Partida Rol por web

FECHA: 4 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL SOL.

HORA: PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

LUGAR: ANTORCHA (TABERNA LA FUNDICIÓN).

CLIMA: INVERNAL. CIELO LIGERAMENTE NUBLADO

Pues aquello ya estaba. Con un poco de suerte, pronto tendría los dos brazos operativos. Con un poco más, la armadura recuperaría algo parecido a un buen estado, pues la habían dejado bien machacada y, sinceramente, le daba pena verla tan maltratada. Pero las cosas debían hacerse en orden y bien, así que puede que le tocara pasearse hecho unos zorros por ahí.

-Sigo un poco herido, pero puedo tirar, apenas unos arañazos-comentó en respuesta a Emil, aceptando la daga que le ofrecían, antes de seguir a Halberd para sus reparaciones. 

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HORA: PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

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CLIMA: INVERNAL. CIELO LIGERAMENTE NUBLADO

Parecía que la cosa iba tomando cuerpo o, al menos, orden. No es que en realidad Emil hubiera hecho nada que no estuviera hecho previamente, y se daba perfectamente cuenta de ello pero, de alguna forma, sentía que al centralizarse las decisiones, ello implicaría mejorar la efectividad del grupo, y tener más premura al responder a las amenazas que pudieran suceder. Por un segundo, era verdad, ante el silencio de Vicky había temido un nuevo estallido de la ranger.

Era verdad que estaba preciosa cuando se enfadaba y que la idea que "los que se pelean se desean" como otras miles de estupideces cantadas por cantantes pop, rock o funky en épocas pretéritas a la suya, y por lo que parecía, épocas muy futuras a la que ahora se encontraba, estaban grabadas en su mente, no por su veracidad, sino por su diversión. Pero, ahora mismo, y por más que le apeteciera meterse en la cama con Vicky. Y con Alexa. Y con Muxu. Y con las permutaciones posibles de todas ellas. Ahora mismo, como indicaba, había otras cosas en las que pensar, y el estallido no beneficiaría. Afortunadamente no lo hubo, ni tampoco nadie introdujo nuevas peleas en las aguas revueltas del grupo.

- Muxu, Equilibrium, si me acompañáis a ver al concejo, perfecto. Mientras Briaeros y Halberd estarán en la forja intentando arreglar el desaguisado de la armadura pseudocibernética de nuestro buen Briareos. Xavier, Shidi, quedaos aquí y así siempre hay alguien cuidando de nuestro temporal campamento base. Y así descansáis un poco que tras los combates a los dos os vendrá bien. Raxus, Thomas, Vicky me parece perfecto que vayáis a mirar si hay ropa para Raxus, escudos y virotes o cualquier otra cosa de interés. Pero ahora mismo nuestro dinero es poco, o nada. Por ahora enteraros de los precios, y no os comprometáis hasta que veamos qué podemos permitirnos, y qué no, ¿de acuerdo? Nos vemos todos aquí y, como dije, entonces me gustaría que cada uno se reuniera conmigo para decirme las necesidades de equipo que tiene. O cualesquiera otras necesidades o comentarios. ¿De acuerdo?

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HORA: PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

LUGAR: ANTORCHA (TABERNA LA FUNDICIÓN).

CLIMA: INVERNAL. CIELO LIGERAMENTE NUBLADO

Había apoyado el nombramiento de Emil como ya hiciera antes, era lo que consideraba más adecuado. Ni siquiera tuvo que contestar a Muxu cuando esta le pedió ser su consejero táctico en caso de presentarse, no hubo tiempo, poco a poco los Rifts Warriors se fueron decantando por el elfo mucho antes de que ninguna voz se alzara como alternativa. Ni siquiera su propia voz, James se había notado un poco errático y fuera de forma desde que pisaron la superficie, además, la situación actual requería de un líder más social que militar, desde su punto de vista.

Tan pronto como la votación terminó, las órdenes empezaron a fluir con más claridad que hasta entonces, disgregando a los componentes del grupo con claras instrucciones. Le tocó descansar junto a Xavier, y bien que lo necesitaba, aquella poción curativa apenas había logrado devolverle la conciencia y algo de sus fuerzas, necesitaría todas las que pudiera reunir. La magia para Shidi no era santo de su devoción, pero todo parecía indicar que de una y otra manera, iba a tener que acudir a ella, fuere en forma de vial o de plegarias. No se le había pasado por la cabeza, hasta ese momento, que religiones podrían gobernar este lado del multiverso, en una sociedad aparentemente medieval salvo por alguna que otra pincelada según había oído.

"Si hay drones de mantenimiento, tal vez pudiera haber algún prototipo SAMAS..." La idea le insufló cierta esperanza, echaba de menos estar a los mandos de su viejo cascarón.

En menos de lo que Vicky tardaba en encenderse, todos se habían puesto en movimiento. Les aguardaba una incierta misión de rescate, en un entorno que no dominaban, ¿Considerarían finalmente la necesidad de contar con equipo de escalada? Más les valía, al menos tendrían iluminación, pero aquellas antorchas no durarían demasiado en caso tener que pernoctar bajo el subsuelo. "Que bien me vendría una gafas de visión nocturna al menos." Pensó para sí, sin querer darle más vueltas.

Guardó en su mochila la nueva adquisición, una estupenda daga encantada de la que muy seguramente, pronto echaría mano. Tras. Al poco de saciar su sed, se interesó por el estado de salud de Callahan. — ¿Cómo te encuentras? —.

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HORA: MEDIA MAÑANA.

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Vicky se dio cuenta que en su estupor no había recogido aún la parte de las compras que había hecho Muxu para ellos. 

Se colocó el cinturón y la bolsa, dónde guardó la yesca y pedernal. La ropa la dejó en su improvisada "cama", o el lugar que había decidido usaría para dormir en esa taberna. Se cambiaría luego, para no retrasar más al grupo.

- Vayamos a buscarte unas mudas, Raxus.  - dijo señalando con la cabeza la puerta de la taberna.

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HORA: MEDIA MAÑANA.

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Suspiró quedamente. Aquello era un coñazo. No iría a hablar con nadie, ni de compras y tenía que limitarse a quedarse en la posada como una buena ama de casa, quitando el polvo y aguardando a su marido. Movió el cuello, que crujió deshaciendo la tensión que iba acumulándose. Vio marchar a unos y a otros y acabó sentándose en una silla ante el fuego, al que echó un par de leños.

-¿Perdona? Ah... -la pregunta de Shidi le había pillado sumido en sus pensamientos y aunque le había oído apenas le había escuchado-. ¿La verdad? Apaleado, magullado y algo dolorido pero he estado peor. No me preocupa. Es cosa de tiempo o de otra poción. Lo peor es la sensación de estar perdido. No me he hecho a eso de haber sido regenerado y escupido a un mundo de mierda. No sé si el orden es el adecuado pero me entiendes -le dijo añadiendo un encogimiento de hombros-. Te despiertas escupiendo tus tripas en un sitio que parecía hecho para una novela de terror, para cuando quieres hacerte un poco a la idea de dónde estás y por qué, una inteligencia artificial te dice que tienes que teletransportarte sí o sí. Haces un sorteo para decidir si llegas entero o quizás te dejas un brazo perdido en la nada. Aterrizas y... ¡Bingo! Justo en el centro de una pandilla de gilipollas dispuestos a ensartarte y cuya historia viene a ser la de tantos desheredados que pasan de presas a depredadores y acaban con sus cabezas dando un paseo hasta el que casualmente era su pueblo. Maltrechos por no decir hechos mierda y en vez de descansar, zas, un puto cacho de metal enloquecido poniendo en jaque a una jovencita que acaba convirtiéndose en una especie de hada madrina rústica -el índice dio vueltas en sus sien-. De locos. Súmale a eso que siento en los demás una cierta desidia a que utilice mis encantos y que prefieren que me quede esperando a que regrese todo pichichi de sus paseítos por el pueblo... Conclusión. Estoy de puta madre, Shidi -una carcajada amarga acompañó a sus palabras-. En fin, habrá que buscar algo con lo que entretenerse. Tal vez buscar algo que pudiera servirnos para localizar al padre de la chica. Quizá se dejó atrás algo. Papeles, un diario... Y a todo esto. Tú, ¿qué tal?

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HORA: HACIA EL MEDIODÍA.

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Halberd regresó de la fundición junto a Briaeros. Se le veía satisfecho con su maletín de herramientas, el cual depositó con cariño cerca de la que era su estera de dormir. Los demás habían vuelto, excepto los que habían ido a hablar con el Concejo.

Mientras entraba a la taberna escuchó parte del discurso de Callahan. Sí, le sonaba que ese hombre hablaba mucho. ¿No le llamaban El Predicador? No estaba seguro, no le parecían sus recuerdos...

— Je je, hada madrina rústica... — murmuró, divertido — ¿Cacho de metal enloquecido? — preguntó a Xavier interesado, mientras recogía su manta del suelo y se encaramaba a una de las sillas junto al fuego. Mientras llevaba a cabo las reparaciones no se dio cuenta, pero lo cierto es que estaba pelado de frío. Cosas de ir por ahí en calzoncillos. Ya podría haber acertado Muxu con la talla, leches...

— Pues parece que el tipo en cuestión es inventor, ¿sabéis? — comentó — En la fundición tiene un montón de aparatos y trastos. Muchas cosas no se ni lo que son. Lo más interesante que he visto son unas botellitas de cristal llenas de lo que parece un líquido explosivo. Espero que siga vivo, sería interesante poder hablar con él... — se arrebujó bien en la manta para entrar en calor— ¡Eh, Raxus! ¿Has podido encontrar algo de ropa de mi talla?

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Briaeros volvió junto con Halberd, teniendo la inmensa suerte de que él si contaba con ropas, aunque cuando se pusiera la armadura tendría que dejarlas atrás para no romperlas, pero eso era lo de menos. Se sentó con calma con el resto, disfrutando de la sensación de poner mover, de nuevo, ambos brazos. Lo de estar atrapado en su cuerpo no le era ajeno, pero cuanto menos volviera a revivirlo, mejor. 

-O buscamos algo por aquí, o buscamos unas cartas-replicó, encogiéndose de hombros ante las palabras de Callahan. 

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Por fin regresamos a la taberna. Lo primero que hago es dirigirme a dónde tenía mi manta y mi estera para dejar la mochila. Que tampoco es que sea especialmente pesada, pero no es plan de que si puedo descargarla la lleve a hombros.

Luego compruebo si estamos todos y finalmente miro a Emil. Si le hemos escogido como líder, debería empezar por explicar lo que hemos averiguado en esta visita.

Me acerco mientras espero a que hable a Muxu para decirla igual no es algo que respiren, si no que utilicen para algo. Confiemos en que sea eso.

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Callahan era un tipo peculiar, dominaba bien el sarcasmo y era dado al drama teatral, capaz de arrancarte una sonrisa con su humor característico. Cuando este le devolvió el interés por su salud, Shidi se limitó a negar, llevándose la mano al pectoral izquierdo, necesitaría otra de esas pociones para ponerse en marchar con suerte. Mientras la idea de buscar pistas sobre el desaparecido, algo que debería haber hecho ya su hija seguramente, rondaba la cabeza de su compañero, se topó con un cubilete de dados y un tapete verde detrás de la barra. Se apresuró a dejarlo sobre alguna de las mesas, bien visible, sin intención alguna de darles uso.

Para cuando el sol quiso indicar que se acercaba el mediodía, la única actividad del mercenario se redujo a ejercer de pinche de cocina mientras Xavier desplegaba sus habilidades culinarias. El resto del tiempo, lo dedicó a descansar, era evidente que no estaba al cien por cien y tal vez por eso no se mostró muy hablador.

Se desveló un poco nada más llegar Raxus, Thomas y Vicky, de vuelta de esa visita a los almacenes. Esperaba que hubieran podido conseguir esa remesa de pociones, un escudo al menos y el material de escalada que juzgaba necesario. Volvería a dar otra cabezada, dejando pasar la oportunidad de preguntar, ya habría tiempo de hacerlo más tarde, con la llamada al rancho.

La voz de Muxu le despertó nuevamente, se incorporó lentamente, bostezando un poco. Emil y Equilibrium se encontraban por allí también, era momento de volver a activarse. — ¿Ha ido bien? —. Se limitó a preguntar, sin dirigirse a ninguno de los tres en concreto.

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Emil observó que todos estuvieran allí, antes de decir nada. Y observó, también, a cada uno de los integrantes de los Rift Warriors. Miraba si estaban malheridos, en condiciones de combatir, y bien pertrechados. Miró, también, el restante de equipo que nadie había reclamado. Solo tras hacer todo esto, alzó la voz.

- Por nuestra parte, no ha ido mal. Ahora os contaré. Pero antes me gustaría saber cómo le ha ido al resto. ¿Qué tal esas reparaciones, Halberd, Briareos? ¿hemos logrado esas pociones, Daeron, Alexa? ¿qué tal esos precios, algo interesante que podamos adquirir y a qué precios, Raxus, Thomas, Vicky?

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No hemos perdido el tiempo- responde el enano- hemos averiguado el precio del equipo que puede interesarnos, aunque no hemos comprado nada. Tampoco es que tuviéramos dinero para ello.

En mi caso, al tener este cuerpo tan sexy y maravilloso, me tienen que hacer ropajes y armaduras a medidas, y eso encarece el tema y tarda más tiempo en entregarse. Unas ropas normales y corrientes me costarían tres monedas de oro y unos tres días en elaborarla.  Una armadura es otro cantar: un camisote de mallas sería trescientas monedas de oro y una semana completa para prepararlo. De esto último, por el momento me voy olvidando. 

Respecto a las ropas para Halberd, le costaría dos monedas de oro y un camisote de mallas unas cien monedas de oro. Por cierto, este es el precio estándar de la armadura.

Otro equipo interesante sería un escudo pesado de acero que valdría veinte monedas de oro, virotes ligeros que valdrían una pieza de oro por cada diez virotes y por último, material de escalada que valdría ochenta monedas de oro. Y creo que no me dejo nada más. 

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Emil se quedó unos segundos escuchando con gesto preocupado las palabras de Raxus, y haciéndose idea (muy aproximada) del valor de las monedas en este nuevo mundo. Por su gesto, era evidente que lo que pensaba no era agradable.

- Por todos los diablos... miedo me da entonces preguntar lo que costaría la compañía de una buena "señorita de la noche"- negó con la cabeza para luego suspirar.- En fin, es lo que hay. Hasta que regresemos no hay dinero para nada, témome. Excepto para algunos virotes. Como luego explicaré, creo que lo mejor es salir hoy mismo. Lo antes mejor, de hecho. Hay un importante objeto mágico, cuya misma existencia me ha sorprendido, que podríamos obtener si logramos rescatar con vida al padre de la señorita Val. Además de las 4000 monedas de oro. Así las cosas...- miró nuevamente las propiedades que nadie había reclamado y guardó en su mochila la yesca y el pedernal.- Esto seguro lo necesitaremos. ¿Cómo fueron las pociones, antes de tomar ninguna otra decisión?

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Tras escuchar a Emil Alexa asintió, tomando la vez.

-Nosotros hemos seguido a Val hasta la tienda de pociones y hemos dejado que ella negociara, porque la apotecaria, Jhestine, está realmente resentida con nosotros. He intentado charlar amigablemente con ella después de que hubiéramos hecho ya la compra, y por lo que me ha parecido, tiene una auténtica desconfianza hacia los extranjeros. Por tanto, por nosotros, hagamos y digamos lo que sea. Lo único que puede convencerla de que somos gente de fiar es encontrar al padre de Val. Otra cosa sólo refuerza su opinión de que como mucho, sólo somos parlanchines.

Sacó de su mochila una poción como las anteriores.

-Yo tengo seis, y las otras seis las lleva Daeron. Podemos repartirlas y que cada uno lleve la suya, o yo guardo unas por si acaso. Lo que digáis. 

Se giró hacia Raxus.

-Ropas para vosotros es imprescindible. Por lo demás, mi opinión es que podemos repartir los virotes que tenemos, que el escudo queda a criterio del que vaya a usarlo, porque a mi no me parece necesario, y que el equipo de escalada nos vendría muy bien. Eso es lo que creo.

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Me quedo pensando afirmando levemente. Es evidente, Emil, que necesitamos ropa para los enanos. No podemos esperar a que se la preparen, pero al menos sí podemos ir encargandola. Cuando completemos las dos misiones con éxito, ya podríamos hablar de conseguirles algo de armadura. Al fin y al cabo, tenerlos protegidos es algo bueno para todos.

Por nuestra parte hemos conseguido bastante información tanto de la gente del pueblo como de la consejera que nos recibió. Supongo que lo mejor es que el propio Emil os lo explique, pero yo ya me he hecho una idea de lo que sucede en el pueblo y que explica todos los sucesos, incluso los dolores de cabeza de la gente que vive aquí.

Respecto a las pociones, opino que es un riesgo que lleven pociones los que están en primera fila. Es muy fácil romper uno de esos viales. A mi modo de ver, deberíamos mirar quién necesita ahora una poción y que las que queden se repartan a partes iguales entre quiénes vayan a quedarse atrás ante un combate.

Tenemos la cuestión de los hombres sombra que podrían atacar a quien se quede atrás, así que el camino lo tendrán que hacer en medio, pero todo eso no es mi decisión. Yo solo estoy dando mi opinión, claro añado mirando a Emil.

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No llevaba mucho tiempo arrebujado en la manta y sentado junto al fuego cuando los que faltaban entraron por la puerta de la taberna.

— Las reparaciones han ido bien, Emil. Briaeros vuelve a tener su brazo plenamente operativo. — dijo satisfecho — Tenía un par de piezas que se habían salido de su sitio y por eso se le había quedado el brazo trabado. Algún golpe con mala suerte, creo que no debería ocurrirle demasiado a menudo.

Me ha llevado menos tiempo de lo que pensaba, así que he aprovechado para limpiar bien la armadura. Está bien acondicionada y engrasada, pero está llena de abolladuras. Parece que se la intentaron quitar a base de golpes con una roca o algo así... — sacudió la cabeza— Según mis cálculos me puede llevar un buen rato de martilleo en la forja... medio día, o quizás, más para dejarla en perfectas condiciones. Y como en teoría nos íbamos rápido, he pensado en que ya me pondré a ello cuando volvamos.

Cuando Alexa abrió su mochila tuvo la esperanza de que sacara ropa. Pero no, lo que sacó fueron más pociones. Muy necesarias, por supuesto. Gracias a ellas se había recuperado casi al cien por cien. Pero sólo de pensar en salir a la calle en calzoncillos...

Entonces miró a Raxus y luego se miró su propio cuerpo, por si acaso había cambiado en la reconstrucción y no se había dado cuenta. Sí, Raxus también era un enano, pero sus proporciones eran bastante diferentes a las de Halberd. El torso era desproporcionadamente ancho, al igual que sus brazos. Y el cuello corto casi más grueso que su cabeza. A su lado, el cuerpo recio de Halberd parecía el de un enano especialmente bajito y mal alimentado.

— Sí, estoy de acuerdo en que necesitamos ropa. — se envolvió un poco más en la manta — Esto... ¿La mía también tienen que confeccionarla, o hay disponible en la tienda? Quiero decir, Raxus es bastante más corpulento que yo. — dijo señalando a su compañero enano con el mentón — En cuanto a armadura para mí, la verdad es que no me hace falta. Guardemos ese dinero que no tenemos para cosas más útiles. Estaré bien.

En cambio, lo que dijo Equilibrium no le hizo mucha gracia.

— ¿Hombres sombra...? — resopló intranquilo — Desde luego que la IAR no se equivocaba. Estamos comprobando que este jodido mundo es hostil desde que hemos puesto el pie en él...

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Briaeros alzó el pulgar izquierdo cuando le preguntaron por el brazo, dejando claro que volvía a funcionar, sin levantarse del lugar donde se había sentado. La espera e inactividad le habían dejado medio adormilado, aunque parecía que por fin se movían.

-¿Hombres sombra? ¿Qué sabemos y cual es el plan?

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Escuchó a unos y a otros y, finalmente, tras algunos instantes de duda, pareció tomar una decisión.

- Lo primero, debéis saber lo que hemos descubierto y los acuerdos a los que hemos llegado. Gracias sobre todo al buen hacer de Equilibrium al hablar con los ciudadanos de este sitio, sabemos que Antorcha gozó de bastante prosperidad gracias a unos fuegos violetas que aparecían en lo alto de la Colina Negra y que se usaban para eliminar la basura y los residuos. Más importante aun: aprovechando que eventualmente aumentaba la intensidad y calor de esos fuegos podían incluso realizar armaduras con metales exóticos que, supongo, serán todos los que superen el nivel tecnológico de este lugar. Eso hubiera debido servir para que este lugar fuera rico... pero no, ya que debían abonar una importante cantidad de dinero y bienes como tributo a una tal Liga Técnica que, a lo que parece, es un grupo de magos o similares amantes de la tecnología (¿y quien en su sano juicio no?) que viven en la capital y que son una especie de lobby o de poder en la sombra. 

Hace una pausa, más que nada para cercionarse que todos le están escuchando, y prosigue.

- Mala gente, sí, o eso parece. Quizás solo interesada. A saber. En todo caso la suma de ambos factores hizo que la economía y prosperidad de Antorcha estuviera ligado a esa <antorcha de fuego violeta> que durante siglos ha funcionado... hasta que hace ocho días se apagó, ocupando su lugar una especie de piscina de lo que fácilmente podría ser petróleo, gasolina o algún producto similar. Eso no solo aumenta de forma evidente los desperdicios y basura sino que también amenaza con arruinar por completo a la población. Y por si fuera poco cada vez hay más gente con jaqueca lo que puede tener relación ya que, como bien indicó Equilibrium, puede ser derivado al gas o combustible que no se quema y que, por ello, causa daños a la población. Aunque por otra parte al no tener el gas ningún olor relevante, ni haberse indicado presencia de gases por los miembros de la expedición del padre de Val, no lo podemos asegurar. Los cinco concejales de este lugar (la que ya conocemos Dolga que parece la mayor, toda vez que estuvo presente en la fundación de este sitio hace más de un siglo, el mejor mago de la zona que es el padre de Val y se llama  Khonnir Baine ahora desaparecido, Bazlundi Otterbie,  Joram Kyte y Soceal Murgrave que está enferma de algo parecido a migrañas) decidieron enviar varias expediciones, y ninguna ha vuelto. Bueno, no es del todo cierto, veréis... La primera expedición fue de unos aventureros medianos. La segunda un grupo de matones locales. La tecera, la única que regresó, y a cuyos resultados luego me referiré, fue la mandada por el padre de Val. La cuarta un grupo aventurero de devotos adoradores de Brigh. Y la última volvió a estar dirigida por el padre de Val pero, en esta ocasión, no regresaron. Todo eso ha provocado que los ciudadanos estén en un estado cercano al pánico que intentan ocultar pero que es completamente real.

Así que, como veis, hay dos misiones. La primera y prioritaria: rescatar al padre de Val. Por ello nos ofrecen cuatro mil monedas de oro... pero también algo más valioso si logramos traerlo vivo: un pergamino de resucitar. Si ha fallecido debemos traer su cuerpo para que, precisamente, puedan resucitarlo, en cuyo caso nos entregarán las citadas monedas de oro. Es por ello, y por supuesto por la necesidad de evitar males y perjuicios al concejal, que debemos partir cuanto antes. Un pergamino de resurrección es, desde luego, algo muy apetecible. Sobre todo habida cuenta de mi deseo personal, y espero compartido por todos, de no tener que ver morir a ningún Rift Warriors. Al menos en mucho, mucho tiempo.

También debemos volver a encender la antorcha por lo que nos pagarán otras cuatro mil monedas de oro.

Sabemos como llegar a las minas, tanto tenemos mapa como descripción. Se encuentran en las orillas del Estanque de las Lágrimas, en un túnel sumergido que da acceso a varios túneles que, hasta la primera de las expediciones del padre de Val, eran desconocidos. Parece ser que hay bastante resto de pisadas en esa zona, y un pequeño grupo criminal, los Puños de la Cuerda o algo así, han podido estar implicados, o no. Pero vamos, pueden ser ellos, o una delegación de la Liga Técnica o un discutible hombre de negocios, Garmen Ulreth. Supongo que descubriremos más cosas cuando bajemos por lo que, perder tiempo ahora con suposiciones, no tiene sentido. Por otro lado, como he dicho, el tunel está sumergido... pero afortunadamente Joram Kyte ha aceptado lanzar un conjuro de Respirar Bajo el Agua en cualquier grupo que entre en las cuevas, sin coste, con lo que un problema menos. ¿Y qué hay en esas cuevas? Hemos preguntado por la primera expedición, y de eso hemos sacado que al parecer las cuevas están habitadas por varias enormes sabandijas y otros carroñeros, junto con algunos extraños humanoides que son capaces de fundirse con las sombras de las paredes de las cuevas, y un nido de gremlins. Khonnir creía que esto indicaba una conexión más profunda de las cuevas con las Tierras Oscuras, pero su interés más inmediato fue el descubrimiento de un muro de metal sólido en la profundidad de las cuevas. Una pared hecha de una aleación de metal celeste llamada glaucita. Dijo que era como la que el pueblo extrae de las colinas y llanuras de los alrededores, pero formando una estructura con puertas. Cerca de una de esas puertas, Khonnir encontró el autómata roto que trajo de vuelta tras su primera expedición y al que, como recordaréis, hemos tenido que desactivar hace escasas horas. Parece ser que la pared de metal es una aleación de adamantina y hierro, y que una de las puertas de la pared estaba herméticamente cerrada, pero que la otra estaba abierta.

Se encogió de hombros como si dijera: Y ahí tenemos que empezar. O tal vez lo que dijera es: ya se. Mucho tiempo hablando. Quizás, por eso, se dio un buen trago de agua antes de continuar.

- Bien, en segundo lugar, creo que estoy conforme con que se encargue la ropa de Raxus, pagándolas, y se pague unas ropas a Halberd y a ver si, con un poco de suerte, podemos salir todos, menos Raxus, al menos, vestidos. Y luego cuando volvamos victoriosos ya recogemos las ropas de Raxus, por supuesto. Eso es lo principal... y desgraciadamente con eso habremos gastado cinco de nuestras veintidos piezas de oro. Obviamente, un escudo ahora mismo para alguno de nuestros combatientes es también necesario, y en eso se irían veinte. Ya más de lo que tenemos incluso teniendo en cuenta las dieciséis monedas de plata. Para acabar con las noticias relativas al equipo vamos justos de virotes, e igualmente, un equipo de escalada sería muy útil. Al igual que algo que sirva de- miró a Muxu- ¿vejiga llena de aire?. No tenemos dinero para tanto. Aunque, por otro lado nos sobra tanto una cota de cuero mágica como las botellas de plástico utilizadas hasta ahora, un cuchillo tosco primitivo, un cinturón y una bolsa de cintura. Daeron, Alexa, ¿os importa encargaros de estas compras? Priorizad deshacernos de  las botellas de plástico, el cuchillo, el cinturón y la bolsa de cintura, y usad, en lo posible, el hecho que esos dos últimos objetos son nuevos. Ved lo que podemos conseguir de lo listado con ellos y nuestro exiguo capital. Si alguien hace una oferta medianamente razonable por la cota de cuero, aceptadla. Si no, la mantendremos para venderla cuando se pueda. Lo dejo en vuestro criterio- tras estas palabras da las dos botellas de plástico que llevaba y la bolsa con las monedas a Alexa- Volved en cuanto esté hecho pero, antes, dad cada uno una poción a Shidi. Las llevaréis vosotros, pero Shidi no está en condiciones de meterse en lios ahora mismo. Y eso es lo que vamos a hacer: meternos en líos. Tan pronto volváis.