Partida Rol por web

Ya fuese porque quería acabar con tantos como pudiera, o porque simplemente, estaba cansada, no acerté tampoco al siguiente disparo. Aquellos caminantes estaban demasiado lejos para mí, definitivamente, por lo que no quedaba otra que acercarnos más si queríamos acabar con ellos. Estaba desperdiciando munición y tiempo, y no nos sobraba ninguna de las dos cosas.

Frustrada, miré a mi alrededor, a Jesse que había conseguido darle a otro, y a Noah, que también habían tenido mejor puntería que yo, lo que añadió mayor frustración de la que ya sentía.

Así que me levanté en la roca, irritada. En ese momento, Noah me llamó la atención para que me volviese hacia Kane y este empezó a hablarme. Asentí con la cabeza y nos señalé a nosotros y hacia el poblado, para indicar que sí, que debíamos acercarnos...

... o de lo contrario, no íbamos a conseguir acabar con ellos. 

Animado por tu suerte, decidiste seguir con aquellos disparos. Pero la suerte no parecía querer seguir a tu lado y te dejó durante un rato, pues por poco fallaste el tiro. Jurarías que viste como un pedazo de su oreja había salido desprendida de su putrefacto cuerpo. Pero tampoco estabas lo suficientemente cerca como para asegurarlo.

Mientras, los demás, seguían su avance, al tiempo que seguías escuchando disparos a tu espalda. Al menos sabías que no estabas solo.

La idea de Kane pareció parecerle buena a todos. Si ellos no venían, tendrían que ir en su búsqueda. Jesse estaría a salvo allí arriba y todo iría más rápido para todos. Solo había que bajar, soltar a los caballos, prepararlos / montar y comenzar a moverse. Perderíais algo de tiempo pero al menos lo ganaríais después.

Aunque claro, aquello dejaba en una clara desventaja a Jesse en aquella apuesta que propuso Kane...

Jesse vio el caminante que Kane le había indicado y apuntó hacia él. El tiro era limpio, Marvin se  había quedado parado y no corría peligro, así que disparó mientras que los demás comenzaban a movilizarse.

El zombi cayó muerto o remuerto.

La joven se dio la vuelta y miró al trio. - Tened cuidado. Yo os cubriré desde aquí pero quiero que volváis de una pieza. - Y miró a Noah al terminar de decir aquella frase.

Volvió a preparar el arma. - Y dejadme el del cercado al menos. - Sonrió tras aquel disparo. - Pues creo que al final seré la ganadora... veamos quien es el perdedor... - Por ahora todo quedaba entre Kane y Noah.

- Estoy de acuerdo. - Dijo Noah a la idea de Kane tras repetírsela a Emma. - Debemos movernos nosotros. - Luego se agachó junto a Jesse. - Déjanos alguno a los demás. - Bromeó tras ver aquel derribo. Luego acarició el rostro del a joven antes de ponerse en pie y saltar a la diligencia para lanzar las sillas de montar antes de soltar a su caballo y salir a por aquellas criaturas.

Una vez en lo alto de la diligencia miró a Kane y dudó que silla darle. La de Manchitas no. De hecho, el animal estaba muy nervioso por los disparos. Quedaban el del negro y Lucas y entonces recordó que había dicho que había sido él quien lo había domado. Así que el caballo le conocería. Era menos arriesgado que dejarle un caballo desconocido. Así que lanzó la silla de montar de Caspar y la de Lucas al suelo.

- No te preocupes, cuidaremos de él. - Susurré a Jesse refiriéndome a Noah. Luego salté a la diligencia y tendí la mano a Emma para ayudarla a pasar al otro lado. Vi a Noah soltar las sillas de montar y como dudaba. Pero no dije nada. Podía hacerme con cualquier caballo, incluso con Manchitas con algo de tiempo, le podría quitar ese miedo a los disparos. Pero no era el momento ni de probar caballos nuevos.

Mientras él tiraba las sillas, yo soltaba a su caballo, aquel expléndido shire y a Lucas, quien sabía que me reconocía... solo que no sabía si tenía buen recuerdo o malo de mí... Debía darme prisa. En ese momento recordé que sí tenía un rifle y que estaba guardado en la diligencia... pero ya me daba igual. Acercándome a ellos, lo mejor eran los revólveres en este caso.

— Hmmm — murmuró Marvin arrugando el entrecejo.

Desde luego había estado haciendo el tonto. Teniendo un hermoso Winchester, tan nuevecito, estaba haciendo puntería con el revólver. Si su madre estuviera allí le habría dado un buen tirón de orejas. Pero para tirón, el que le había dado él de un balazo a la oreja del muerto ese. La idea de hizo soltar una risita.

Sacudiendo la cabeza, aún sonriendo, guardó el revólver casi descargado en la pistolera vacía y desenganchó el rifle que llevaba atado con correas en las alforjas. Con ese cañón ya sería otra historia.

Seguí a los demás para ir en busca de Hantaywee. Cuando llegué, estaba como si nada hubiera ocurrido a su alrededor, tranquilamente pastando, insensible a los disparos y también a los caminantes.

Jesse se quedó aparte, cubriéndonos, dándonos tiempo a que nos organizáramos, y yo me dejé ayudar por Kane para llegar hasta mi yegua. Una vez llegamos, volví a asegurarme de que mi rifle aún disponía de munición, agarré las riendas y monté con habilidad, mirando desde lo alto de la silla todo cuanto me rodeaba.

Cuan diferente era ver al enemigo desde allí arriba, segura, pero también sabiendo que correríamos más peligro. No obstante, no me sentía amenazada. El riesgo formaba parte de cualquier empresa que mereciese la pena intentarse y aquella lo hacía. Se trataba, no de limpiar el mundo de caminantes y salvar la ciudad, o rescatar a aquella chica, sino de terminar el trabajo y marcharme con Kane para iniciar una nueva vida.

Por aquello, sí que merecía la pena vivir y morir intentándolo.

Ya, sobre vuestras monturas, os pusísteis en camino hacia el lugar del cual venían los muertos que quedaban. Con suerte acabaríais pronto con ellos y podríais seguir el viaje en busca de la chica.

Los tipis molestaban, pero ya empezábais a ver a alguno con más claridad y en cuanto os moviéseis más con los caballos pronto veríais al resto. Jesse, mientras, quedaba sola en la roca y sin duda no dejaría títere con cabeza mientras tuviese un blanco al que dar.

Jesse miró como partían sus compañeros, lamentando no estar en condiciones de poder ir con ellos y vio a Kane subido en Lucas, algo que hizo que la  joven sonriese de medio lado. Luego apuntó al cabrón de la cerca y disparó.

No supo que tenía esa bala o que había en la cabeza de ese indio, pues esta explotó, literalmente, en mil pedazos, antes de que su cuerpo cayese al suelo totalmente inerte.

Jesse miró su carabina y luego hacia donde había caído aquel cuerpo sin darle crédito alguno a lo que había pasado. Pero no quería dormirse con aquello y comenzó a mirar por la zona de los tipis por si asomaba otro.

Noah salió al trote con su caballo, justo detrás de Kane y vio que tenía un caminante de aquellos a la vista. Así que no dudó en apuntar con su rifle y dispararle a la cabeza. Estaba lejos, pero sabía que podía darle. Caspar era una buena montura y estaba acostumbrado a que disparasen cerca suyo, así que sabía que respondería bien al sonido del arma.

Pero no contó con que Kane estuviese tan cerca como para que este hiciese un gesto raro con el brazo, lo suficiente como para que la bala le diese en él. Curtis se quejó de dolor y Noah se acojonó. - Lo siento, Kane. ¿Estás bien? Dime que no es nada... - Dijo el hombre al doctor asustado por lo que había pasado.

Salí el primero, con Noah detrás y escuché el disparo de Jesse. Me fui a girar para ver con el catalejo si le había dado o no a aquella cosa y de golpe sentí un impacto en el brazo tras un sonoro disparo. Noah me había dado. Inmediátamente llevé mi mano a la zona herida, mientras con la otra apretaba con fuerza el catalejo y me miré. A penas sangraba.

- Solo me ha rozado, pero ten cuidado la próxima vez, Noah, o te meteré el rifle por el trasero. Esta no es manera de tratar al que pretendes que sea tu futuro cuñado. - Bromeé para volver a mirar mi ropa. Casi no sangraba y solo era la quemazón. Con lavarla luego y procurar que no se infectase, un vendaje y unos mimos, estaría sano de nuevo.

Cambiaste tu arma al tiempo que solo escuchaste un disparo a tu espalda. Seguramente se habían quedado sin muertos a quienes disparar y eso no te soprendía nada en absoluto. Todos parecían estar muy agusto en sus tipis. Avanzaban, pero habías visto viejas que se movían más rápido que ellos.

Aunque con tu rifle aquello no sería un problema y Ojotuerto estaba acostumbrado al sonido de las armas. Así que ahora podrías disfrutar de tu arma y ver hasta que punto tu puntería era buena con el rifle. Algo que no se podía hacer siempre con aquella relativa calma.

Marvin, mejilla en culata, alzó el rifle apuntando a otro de esos fiambres rebeldes y lentos. Al desorejado no, a otro. Y a la cabeza. Aguantó brevemente la respiración cerrando un ojo y apretó el gatillo. 

Eso era otra cosa, pensó con una sonrisa cruel viendo cómo la cabeza estallaba como una sandía madura.

Noah y Jessi hicieron por disparar, pero yo había desperdiciado dos tiros y no pensaba hacerlo con ninguno más, por lo que preferí acercarme más para disponer de un mejor disparo. En lugar de seguir a los demás, decidí rodear la zona y bordear el río, aproximándome al corral y consiguiendo así caer desde un ángulo diferente.

El objetivo, no podía olvidarlo, era acabar con todos lo antes posible y eso era lo que iba a procurar hacer. Sabía que Noah y Kane estarían bien, aunque me volví hacia este para observar cómo avanzaba y lamenté, por primera vez, encontrarme demasiado lejos de él.

Pero yendo por donde iba, los caminantes quizás dudasen y también se dividieran, facilitándonos a todos el trabajo, así que lo primero era lo primero. Rifle en mano, espolee a Hantaywee y me dejé llevar hasta donde pudiese dispararles.

Marvin no tardó en escuchar como el trote de caballos sonaba detrás suyo. Al mirar vio a la caballería: Kane, Noah y más distante Emma, ir hacia adelante con sus monturas. Se veía que se habían cansado de esperar a que llegasen y pasaron a la acción. La única que no estaba era Jesse, quien se había quedado cubriendo al grupo desde las rocas.

Los caminantes, a pesar de las caídas de sus compañeros, seguían avanzando como si no fuese con ellos la cosa. Su mal olor era apreciable ahora que Rata se había lavado un poco y los murmullos guturales que realizaban al caminar eran cada vez más audibles. 

Viste como se alejaban después de que el último caminante a tu vista se desplomase. No tenías ninguno a tiro, pero eso no quería decir que todo hubiera acabado ahí. Aún tendrías que ver si podrías pillar a alguno más... aunque sabías que ya estabas fuera de juego.

Avancé hacia adelante con Lucas. Desde luego era un buen ejemplar y me alegré de que lo tuviese Jesse. Saqué mi revólver para disparar pero algo ocurrió. No esperaba que Lucas se alzase a dos patas y me desmontase de aquella manera. Para mí sorpresa, acabé en el suelo, dolorido y magullado.

Mi revólver cayó no muy lejos de mí y vi como mi montura retrocedía. Era como si supiese que Jesse se había quedado atrás y no quisiera dejarla sola. Me quedé tendido en el suelo, sin moverme. No sabía aún si me había roto algo o no. Pero me dolían las piernas y los brazos, así que eso era bueno y aquellos cabrones tardarían en alcanzarme.

Ahora dependía de mis compañeros, al menos hasta que pudiese ponerme en pie de nuevo. Primero el disparo de Noah y ahora aquello. Al final íbamos a terminar todos heridos y dependiendo de los cuidados de los caballos.

Cabalgué alejándome un poco de Kane. Bastante era que le rozase con la bala aquella como para que ahora le diese. Mientras Caspar se movía apunté al indio que venía algo más atrasado, puesto que si yo fuese Curtis, trataría de darle al cercano con el revólver y no íbamos a pisarnos los muertos.

Mientras Caspar continuaba con su paso, disparé y vi como le volaba la cabeza. Aquello era otra cosa.

De pronto, por el rabillo el ojo, vi a Kane caer al suelo tras un extraño gesto de su caballo. - ¡Curtis! ¿Estás bien? - Le pregunté preocupado. Primero mi herida de bala y ahora esto. Si nos quedábamos sin médico íbamos a estar jodidos. Pero en mi caso creo que perdería también a un amigo y a Jesse... su vida dependía de él.

Jesse permanecía atenta a todo y a todos. No quería dejarse a nadie sin cubrir y de golpe vio a Lucas derribar a Kane y correr de vuelta hacia ella. Con su mano ahogó un grito y quiso moverse para ir hacia él.

El problema era que necesitaba ayuda para ir a la diligencia y luego descender de ella. Para su asombro, Lucas regresó a su lado y se quedó junto a ella en el muro. - Lucas... yo no iba a dejarte...

No pude reñirle al ver la nobleza y fidelidad del animal hacia ella, pero la preocupación por Kane seguía ahí y no era capaz de ver si se movía o no, solo que estaba tendido en el suelo.