? - Sabías en quién estaba pensando. Podías notarlo en sus ojos, y sabías que no lo pronunciaba porque si no, le dirías que se estaba equivocando y que le acusaba por una cuestión personal. Por haber sido la persona con la que estuviste antes de con él. Por haber sido el amor de tu vida. Ryan.

Bajó la mirada y suspiró.

- Si quieres hablar con tu familia, hazlo. Quizá sea lo mejor. O conseguirás algo de información, o habrás comprobado una de las posibilidades.

Cargando editor
24/05/2015, 17:33
Andrei Bogdan

- Estás aquí como representante del Ministerio de Magia inglés, Verónica. - En sus palabras tampoco había dulzura. - A quienes se les considera responsables del ataque, y a quienes acaba de enviárseles una respuesta.

En esta ocasión sí que miró a su alrededor. Si le vieran hablando contigo podía meterse en un problema. Estuviera o no, en verdad, de parte del estado búlgaro.

- Tienes que ir a por esos chicos. Jackson y... Weasley. - Respiró hondo al escuchar tus últimas palabras. - Sé que no han sido ellos, Verónica. Y dudo mucho que haya sido cosa de tu Ministerio. ¿Pero acaso crees que eso importa? Nuestro Gobierno quería una excusa y ya la ha encontrado. - Se tomó un par de segundos para respirar. Hablaba de forma demasiado acelerada. - No olvides que aquí vivimos en una dictadura, Verónica. No puedes permitirte las libertades de tu nuevo país.

El sonido de unos pasos hizo que os irguierais, separándoos unos cuantos centímetros el uno del otro.

- Por desgracia, señorita Stein, nuestra reunión termina aquí. Dígale a su Gobierno que nuestras condiciones son firmes. Si no las aceptan, deberán atenderse a las consecuencias.

Hablaba tan serio, tan frío, tan inhumano que te ponía los pelos de punta. Ahora entendías por qué ese hombre había sido tan importante para tu padre. Todo un aliado que debías tener a tu lado. Cuando la mujer desapareció, su voz volvió a cambiar.

- Ves al bar 'четири ъгъла'. Diles que vas de mi parte. De Greg - matizó. - Deberías encontrarlos allí. - Dio un paso alejándose de ti. - Ah - se giró hacia ti, señalando la puerta de la que habíais salido. - Desazte de ella. Me pondré en contacto contigo cuando pueda. - Te miró un par de segundos a los ojos. - Confía en mi. Soy el mismo de siempre.

Antes de que pudieras evitarlo, se marchó de allí.

Cargando editor
24/05/2015, 18:35
Berenice Blair

Se quedó callada un rato, intentando que la coherencia llegara a sus pensamientos mientras asimilaba todo lo que había dicho Isaac, mirando el suelo como si en él hubiera aquella respuesta que escapaba a su entendimiento por más que la buscara con tanto ahínco.

- Pero... - empezó, pero se calló, intentando ordenador sus ideas. El dolor había empezado a disiparse lo suficiente como para permitirle pensar, como para que los latidos de su corazón bajaran a un ritmo más normal -. A ver, para el momento en que Faye recibió estas notas yo estaba con Ryan y estábamos investigando junto con Liam todas estas cosas - intentaba ponerse en el lugar de Rebecca, aunque no era capaz de comprender una mente enferma como la suya y de hecho, tampoco quería -. ¿Estás insinuando que Ryan tiene algo que ver con todo esto? - no quería creerlo pero a la vez ella había intuido más de una vez el lado sombrío de Ryan y siempre había apartado la mirada -. Pero no, no puede ser, está el juramento inquebrantable con Liam y Arianna, no puede mentirles y algo así hubiera salido a la luz, ellos no lo habrían aceptado sin más. Yo creo que cuando dice que paguen sus crímenes se refiere al señor Clarks y compañía, ¿no? Y no digo que mi familia sea ese bando, ni mucho menos pero piénsalo, Isaac. Andelin estuvo en los campamentos, ellos tuvieron que meterlo. ¿Mi abuela era la directora del Departamento de Misterios y no sabía nada de lo que había tras los campamentos? No me lo creo. Y si la dichosa venganza no es por Andelin o es por mis padres o es por mi abuela. Tienen que saber algo. No sé el qué, pero algo - volvió a quedarse largo rato callada, mirándose las puntas de los pies antes de alzar la mirada hacia Isaac, confundida -. ¿Por qué hacerme llegar este mensaje a mí? No tiene sentido.

Cargando editor
24/05/2015, 19:14
Erika Rouvin

- Oficialmente, Bulgaria. Extraoficialmente... la célula terrorista de McLaggen. - No te quitaba la vista de encima. Era tan estática que, de alguna forma, conseguía calmarte. Ligeramente.

- Necesito que reúnas a la gente. No vamos a actuar ahora. No vamos a actuar, Nathiel
- Esa segunda vez elevó algo más la voz. - ¿Me has oído? Actuar en caliente no servirá de nada.

- Encárgate de Black y Clarks. William buscará a su hermano y Blair a Berenice. - Miró a su alrededor. Debía volver al trabajo. - A Jackson y Weasley los dejaremos por el momento. Ya han hecho más que suficiente.

Se mantuvo allí un par de segundos más, asegurándose de que volvías a estar entero. Cuando ocurrió, se separó de ti.

- Nosotros estamos completos. Estás solo en esto, Nathiel. Contrólate y no hagas estupideces.

Cargando editor
24/05/2015, 19:16
Sonnia Beleva

- Rebecca McLaggen. Hija de dos funcionarios del Ministerio inglés. Trasladada a Bulgaria hace casi tres años. Reclutada por la célula desde hace un par. Asesina profesional y telépata. Arma secreta de Anastas Yovkov, ministro de Magia.

Enumeró las características como si las estuviera leyendo de un papel.

- Dudo mucho que sea la cabeza pensante, pero sí la cara visible. Y por lo pronto, la más peligrosa. Dada su capacidad. - añadió, encogiéndose de hombros.

- Venganza y superioridad - repitió, con tranquilidad. - No creo que sea una cuestión tan sencilla. Al menos, si no nos centramos excúsivamente en esa puta. - puntualizó. - Dicho esto... dudo que al Ministerio le importéis lo más mínimo vosotros dos. Y teniendo en cuenta vuestra relación con Rebecca, me inclino a que sea lo que sea lo que os está haciendo, tiene que ver con algo personal. Es la mano derecha de los terroristas, pero no su perrito faldero. Dudo que puedan impedirle hacer lo que quiera. Si de verdad tiene a alguien detrás.

Cargando editor
24/05/2015, 20:04
Isaac Fisher

- No puede metirles desde que hicieron el juramento, Vinny. Pero puede ocultar información o evitarla - puntualizó. De repente, frunció el ceño. - Un juramento inquebrantable entre Nathiel, Weasley y Jackson. ¿En qué momento se volvieron tan estúpidos?

Sacudió la cabeza obligándose a guardar silencio mientras seguías hablando. - Dice su crimen - volvió a interrumpirte, mordiéndose el labio inferior para no seguir hablando. - Está bien, puede que tengas razón. No es nuevo que Jackson no es santo de mi devoción. Vayamos a ver a tu familia - concluyó con resignación. - A ver si nos aclaran todo esto.

Cargando editor
24/05/2015, 20:20
Narrador

Te sorprendió la oscuridad que había en la casa. Habían pasado varios veces desde que estuviste allí, pero no te pasó desapercibido el toque frío y lúgubre que se había instalado en esas cuatro paredes. Tras dar un par de voces y no obtener respuesta, empezaste a inspeccionar la casa. Ya llevabas demasiado recorrido con tu familia como para no creer que eran capaz de ignorarte de la forma menos disimulada.

- ¿Vinny? - Escuchaste la voz de tu madre al subir al piso de arriba. Parecía que estaba sola. - ¿Qué haces aquí?

Cargando editor
24/05/2015, 21:39
Ryan Jackson

- Así que Rebecca esta a las órdenes de vuestro Ministro. - Eso complicaba las cosas de una forma practicamente infinita. Aunque a niveles prácticos solo sumaba más gente a matar para acabar dando con Rebecca y enviarla al mismo infierno. - Espera. ¿Has dicho... Telépata? ¿Hablamos de una Legeremaga o de una... Telépata en el sentido clásico de la palabra? - Aquello se convirtía en un porblema potencial.

- ¿Dónde consiguió esas "Capacidades"? ¿Unos campamentos? ¿Por que mató a toda su familia? - Pregunté, buscando respuestas. - ¿Tienes alguna preuba que relacione a Rebecca con tu Ministro? Como comprenderás, algún día volveremos a casa y quiero tener algo que decir en nuestra defensa. - Finalmente, me puse en pie tras dar una larga calada.

- ¿Cual es la hoja de ruta? -

Cargando editor
24/05/2015, 21:54
Sonnia Beleva

Tu conclusión hizo que guardara unos segundos de silencio, dubitativa.

- Rebecca hace el trabajo sucio del Ministerio. No creo que trabaje para él. Creo que tienen intereses comunes, y les combiene colaborar.

Su actitud era mucho más relajada que cuando había llegado. Estaba empezando a parecerse un diálogo entre conocidos... con ciertas reservas.

- Sí, telépata. No tenemos claro cómo lo hace, pero no es magia. Al menos, no como la nuestra - matizó, señalandoos a los tres con un dedo. - Iba a seguir hablando cuando hiciste más preguntas. - ¿Campamentos? - Solo necesitaste ver su cara para saber que allí no había hilo que tirar. - No tengo pruebas tangibles. Cubren muy bien sus espaldas. - Se encogió de hombros. - Y en el último año parece que han perdido su interés en nuestro país. Al parecer, les interesa más el vuestro - añadió.

Volvió a sentarse en su silla.

- La hoja de ruta es descubrir quiénes son sus colaboradores e ir desarmando su equipo. Tiene topos en todos los lugares. Apuesto que también en vuestro Ministerio. Si no fuera así, no habríais estado ciegos tanto tiempo. Deberíais encargaros de ellos. - Se retiró el pelo de la cara - Necesitamos tiempo.

Cargando editor
25/05/2015, 00:04
Veronica Stein

Greg se marchó, haciendo otra de las cosas que más me molestaban en el mundo: dejarme con la palabra en la boca. Decía que era el mismo, pero a mí me costaba mucho creerlo. Después de todo, había sido él quien me había conseguido el puesto en El Quisquilloso y también había sido él quien me había guiado para entrar en el ministerio inglés. Hasta hoy, Greg representaba la única familia que me quedaba, la única persona en la que confiaba sin reservas, un amigo, un padre y un mentor. El único que estaba al corriente de todo lo que había conseguido averiguar. Apreté el puño discretamente, clavándome las uñas en la palma de la mano. ¿Qué cojones creía que pasaría cuando me enterara de la existencia de Andrei?.

Llegados a este punto, era inevitable preguntarse como había llegado alguien como Greg a convertirse en el mejor amigo de mi padre, un modesto funcionario de la biblioteca nacional en Berlin quien, tras la muerte de mi madre, tampoco podía decirse que tuviera excesivo contacto con el mundo mágico (que yo supiera, claro…). Le miré mientras se alejaba, con el rostro de cera y una mirada dura como el invierno en Rusia. Por otro lado, si todo hubiera sido una farsa, ¿por qué arriesgarse ahora para advertirme de nada?.

Cuando se perdió por el pasillo me pasé una mano por la nuca dejando escapar un pequeño suspiro, tratando de liberar parte de la tensión acumulada. A lo mejor tenía razón, a lo mejor las comodidades de Londres me habían ablandado. Fuera como fuese, en algo sí que estabamos de acuerdo, tenía que sacar a Andrea de aquí.

Cogí aire y abrí la puerta del pequeño cuartucho, no sin antes comprobar una vez más que el pasillo seguía desierto.

– Andrea, esto no está funcionando. Tenemos que largarnos. -Terminé por apremiar, mortalmente seria.