Partida Rol por web

Cuando Isabella llega a tu altura y te apoya su mano sobre tu hombro te tranquiliza y quita una ligera parte de toda la tensión acumulada del duelo y reforzada por la persencia de Sam durante todo el camino. No necesita más que un ligero cabeceo de cabeza para demostrarte su apoyo y dejarte claro que no piensa marcharse de allí hasta que, al menos, las otras dos hagan lo mismo.

Tus compañeros van saliendo poco a poco de la clase. Los primeros en salir han sido los heridos, pero el resto no se han quedado atrás. Andelin aprovecha ese rato para recoger todas sus cosas.

- Cuando acabéis con esto marcharos a vuestra siguiente clase - os repite mientras recorre el largo de la clase en dirección a la puerta. - Tras ver su actuación, dudo que tenga problema en hacer frente a esto señorita Starks. - Tras dedicaros una indescifrable sonrisa sale de la habitación.

Ni siquiera se ha terminado de cerrar la puerta cuando Isaac suelta un largo suspiro. - Menudo gilipollas. ¿Vamos a tener que aguantar esto todo el curso? Por favor, que me digan donde tengo que firmar para que se vaya - te dice sonriendo. Sin dudarlo empieza a mover la varita para arreglar el destrozo causado por vuestros compañeros.

Sonreí cuando vi que Bella iba ganando, por supuesto que iba ganando, era muy buena con los duelos y su sangre fría no dejaba lugar a dudas. Sin embargo, mi sonrisa se desvaneció cuando decidió herir severamente a Josh ¡¿Qué haces?! se había pasado... no pude evitar preocuparme por Josh, sin embargo Sam no tardó en saltar para ayudarle y, evidentemente, un Slytherin no admitiría humillación, no permitiría que le ayudasen tras haber caído de aquel modo. Todos nos dimos cuenta. Mi mirada se clavó en Josh con preocupación, pero se pondría bien. Ahora venía lo peor... y en cuanto empezaron un escalofrío recorrió mi columna, agarré el pupitre con fuerza y apreté los dientes. Tenía miedo. No sabía qué podría pasarle a Ryan, podría acabar hasta peor que Josh... no, estaba segura de que acabaría peor y eso... me preocupaba demasiado, la sola expresión de Liam hacía mis sospechas realidad. Mis ojos se clavaron en Ryan. Ten cuidado. Cerré los ojos y respiré profundamente.

Como era previsto, el duelo estaba siendo bastante duro. Notaba los latidos de mi corazón, como si envolviesen todo mi cuerpo. Las manos me temblaban, me daban escalofríos y mi respiración se entrecortaba. Estaba nerviosa, no sabía cómo iba a acabar eso y entonces sus voces se unieron en un solo ataque. Bombarda... y la mitad de la clase quedó destruida... materiales que salieron volando del aula. Mis ojos se abrieron totalmente, ambos estaban tendidos. ¿Qué demonios? ... ... Aún no lo asimilaba, mi cuerpo trataba de procesar lo que acababa de pasar, mi mente parecía bloqueada. El profesor habló y mis sentidos parecían nublados. Escuchaba todo con eco, mi voz ni siquiera salía y mis ojos no paraban de mirar a Ryan con miedo. Mi cuerpo no respondía, quería levantarme pero mi corazón latía tan fuerte que me dolía el pecho. No puede ser... Mi mano se agarró con fuerza a mi camiseta, justo encima de donde tenía el corazón, notaba cada latido con fuerza. Dolía. Por un momento dejé de respirar y cuando Ryan pasó por mi lado respiré fuerte, cogiendo todo el aire de golpe y lo solté lentamente. Miré a Bella, ahora mi cuerpo parecía reaccionar. Al ver que cogía las cosas de Ryan mis ojos le mostraban agradecimiento. Me levanté cogiéndome de los pupitres mientras intentaba alcanzar a Ryan y mi mano seguía en mi pecho. No dudaba que podría darme un buen mareo en cualquier momento, sin embargo me forcé a mí misma a llegar al lado de Ryan. Me puse a su lado, sin decirle nada. Solo le dediqué una mirada de preocupación mientras mi piel empezaba a blanquecer, quedándome totalmente pálida notando cada paso que daba y percibiendo el exterior como si andase en una nube. Notando cada paso junto con cada latido lento y doloroso. Miré a Sam No le toques, es un Slytherin, él solo puede... él solo... apreté los dientes, sintiendo los latidos en la articulación temporomandibular. Ella lo sabía, sabía que debía dejar que él solo fuese hasta la enfermería. Aunque yo le acompañaría, evidentemente, así tuviese que perderme las horas de clase... me daba igual. Aunque desfalleciese en el camino, no me importaba... solo quería que él estuviese bien... el resto me daba igual... el resto... podrían pudrirse.

Llegamos a la enfermeria y deje a Ryan en una camilla ignorando completamente la presencia de Isabella como ya solia hacer años anteriores, mejor ignorarla que aguantarla.

Cuando estes mejor me gustaria hablar contigo, avisame ¿Vale? Comente a Ryan acomodandolo en la camilla y suspirando Espero que te mejores. Sonrei levemente antes de apartarme y acercarme a la cama de Liam y mirarlo poniendo los ojos en blanco.

Me esperaba una acuacion así de temeraria de Ryan pero no de ti Le dije a modo reprimenda con el tono que usan las madres con sus hijos, despues mi rostro se torno de preocupación No vuelvas hacer tonterias ¿Vale? No querras que nos preocupemos mas ¿No? Y habia pluralizado apra que se diera cuenta de que habia mas gente a la que le preocupaba.

En cuanto noto el contacto de Sarah con mi cuerpo me tenso, dejando escapar una expresión de dolor. Sin embargo, acabo por ser realista y me dejo acompañar por ella, dedicándola una media sonrisa poco creíble cuando se queja- Shhh... No te ofusques, pelirroja... -  le digo, intentando quitar hierro al asunto, apoyándome en ella, para caminar hasta la enfermería.

Y niego, cuando me pregunta, mirándola de reojo - Estoy bien. No ha sido nada, Sarah. Sólo necesito un cigarro y ya está- digo, intentando tranquilizarla poniendo cierto humor a aquello, con la mano en mi costado, agradeciendo su caricia, aunque sus dedos pasan por la herida de mi cara. No, no estoy bien. Estoy muy lejos de estar bien. Pero esta es una de esas cuestiones en las que el orgullo es quien me hace seguir adelante, a pesar de todo. No voy a mostrar debilidad: no allí delante de Jackson y del resto.

Y una negación es mi única respuesta a su pregunta. Que por qué lo he hecho… demasiado crudo, demasiado complejo para explicarlo, incluso para mí.

Camino por la habitación apoyándome en ella, con la mandíbula apretada en una expresión de dolor contenido. La herida del costado me duele horrores y noto perfectamente como ese algo se clava en mi piel y el codo, ahora en frío, está hinchado y duele más. Aún así, me detengo un último instante, para mirar a Kate.

No es que la compañía de Sarah me desagrade, todo lo contrario: es una gran amiga y un gran apoyo y sé que se preocupa por mí. Pero, en este mismo instante, lo único que quiero es ver la sonrisa de Kate, que sea su tacto el que siento, su perfume el que huelo y su voz la que me susurra. Pero no puede ser. Andelin ha sido claro, y ni siquiera me va a conceder el descanso del guerrero.

Regina pasa por mi lado y el de Sarah, en busca de Ryan. A estas alturas debe odiarme, y lo comprendo perfectamente. Veo como Isabella sale de allí también, con las cosas de Ryan y cómo Mat se marcha de la clase, como ofuscado.

Ahora mismo no sé nada. No entiendo nada. Sólo sé una cosa: necesito descansar.

Y, a rastras prácticamente, llego junto a ella a la enfermería, sin cruzar palabra con ninguno de los otros dos. Lo agradezco más que nada en el mundo. Si tuviera que seguir andando, me caigo al suelo allí mismo. Por si fuera poco, los empujones de la señora Keaton no ayudan y, con cada uno de ellos, una nueva oleada de dolor me recuerda por qué estoy allí. Por fin, acabo por dejarme caer en la camilla en la que me deja Sarah, dedicando una fugaz mirada a June.

Paradójico. Ayer era yo quien estaba aquí, junto a su cama. Y hoy estoy sentado en una a su lado. Y, de todos los sitios posibles del mundo, es el último en el que me gustaría estar ahora mismo.

Durante un momento, me pregunto qué habría pasado si June hubiera estado consciente y lo más triste es que no tengo muy claro si habría venido a consolarme o a echarme una bronca monumental. Una punzada de dolor me devuelve al mundo, y mi mirada, ahora mismo, busca a Ryan. A pesar de que todo ha terminado, a pesar de vernos allí y en esas circunstancias, sigo rezumando odio y rabia. Es increíble.

La quemazón de mi antebrazo sigue allí, como si hubiera decidido aparecer, como un recordatorio de por qué los dos nos habíamos acabado así.

Me dejo caer sobre la camilla, dejando escapar un largo suspiro. Y ni siquiera miro a Isabella cuando se aleja de nosotros, como si tuviéramos la peste. No estoy ahora mismo para empezar una nueva trifulca.

Voy a hablar con Sarah, a darle las gracias por aquello, cuando Sam aparece, interesándose por mí. Sigo molesto y dolido por lo de antes- Está claro que pareces conocerlo más que a mí. – Cualquiera que me conozca mínimamente sabe que aquella era la única actuación que cabía por mi parte, tratándose de Ryan. Con él no tiene cabida el sentido común, no tiene cabida el raciocinio.

Desvío la mirada, cogiendo aire, con la mano en el costado aún, y la vista ligeramente nublada- De verdad, estoy bien. No hace falta que os preocupéis por mí. – aunque uso el mismo plural que ella, está claro que esta vez me refiero a ella sola, a la actitud que he visto en el momento más crítico.

No es ni mediodía y mi día ha superado con creces al de ayer. A este paso, dudo que llegue vivo a los exámenes de diciembre.

Y espero entonces, a que la señora Keaton haga algo antes de que alguno de los dos acabemos desangrados.

Sabía que sería un duelo durísimo y que los dos emplearían los hechizos más poderosos y peligrosos, lo que no alcancé a adivinar es que llevarían a cabo un combate sin defensa. ¡Una auténtica locura! Aún pensando eso me esfuerzo en que no se me note la preocupación. Liam ha decidido y yo lo que tengo que hacer es apoyarle.

Y qué difícil resulta quedarse sentada cuando ves a alguien que te importa ante ti, sufriendo en un duelo suicida. Me esfuero en apretar el puño con fuerza y cruzar las piernas con el único fin de no levantarme.

Que alguien pare esto...

Finalmente es el profesor Blair quien lo hace, restando nada más y nada menos que cuarenta puntos a cada uno. Y sin embargo yo por fin respiro, porque tenía la sensación de que había dejado de hacerlo durante unos instantes. Escucho las órdenes y lamento profundamente el no poder acompañar a Liam hasta la enfermería. En estos momentos no deseo otra cosa más que apoyarle y estar a su lado. Entonces me mira justo cuando me levanto para limpiar junto a Isaac y nuestras miradas chocan. Observo que tiene la cara ensangrentada pero aún así le veo ese brillo en los ojos de orgullo y valor. Quiere decirme que está bien y me cuesta admitir que realmente lo esté. Es como si quisiera que no me preocupase.

Termino por asentir en señal de que me ha parecido que lo ha hecho muy bien. Al fin y al cabo no ha muerto y un empate siempre es mejor que una derrota.

- Mejórate.

Es lo único antes de sonreírle, quizás pensando que si está preocupado por mí, el verme sonreír le haga estar más calmado. Me acerco al lugar del estropicio y saco la varita. Vuelvo a mirarle y le descubro viéndome de nuevo. De alguna manera me siento más relajada.

- Y no te metas en líos.

Y sin más me acerco al profesor y a Isaac, dispuesta a ordenar toda aquella habitación tras decirle a Mathew que nos vemos luego.

Escucho las palabras del profesor una vez nos quedamos a solas y le miro intentando mantener mi cara impasiva. No puedo olvidar la forma en que se me quedó mirando cuando gané el duelo. Hubo un momento en que me sentí orgullosa de haberle complacido, igual que ahora con su frase final.

- No habrá problema, profesor.

En cuanto se marcha me pongo a trabajar junto a Isaac. Al parecer el destino ha querido unirnos de nuevo. O más bien el profesor.

- Quitando lo de los duelos, la verdad es que es siniestro. Y quitar todos esos puntos a las casas... en fin, es mucha responsabilidad.- permanezco un poco en silencio y luego vuelvo a hablarle.- Dime, ¿sabes algo de la relación de Vinny con él? En el duelo... no parecía ella.

Saque de mi bolso un pañuelo de tela que tenía mis iniciales bordadas por mi abuela, todos sabían que la adoraba y cuando falleció el año pasado lo había pasado muy mal. Lo doble en cuatro y lo pase con suavidad por su cara limpiando un poco su sangre y suspirando.

Pensé que algo así no lo haría delante de la gente que te quiere, tu orgullo y cabezón reía puede hacernos daño bobo... Como siempre en la enfermería había una jarra con agua y un vaso, así que serví un poco y se la acerque a mayores de humedecer un poco el pañuelo y pasárselo por el cuello Anda bebe... Mire la camilla donde estaba June y me mordí el labio pero preferí no sacar el tema, no ahora. Mire a Sara sonriéndole Me alegro de que estés mejor Pues ayer cuando la encontré estaba realmente mal y di gracias de que Lucas llegara tan rápido.

Mi mirada de vez en cuando iba hacia Ryan e Isabella Su novia es quien tenía que estar ahí, no tu. Parece que no sólo te une la amistad con el... Tenía claro que mientras ella estuviera cerca yo no lo estaría, con Regina no tenía problema pero con esa sucia rata demasiados y más que sabía que me daría por todo lo que tenía que ver con Josh, pues tarde o temprano sabía que su enfado caería sobre mi.

Si hasta el momento del duelo final había aguantado el tipo con aire ausente, la violencia de los dos últimos contrincantes no respetó su momento de reflexión, despertándola bruscamente con el siseo que producían sus ataques. Por Dios, ¿es que quieren matarse? La respuesta parecía obvia. No quería que ninguno de los dos se hiciera daño pero su rivalidad rallaba en lo ridículo.

De nuevo su mirada de desprecio se posó en Andelin, instándole a hacer algo, no por preocupación sino porque era lo correcto. El muy cabrón está disfrutando, pensó con desdén. Como no podía ser de otro modo, el duelo acabó en desgracia pero un simple vistazo le permitió comprobar que sus heridas no revestían una gran gravedad. Espero que les duela mientras la enfermera les cura, por idiotas.

No se acercó a ninguno de los dos, no fuera a ser que su intervención les diera fuerzas para lanzarse un último hechizo, pero la mirada de desaprobación que les dirigió a ambos quedó más que patente hasta el momento en el que salieron por la puerta.

Poco a poco, la mayoría de alumnos fueron abandonando la sala y no pudo menos que darse cuenta de que el nuevo había quedado a su merced. ¿A nadie de su casa le importa? Ahogó un suspiro, consciente de cuál era su obligación como premio anual por más que en ese momento fuera lo último que deseara y se acercó a él con seriedad, sin su sonrisa habitual en el rostro.

- Me llamo Berenice Blair y soy una de los dos premios anuales del colegio. Veo que los de tu casa te han dejado solo - increíble Josh, eres el premio anual, organízalos un poco -. Pero no te preocupes, estas cosas - señaló haciael aula destrozada que limpiaban Isaac y Kate a golpe de varita - no suceden con frecuencia y ahora mismo estamos todos un poco desconcertados. Si quieres, puedo enseñarte dónde está el aula de encantamientos que imagino que aún debes andar un poco perdido.

Me uní al grupo que caminaba hacia la clase de encantamientos aunque a cierta distancia, pues cojeaba y me costaba seguir el ritmo. Me di cuenta de que mi camisa estaba manchada de sangre pues mi brazo seguía sangrando y la herida en mi cuello también.

Aún estaba muy frustrado por mi duelo con Bella e impactado por el derroche de energía que había llevado a cabo Ryan. Pero la voz de Vinny, sacando conclusiones precipitadas como en el comedor, me encendió como una chispa puede hacer que prenda un bidón de gasolina. 

Caminé todo lo erguido que me permitían mis magulladuras hacia donde estaban y carraspeé. -Siento haberme tomado un respiro por mis heridas. -comenté de manera irónica. Que ella soltara aquella pullita en mi presencia, sabiendo por lo que acaba de pasar me tocaba la moral de sobremanera. Como siempre aquí la gente sólo mira por su culo, al resto, que nos den. 

Ignoré por completo a mi prima y alcé mi mano izquierda (la que no estaba manchada de sangre). -Josh Malfoy, Premio Anual de Slytherin. Encantando.

Al parecer no sería aceptado tan fácilmente entre esa gente, la chica de su propia casa, la tal Black, había hecho oídos sordos a su pregunta dejándolo solo mientras iba a socorrer al chico idiota de Slytherin que se llamaba Ryan, tampoco necesitaba de su compañía ni de su amistad, lo cierto es que a juzgar por sus actuaciones esa gente parecía salida de una de esas series "telefusivas" que tanto éxito tenían entre los muggles.

Al cabo de unos instantes una chica rubia de Ravenclaw se presentó formalmente. Jay se fijó en la insignia que la chica llevaba en su pecho "PA", Premio Anual, así que hizo un esfuerzo por no hacerle un desaire. Al parecer no era tan sólo el nuevo del curso, también estaba en inferioridad dentro de la jerarquía del colegio...

- Yo me llamo Jayden Smith, aunque todos me llaman Jay- dijo el chico sin mucho entusiasmo-. La verdad es que me han parecido unas actuaciones patéticas, quién busca la muerte con tanto ahínco debería encontrarla. No me vendría mal que alguien me guiara por el colegio dadas las circumstancias.- miró alrededor para indicar que se había quedado solo. 

Cuando no hacía ni dos minutos de aquello les asaltó uno de los chicos que había participado en uno de los duelos de la clase. Se presentó, era el premio anual de Slytherin... Aquí dan premios anuales incluso a los elfos domésticos... No obstante Jay no cambió su expresión y saludó al chico con mayor formalidad de la que había hecho con Berenice.

- Soy Jay y lo mismo digo!

El primer comentario de Sam me habría parecido gracioso o arrancado algo similar a una sonrisa, de no ser por el lamentable estado en el que me encontraba. Abrí y cerré el puño derecho, sintiendo el dolor. Podía notar el palpitar de la herida abierta, sin siquiera mirarla. A cada latido de mi corazón, esa sensación de palpito se repetía por las no pocas heridas que recorrían mi cuerpo. Y a pesar de todo, es el orgullo y la voluntad lo que le hace iniciar la marcha solo, a pesar de las palabras de Sam, y sus amenazas. Por desgracia no llego hasta el final de la sala cuando me agarro de su hombro, hundiendo los dedos en su hombro, con fuerza a pesar del dolor.

Era claro que la fuerza venia provocada por el mismo dolor que sentía. Fomentado por la rabia que ocultaba perfectamente tras una máscara de inexpresividad, pero que exudaba por todos mis poros. Escuchar a Isabella demandar mis cosas fue un alivio. Al menos, tenía claro que estarían a buen recaudo, con alguien de confianza. En el pasillo, me paré. Aun llevaba la varita en la mano, y me giré hacia Liam cuando salió con Sarah. De haber tenido fuerza, sabían los presentes que habría continuado la disputa sin contemplaciones. Y afloje la presa sobre la varita, cuando note que de la fuerza ejercida sobre esta, estaba cortando la circulación. No comprendía porque Sam le había dado por ayudarme. Habría esperado que fuera como una perrita faldera a por Liam, pero no que viniera a ayudarme a mí. Solo obligaciones. Solo obligaciones... Jé... Si son solo las demandas de un profesor puedes dejarme aquí, ya me arrastraré solo hasta la enfermería.

Cuando Isabella nos adelanta, es evidente que al menos, habrá alguien en la enfermería que se preocupe por mí de forma sincera. Eso me recuerda otra cosa, y miro a mi alrededor, buscando alguien con la mirada. Durante unos segundos, no puedo creerme que no le vea. No me lo creo, sencillamente. Josh, había pasado de su amigo herido. Entonces comprendí que posiblemente había un fallo en todo aquello. Que no había pasado de un amigo herido. Había pasado de un compañero de casa herido. Josh ha pasado ¿verdad? Comento, con una media sonrisa, cargada de ironía y orgullo. Por la cercanía, es posible que solo Sam lo escuche. Hubiera esperado algún gesto por parte de Vinny. Y si lo hubo, no vi reacción ninguna. Quería pensar que no había sido como Josh, pero en el estado que me encontraba, no sabía que pensar.

Por último, Regina, pero no por ello la menos importante. Todo lo contrario. Si por alguien me sentía mal, ahora mismo, era por ella. Por hacerle sufrir cuando no se lo merece. Por hacer que se preocupe por mí, cuando no lo merezco. Escucho sus pasos, su respiración en el pasillo, tan claro para mí, como si fuera lo único que escuchara. Apreté la lengua contra los dientes, bajando la mirada mientras caminaba Lo siento pensé, en una disculpa que yo solo conocería, y que me era más que suficiente para disculparme ante Regina, aunque ella nunca llegara a conocerlo.

Al entrar en la enfermería, no puedo evitar soltarme de Sam, alzando el mentón con cierto orgullo y esbozando una sonrisa orgullosa cuando la enfermera se acerca a nosotros. Lejos de lo que la mayoría pudiera pensar, yo, estaba orgulloso de lo que había sucedido. No hubo respuesta para la señora Keaton, tampoco me hubiera dado tiempo, sus golpes y empujones consiguieron borrarme la sonrisa de la boca de un plumazo, y arrancarme un quejido cuando note como posaba la mano sobre una de las heridas, al empujarme. Cuidado bruja, o serás la siguiente.  Pensé inmediatamente, al notar le dolor, enfadado.

Mis ojos se posaron en Isabella, que cambiaba de camilla, dirigiéndose hacia la que sería mi lugar de reposo durante las próximas horas, lejos de Liam.... por su seguridad. Me tumbé, y mire a Sam sin contestarle sobre que quería hablar conmigo. Yo no tenía nada que hablar con ella. ¿Otra vez vas a defender a Josh? Que poco lo conoces... Se cabrearía si supiera que intentas arreglarle la vida. Y como era evidente, se va corriendo hacia Liam. Josh, Cornudo. No pude evitar pensar, dibujando una sonrisa cargada de sorna y gracia.

Fue cuando noté la mano de Isabella. En un principio, me pareció sentir dolor, pero lleve la vista hacia ella, mirándome, sin decir nada. Si tenía algo que decirme, no lo haría con todos aquellos paletos allí. Y en todo caso, sus gestos eran todo lo que necesitaba. Por primera vez, alcé la mano, tendiéndole mi varita, para que ella la guardara. Y con el cálido tacto de su mano sobre mi hombro descubierto, me tome el lujo de relajarme, destensando mi cuerpo y vaciando mi cabeza de cualquier idea o preocupación inminente.

Me lleve las manos al pecho, sentía palpitar hasta los dedos, y comencé a quitar los botones de la camisa. Llena de sangre, rota, y en general, en mal estado, lo mejor que podía hacer era quitármela y quedar vestido únicamente con el pantalón.

Vamos, Señora Keaton, no se corte, acabé con esto...

Alzó una ceja ante el nada apropiado comentario del nuevo pero se abstuvo de hacer algún comentario sarcástico. Sí señor, apuntando maneras, pensó con ironía mientras caminaba con calma a su lado. Con demasiada por lo visto, porque incluso el maltrecho Josh les alcanzó con rapidez.

Contuvo una sonrisa ante el comentario mordaz de de su primo.

- Deberías ir a la enfermería - comentó con diversión -. Oh y por cierto, felicidades - su voz contenía un deje de burla -. Tu prometida sabe lo que se hace en un duelo - aclaró antes de dirigirse hacia Jay con cierta sorna -. Lamento que no estés al tanto de las novedades aquí, pero lo correcto sería que le felicitaras, acaba de prometerse con Samantha Grey, la chica que me ha vencido en el duelo.

Su tono en ningún momento iba destinado a atacar a su primo, sólo a reírse un rato de forma bienintencionada, algo que no tenía claro que él comprendiera. Pero, se dijo, necesito relajarme un poco.

Isabella, Gracias. Está claro que solo hay una persona en la que puedo confiar... Ella siempre estaba allí. Junto a mí, pasara lo que pasara. Y no podía evitar sentirme bien junto a ella. Desde que lo dejo con Josh, la sensación de que junto a ella me recordaba vagamente a la de estar con Regina. Negué con la cabeza, en un gesto apenas perceptible, mientras la miraba, como si solo estuviera ella en la sala.

Cuando le entrego la varita, un gesto con mucho mas simbolismo del que pudiera verse desde fuera, aprovecho para dar un pequeño apretón en su rodilla. No le dije nada, volviendo a dejar mis manos sobre la camilla, cansado. ¿Qué es lo que quieres, Bella? Ayer estas tan cercana... luego te separas sin decir nada por la noche.... y ahora esto...

Esta vez, no hubo mala idea sobre nadie, ninguna conspiración. Esperaría a recuperarme, o almenos, a que no me duela todo tanto...

Jay miró a Josh sorprendido.

- ¿Es eso cierto?¿Esa chica es tu prometida? - y al momento dándose cuenta que había parecido demasiado ansioso aflojó el tono de voz- En tal caso...felicidades supongo.

En verdad era un cotilleo sin más importancia, ni él mismo sabía porqué le había causado esa agitación inicial. Al momento quiso cambiar de tema.

- ¿Cómo es la vida por aquí? - fue una pregunta estúpida, pero muchas veces esa clase de preguntas ambiguas daban con toda clase de respuestas interesantes.

Sonreí con cinismo. -Por supuesto, yo no me junto con cualquiera. -obviamente ese comentario iba con malicia, haciendo referencia a que ella también había perdido. -Pero te equivocas de nuevo. -recalqué las palabras "de nuevo". -No nos hemos prometido, prima. -la palabra prima salió con ira, casi desprecio de mi boca. -Nos han prometido, que es muy distinto. Deberías constatar las cosas antes de sacar conclusiones precipitadas si no quieres quedar mal. -No estaba el horno para bollos y la actitud de Vinny me estaba empezando a molestar. ¿Tanto cuesta intentar que nos llevemos bien? Yo no te he hecho nada.

-No necesito ir a la enfermería, aunque antes de ir a clase iré a ver como se encuentra Ryan. -Antes me cortaba el brazo que perderme una clase por tener que estar en la enfermería, demostrando mi debilidad.

Miré a Jay. -Muchas gracias. Te acompañaré a la clase antes de irme a la enfermería. ¿Tienes alguna duda? Pregunta lo que quieras. La vida es bastante más tranquila que hoy: asistir a clase, estudiar, hacer exámenes y jugar al quidditch con la excepción de las excursiones a Hogsmeade. 

Me muestro arisco, cuando noto el pañuelo de Sam rozarme el rostro. Lo tengo lleno de cortes y heridas, y una herida mucho más profunda y grande surca ahora mismo mi mejilla izquierda, por lo que el roce me arranca una queja de dolor.

-No hables de lo que no comprendes, Sam. -bajo el volumen esta vez, de forma que solo ella y Sarah puedan oirme. Y la agarro por la muñeca con la que me está limpiando, deteniéndola. Aún sigo rabioso y el hecho de que Sam llame cabezonería a aquello sin saber lo que hay detrás me crispa. El antebrazo derecho vuelve a arderme, y noto un profundo pinchazo. Un nuevo recordatorio de mi pasado.

Joder, para ya.

Me refiero a ese dolor, a ese fantasma que no dejará jamás de perseguirme. Me doy cuenta entonces de que la estoy agarrando y la suelto, antes de acabar haciéndole daño. Ahora mismo estoy fuera de mí y me jode mucho más ver a Ryan tan arropadito y mimado. Me tengo que controlar para no lanzarme sobre él de nuevo aunque, aunque lo hubiera querido, no habría podido. No tengo fuerzas y la gargante me arde.

Quizás por eso acepto el vaso que me tiende, apenas mojando mis labios con él. Me duele hasta tragar. Miro a Sarah entonces, con un gesto que ella y yo entendemos a la perfección. Y luego miro a mi alrededor, buscando a la señora Keaton. Quiero salir de allí, ya, ahora mismo. Me siento encerrado, agobiado y dolorido. Y ahora mismo soy como un león herido al que acaban de enjaular. Lejos de aplacarme, aquello me ha hecho más fuerte.

-En serio, Sam, estoy bien. Vete con Josh antes de que te pregunte qué haces con un ligón presuntuoso. - en aquel momento, le revelo el segundo motivo de mi enfado con ella. He leido las notas entre ellos. Y he visto sus comentarios respecto a mí. Y me ha dolido pensar que soy el objeto de tonteo y de burla de alguien a quien consideraba mi amiga.

No es el mejor momento, pero si el momento en el que mis nervios están más crispados y soy incapaz de controlar mi lengua. A Sarah aquello también le pilla de sorpresa. Aún no he tenido tiempo de hablar con ella sobre las notas. Pero parece que se están empezando a poner las cartas sobre la mesa.

Me dirijo a la clase de encantamientos por un camino que da bastante rodeo para que nadie me siga. Quiero pensar en mis cosas tranquilo.

Está claro que entre Kate y Liam hay algo... Aunque se hayan besado solo una vez noto la tensión entre ellos, la expresión de su cara cuando están cerca, los comentarios, los susurros, los gestos... Ya he pasado por demasiado por Kate. Por mucho que me guste no voy a conseguir que sienta por mí lo que yo siento por ella.-Aprieto el puño. Estoy enfadado conmigo mismo.-Cada vez que estaba con uno de sus novios y se daban caricias delante mio, cada vez que tonteaba, yo siempre apretaba en puño y sonreía. Cuando pasó con Lucas ya fue demasiado y no pude soportarlo. Ya me he cansado, no puedo seguir así. Tengo que alejarme de ella.