Partida Rol por web

Axel ve que el perro ya está muy cerca por culpa de ese dichoso resbalón y gira sobre si mismo encarandole, cosa que el perro no se esperaba.

Axel le enseña los colmillos para intentar atemorizarlo, pero sabe que eso no funcionaría y menos con un perro así. Mira a Baldomero o más bien... a donde estaba Baldomero, porque lo único que Axel veía eran las cajas tambaleandose un poco por los intentos de subir de este último.

Desvió la mirada hacia el perro y le asestó un zarpazo bastante leve en la cara mientras gritaba - ¡Baldomero en un instante estaré allí!-, intentando dejarlo algo cegado dándole en los ojos para ayudar a Baldomero y huir de lo que estaba apunto de transformarse en un infierno como las mandíbulas de el canino lo apresaran. 

Axel consigue morder al perro en el hocico y, mientras le sujeta la cabeza con las mandíbulas y las patas delanteras, le golpea con sus patas traseras. El perro chilla y se revuelve hasta que consigue cogerle por la cabeza y lo lanza a un lado como un muñeco roto... Entonces, al ver que no puede atrapar a los gatos que se encuentran en las alturas, empieza a olfatear.

Mientras tanto, Baldomero escucha el jaleo pero no puede ver lo que sucede.

Bastet siente tanta molestia porque estén haciendo taaanto ruido y no la dejen dormir, que decide intervenir.

- Baldomero -maúlla desde la viga-, espabila que el perro ese te está siguiendo el rastro.

Barre con la cola un par de tornillos viejos que hay sobre la viga, con la intención de que caigan sobre el perro. Son piezas pequeñas, sí, pero desde la altura a la que están tienen que hacer bastante daño. Además, si le hace alguna herida, igual se pilla el tétanos.

- ¡Muere, cánido miserable! -dice mientras caen los tornillos y alambres- ¡Siente la fur... -bosteza, bosteeeeeza y vuelve a ronronear con los ojos cerrados- rrrrrrrrrrrrrrrr....

Sultán observa la masacre gatuna con desgana, evidentemente con desagrado, pero demasiado perezoso como para apartar la cabeza y mirar otra cosa que evidentemente será igual de aburrida. Parpadea. Se levanta un poco, estira las patas delanteras, luego las patas traseras. Bosteza ¡Vaya, parece que ya se va poniendo en marcha!

El saludable minino comienza a andar en dirección a Bastet hasta quedarse a un salto de distancia, y desde ahí mira como los tornillos primero ruedan por la viga, y después caen al suelo.

El perro lanza a Axel a un lado y golpea fuertemente contra el suelo en un maullido de dolor. Le duele, sí, demasiado, pero nisiquiera puede quejarse. De hecho, nisiquiera puede casi abrir los ojos. Con los ojos entrecerrados y un gran dolor en el lomo sintió que efectivamente, acababa de perder una de sus vidas gatunas. -Mecagoen... - Miró hacia arriba y vió como Bastet tiraba hacia abajo unas pequeñas piezas de metal, tornillos, clavos o tuercas pensó Axel.

Tras eso y con los ojos aún cerrados y medio cegado por el dolor. Tan siquiera podía ver si el perro se acercaba a él para rematar lo que había dejado a medias; sintió que se alejaba de él y iba dirección a las cajas... -Baldomero- pensó

Intentó levantarse sobre sus patas pero le temblaron y fallaron. Estaba destrozado, tanto por dentro como por fuera. Invirtió sus fuerzas en estirarlas para que la próxima vez no le fallaran y con una sacudida de cabeza miró alrededor buscando alguna montaña de cajas que pudiera dejar caer sobre el perro.

(La tirada está con un 6, así que supongo que Axel habrá encontrado una)

Tras encontrarla, aún con el dolor en sus piernas salió corriendo hacia esa montaña y dió un pequeño salto golpeandola en dirección al perro para que se tambalearan y cayeran encima de él.

El perro pisa los tornillos lanzados por Bastet y lo oís chillar, se para durante un momento a lamerse las patas delanteras. Mientras tanto, Axel ha conseguido levantarse y moverse hacia unas cajas, véis que intenta empujarlas, pero apenas se mueven.

Baldomero se dispone a salir por patas cuando Bastet (que tiene una vista inmejorable de la situación) le avisa que él es el siguiente en el menú del perraco... pero al escuchar como se queja el perro al otro lado de las cajas, se detiene alzando las orejas. Una diabolica sonrisa se dibuja en la cara de Baldomero (afortunadamente no hay nadie cerca que pueda verla) y se da media vuelta para mirar la caja que había saltado antes al calcular mal la fuerza del salto. Rápidamente calcula donde está el perro y donde hay que golpear para que el equilibrio de las cajas se rompa de forma favorable para él.

Esperando no equivocarse (y que la caja le caiga encima), Baldomero trata de ejecutar su plan...

Sultan, que ha seguido la trayectoria de los tornillos según caían con la mirada, y en consecuencia termina mirando al perro de nuevo, parece como si le hubiera visto por primera vez y lo observa con detenimiento. Su cara gesticula en una mueca semejante a la de un león prehistórico, y suelta un terrible rugido!

-¡BFFFFFFFFFFFFFFFFFFFF!

O bufido. Pero sigue siendo terrible de escuchar. Y ahora Sultan, erguido en toda su estatura, es una visión temible y sobrecogedora. De la pata derecha saca las enormes garras (o zarpas), y hace como que araña al aire que está entre él y el cánido, como si le estuviera diciendo "¿Ves lo que le hago al aire? ¿Ves como le vapuleo? ¡Pues podría hacerlo contigo!"

Lluvia observa lo valientes que se estan portando todos sus compañeros y desde la caja ya colocada y estatica, mira la escena emocionada ¿ Que podria hacer? Se pregunta insegura.

De pronto el otro gatazo, sultan,suelta un bufido de esos que hacen historia y que si no estubiera algo lejos seguramente le hubiera peinado los bigotes, baja la mirada hacia el perro y tarda un segundo en reaccionar

-Toma esa bicho inmundo, vas a morir!!-

Parece que se empieza a animar

Viendo que Baldomero intenta y tiene más fácil tirar unas cajas encima del perro para huir y que él mismo no tiene la suficiente fuerza: después de ese revolcón que le dio el perro, para tirar las cajas.Así que prefiere emplear la poca fuerza que le queda para intentar(prefiero poner intentar subir que subir, la última vez me libré de una pifia así xD) subir por ellas y atacar desde arriba; o, simplemente, ayudar a Baldomero a subir y escapar por arriba.

Baldomero consigue volcar las cajas sobre el perro cuando este se acercaba. La caja superior se abre al caer volcando su contenido, compuesto de sacos viejos, sobre el perro dejándole ciego y entorpeciendo sus movimientos.

Axel visto lo visto y que el perro está totalmente desorientado, salta unas cajas esquivandolas y se coloca al lado de Baldomero. Le señala con la pezuña un sitio por el que trepar. - Vamos, tenemos que subir cuanto antes o seremos pienso de perro en cuanto se de cuenta de que seguimos aquí. - Axel se dispone a trepar pero no solo, sino ayudando a Baldomero para que consigan salir los dos de esta.

Sultán está muy enfadado porque el perro no le dedica tanta atención como a Axel, así que, con el rabo muy empinado en un gesto de indignación, y tras pasar primero una patita y luego todas por encima de Bastet, se adentra en el almacén andando por las vigas.

Baldomero asiente a lo que dice Axel y sin perder tiempo respondiendole le sigue a toda prisa pisando donde él pisa

Por las vigas véis venir correteando a Luigi y Dama.

Cuando llega con Baldomero arriba cae del agotamiento y dolor por todas las heridas y rasguños algunos más sangrantes que otros. -Baldomero... aquí no nos alcanzará... almenos nos hemos librado de esta... no creo que nos de más problemas. - Miro hacia arriba y ve como vienen hacia el grupo dos siluetas más. En un principio pensó que eran enemigos, y se alertó tanto que le dolieron de nuevo las heridas; pero contempló que tan solo eran los dos miembros del grupo que faltaban, y habían ido a ver el terreno.

-Baldomero... - Más que hablar, susurraba. Le señalo con un gesto de cabeza la más grande de las heridas, dos marcas de colmillos que ya no sangraban en su lomo. - ¿Podrás encontrar vendas o algo similar? Te lo agradecería mucho... - Acto seguido sigió tumbado en el suelo mientras evitaba moverse para que no le dolieran más los huesos y los cortes.

¿Había valido de verdad la pena gastar una de sus vidas gatunas por unos gatos que no conocía de nada? Hmp, sonrió para si mismo(en su imaginación, claro está, porque en la realidad no tenía fuerzas ni para parpadear), almenos estaban a salvo, él y Baldomero, así que todo había salido bien.

- ¿Vendas? ¿Pero que se ha creido este? ¿Que tengo pulgares oponibles? En fin... como se ha portado, vamos a hacerle un apaño la mar de apañao, que se lo ha ganado

- ¡¡Eeeeeeeeh, Aquiiii!! - maulla a los recién llegados alzando la pata a Luigi y Dama - ¡¡Necesitamos vuestra ayuda!!

Mientras vienen, si es que vienen, Baldomero se inclina sobre Axel - Tu no te preocupes y descansa tranquilo. Quitate la bolsa del cuello y se la daremos a Luigi, tu necesitas reponerte