Partida Rol por web

Se lleva las manos hasta la nuca y estira el cuerpo hacia atrás mientras Yumiko se encuentra dando vistazos al violín, esboza una sonrisa al verle llegar cerca de él y se queda en su sitio sintiendo la brisa nocturna. –Sigue siendo algo que ella sabía, no tengo idea de cómo leer ni interpretar las notas. Simplemente toco como ella me enseño. –No se quedo mucho tiempo fuera, entró con lentitud y camino hasta donde se encontraba el violín, volvió a abrir el estuche y tomo éste con bastante destreza, lo llevo hacia afuera y se quedó junto a la joven. -¿ah? Ella está muerta. –Dijo con total tranquilidad como si no tuviera ningún tipo de importancia para él. –Podría tocar algo ahora. La verdad es que lo iba a ser de todas maneras, todas las noches es algo casi como un ritual. –Dijo casi sin esperar una respuesta, se puso de espalda contra la baranda, sintiendo el frío del metal en su espalda baja, cerró los ojos y comenzó a tocar colocando el violin en su hombro izquierdo y el mentón en el mismo sector. El sonido comenzó a sonar y podría ser fácil que todo el edificio pudiera escuchar si solo tuviera un poco la ventana abierta.

La música comenzó a sonar con tal suavidad que parecería que Levi se fusionaba con el ambiente, el frío que daba en su espalda, los cabellos se movían levemente con la brisa y sus ojos apenas se abrían para demostrar una melancolía que jamás se hubiera dispuesto a mostrar. El cuerpo del pelirrojo no se movía más de lo estrictamente necesario. Para cuando termino el muchacho se quedo en silencio sin moverse de su posición.

Le mira de reojo al ver como entra a por el violín y ponerse a su lado de nuevo con el violín en mano. 

-¿Cómo? ¿Muerta? -arquea las cejas con tristeza- No lo sabía, ¡lo siento! Yo... -se calla al escuchar que dice que va a tocar. Le sonríe, asiente y en silencio le escucha. Cuando empieza a tocar le mira con los ojos y la boca de par en par. ¡Ala! ¡Es genial! Pero no lo expresa en alto para no molestarle. Apoya los brazos en la barandilla y la cabeza en estos. Cierra los ojos disfrutando del momento.

Al terminar abre los ojos y observa a Yumiko. Muchas cosas se le habían ocurrido para decirle, aunque todas ellas hubieran sido si es que la joven fuese de otra manera, a pesar de llevar más de un año como compañeros el muchacho no conocía a sus compañeros de clase, a ninguno de ellos ni siquiera al más cercano de ellos. Siempre había sido una persona falsa que actuaba en base a lo que lo demás quisieran escuchar y cuando estaba en su hogar o en las afueras de la ciudad en eventos clandestinos cambiaba radicalmente. 

Tomo el violín con la mano izquierda y por el sector más delgado, lo lanzó hacia arriba dando un giro en el aire como si fuese un tipo de sarten o algo sin valor alguno, lo tomo en el aire cuando dio un giro de 360º y mantuvo la mirada en su compañera. -Dime Yumiko. ¿Que dirías si pudiera hacer de esta noche algo inolvidable para ti? -Pronuncio con una seriedad que pocas veces se le veía, aunque mantenía cierto tono condescendiente como si intentase no ofenderle a pesar de que las palabras fueran un tanto más que solo rudas. 

Entro a la habitación si esperar una respuesta clara, camino hacia la cama y dejo dentro del estuche el violín, dejando en claro que no tocaría más, al menos no más por su propia voluntad, volvió a mirar a la peliazul antes de caminar de espaldas a donde se encontraba el baño. -Lamento decirlo tan radicalmente Yumiko. Pero luego de esta semana puede que las cosas sean un tanto diferentes. -Mantuvo una leve sonrisa y se quedo esperando una respuesta a la pregunta anterior.

Sigue con los ojos cerrados, por lo que no ve el giro que Levi le da al violín, de haberlo visto seguramente habría pegado un brinco pensando que lo tiraría al suelo y lo rompería o algo parecido. Pero cuando escucha su pregunta, abre los ojos, se levanta y le mira frunciendo ligeramente el ceño. 

-Esta noche... ¿Inolvidable? -arquea una ceja mirándole desde el balcón, pues este ya había empezado a andar hasta la cama dejando el violín.- Bueno, ya es algo inolvidable el hecho de que estés hablando tranquilamente conmigo, y además hayas tocado el violín para mi- Aunque seguro que lo ha escuchado todo el hotel también. Le sonríe. Sin moverse de la ventana, lo ve dirigirse al cuarto de baño. Asiente ante lo último que dice y se encoge de hombros- Bueno, piensa que todo va a ser diferente a partir de ahora. -se rasca la mejilla con la mano.- Piensa que cada uno irá a una universidad diferente, y ya no nos veremos más. -Sonríe y pasa su mano por detrás de la cabeza- Diciéndolo así, suena hasta triste, jajaja.

Se mordió la lengua para evitar decir algún tipo de insulto o grosería debido a la inocencia que tenía la muchacha, si bien aquello era parte de como le conocía el joven tenía obvias segundas intenciones con ella, sobre todo con ella. Aunque bien aún tenía en mente lo que había sucedido en el ascensor con la chica de cabello morado. Mierda, casi la mato. Los pensamientos cesaron cuando la joven comenzó a decir aquellas cosas sobre la universidad, jamás lo había pensado pero no estaba en sus planes entrar a la universidad, lo más seguro es que cuando cumpliera cierta cantidad de años su padre le usaría como ganso de huevos de oro hasta que pudiera.

-Yumiko...¿Quieres bañarte conmigo? -Las palabras que salieron de su boca fueron tajantes y concisas. Su ojo era igual de serio y hablaba con total honestidad, se mantuvo con los brazos cruzados, el torso desnudo y las piernas también levemente cruzadas, esperaba una respuesta rapida. -Eres bastante atractiva y me gustaría que te quedaras esta noche conmigo. Aunque claro, eres libre de irte si quieres. -Cerro el ojo mientras decía estas palabras como si no le diera importancia, pero a las siguientes el joven le quedo mirando fijamente y con una leve sonrisa ladeada. -Aunque sinceramente. -Se llevo el indice derecho a la sien. -Mi mente me pide tenerte desnuda en mis brazos.

-¿¿Cómo??- se sujeta a la ventana, de donde no se ha movido aún.- ¿¿Bañarnos juntos??- le mira arqueando una ceja, pero tras lo último que dice, como es costumbre, vuelve a ponerse colorada como un tomate y empieza a balbucear.- Pe... ¿Pero qué dices? ¿Des.. Desunda? ¿Yo? -se abraza a si misma- Creo que me tendría que haber ido a mi habitación.- Pero no se mueve del sitio. Empieza a mirar a todos lados de la habitación, pasando su mirada por él, el baño, la cama, la ventana. Una voz en su interior le dice que se debería de ir corriendo, pero otra le dice que se quede, que no debería de desaprovechar una oportunidad así. Le mira a él y se muerde el labio.- Vale, he de reconocer que me gusta más esta faceta tuya de malote, pero aquello de que no hablar con las chicas por timidez, me parecía hasta adorable.- Yo solo quería unas vacaciones tranquilas... Le mira, aún colorada pero no tanto como hace un momento y suspira. Se acerca lentamente a él y mira al techo un segundo y luego vuelve a mirarle a él, sonriendo timidamente.- Pero yo soy poquita cosa, y no tengo... -se señala el pecho, moviendo las manos de arriba a abajo, dando a entender que tiene poco pecho.- Así que, no te rías luego de mi.

Se quita las Vans con los pies directamente, pues acostumbra a llevarlas medio desabrochadas y se dirige al cuarto de baño, intentado evitar la mirada de Levi.

Si mi padre se enterara de esto... Vendría hasta aquí para matarle...

 No pudo evitar sonreír complaciente cuando vio a la joven morderse el labio, se mantuvo apoyando un hombro en el marco de la puerta casi en la pared, se mantuvo con los brazos cruzados, la sonrisa en el rostro, la mirada fría y penetrante y el pantalón a la altura de la cadera mostrando los oblicuos bien marcados. Cuando escucho aquello de sus facetas el joven no pudo evitar mirar hacia abajo con las mejillas sonrojadas y una mueca de disgusto que con el color parecía un gesto más tierno que de enojo. -Tsk..En periodo de escuela..Aún no puedo hablar con las chicas libremente. Aun debo mantener la compostura frente a los demás del instituto y todo lo que tenga que ver con ello. Le quedo mirando un par de segundos antes de volver a calmarse luego de respirar con más tranquilidad. -Sería bueno que no le dijeras a nadie de mi personalidad fuera del horario de clase.

No puede evitar mirarle los pechos desde la distancia que existía entre ambos, ella los había mencionado por lo cual era inevitable no fijarse en ellos, si bien eran bastante más pequeños en relación a los que trataba con Meiko que usualmente utilizaba la camisa abierta por problemas de tamaño en el busto, aquello le parecía un tanto tierno, era la primera vez que estaría con alguien de su contextura, mucho más pequeña y frágil, además de que la joven era inexperta. Se iba a divertir bastante con ella.

Cuando la joven se acero hacia él, quitandose las zapatillas el muchacho realizo la misma acción, quitando las propias con solo sus pies. Cuando la joven llego hasta un metro de distancia de él, éste le tomo la muñeca izquierda con su mano derecha y le impulso hacía él con fuerza, le agarro la espalda abrazandole con su brazo izquierda y la mano derecha rapidamente fue a parar hasta la nuca de la peliazul, le beso con la intensidad de un amante, cerrando el ojo para intensificar el beso, no le importo la reacción de la joven ni lo tensa que pudiera estar. Pego su torso desnudo ante el torso con vestimenta ajeno, sus labios se unieron con fuerza y la lengua del joven se introdujo con una buena habilidad en la boca ajena, demostró su experiencia al jugar con la lengua ajena manteniendo la propia suave y tibia creando leves circulos solo para dejarle en claro a que es lo que se estaba enfrentando, se separo y le miro desde arriba con el ojo entrecerrado y los cabellos cayendo como río de sangre por su rostro. -Que bueno que no te hayas ido. -Llevo la mano que sostenía la espalda-cintura de la chica y la paso por bajo de la camiseta de Yumiko dejando sentir su mano levemente helada en la piel desnuda de su cintura.

Niega con la cabeza ante lo que le dice de no decirle a nadie sobre su personalidad.- Yo no digo nada.

Pasa por su lado, y se sorprende cuando este le coge de la muñeca y le atrae hasta él, abrazándola y besándole. Por un momento se queda quieta. Era su primer beso. Y se lo acababa de robar sin tan si quiera poder evitarlo. Por un momento se le ocurre empujarle y salir corriendo. ¿Pero para que? Sin ofrecer mucha resistencia, y cerrando también los ojos, le devuelve el beso abriendo la boca, dejando que su lengua entre en ella. Claramente se nota su inexperiencia besando a alguien, pero mueve ligeramente la lengua jugando con la de Levi. Cuando este se separa, no puede evitar soltar un leve gemido de resignación. Pega un pequeño brinco al notar la mano helada en su cintura, pero le mira a su ojo y se muerde el labio.- No voy a irme... Y ahora más que nunca... No le voy a decir nada a nadie. -pasa los brazos por su espalda, abrazándole, se pone de puntillas, acercándose a su cara, y besando suavemente los labios de nuevo. Susurrando le dice- Casi prefiero ser la única que conozca esta faceta tuya...

Sintió la lengua inexperta jugar con la suya, fue un gesto digno de mencionar debido a que Levi tenía claro que era el primer beso de Yumiko o al menos así lo pensaba, a pesar de estar en un estado de consciencia más ligado a lo bestial o serio no podía evitar sentirse identificado en su antiguo yo con la presente peliazul, le toco con ternura la cintura con su mano ya más tibia y con la ajena le acarició levemente el cabello para volver a besarle delicadamente entre frases y frases. -Sera nuestro secreto. -La sonrisa era afilada y complaciente con cierto toque de picardia al ver como los labios ajenos eran mordidos por sus dientes, aquello era tentador, siempre le había gustado pero jamás lo había visto en alguien que lo hiciera tan naturalmente. Ante las ultimas palabras de ella el joven no puede decir nada, le hubiera gustado decir algo parecido o incluso algo más tierno pero aquello sería algo del Levi del instituto, del timido, del idiota que no puede hablar con mujeres, del virgen y callado. Del muerto Levi Jaeger matutino. 

Volvió a besarle con dulzura uniendo sus labios y abriendo levemente la boca para que su lengua lentamente intentara buscar a la ajena, no era violento ni tampoco cargante simplemente jugueteaba lo necesario para hacer que la joven intentara buscar la propia, intentaba enseñarle como es que se sentía la lujuria. Con rapidez pero tranquilidad utilizo ambas manos para levantarle la camiseta y quitarla lanzandola hacia un costado, la dejo con el sosten puesto y con la mano izquierda le quito el botón del pantalón para dejar que el resto lo hiciera la gravedad. Se alejo lentamente llevando su mano izquierda hasta el abdomen ajeno pasando la yema de los dedos antes de dirigirse hasta la ducha, abrió el agua caliente y se quedo de espaldas a su acompañante mientras con la mano derecha se quitaba el cinturón y miraba por sobre su hombro izquierdo a la joven casi incitandole a que le hiciera algo que le tomase por sorpresa. -Me gusta como tu cuerpo se ha ido relajando cada vez más. Pero creo que me has dado la tensión a mi. -Lentamente el pantalón bajo un par de centimetros dejando visible un boxer levemente apretado de color negro, aunque la joven no pudiera verle la entrepierna del joven estaba apretada dentro del pantalón, estaba parcialmente duro apretado en el sector izquierdo de su boxer. Si bien el joven jamás se lo había medido el mismo este aproximadamente media entre 16 y 18 centimetros con un grosor decente. Estaba levemente sobre la media mundial pero tenía entendido que los japoneses tendían a ser un tanto más reservados, al menos había escuchado en las multiples conversaciones de su padre con amigos de trabajo.

Al quitarle la camiseta y los pantalones, se puede ver que el cuerpo de Yumiko es pequeño, de una niña adulta, sus músculos, aunque no muy desarrollados, se puede ver que están ligeramente marcados, fruto de sus entrenamientos en kendo, y sus caderas le hace unas ligeras curvas, raras en las japonesas. Cuando Levi se separa y se dirige hacia la ducha, Yumiko se acerca a él, hasta que este habla diciéndole que se ha puesto tenso. Se para en seco, y vuelve a ponerse colorada, se muerde el labio y le mira arqueando las cejas. Suelta una pequeña carcajada acercándose más a él y le da un pequeño tirón en el pantalón, haciendo que caiga del todo. Le mira la espalda, puesto que aún sigue detrás de él, posa las manos en esta y empieza a acariciarle, notando los músculos marcados. Suavemente, va girando, aun acariciándole, para ponerse delante, le mira a los ojos y lentamente va bajando la mirada, observándole. Era la primera vez que veía un hombre desnudo, sin contar a su padre, el cual no tenía nada que ver con el cuerpo que tenía delante ahora mismo. Si que había visto por internet cuerpos, pero nada como la realidad, donde poder tocarles. Pasas sus manos por los pectorales de Levi, bajando hasta el abdomen. Su mirada, que va más rápida que las manos, llega hasta su entrepierna, y ve el bulto que tenía el boxer. Aparta ligeramente las manos y levanta la mirada para mirarle a los ojos.- ¡Me vas a matar con eso! -le mira con un gesto de sorpresa.

 Cuando la joven se había acercado y tocado su cuerpo, el pelirrojo se había puesto tenso, la sangre se había concentrado en su entrepierna y había logrado tal tamaño. Estaba duro como una piedra y apretado como un animal en una jaula en el boxer, sintió la mano de su compañera en la espalda, le gustaba aquello y bien se podía ver en la sonrisa ladeada levemente desafiante. Cuando se giro para sentir las manos en sus pectorales y luego en el abdomen su cuerpo más tenso se puso, la sangre se acumulo con mayor cantidad y la joven se encontró con su miembro aprisionado, aunque la reacción de la joven fue de lo más escandalosa, al menos para Levi quien levemente se sorprendió y respondió con voz firme pero avergonzada. -¿Eh?...Pero de que hablas. -Mascullo. -Ya te he dicho que al tocarme me has puesto tenso. Además. -Lo ultimo fue un leve ataque de seguridad por parte del joven quien llevo su mano derecha hasta el seno izquierdo ajeno y apretó con habilidad el pezón de la peliazul. -A ti también se te ponen duras ciertas partes. -Al dejar en claro que el que estaba tocando se había erectado, lo presiono con el pulgar y movió el dedo en leves circulos a la par que sacaba levemente la lengua jugueton. Rapidamente volvió a besarle con esa pasión que le caracterizaba, dejando que su lengua investigara en la ajena, sintiendo como la tibia saliva del joven se mezclaba con la ajena, estaba cada vez más calida debido al calor que sentía su cuerpo. 

Con la mano libre quito el sostén de la chica de un solo movimiento de dedos, le quito los tirantes de los brazos y se dio el lujo de separarse para ver un poco el cuerpo formado y levemente marcado de su compañera, las caderas creaban una leve curva sugerente que el muchacho no pudo evitar apreciar, llevo la mano izquierda hasta la espalda baja de la joven, jugando con la yema de los dedos en la piel ajena a la par que apegaba su abdomen al desnudo cuerpo de Yumiko, sintiendo los pezones presionar su torso, sus labios besando los ajenos, sus manos pasaron a la cintura ajena y se posaron en las bragas de ésta, le hizo un impulso para medio bajarlas a la par que su miembro erecto pero aprisionado se dejaba sentir en todo su esplendor a través del boxer. Mientras tanto la ducha ya tenía el agua corriendo, una leve bruma de humeante vapor salía del contacto entre la fría baldosa y el agua levemente caliente. -No, matarte no podría. No mientras me toques de esa manera. -El joven de cabellos rojizos llevo sus labios hasta el sector izquierdo del cuello de la joven para besarle reiteradamente y luego dar un pequeño mordisco lujurioso en el cuello de la peliazul.

Suelta una risita al ver la cara que pone y el comentario que hace. Pega un ligero respingo cuando este empieza a tocarle el pecho y el pezón.- Claro, ¿Qué te crees? Una no es de hielo.- Vuelve a poner las manos en su abdomen, acariciando de nuevo los músculos. Cuando este le besa, le devuelve el beso metiendo la lengua en su boca.

Se deja quitar el sujetador sin oponer resistencia y le abraza, sintiendo ambos cuerpos desnudos, que por el vapor del agua, empezaban a sudar. Ladea la cabeza para que le bese mejor el cuello, mientras ella se muerde el labio. Gime ligeramente cuando le da el mordisco en el cuello. Al ver que le baja las bragas, se agacha un poco para quitárselas. Se queda totalmente desnuda delante de él, dejando ver su pelo púbico, también de un color azulado más oscuro como su cabello. Intenta taparse con las manos, aunque poco tapa, mira hacia un lado nerviosa y vuelve a mirarlo a él.

Sin decir nada, se da la vuelta y entra en la ducha, ya dentro se gira para mirarlo y le sonríe, invitándole a entrar con ella.

La actitud de la joven era algo nuevo para él, la mordida de labios, la mirada timida, el dejarse llevar por las acciones del joven e incluso el vello pubico le causaba cierta atracción. Las manos juguetonas de su compañera acariciaban los musculos de su abdomen, podía sentir cada tacto como si fuera un pincel recorriendo el lienzo. Le quedo mirando complacido mientras se quitaba el boxer también aunque ella ya había entrado a la ducha, su miembro erecto por fin salió al aire como una bestia enfurecida, a pesar del tamaño el joven mantenía la erección con la vigorosidad de la juventud. 

Se introdujo en la ducha quedando frente a ella con su pene elevado en diagonal hacia arriba, la sangre se había concentrado tanto que cualquiera podría pensar que con esa cantidad alguna vena fuera a explotar, el muchacho simplemente le quedaba mirando con una sonrisa ladeada con aires de perversión, se acerco a a ella dejando que su miembro quedara atrapado entre ambos cuerpos y besandole nuevamente, su mano derecha fue esta el seno izquierdo de la peliazul acariciandole suavemente con toda la mano apretando levemente mientras que la izquierda le acariciaba el mojado trasero apretandolo con un poco más de fuerza. Los cuerpos de los jovenes se dejaban mojar por el agua calida haciendo que estos se frotaran en un abrazo resbaloso. Nuevamente llevo sus labios hasta el cuello de la chica, le beso, le mordió y arqueo levemente el cuerpo para llegar hasta el pecho que estaba acariciando para lamer con la punta de la lengua el pezón de Yumiko. Levi mantenía los ojos cerrados mientras realizaba tal acciones a la par que sentía como de la punta de su glande salía un poco de liquido lubricante que se pudo sentir en el cuerpo de la chica. 

Cuando se quita el boxer, lo mira parpadeando, y traga saliva. Sigo pensando en como va a entrar eso en mi... Levanta la mirada para mirarle a los ojos, y le ve sonriendo lascivamente, y no puede evitar sonreír también. Abre los brazos esperando que se acerque para rodearle con ellos y abrazarle. Pero poco dura, pues Levi vuelve a bajar a besarle el cuello y esta vez, el pezón, causando que gima al notar la lengua jugando con este. Ya no sabe si el calor que está notando es por el agua caliente, o por la excitación que le está haciendo pasar el pelirojo. Sube su mano derecha hasta la cabeza de él, entrelazando los dedos entre el pelo de este, y con la mano izquierda, tímidamente, empieza a tocar su glande lentamente. Lo toca con la yema de los dedos, a penas rozando.

Su cuerpo estaba acalorado, sentía como la sangre fluía cada vez más y la respiración estaba levemente más acelerada, ni en los más incesantes entrenamientos podía sentir tal excitación, la adoraba, era como la adrenalina en la cual cada vez deseabas más. Lamió nuevamente el pezón a la par que su cuerpo se movía levemente hacia un costado para poder estar más cómodo,  su mano izquierda estaba en la nalga de la muchacha dándole un par de apretones y luego acariciarle mientras sonreía entre lamidas y succiones, sintió un leve placer al sentir el gemir de su acompañante.

El agua caía sobre sus cuerpos, el muchacho podía sentir en su lengua la erección del pezón de Yumiko, el sabor dulce de su cuerpo y la mezcla entre la suavidad y la tonificación de la chica. Estuvo cierto rato más dando leves lamidas al pezón de la chica hasta que esta decidió recorrer el cuerpo de Levi, acomodo el cuerpo y volvió a besarle el cuello mientras sentía como las manos investigaban su cuerpo, no pudo evitar lanzar un leve gemido de placer al sentir como la punta de los dedos se paseaba por el glande de su miembro, la zona más sensible de la intimidad masculina.

El pelirrojo se dejo llevar por la situación y llevo la mano que agarraba la nalga de Yumiko hasta más abajo, paso del ano de la chica y desde atrás estiro la mano hasta la intimidad femenina tomándole por sorpresa para rozarle con la punta del dedo mayor y el índice la intimidad. Esbozo una sonrisa mientras el placer podía verse en su ojo. Aun cuando aquello le gustaba decidió tomar las riendas del asunto y alejo con tranquilidad a la muchacha, se fue agachando lentamente hasta besar el plano abdomen ajeno y luego seguir bajando a la par que su cuerpo se arrodillaba frente a ella, su rostro se quedó cerca de la mota de pelo azul de la pelvis de Yumiko y sus labios besaron levemente un costado de ésta, en el sector sensible entre la pierna y la pelvis, paso la punta de la lengua solo para dejar que el placer se hiciera sentir en el cuerpo ajeno.

Apoya la cabeza en su hombro cuando este vuelve a besarle el cuello. Al notar su mano bajando por la nalga, abre ligeramente las piernas para que le sea más cómodo llegar hasta las partes intimas, y no puede evitar morderse el labio cuando empieza a tocarle suavemente.

Le mira cuando este se separa de ella y lo ve bajando. Cuando llega a su abdomen, entrelaza ambas manos con sus cabellos pelirojos. Le va mirando hasta que este llega abajo y empieza a besarle el costado. Al notar la lengua entre la pelvis y la pierna, no puede evitar tener un pequeño espasmo de excitación, mira hacia arriba, dejando que le caiga el agua por la cara mientras jadea levemente. Había leído por internet que esta era una de las cosas más estimulantes para una mujer, y ella iba a probarlo ahora. Abre las piernas ligeramente, como dándole permiso para seguir.

Sintió como al bajar los vellos púbicos de Yumiko hacían cosquillas en su mentón, su boca, su nariz y luego su frente. Con cada segundo que pasaba el pelirrojo podía sentir el aroma de la joven, ese aroma adolescente que pocas veces se puede disfrutar, el aroma a virginidad latente mezclado con esencia de ya no serlo más. Recorrió con las manos ambas piernas, acariciando la suavidad de ella y dejando que el agua hiciera que el recorrerlas fuera más fácil, esbozó una sonrisa mientras cerraba el ojo y se dejaba llevar por la lujuria, le dio una pequeña lamida en el sector antes dicho para luego acercar aún más la cara y darle un beso intenso seguido por una mordida golpeando el hueso de ese lugar, pudo sentir como si pene se paraba aún más al sentir los gemidos de la peliazul.

Había permitido darle placer un par de segundos antes de dirigirse a la zona más íntima de su compañera, se acercó con lentitud dejando sentir su respiración en la pelvis ajena para luego estar frente a frente con la vagina de Yumiko, se acercó con lentitud sacando la lengua y pasándola por los labios inferiores de la joven dando una gran lamida con su lengua caliente, pudo sentir como el liquido seminal se juntaba con su saliva creando una espesa mezcla que cayó lentamente, prosiguió dando leves lamidas para luego acercar toda la boca y besar aquella zona erógena. Llevo las manos hasta la pelvis de la peliazul y movió un poco para poder quedar más cómodo, apenas pudo el muchacho introdujo su lengua en la vagina de la chica lamiendo las paredes interiores con la pasión de un amante.

Al notar como empieza a darle suaves lamidas, Yumiko se muerde el labio aguantándose los gemidos, pero al empezar a lamerle más lujuriosamente, ya no puede evitar más, y empieza a gemir más alto. Al moverle la pelvis, abre las piernas, levantando la pierna derecha de tal forma que pueda meter bien la cabeza entre ellas. La mano izquierda la sigue teniendo entrelazada con los cabellos pelirojos, pero la mano derecha la apoya en la pared para poder coger equilibrio, y poder mover ligeramente la pelvis hacia adelante y hacia atrás al compás de la lengua de su compañero. Cada vez se siente más excitada, una sensación que no había notado hasta ahora. Una voz interior seguía diciéndole que eso estaba mal, que no debería de seguir así, que simplemente eran compañeros y no deberían de estar haciendo eso. Pero pensando eso solo conseguía una cosa, excitarse más, el hecho de estar en una habitación de un hotel, teniendo sexo en la ducha con un compañero de clase, sabiendo que los otros compañeros y profesores no andaban muy lejos, era una sensación rara y a la vez atrevida, notaba como cada vez estaba más caliente y lujuriosa. Suelta el pelo con la mano izquierda, y la lleva hasta su entrepierna, tocándose ligeramente los labios. Seguro que esto le gusta, piensa para si misma.

Al cabo de un momento los tres alumnos del Rokusen  suben a la habitación de Hiro, esta es (al igual que todas) grande, muy lujosa, con una cama de matrimonio 2x2, un armario, caja fuerte, baño personal con un plató de ducha, en la mesa de la habitación, que es una pequeña para poner las cosas encima, hay una caja de bombones obsequio de bien venida.

A  un lado hay un mini bar con licores, bebidas sin alcohol y vino.

La habitación también dispone de un gran ventanal que da a la Ciudad iluminada por las luces.