Partida Rol por web

Los espías y agentes de Animalia no tuvieron demasiado éxito en sus pesquisas. Al cabo de una semana, lo único que habían conseguido era gastar dinero en sobornos que no llevaban a ninguna parte. Incluso llegó a los oídos de los piratas que los estaban buscando, y alguna patrulla marítima de Animalia fue asaltada como represalia, resultando en aún más pérdidas económicas.

 Ante el resumen dado por Rurik el capitán Doragoniano acabaría por asentir a modo de afirmación a sus palabras, aunque luego vendría las aclaratorias del Gnomo sobre lo injusto que era aquella propuesta, y ya de paso innecesaria para ellos teniendo en cuenta que eran la clave del proyecto para llevarlo a cabo.

 -Vamos, hombre, sin tantos formalismos, dilo directamente: es un trato de mierda -respondería el hombre soltando una leve carcajada, aún con esa expresión relajada en el rostro que a cualquier otro hombre se le pudo haber borrado por la negativa de los gnomos. -. Hubiera sido demasiado fácil si tan solo hubiesen dicho que no, ¿cierto?

  Con un gesto hacia su acompañante, Wilhelm indicaría al soldado que traía los papeles que mostrase otros más que traía consigo, los cuales en lugar de hablar del proyecto de las naves eran resúmenes de información conseguida por Doragon recientemente.

 -Supongo que estarán al tanto del problema político que hay ahora entre varias naciones, y el mar parece ser el campo de guerra principal... Sumado a esto, hay cierto grupo que ha estado causando problemas a conveniencia, y tras una profunda búsqueda, Doragon dio con cierto punto donde estos... navegantes, se reúnen para organizarse y repartir sus ganancias... -uno de los papeles sobre la mesa no era otro que un mapa del territorio de los Gnomos, con una ciudad marcada para resaltarse: Izhmalin. -. ¿Acaso tu gente no sabe nada de que los piratas se reúne en una de sus ciudades, hmph...? Ya decía yo que estaban causando muchos problemas a Tarsi, pero a ustedes últimamente no parecían molestarles mucho, sin mencionar que Ungol consiguió tecnología para sus barcos que les permitió crear una neblina a través de calderas de vapor... Muy interesante, ¿no?

  Todo apuntaba a que Wilhelm planeaba usar todas aquellas afirmaciones como una amenaza contra los Gnomos a nivel político, pero antes de que sucediese un malentendido, este negaría con la mano.

 -Lo último que quiere Doragon es a alguien más involucrado abiertamente en las múltiples guerras que se están llevando a cabo... Todo esto puede quedar entre nosotros y evitar que se propaguen rumores de mal gusto: ya sabes que últimamente la información vuela... -comentaría con un tono de sinceridad. -. En estos momentos la prioridad de Doragon es sobrevivir al clima y evitar que el demonio de la horda haga pedazos territorios que se podrían aprovechar en manos correctas, y todas las batallas que se están llevando aparte de esa solo están interfiriendo... Es vuestra oportunidad de mantenerse al margen tal como les gusta: Doragon puede hacerse cargo de los piratas sin que venga Tarsi a bombardear la ciudad, y ustedes podrán hacer como si no supiesen nada hasta que se los dijimos y mostrar apoyo para quedar bien ante el resto de reinos, a menos, claro, que no quieran que alguno se entere de que estáis haciendo más fácil la vida de Tarsi... - declararía Wilhelm. -. Siguiendo este punto para tu pregunta: podréis tener buenos marineros, ¿pero estáis dispuestos a que os vean como portadores de un arma de guerra? Nadie se sorprenderá si ve a Doragon proteger a una nación, no es tan raro como suena, pero si os ven a ustedes producir ese tipo de armas os dejarán de ver como un reino que vende sus servicios de transporte y pasarán a ser otra nación preparándose para la guerra...

Finalmente las naciones de la Alianza Norteña recibieron el cuervo del Imperio, indicando que tenían una semana para lanzar su ataque coordinado sobre los flancos del ejército de la Horda. Tanto Animalia como Doragon recibieron las coordenadas sobre donde debían atacar, y sus instrucciones eran causar tanta destrucción como fuera posible.

 Las exploraciones de Doragon dieron frutos, y es que no había que un par de contactos y algunos dedos cortados no pudiesen conseguir, siendo que en el momento adecuado un cuervo de Doragon llegaría a entregar una carta personalmente a los altos mandos de Tarsi.

Los capitanes se reunen en Izhmalin, una ciudad en la costa de Elengor, para organizarse y repartir botín.

Si creeis que nnecesitaréis ayuda, podéis contar con Doragon, siempre y cuando se nos agradezca con una pequeña parte de lo recuperado...

 Doragon se había preparado cuidadosamente para aquel día, bajo el mando de Arkham directamente comandando las tropas que servirían de distracción en uno de los flancos de la horda, y que de ese modo el imperio solo tuviese que centrarse en avanzar... o eso se pensaba.

  -Escuchad bien: al otro lado de esa pared de criaturas se encuentra un ente demoníaco que no puede caer en manos del imperio. Doragon no aceptará ser simplemente un "apoyo" en esa situación. ¡No seremos una distracción para el enemigo: pasaremos por encima de él y llevaremos nuestro nombre al centro de la batalla! -con esas palabras, Arkham buscaría despertar el espíritu guerrero de su gente y llevarles a la batalla, con el claro objetivo de erradicar a quién se pusiese enfrente y abrirle el paso hacia su propio interés...

Las buenas noticias tardaron en llegar, pero llegaron. La base pirata se encontraba en Izhmalin, en Elengor. Hacía allí zarpó Nautí. Khazalid Ungol debía esperar.

Tarsi avisó a sus socios comerciales y aliados de que tan esperado momento había llegado. Todos debían aportar para asegurarse terminar con esta amenaza común de una vez por todas. Era la ocasión de acabar con la piratería en el Mar Interior.

Pero no pensaban así. A unos les preocupaba la Horda. A otros la sequía. Preferían delegar en Tarsi la defensa de las aguas, como hasta ahora... Pero era inaceptable para los tarsinos. Los Cónsules del Mar supieron presionar y negociar, haciendo que la mayoría pusiese sus naves a disposición de Nautí. 

La sorpresa fue la voluntad de Doragon de participar. Se aceptó su ayuda y, por supuesto, que tomasen su parte correspondiente del botín, así como otra adicional por los servicios de inteligencia prestados. Tarsi era un pueblo agradecido. También se enviaría una parte a Animalia, pese a que sus pesquisas no dieran fruto.

Nautí jamás había estado al mando de tantos barcos. Era un espectáculo fantástico. Había navíos de tantos tamaños, formas, colores... Ni en un puerto coincidía tanta variedad. Y sus velas y banderas, agitadas furiosas por el viento, lanzando brillos de todos los colores. Era un día para la Historia.

La flota rodeó su objetivo, la bahía en que se encontraba Izhmalin, la base de los piratas. El ataque no se hizo esperar, aprovechando el factor sorpresa y la superioridad numérica. 

Por un instante, la vanidad embriagó a Nautí y ansió convertirse en una heroína, aclamada por generaciones dentro y fuera de Tarsi por librar al mundo de aquella amenaza. ¿Lo conseguiría?

Una pequeña flotilla no se dirigió a Erengor, y tampoco se quedó en Tarsi defendiendo la ciudad. Se desvió hacia más allá de Las Nueves Lunas, para apoyar a Doragon y Animalia, como se había acordado.

Eran barcos pequeños y ligeros, de fondo plano, ideales para aguas someras y grandes ríos. Pero la tripulación era experta, diestra en el combate a distancia. Así serían más útiles en las escaramuzas terrestres y controlando vados.

Las velas y mástiles no portaban enseñas tarsinas... no convenía aún.

Tarsi tenía muchos frentes abiertos, pero cumplía su palabra. Una vez se acabase con los piratas y sus patrocinadores, y se firmase la paz con Khazalid Ungol, más marinos podrían irse uniendo a la defensa contra la Horda.

Cuando la ingente flota rodeó la bahía de Izhmalin, un pequeño barco con bandera blanca zarpó del puerto en dirección al buque insignia de Nautí. Los tarsinos no eran unos bárbaros, así que permitieron al emisario desembarcar y presentarse ante la almirante.

- Mi señora.- dijo el enviado, con una reverencia.- Erengor es un pueblo pacífico, jamás hemos tenido motivos para enemistarnos con Tarsi ni con ninguna de las otras naciones cuyas banderas ondean hoy en nuestras aguas. Desconocemos qué motivos os llevan a asediar nuestra ciudad, pero os imploramos que no iniciéis una guerra.

Después de casi dos meses de exploración, los esfuerzos de Doragon por fin dieron fruto. Los exploradores volvieron a la capital con buenas noticias. En un risco de altas montañas al sur, habían encontrado pepitas de oro en el lecho de algunos ríos. Lo que significaba que en algún punto de aquella cordillera probablemente hubiera una veta de oro. Si pudieran encontrarla y explotarla, ser poseedores de un mina de oro ayudaría mucho a las finanzas del reino.

Por desgracia, era un mal momento para dedicar recursos a ello. Además de la sequía, se añadía la economía de guerra que imperaba ahora mismo, donde los esfuerzos militares tenían prioridad absoluta. Precisamente el ejército había partido a luchar contra la Horda para ayudar al Imperio.

Por otro lado, si no dedicaban ahora recursos a ello, quién sabía si algún otro podía encontrar la veta antes que los doragonianos...

Animalia no dudó un momento en redirigir las tropas que ya estaban en la zona y enviar otro contingente al frente de batalla donde el Imperio había decidido lanzar la primera ofensiva. Aquello encajaba un poco mas con la forma de pensar de los soldados animalios. Atacar, con todas las fuerzas y reducir al enemigo a un amasijo de pulpa sanguinolienta.

Aquel día el Sol brillaba con mas fuerza de la habitual y el nerviosismo se podía notar en el contigente de los animales. Mientras que el resto de ejercitos iban pertrechados y preparados los animalios destacaban por su variedad de armaduras o su carencia de ellas. Cada una de las razas estaba preparada para su propio estilo de combate. A los pies de la muralla un pelotón de hombres topo completamente desnudos se encontraban horadando la tierra preparandose para un ataque sorpresa. Por lo alto se podía oir distintos tipos de chillidos de las unidades aereas comunicandose entre ellas y organizando un ataque conjunto. Sobre las murallas un pelotón de ratas en posicion de firmes forman en dos lineas mirando el horizonte. La primera linea mantiene las ballestas apuntando sobre el antepecho de la muralla. Tras ellas en la segunda linea cada rata de apoyo tiene dos ballestas listas para ser cargadas y una miriada de flechas a sus pies. Cada cien metros aproximadamente un mago tiene una zona con los materiales necesarios para conjurar escudos y ataques de respuesta.

En el patio se desarrollan dos escenas paralelas. Por un lado los pequeños mamiferos formando en escuadra con arcos mientras que sacerdotes de distintos dioses pasean entre ellos esparciendo bendiciones y conjurando potenciadores a las armas de los allí presentes.

Por otro los grandes mamiferos se encontraban junto a la muralla luchando entre ellos, chocando los cuernos, mordiendose. Era casí una batalla encarnizada excepto por el hecho de que toda herida o marcaje que se hacían no provocaba mas que algún rascón o como mucho una herida superficial que apenas penetraba la piel. La adrenalina y la testosterona galopaba por sus cuerpos como un caballar desbocado preparandolos para la batalla.

De los cielos bajó Don Jaime Peréz, Teniente General de las Fuerzas del Aire de Animalia y sobrino del Duque del Aire. Conocido por ser la mano derecha de su tio en terminos militares. Perdió uno de sus ojos en la batalla de los Montes de Oro de Kiliatz, al norte de Tarsi, contra Doragon. Durante la revuelta de los pescadores, llamada así por iniciarse en la capital de ese reino cuyos habitantes reciben el sobrenombre de "pescadores", los reinos apoyaron a bandos contrarios y Jaime lo recordaría para el resto de su vida con su perdida. El otro solo pudo recordarlo unos minutos mas.

- ¡Soldados! -clamó desde lo alto de la muralla llamando la atención de todos quienes se giraron a mirarle- ¡Hoy nos enfrentaremos a un enemigo jamás antes visto! ¡La Horda ha amenazado la integridad de nuestras naciones y no van a parar hasta vernos de rodillas en el suelo y con una espada en el cuello! ¡No son seres racionales! ¡Son bestias! ¡Y no les vamos a dejar pasar!

Dejó un momento de silencio.

- ¡Se que muchos teneís miedo! ¡Se que conoceís de la suerte que corrieron los exploradores que el Reino envió y como esos malditos hijos de puta nos enviaron los trozos como recuerdo!

Por un momento el semblante de alguno se ensombreció.

- ¡Y es por eso que hoy luchamos aquí! ¡No peleís por el Reino, que arda la Gran Sacerdotisa si es necesario! ¡Pero quiero que os acordeis de los exploradores y quiero que penseís en vuestras hijas! ¡Vuestras mujeres! ¡Vuestras madres!

De un salto planea con rapidez hasta el patio de armas y señala el portón de la muralla.

- ¡Pensad por un momento que pasará si esos malnacidos cruzan esas puertas!... En el mejor de los casos las mataran... ¡Y si no mueren os puedo asegurar que desearán estar muertas! ¡Despertad! ¡Van a violar a vuestras hijas! ¡Van a salar vuestras tierras! ¡Y con vuestras tripas harán un festín! ¡NO LOS DEJEIS PASAR!

En ese momento desde el lado de los grandes mamiferos se oye un grito de batalla. Se puede ver como casi todos ellos echan mano de una bolsita pequeña que llevaban en el cinturon, la abren y aspiran con fuerza. Nuevamente comienzan a gritar y algunos se giran y empiezan a dar cabezazos al portón. Los pequeños mamiferos por su lado hacen movimientos ritmicos del arco contra su pecho, otros dan pisotones a la tierra. Desde lo alto las aves redoblan los chillidos acompañando a sus camaradas terrestres.

Jaime levanta el vuelo con un movimiento potente de sus alas.

- ¡Matadlos! ¡Arrancadles los ojos! ¡Quemadlos hasta la muerte! ¡HOY HAY GUERRA!

Los enanos empezaron a mover la cadena de suministros hacia el oeste, con el apoyo de los pocos barcos que les quedaban junto a la costa. La columna de tropas custodiaría a los ingenieros que empezarían a construir las enormes piezas de artillería con las cuales bombardearían a Tarsi desde el otro lado del canal, toda una proeza de ingeniería.

Cuando llegasen buscarían una posición estratégica privilegia desde la cima de los riscos, fuera del alcance de los cañones de los barcos Tarsianos. Enanos y elementales empezaron a modelar la roca para adecuar al terreno a sus necesidades, empezando la laboriosa tarea sabiendo que tenían poco más de un mes mientras Tarsi se entretenía en otros asuntos. Ese desprecio no hizo más que enfurecer aún más a los enanos, quienes de cada vez estaban más determinados en barrer a sus rivales de la faz de la tierra.

Nautí estaba visiblemente sorprendida. Esperaba un fortín pirata. No un puerto vacío. Maldita sea, aquello no tenía ningún sentido. Pero debía guardar las apariencias.

¿Osáis venir hasta mí haciendóos pasar por un representante de Erengor? Qué poca dignidad.

Nautí hizo un gesto con la mano a un subordinado, que dió la orden a una parte de la flota de avanzar sobre la ciudad.

El puerto pirata de Izhmalin queda bajo control tarsino. Por vuestra bandera y vuestra actitud, considero que os rendís sin prestar batalla. 

Antes de que el cabecilla pudiese replicar, Nautí le ignoró y se volvió a su círculo de confianza, que le acompañaba.

En primer lugar, pidió que se le enviara un cuervo urgente al Cónsul del Mar en Erengor para que confirmase que Izhmalin no estaba bajo control de este reino, o sí. En segundo lugar, ordenó que la mitad de la flota prosiguiese peinando la costa, Doragon eran de fiar. En tercer lugar, hizo llamar al representante doragoniano en la flota, por si no eran de fiar. En cuarto lugar, pidió que otro cuervo llevase las nuevas a Tarsi, era posible otro ataque sobre la ciudad.

Volviendose al enviado y su séquito, añadió con voz y mirada duras: Quien me diga dónde está la flota pirata se libra de pasar por la borda.

  Con su propuesta aceptada, barco Doragonianos aparecerían junto a los de Tarsi para rodear las costas de aquel lugar, más en lugar de abrir fuego indiscriminadamente como alguno podría esperar, atendieron a indicaciones de Tarsi permitiendo la llegada de un representante, lo cual posteriormente provocaria el llamado de aquel que fue enviado por Doragon, un capitán encargado de una "pequeña" flota que era respetado en el ejército, aunque no era particularmente famoso, siendo poco más que un soldado de alto rango.

 -La información dada fue la correcta: en la ciudad los piratas se reúnen para organizarse y repartir botín. Es imposible que no estén enterados: la noticia de sus saqueos ha corrido de boca en boca, y los barcos debieron atracar en sus costas a vista de todos. O han tomado el control de la ciudad, o la ciudad les ha recibido amablemente -como buen Doragoniano promedio que era, no tenía dudas de las acciones de su nación.  Si estaban alli era porque era el punto de reunión de los piratas, y darían con ellos de una forma u otra.