Partida Rol por web

-Buenos días embajador Botán, gracias por recibirme con tanta premura.- el enano tomó asiento sin que se le hubiera invitado a ello.- Me perdonara, pero soy de ir directo al grano, no querría hacer perderle el tiempo. Ustedes son nuestros vecinos más cercanos por así decirlo y están en mitad del Mar Interior ¿qué puede decirme de esos supuestos problemas con los piratas?.

No apoyo la estupidez y el belicismo de Doragon mucho menos ahora que amenaza guerra y ese tal Arkahm usa una excusa cualquiera para huir con el rabo entre las piernas. Tampoco creo que las formas de Maxener sean las correctas sus faltas de respeto para con el Emperador me parecen intolerables, si eso lo hubieran hecho en nuestro reino ya estarían colgados. Esos sabiondos sabelotodo no saben cuando callar. Como verá soy de hablar alto y claro, si algo me molesta lo digo sin miramientos.

Recientemente, he tenido una visita de lo más ridícula por parte de la embajadora Nautí, pretendía esparcir rumores y sembrar distensiones con palabras carentes de cualquier respaldo o prueba. Sospecho que la Ciudad libre de Tarsi tiene una pequeña excisión, aquellos que antaño se dedicaban a la piratería ahora quieren volver a las viejas costumbres. Por el momento ellos mismos parecen los más perjudicados, pero es obvio que con el tiempo esto puede llegar a afectarnos a todos. Mi petición es simple, mantengamos los ojos abiertos y compartamos la información que averigüemos al respecto entre ambos reinos. 

Esto no es un gesto de confianza ciega no obstante al menos es un principio, como mínimo usted me ha demostrado que sabe comportarse en público y no ha venido a intentar tomarme el pelo o manipularme con holgados escotes y cantos de sirena. ¡Bah! No sé en que demonios estarían pensando los tarsianos cuando nombraron consejero a esa mujer.-seco, escueto, recio y con una extraña educación. Dagnar era la encarnación de todo lo que había escuchado del caracter de los enanos.

Ray parecía bastante satisfecho al ver que la almirante lo entendía, o al menos aceptaba lo que decía. Tratar con Doragon era un punto bastante critico en lo que a dejar las batallas se refiriera, y todos en el mundo lo sabían sin lugar a dudas. No obstante Cid pareció contento al ver como la joven Nauti tomaba otra dirección que llegaba al mismo fin propuesto

-Bien visto - puntualizó entonces el anciano enano - No recordaba la guerra declarada que tenían esos dos reinos. Habeis sido inteligente recordandolo, más aún tomando la ventaja de usarlo para elaborar una propuesta de dicha indole. Aún sois joven, pero aprendeis deprisa. Sin duda Tarsi tiene suerte de teneros al mando.

Así pues, Cid carraspeó y miró a los suyos - Puede que no estemos todo el consejo de Maxener reunido, pero somos la mitad y una posible futura integrante - Ante aquel hecho Cynthia pegó un pequeño sobresalto al verse referida como la futura integrante - Y creo que estareis de acuerdo conmigo en que Maxener apoyará a Tarsi bajo dicho tratado. Estaremos pendiente de Doragon.

Alya asintió a las palabras de Cid - Apoyaremos sin ninguna falta. Eso sí, si alguna parte del litoral requiere de construcción o reconstrucción, no dudeis en hacernos una visita - La consejera sin duda opinaba como Nauti frente a los refugiados, necesitaban estar en un lugar en paz, pero sabiendo como era Doragon nada decía que dichas ciudades o simples terrenos, estuvieran asolados o fueran dificiles para construir. La joven ingeniera quería ser de más ayuda, y ahí lo denotó.

Con un suspiro Ray se incluyó - Voy a ser yo quien esté en medio ¿Verdad viejo? - preguntó a Cid a lo cual el enano asintió con una gran sonrisa - Está bien... Os conviene pues que sea yo, y que haya estado presente. Con Megumi no hubiera sido lo mismo... Si cuando vayais a hablar con Arkham necesitais la presencia de Maxener, avisadme a mi. Es mejor así. - Afirmó pues el joven.

Fue entonces cuando Cid miró a Cynthia y automaticamente Alya y Ray también la miraron - ¿E-eh? ¿Y-yo también decido? P-pero... S-si solo soy una aprendiz pa-padre... - Aún así, no parecían que fueran a flaquear en dicha decisión - Y-yo... - Respiró hondo y trató de calmarse - Las guerras no se empiezan, se acaban... Si pudieramos terminar pronto con todas las guerras, toda la gente sería feliz... O-ojalá esto sea el comienzo. Contad con Maxener Lady Nauti - Por supuesto, la pequeña ingeniera contaba con la educación de su padre, y no se iba a oponer.

-Controlemos pues a donde se extiende Doragon y que la paz se mantenga en el oeste - concluyó pues Cid.

Ya tras dicha charla y aprovechando que aún estaban reunidos, Cid se aproximaría a Nauti - Almirante Nauti, con vuestro permiso - Ray, Alya y Cynthia se marcharían en caso de no ser necesitados más - ¿Podríais hacerle un favor personal a este viejo enano?* ¿Podriais hacerle llegar esta misiva al emperador Theneul VI? He intentado varias veces pedir audiencia con su majestad pero... Supongo que serán los años ya, pero algo deberé estar haciendo mal al tratar de hablar con el en privado. - Por supuesto, Cid no le echó la culpa a Galain, aunque sabía de sobra que sería el único que se interpondría

Nautí se sintió realmente orgullosa y satisfecha: el ingenio diplomático de Tarsi era reconocido por varias de las mentes más brillantes del mundo.

Es un honor tratar con Maxener. Ojalá más países fuesen como vosotros.

​​​​​​La almirante tomó la misiva de Cid: Por supuesto, maestro, seguro que Edés se la hará llegar sin problema.

Antes de que Maxener disolviese la reunión, había otro tema que quería tratar con los ingenieros: 

Disculpadme. Hay otra cuestión... La flota tarsina necesita de vuestro ingenio. Necesito los mejores barcos, especialmente para rivalizar con la tecnología de vapor de los gnomos... Si hubiese una forma de mejorar la maniobrabilidad con tecnomagia, especialmente en días sin viento... O si hubiese una forma de ver a los piratas y puertos con antelación, igual que hace un catalejo, pero en la noche o en la bruma... ¿Qué me decís?

-El honor es nuestro - Dijo Cid apreciando aquel halago por parte de la almirante Nauti - Sin embargo prefiero que no más reinos sean como nosotros. Entonces acudiriais a ellos para pedir consejo y no a nosotros, echaría de menos estas grandes charlas - y por supuesto aquello era un punto positivo para ganarse a Cid

-Muchas gracias mi querida Nauti, os debo un gran favor. No me gustaría irme del imperio sin llegar a tratar el tema de la misiva con el emperador - Claro que hasta el más sabio de los seres podía tener preocupaciones tan triviales como hablar con una sola persona.

No obstante pasando al segundo tema más importante, los delegados de Maxener se sorprendieron, pues realmente creyeron que Doragon era el único tema importante a tener en cuenta. Por suerte, el tema que sacó a esclarecer la almirante de Tarsi fue uno al cual Cid no necesitaba intervenir.

-Am... - Alya entonces alzó la voz para responder ella por todos y por supuesto los tres restantes la dejaron - Es algo complicado competir con la tecnología a vapor de los gnomos... No quiere decir que no podamos, es más, hay varios gnomos en Maxener, muchos bajo mi cargo, los cuales nos han compartido sus conocimientos sobres las maquinas de vapor que ellos tienen. El problema es que no es la energía mayoritaria en nuestro reino - Como era lógico

-La energía a vapor tiene un limite bastante extenso ya que usa el ambiente como medio para generar la energía, mientras que la tecnomagia así como la electricidad, se ejecuta por otros medios y tiene más limites. Si bien podemos rivalizar en velocidad contra la máquina de vapor, con un bote, no podemos hacer lo mismo con un buque. A la larga si que podriamos generar motores que rivalicen o se combinen con el de vapor... Entre otros estudios que tenemos. Así pues en cuanto a aceleración se refiere, podría ser complejo...

-Al contrario, en maniobrabilidad... Igual puedo reinventar una idea, con un poco de locura y ayuda de otros altos ingenieros. - Tal cual lo dijo empezó a mirar a Cid - Podriamos usar contrapesos activos, como los que usamos en los montacargas, en distintos puntos de un barco. Así los giros bruscos podrían resultar más sencillos al girar el timón y no tan rudimentarios y lentos. Además podría servir como un pseudoancla frente a las tormentas evitando sorpresas desagradables como vuelcos de los barcos. He escuchado que suelen ser frecuentes si los marineros no son experimentados. - Obviamente las habladurías podían ser ciertas o faltas, pero una mala tormenta podría tragarse cualquier cosa

-Y en cuanto a ese último punto... - empezó a referirse a la identificación de otros barcos y piratas de la zona. Su cara empezó a preocuparse un buen tanto

Hasta que Ray intervino - Sabes que Megumi te matará si se lo planteas. Aún no terminó ese prototipo en el que está, que se lo propongas para el mar la sacará de sus casillas. - Megumi era la ingeniera y consejera de los sistemas de defensa en todo Maxener. También estaba involucrada en las reuniones con otros presentantes cuando se hablaban de temas sobre defensa, pero se hastía mucho cuando una reunión dura demasiado o ya no toca un tema que ella puede aportar

-Lo sé... pero es la única forma... Trataremos de hablarlo en el consejo y le comunicaremos que podriamos hacer - A fin de cuentas, no quería ofrecer nada seguro.

-Por supuesto, todas las mejoras habrían de ser pagadas como sabeis almirante Nauti, pero siendo Tarsi el principal reino exportador e importador de materias primas de todo el mar interior, estoy seguro que podremos llegar a un pacto comercial ¿Que me decis? - Planteó Cid la posibilidad que la ayuda fuera mutua en lugar de monetaria*

 El hombre enarcaría una ceja ante la intervención de la mujer, escuchando su declaración que invitaba a separar la autoridad militar de la almirante de las responsabilidades mercantiles del reino, así como la sugerencia de recibir a los que eran responsables de eso en tierras Doragonianas para tratar esos asuntos.

 -Debo decir que me decepciona un poco, pero entiendo hasta cierto punto la manera en la que otros reinos se distribuyen el poder... -si bien en Doragon tampoco era él quién se encargaba principalmente del comercio, sí que tenía la influencia suficiente para intervenir en esos temas cuando lo requería, como no parecía ser el caso de la almirante. -. Haré llegar mis intenciones a las personas adecuadas entonces.

  La mujer tenía sus intenciones claras, y si bien planteaba puntos que podían ser de su interés habían otros que, por su expresión, no eran de su agrado que los usase como argumento.

 -Ciertamente, es tentadora la oportunidad de contar con una intervención menos en las expansiones del territorio, pero el final de Nueva Isolde llegará tarde o temprano, de una forma u otra -declaró. -. Por eso mismo la idea de "huir" de la animadversión es algo que no cabe en la cabeza de mi reino: si alguien desea declararnos la guerra, estaremos más que dispuestos a responder, y por eso necesitaría ahora su palabra al respecto de que el Imperio, u otra nación aliada a él, desee batallar contra Doragon. Si podemos contar con su apoyo, no habría problema alguno en dejarles los límites marítimos bajo vuestra protección: sin embargo, en caso contrario, sería un poco idiota ignorar un punto clave como son las costas y entregarlas a alguien que luego estará en nuestra contra... -en esos momentos, Arkham finalmente se puso de pie por primera vez desde que la almirante entró a la carpa de su campamento, y extendió su mano por encima del escritorio ofreciendo un estrechamiento mientras rojizos ojos se clavaban en la mirada de la mujer. No había que explicar que iba en serio con eso: era una estupidez pensar que había abierto la boca durante la coronación sin tener en cuenta las consecuencias, incluso tendría más sentido pensar que lo hizo precisamente con esas intenciones, pero el caso era que Arkham ya estaba preparado mentalmente para una batalla, y quería tener claro en quienes podía confiar para ella -. ¿Cerramos el trato...? -incluso dando por hecho de que la almirante aceptaría...

 El albino habría estado esperando pacientemente y en solitario la llegada del representante, cuya presencia en el interior de la carpa fue recibida por el hombre desde el otro lado de su escritorio.

 -Agradezco tan pronta visita -le recibió con una natural amabilidad, sin perder aquella expresión dura que solía tener siempre en la cara. -. No quiero quitarle mucho de su tiempo, así que iré al grano: Doragon tiene interés en el apoyo de las fuerzas acuáticas de Animalia -declaró. -. Reconozco que, luego de lo sucedido en la coronación, solo un idiota aceptaría ayudar a alguien que se puso en la mira del imperio, pero creo que tu reino es capaz de ver más allá de eso y pensar a futuro, o tal vez en los beneficios más cercanos... -en ese momento, el hombre se acariciaría la barbilla con su mano durante unos segundos, antes de expresar su propuesta. -. Estoy enterado de que han tenido recientemente problemas con los piratas: Doragon estaría más que dispuestos a prestarles su apoyo, aunque claramente esperaremos algo a cambio... No pido que se pongan en contra de quién desee hundir a Doragon, pero sí que estén dispuestos a apoyar en temas marítimos a quienes nos vayan a dar una mano...

Nautí escuchó con atención a Arkham. Le costó entender su propuesta. ¿Está hablando de una alianza? La almirante no estrechó la mano del doragoniano, debía aclarar la situación.

Disculpadme, pero no nos estamos expresando en los mismos términos. No es una alianza lo que propone Tarsi, ni mucho menos.

Voy a ser directa, pues me expreso mejor. Estoy hablando de un tratado de no agresión.

De una parte, Doragon se compromete a no saquear, conquistar o anexionar el litoral occidental del Mar Interior.

De otra parte, Tarsi se compromete a no intervenir en las conquistas de Doragon ni en sus guerras con otros reinos.

Por supuesto, salvo que se trate de países costeros y aliados de nuestra red comercial. Pero descuida, que no están entre ellos ni los reyes de Nueva Isolda ni los falsos emperadores de Las Nueve Lunas.

En esta ocasión fue Nautí quien ofreció su mano.

Nautí escuchó con atención a los ingenieros. Le encantaba oír cómo podrían innovar su flota.

Descuidad, no hay prisa. Mi interés era transmitiros los temas clave: maniobrabilidad, capacidad de movimiento sin viento y observación en situaciones adversas. Sé que hay que dedicar tiempo y esfuerzo. Enviaremos a representantes de la Universidad del Mar y de la flota a Maxener, para conformar un equipo de trabajo conjunto.

Cid, os recuerdo que vuestras innovaciones son parte del pago por el suministro de gemas y demás bienes exóticos. Nosotros aportamos la materia prima, y vosotros las maravillas que hacéis con ellas.

Nautí sonrió. Es verdad que un despiste lo tiene cualquiera, pensó.

Una vez terminó el encuentro entre Nautí y la delegación de Maxener, la almirante se reunió con la delegación tarsina para transmitir toda la información y los tratos acordados. Le felicitaron, y se celebró acaloradamente.

Se le encargó a Edés que hiciese llegar la misiva a Theneul, dado que era la Cónsul del Mar en las Nueve Lunas.

Edés solicitó audiencia, como tantas otras veces. Galain puso algún "pero", pero no era el único consejero del monarca. Y con otros Edés tenía mucho mejor trato.

En la breve audiencia con Theneul, Edés alabó las celebraciones y auguró un refuerzo del comercio. Había sido una buena idea. Hablaron sobre los orcos, Maxener, Doragon, Animalia, Ungol y los gnomos ¿Con quiénes había tenido audiencia ya?. Entre estos temas menores, le entregó la misiva. Ya la leería después. 

Vuestra competencia no es sana. Os las dais de neutrales, y armáis a todo el que os pague. No me extrañaría que tanto las Nueve Lunas como los orcos estén pertrechándose con vuestro hierro... Como los piratas.- dejó caer la almirante Nautí.

Coralina le quitó importancia al tema con un gesto del brazo.

- Esa es precisamente la definición de neutral.- dijo con una sonrisa.- Aunque no me veo comerciando con orcos, la verdad, huelen mal y ellos prefieren comernos que pagarnos dinero, jijiji.- dejó escapar una risilla aguda.

Nautí se dio cuenta de que Coralina no contestaba a la pulla sobre los piratas, no sabía si de forma consciente o no.

- Almirante Nautí, de verdad que estoy encantada de compartir este buenísimo vino contigo hoy... puedo tutearte, ¿verdad? Como iba diciendo, esta es una reunión deliciosa, pero permíteme la pregunta, ¿para qué querías que nos reuniéramos? ¿Solamente para lanzar acusaciones contra nosotros sin pruebas?

Nautí no quería perder más tiempo con los gnomos. En verdad, ya le habían respondido. En caso de guerra, se mantendrían neutrales... haciendo negocio con quién mejor pagase. Si no, se habrían ofendido ante acusaciones tan directas.

- Veo que da igual lo que pregunte, que no tenéis respuesta para nada. No es lo mismo ser neutral que jugar en dos bandos.

Nautí apuró su copa, dispuesta a marcharse.

- Da la impresión de que estáis alimentando conflictos y guerras con vuestra neutralidad... Y poniendo en riesgo la paz y estabilidad actuales... Espero equivocarme.

La almirante esperó la réplica de Coralina en el umbral de la puerta antes de abandonar la sala.

El delegado se arrellanó en su asiento antes de soltar su pregunta.

- Bueno, sin ánimo de intentar convencerle de nada, estaría interesado en saber sobre la negativa de la Ciudad libre de unirse al frente conjunto. Quiero decir es obvio que si el Norte cae seremos los siguientes. Como digo, no es que tenga interés en dorarle la píldora al Imperio, pero me resulta curioso que siendo la ciudad más accesible que nuestro Reino, sea esta la que se rehúse a participar.

Nautí alzó una ceja con expresión de sorpresa: ¿El "frente conjunto"? ¿De qué me está hablando? ¿Qué "Norte" va a caer? Explíquese, por favor.

- Bueno, me refiero al llamamiento del Imperio contra la horda de orcos que se acerca por el Norte -le comenta enarcando una ¿ceja?- ¿No le dijo nada su delegado?

- ¡Ah! Eso ... Desconocía que Theneul hubiese puesto nombre ya a su anuncio sorpresa...

Nauti resto importancia al tema con un movimiento de la mano.

Nos falta información. Mucha. Antes de unirnos a tal llamamiento. En todo caso, no es una decisión que me corresponda a mí tocar, y mucho menos a Edés, que "tan solo" es una delegada en reino ajeno.

Pero como ya le he dicho, la paz en el Mar Interior es una prioridad de Tarsi. 

¿O acaso Animalia sabe algo más sobre los orcos que el resto de países?

A medida que las obras empezaban a llegar a su fin Dagnar solicitó una reunión con el consejero Galain mostrando claramente su disconformidad con el trato que le habían dispensado las comitivas de Doragon y Maxener. Reafirmando su compromiso al demostrar que no se había reunido con ellos para mostrar su disconformidad con aquellos deleznables modales. El Emperador había sido muy magnánimo con aquellos maleducados, al estar en sus tierras los enanos se plegarían a sus costumbres.

Tras una breve charla cortés el enano quiso poder reunirse con el Emperador para mostrarle los progresos desde alguna de las balconadas de palacio. En cierto modo estaba preocupado por la guerra, aquello siempre era un mal a considerar.- No sé si mi hermano querrá comprometer a nuestras tropas Emperador, pero seguro que apoyará vuestra causa si lo estimáis oportuno. Sea financieramente o con nuestra famosa artillería ¿se sabe algo más sobre ese demonio o el cacique de la horda? Tal vez acabando con ellos los orcos vuelvan a su estado salvaje.-era evidente que los enanos antes de tomar cualquier decisión enviarían a sus propios espías u exploradores para comprobar la veracidad de todo aquello, sin embargo, todo lo que les pudieran facilitar de antemano sería bien recibido.

Los exploradores volvieron al cabo de tres días. El capitán de exploradores se presentó ante Botán para presentar su informe, y este vio con preocupación que el capitán estaba herido.

- Señor, puedo confirmar que la información es verídica. Al norte se está reuniendo una gran horda de orcos, son miles de ellos, señor. Es básicamente infantería, aunque también hemos observado caballería ligera, goblins montados en huargos.- explicó el hombre-águila, pasando a continuación a detallar todo lo que habían podido advertir sobre el número de las tropas y su logística.

- Me temo que nos acercamos demasiado, y finalmente nos vieron, señor. Una lluvia de flechas acabó con gran parte de mis hombres. Y deben tener por lo menos un mago entre ellos, pues también nos atacaron con fuego. No he visto nunca a un orco manejar así la magia, así que quizá tengan aliados, aunque en el caos de la batalla no pudimos verlo. Decidimos retirarnos, siguiendo vuestras órdenes, señor.- acabó.

El Emperador accedió a reunirse con Dagnar, y expresó su contento por como avanzaban las obras del magnífico regalo de los enanos. Dagnar no sabía si el Emperador le había concedido la gracia de una audiencia privada por haberle apoyado en la cuestión de Maxener y Doragon, o porque quería conseguir los cañones de los enanos para su guerra. Probablemente ambas.

- Al acabar los tres días de festejos, celebraremos un consejo de guerra, al que serán invitadas todas aquellas naciones que quieran colaborar con el esfuerzo bélico.- le contestó, al preguntarle si sabían algo más de los orcos.- Será para mí un honor recibiros allí, maese Stonekeeper.