Partida Rol por web

- Guíanos raudos, Violant, pues si realmente el peligro acecha a nuestros amigos, tenemos que socorrerlos con presteza. La alarme se reflejaba en tono de voz de Judas.

Las palabras de la joven habían alterado al mago, y sufría por sus compañeros de viaje. Su mente descartó los temores de su corazón, pues aunque de poco sirviera él en una lucha contra no muertos, no podía quedarse de brazos cruzados.

El joven siguió pálido, y como ya se dijo, apenas atendía, pues sabía que uno o más zombis salían a su paso en la niebla.
En cuanto a su martillo este se encontraba en su lugar; junto al cinto. Sin embargo, mientras sigue mecánicamente los pasos de Tarien, el “explorador” repetía, intentándose explicar: [-Mi martillo, mi martillo,mi martillo... es de algodón.-]

 El trío de jóvenes emprende el descenso con cuidado por el talud de escombros, cuando de la cima aparecen dos de los centinelas, medio agazapados y disparan las ballestas contra el más recegado de los aventureros, el aprendiz de druida.

 Uno de los cuadrillos impacta a escasa distancia del joven, mas el otro logra impactarle en la parte superior de la espalda (-8 pv), medio desequilibrando a Nikolau, pero finalmente se sobrepone y los tres jovenes continúan su marcha hasta alcanzar el abrigo de la espesura, para continuar montaña abajo.

 ¡¡¡AHHHHHHHH¡¡¡¡  hoy no es el dia de Nikolau, una de los pivotes  impacta en la espalda del druida,  el impacto casi hace caer al suelo , pero puede continuar.

-Estoy bien, no os preocupeis, pero alguien me tendrá que ayudar a quitarmela...

Nada esta saliendo bien, que desastre..

Tarien apresura el paso, en vista de que los van a coser con la ballestas, y alegrandose que Ulrien no hubiera perdido el martillo. Si lo hubiera perdido quizás habría muerto intentando recuperarlo. El martillo de nuestro difunto hermano era algo más que una relíquia familiar para él.
Esos pensamiento le hicieron coger con más fuerza la empuñadura de la espada, aquella que habia servido a su también difunto padre.

- Sigamos! Entre los arboles les será más difícil hacer diana! Esta vez volvió a cerrar la marcha, su armadura y escudo podrían protegerlo mejor si los llegaban a disparar. Dejo pasar al druida y su hermano, mucho mejores moviandose por la naturaleza. - Os cubro, pasad delante y abrid camino... y tened los ojos alerta...

 Magullados y can algunas heridas, los aventureros emprenden la carrera entre la espesura, dejando tántos obstáculos, en forma de árboles y matorrales, como pueden a sus espaldas.

 De forma inconsciente, Nikolau avanza mucho más rápido que los Falx, es como su la naturaleza le abriera un sendero ante sus pies, para cerrarse detrás, ni raices ni ramas entorpecen su avance. No así a los hermanos de Dalowin.

 A sus espaldas, cada vez más apagados oyen los gritos de los centinelas, parece que los vais dejando atrás. Poco a poco.

 Una vez Violant cuenta a Judas y a Gustarson lo sucedido, primero atropelladamente y luego con mayor claridad, los hijos de Lunil emprenden la marcha montaña arriba, temiendo en su interior lo que les pueda estar ocurriendo a los demás compañeros.

 Tras pocos metros de avanzar, Violant se distancia rápidamente de los chicos, sus andares parecen acelerados, sus pies se mueven veloces por el terreno de densa vegetación.

El aire fresco y el olor a espesura devolvieron un poco los sentidos a Ulrien, este finalmente relajó un poco los músculos de los brazos, detalle que le recordó el dolor ardiendo en ellos, pues sufría feas heridas de mordiscos.

[-¿Qué coño ha pasado?¿Donde están el resto?-] Sudor frío recorría con abundancia su frente. [-¿Quiere decir esto que ya cumplimos nuestro cometido?-] No es que el joven fuera un cobarde, pero tantas emociones juntas hicieron mella en él, y deseaba largarse cuanto antes de allí.

Mirando con rostro serio, escucho atentamente las palabras de Violant. Al escuchar palabras de no-muertos, mi semblante se vuelve mas severo. La repulsa que sentimos por ese tipo de criaturas los siervos de Lathander, no tiene parangon...

Sin mediar palabra sigo a mis dos compañeros entre los matorrales...

 Tras un indeterminado tiempo, en el que cada uno de vosotros se esfuerza por avanzar tanco como puede hacia su objetivo, terminaís por coincidir de nuevo, los seis aventureros que partisteis de Lunil ayer.

 Ulrien y Nikolau parecen heridos, de hecho, el druida tiene un pivote incrustado en la parte superior de su espalda, con una mancha oscura empapando la ropa a su alrededor. Judas y Gustarson también muestran magulladuras y las ropas están manchadas de sangre fresca.

 Parece que ninguno de los dos grupos está teniendo muy buen día.

Al volver a ver a sus compañeros de fatigas, Judas esbozó una tímida sonrisa. Estaban magullados y heridos, pero vivos. Pues la muerte de alguno de ellos era lo que el mago había temido.

Se acercó hacia ellos apoyado en su bastón, los jirones de su túnica daban a entender que había sufrido algún tipo de herida, más no había señal de ella en su carne.

- ¿Como estáis? ¿Habéis descubierto algo interesante? Dijo mientras se sentaba en una roca para recuperar el aliento después de la apresurada caminata.

Violant se acerca hacia Ulrien abrazándole -Estas bien?-  ella sabe que no; mientras posa su mano sobre su herida delicadamente y en susurros con sus labios cerca de su oído.. - que Selune te cure joven viajero tu lo mereces mas que nadie.. - una pequeña luz blanca y divina aparece entre su mano y la herida cicatrizando en pocos segundos.

- Nos vamos? los caballos deben estar ahí.

Violant mira de reojo en la espesura.

- ¡Hola¡¡ me alegro de volver a verlos a todos, creo que todavía la misión no esta cumplida, el objetivo era entrar dentro de la mina, como veis, estoy herido, alguien tendría el placer de quitarme el pivote de las espalda.¡¡¡ luego ya me ocupare yo de acabarme de curarme..

Yo buscaría un lugar seguro, para acabar de curar nuestras heridas y intentaría entrar en la mina.

- Por hoy hemos visto suficiente! Creo que lo que tenemos que decir a Ser Arnau no es nada complaciente pero tenemos que llegar.

Tarien se permitió un ligero momento de respiro al ver a todos sus compañeros, aunque todos más magullados que él. - Todos vivos, menos mal. Gracias Señora.

- Si llegamos a los caballos podremos partir cuanto antes para informar! Por cierto veo que también habeis tenido algún problema por aquí? Os ha atacado algún no-muerto? El combate con el Zombie todavia estava muy presente en la mente de Tarien... y que se habia llevado clavada su lanza también.

Con rostro serio y preocupado hago una vista general a todo el grupo, y evaludo las heridas...

- ?¿Estais bien?¿, pregunto en general. Veo que teneis algunas heridas.

Al ver a Violant acercarse al joven Falx y curar las heridas, no puedo disimular una pequeña expresión de sorpresa y satisfacción.

- Nosotros estamos bien. Contestó el mago ante la preocupación de Tarien. - Nos encontramos con un par de guardias, que decían custodiar la mina, nada más. Hizo un gesto pensativo, como si de repente le hubiera venido algo a la cabeza.

- Deberíamos regresar por ahí. Dijo señalando la dirección por donde habían venido. - Atamos a los dos tipejos, y deberíamos llevarlos ante la justicia, si todavía están ahí... Su voz reflejaba algo de preocupación por aquello pobres desdichados.

Poco a poco, con el olor; de la brisa entre el bosque, del rocío sobre las hojas, y de la tierra húmeda, fue sintiendo como le despertaban de aquella pesadilla. Sin embargo, la acción le había dado mucho que pensar, hasta escasos minutos antes había creído que las palabras de Nikolau habían sido como mínimo una exageración o, más bien, fruto de una alucinación. Pero ahora entendía que no era así, sino que incluso era peor.

Ulrien ya no podía ser el mismo hombre que había partido de Dallowin hacía bastante menos de un mes, ni podía ser aquél joven alocado que se había enfrentado a ciegas con un enjambre de bandidos blandiendo con coraje su martillo, no podía ser tampoco aquél aséptico que llegó a Lunil sin creer en la magia, ni siquiera podía ser el mismo ingenuo que en esa misma mañana se disponía a barrer en cuanto hubiera en ese monte. Porqué en menos de lo que canta un gallo había vivido un sinfín de emociones que habrían puesto de rodillas al más duro, y arrogante de los guerreros, aunque ese fuera hecho de piedra.
A sumar había que, cuando esté estuvo solo en la niebla, había vivido el más terrible de los infiernos que, un dogmatismo como el suyo, le podía haber dejado entrever.

***

El aire de la espesura le había devuelto la sensatez y la realidad, pero su mente aun era un olla hirviendo de pensamientos.
Caminaba viendo los muchos boquetes que presentaba su armadura de cuero, lamentando haber echado a perder esa reliquia de su padre. Sumido en la nostalgia y en lo que podía haber sido su vida su mirada se desvió hacía su martillo y al hacerlo le dio nuevos pesares para ensombrecer su rostro.

Así llegaron junto a sus compañeros, a quienes apenas podía oír y mucho menos escuchar.

Cuando Violant  llegó a él y le extendió sus brazos, instintivamente se había apartado un poco para guardar así la distancia entre ellos, pero a pesar de todo la joven siguió y terminó con su abrazo, Ulrien sintió la sangre golpeando su cabeza y sus mejillas ardiendo, JAMÁS una mujer que no fuera su hermana le había abrazado, el hecho añadió otra emoción a su ajetreado día, una impresión no menos profunda que las otras. El olor de ese pelo color del fuego alcanzando con intensidad a sus sentidos. Un contacto tan próximo de otro ser humano e sentirlo tan agradable. Su sangre latió aún con mayor fuerza.
Entonces, algo en ella obró y sus heridas de mordiscos sanaron al instante, pero no ya su corazón.

Cuando la joven se apartó, habiendo realizado su trabajo, el “explorador” intentó desviar la mirada para no ver directamente a la muchacha que le turbaba y le hacía sentir de mantequilla, así fue que ni siquiera tuvo la voluntad de verbosear unas palabras de agradecimiento, aunque procuró pronunciar sonidos incomprensibles. Se giró muy contrariado he intentó apartarse arrogante y seguro, aunque, en la triste realidad, dio unos pasos tambaleantes y mareado.

En cuanto al resto, ni siquiera pudo percatarse de las palabras ni de las ropas de Judas, y la conversación que vino después.

 Tras el reencuentro, los jovenes aventureros se quitaron un peso engustioso de encima, pero el peligro no había pasado del todo. A pesar de su reparo Ulrien se dejó abrazar por la pelirroja luniliense, quien para sorpresa del resto de los jovenes de Lunil, vieron como aquella muchacha con la que habían pasado  la infoancia, casi de la noche al día, era capaz de realizar muestras de favor divino como el mismo Gustarson.

 El mismo siervo de Lathander sacó la flecha que tenía el joven Nikolau en el hombro, donde no podía llegar para quitársela. Tras eso el grupo se puso en marcha de nuevo, guiados por Judas y Gustarson.