Partida Rol por web

Edgar ayudó a Sam a incorporarse y se pasó la mano por el cabello. Tenía unas perlas de sudor en su frente, pero se sentía bien, vivo. Pero su ánimo se vio ensombrecido por la situación en la que se había visto metido el dueño del bar, y con él, su hija y nieto. En otra época, le habría ayudado sin pensar, pero ahora la situación era mucho más complicada.

- John, ¿habéis llegado a alguna conclusión? - preguntó en relación a la reunión que había abandonado - Ven, dime si hay algo que tengo que saber.

Quería mantener esa conversación a un lado, sin involucrar a Sam y los suyos. Cuando se había ido estaban hablando de asesinar a gente, y no era un tema del que hablar ligeramente.

John permitio que esos tipos se largaran. Le faltaba forma pero no lo queria reconocer. Se acerco a Edgar.

- Convenimos en repartirnos el trabajo. Yo y tu buscar a James.- dijo mirando al rededor.- El resto esta intentando buscar algo de información, por la noche nos reuniremos de nuevo a ver que sacamos uno y otro.

Resoplo.- Simon puso la television... Estan diciendo un huevo de mierda sobre nosotros, un rollo sobre que eres un narco fugado. Se suponia que teniamos que mantener un perfil bajo por eso mismo pero alguien decidio salir de fiesta por su cuenta y me toco venir ha buscar a ese descerebrado.

Decidio no reñirle mas.- ¿Has sacado tu algo en claro con el tema de los dobles?

- Pueden decir mierda sobre mí - espetó - También dicen que has secuestrado a tus hijos y eres el responsable de la muerte de tu mujer, y que Simon es un ganso que se ha cargado a su amante, pero no por ello es verdad.

Se la había devuelto sin pensar, directa al estómago y con su mano buena. Inmediatamente supo que quizás había sido demasiado duro y cerró los ojos para concentrarse en lo que verdaderamente importaba.

- Esto ha sido pura casualidad, pero ha servido para averiguar algo que sospechaba de WRG - apretó el puño, lo tenía entumecido tras darle rienda suelta tras tantos años - ¿Tenéis alguna pista sobre el paradero de Jimmy? 

- A mi tampoco me importa lo que digan de mi pero mis hijos han oido esa mierda.- gruñio.- Eso no pienso perdonarselo.

Resoplo.- No tengo ni puta idea de donde esta James, dijeron que tenia un negocio de lavanderia... puede que si nos pasamos por el lugar encontremos alguna pista... aunque si lo estan buscando dudo que aparezca en lugares tan evidentes. Se estara escondiendo en alguna parte.

Por un momento se permitio cambiar de tema.- ¿Te has fijado que el crio tiene un aire a nuestro...Ganso? Si el crio es suyo y a heredado sus "habilidades".... No se, no me gusta la idea de que termine en un laboratorio... ¿ me sigues?

- Cuanto menos removamos la mierda, mejor - respondió. No tenía ninguna intención de meter a otro niño en esa estrafalaria aventura, y menos cargar también con Dayana y Sam - Si resolvemos todo esto, no tendrá que preocuparse de quién es su padre o de que le persiga una puta corporación internacional que quiere gobernar el mundo. Esa lavandería es un buen punto de salida.

Se acercó a Sam, que estaba barriendo unos cristales rotos, y le miró con expresión amable. No le gustaría estar en su pellejo.

- ¿Estarás bien, Sam? No sé si podemos hacer algo, ¿necesitas pasta?

Sam empujo con desgana los restos de cristal a un lado.- Me rindo.- dijo apesadumbrado.- He luchado todo lo que he podido por este bar pero si me quedo las cosas irán a peor. No es como cuando teníamos a esos tipos enseñando a la escoria cual era su sitio. Ahora la policía es la peor parte del problema, las bandas campan a sus anchas y las calles ya no son seguras para nadie.

- Si fuera mas joven tal vez me quedara pero tengo una familia en la que pensar. Vendería todo esto mañana pero nadie va a querer comprarlo sabiendo que el Payaso quiere apoderarse de todo el barrio.

El bar quedo silencioso un momento, con la sensación inquietante que da la calma antes de una gran tormenta.

Sam, el dueño del local, barria cristales mientras comentaba algo a Edgar. John observaba a la camarera y a su hijo con algo rondándole la cabeza.

De pronto, la puerta delantera cedido de una patada dejando ver tras ella un hombre vestido con un largo abrigo y un pasamontañas que cubría toda su cara. Iba armado.

Antes de que cualquier reacción fuera posible otro tipo con igual vestimenta derribo la puerta trasera y entro en el local, cerrando toda posible salida.

Por instinto, Edgar sacó el revólver que tenía en la espalda y apuntó al tipo que había entrado por la puerta principal a sabiendas de que John haría lo propio con el que había entrado por la puerta trasera. Lentamente, intentó poner su cuerpo como escudo delante de Sam o Dayana y su hijo, quien tuviera más a mano.

- ¿En este barrio no saben cómo se usan las puertas, o qué? - dijo, quitando el seguro para dejar claras sus intenciones - Vuestros amigos se acaban de ir, así que ya estáis saliendo echando leches tras ellos.

Al ver que la puerta que había abierto no recibía tiros entró con sus dos armas en la mano atento para abrir fuego a discreción contra los enemigos que pudiera encontrar dentro, sin embargo se sorprendió al ver lo que encontró y James no era de los que se sorprendían. Con calma guardó sus dos pistolas y mientras lo hacía dijo - Vaya, ya era hora. -

Tras eso y guardar sus dos pistolas se retiró con calma el pasamontañas revelando su rostro. Dobló el pasamontañas y lo mantuvo en su mano, tras eso cerró la puerta por dentro y una vez hizo todo eso se decidió a hablar con sus antiguos compañeros. - veo que habéis tenido alguna clase de enfrentamiento y por lo que he podido informarme habéis tenido algunos problemas recientes en vuestras vidas, estoy interesado en ambas cosas. Tengo una teoría y me gustaría comprobarla. -

Dicho eso observó la estancia con un vistazo largo y con su habitual voz carente de mucha emoción dijo a su acompañante- Es suficiente, no hay peligro, espera fuera, tengo algo que hablar con ellos. -

John se levanto y apunto a la puerta. James nunca sabria lo cerca que habia estado de recibir un tiro preventivo en mitad de las pelotas.- ¡Y yo estoy interesado en meterte la bota por el cul...!.- no termino la frase, habia un niño delante. Respiro ondo y solto todo el aire en un resoplido mientras guardaba el arma.- Te estabamos buscando y si, vamos a tener que hablar mucho pero Sam y su familia ya nos han aguantado bastante.

- ¿Quien es ese?.- pregunto señalando al tipo que tiro la puerta trasera.- ¿Tu hermano gemelo?¿Un hijo secreto que no conociamos?.- dejo caer y esa pregunta iba con una clara segunda intencion. La camarera tenia un niño con un aire a Simon por encima de la simple coincidencia.

- Se me ocurre que podiamos arreglar las puertas y escoltar a Sam hasta su casa, parte de este lio es culpa nuestra..... luego hablaremos.

- ¿Pero que os pasa a todos hoy con mi bar?.- quiso saber Sam tirando la escoba a un lado.- No os veo en cinco años y ahora aparecéis todos juntos, uno me destroza las ventanas y otro las puertas. ¿Así como voy a vender el bar?.- pregunto Sam, cansado y cabreado.

Tenía muchos problemas y estos estaban aumentando a cada segundo por vuestra culpa.

El hombre que había entrado por la puerta trasera del bar se quito el pasamontañas e intervino.- Perdone ¿quiere vender el bar?... Se que tal vez no sea el momento pero conozco a alguien a quien puede interesar su local.... Siempre que no le importe que la transaccion sea...privada y el precio convenido pagado en efectivo.

Aquello dejaba claro que no esta proponiendo el negocio más limpio del mundo.

Iván solo queria ayudar a quien pensaba un amigo de su amigo, aunque también tenía otros intereses en ello.- El grupo del Payaso quiere establecerse en esta zona, seria un buen punto donde marcar la linea roja. Mi tio a estado buscando algo así por la zona.

Sam determino por el acento del amigo de James que era ruso.

-¡No me jodas, James, ¿ahora vas con la puta mafia rusa? ¡Largo de aqui, TODOS, a la puta calle!.- dijo blandiendo su escoba.- Antes lo quemo que verlo en manos de pandilleros o mafiosos. ¡FUERA!.

- Hay cosas más importantes de las que ocuparse, esas no son las preguntas adecuadas John. - Observó el bar y luego a sus dos antiguos compañeros - al parecer no habéis perdido el toque de sutileza que os caracterizaba, imagino que habéis hecho ruido y eso puede atraer a la policía y por el momento no tengo ganas de encontrarme con ella y vosotros tampoco deberíais. - Se pasó una mano por el cabello, para colocarse el pelo que el pasamontañas hubiera podido descolocar.

Escuchó al hombre con el que había venido y clavó su mirada en él, fría como el acero. - He dicho que salgas. - Tras eso escuchó como Sam se violentaba y tomaba una escoba como arma para incitarlos a hacerle caso. Los labios de James se fruncieron en un gesto de desagrado profundo y habló al dueño del bar con un tono que no invitaba a la amistad.

- Baja la escoba Sam podrías hacerte daño. - Se quedó en silencio durante unos segundos para facilitar al hombre que entendiera sus palabras y tras eso dijo - está empezando una guerra Sam y no hay que ser un genio para saber que va a haber mucha sangre. Puedes conseguir una buena jubilación o ser un daño colateral. Yo si fuera tú cogería el dinero y llevaría a mis seres queridos lejos de aquí, es tu decisión. Pero debes saber que lo que sea que haya pasado aquí no ha sido más que un juego de niños comparado con lo que va a venir. Supongo que después de hoy, y más si habéis dejado supervivientes, ya saben que estás con ellos. - Dijo señalando a Edgar y a John - Estás marcado, hay gente que los quiere muertos y destruidos y esa gente sabe que tú puedes ser un nexo de unión con ellos. No te auguro un futuro muy prometedor si sigues por aquí, ni a ti, ni a los tuyos. Pero es tu decisión. -

- Nosotros -dijo mirando a Edgar y John de nuevo - debemos marcharnos, hay cosas que supongo que sabéis y necesito que me contéis y yo sé otras cosas que necesitáis saber y no puedo contaros ni aquí, ni ahora. -

Detestaba la forma en que hablaba James. Ese tono monocorde y carente de emoción que parecía perdonarte la vida cada segundo que te dedicaba. Como si fuera un autómata de película de serie B mal interpretado. Pero estaba demasiado hastiado de todo aquello para replicar.

- Poneos a salvo - les dijo a Sam y su familia con una sonrisa triste. Puso el seguro nuevamente al arma y se la guardó en el pantalón, a su espalda. Luego se dirigió a la salida.

Habían cumplido con su parte de todo aquello, pero aún no había decidido si quería formar parte de ese circo.

Sam golpeo la barra con el puño. Sabía que aquella podía ser su ultima oportunidad de salir de aquel problema y tenía que pensar en su familia. Supisteis que alguien como él pasaría varios meses sin dormir bien por hacer tratos con quien consideraba una lacra para su país.

- Esta bien, llama a tu amigo. Mañana por la mañana a primera hora, que venga y hablaremos.- dijo Sam a Ivan.

Los cuatro salisteis del bar.

El amigo de James se acerco a un coche precioso, último modelo, impecable y casi recien salido del concesionario. Abrió la puerta del conductor y os invito a entrar.

- ¿Queréis que os lleve a alguna parte?.- pregunto mirando a James.- Podemos ir a mi casa, es un sitio tranquilo donde poder hablar.

James no habia cambiado. Era un capullo antes y lo era ahora. Al menos era agradable ver que algo se mantenia tal como lo conocia.

Antes de salir del local miro al crio por ultima vez. Sabia que era de Simon y no le parecia nada bien dejar el asunto asi. Edgar tenia razon en que aquello era un marron de dos plantas y no tenian porque meterse de cabeza en el, cuando ya iban hasta el culo de problemas pero si fuera él el padre y no se lo contaran, les partiria la cara a los cabrones que se lo hubieran callado.

El amigo de James era un mafioso de tres pares de cojones, podria ser que James tambien lo fuera. Miro a Edgar, no tenia ninguna gana de subirse en el coche de un tio que podia tener un cadaver en el maletero.

- James, tenemos mucho de lo que hablar y el resto tambien querra oirlo. ¿Vienes con nosotros?

Salió del bar junto al resto de sus compañeros, mientras pensaba por un instante en Sam, lo recordaba de cuanto se había disfrazado para ir haciendo cumplir la ley. No había sido un mal hombre, pero poco importaba lo buen o mal hombre que fuera si las circunstancias no eran las adecuadas.

Nada más salir se dirigió al coche de Iván y con calma abrió el maletero para sacar un par de bolsas que se llevó en las manos. - No será necesario, tenemos que hablar de algunas cosas. Estamos en contacto. - Dijo despidiendo al dueño del coche, para acto seguido dirigirse hacia Edgar y John. - Sí, ya he dicho que tenemos mucho que hablar. Están pasando muchas cosas, claro os acompañaré. Llevo un tiempo tratando de encontraros ¿Dónde vamos? - Preguntó mientras esperaba a que sus compañeros se pusieran en marcha.

- Prefiero estar el menor tiempo posible en la calle, somos objetivos de la policía. -

- No te preocupes, tenemos un camino seguro - dijo, haciendo ademán de guiarle por un callejón lateral - John, ¿has venido por los túneles o has usado el coche?

Edgar había dedicado una última mirada a la taberna de Sam, a sabiendas de que sería la última vez que la vería con ese nombre sobre el dintel. Aunque sabía que si no hubiera sido por ellos, aquel ataque habría sido fatal para el tabernero y su familia, de alguna forma se sentía culpable. Pero no era culpa suya, sino de la sociedad, una sociedad que permitía que lunáticos y asesinos camparan a sus anchas, sólo porque quienes pagaban a las fuerzas del orden estaban tanto o más corruptos que ellos.