Partida Rol por web

Hmmm, arrancar un camión y moverlo daría la voz de alarma seguramente. Quizás si le quitamos el freno de mano y lo empujamos, mas tardaríamos bastante en moverlo estos metros por la nieve. Por otro lado nada de pinchar depósitos ni rajar ruedas mientras no arranquemos un camión. Entonces tenemos dos opciones de entrada, dos se quedaría abajo para lanzar las granadas a la radio y encargarse de los de la entrada y otros dos subirían al toldo del vehículo para entrar por el piso superior.
Me fijo en el piso superior por si hubiera alguna ventana abierta.

Esperemos que Luidl tenga puesto el seguro.

Rudolf permaneció impasible como alelado sin darse cuenta de la señal de Luidl. La situación empezaba a rozar el absurdo cuando el soldado se incorporó y se les quedó mirando en silencio. Era Hettich, en cuerpo presente.

Mientras decidimos qué hacer para entrar, me mantengo lo más cubierto posible y vigilante por si aparece algún soldado ruso por los alrededores

Si

Hans golpeo con el cañón del subfusil a Rudolf para volverlo a traer en sí. A veces Hans deseaba pegarle un tiro, vivía en su maldito mundo. No había cogido el uniforme ruso como los demás porque si, y ahora que estaban frente a su objetivo se quedaba pensando en las musarañas.

Empezaba a desquiciar mucho al soldado, que bastante tenía con el frio de Rusia como para tener que aguantar cosas como esa…

El hombre permaneció varios segundos sentado mirando a los recien llegados. Observaba en la oscuridad sin mediar palabra. Al final se digno a hablar y espeto un escueto "Hola" en alemán.
 

- Bien no vamos a poder entrar tampoco en las de arriba, ya que están enrejadas. Así que cuantas granadas tiene cada uno?, tenéis alguna?
Se va a quedar uno aquí y los demás nos encargaremos de los de la entrada y el chófer.
En cuanto se oigan disparos, o entre alguien en la sala de la radio, quien se quede colara dos granadas en la habitación y después de la explosión comprobara la habitación por si hubiera que darle otro toque a la radio. Esa radio debe quedar inservible. Después arrancara un camión y una vez comprobado que se mueve, destrozar los otros vehículos, agujereando sus depósitos, reventando las ruedas o colocando una granada en el motor, lo que quiera.
Los demás iremos hacia la entrada, ocultos, y nos prepararemos para acabar con ellos una vez empiece el espectáculo.

mirando a todos termino diciendo: Bien, algún voluntario para quedarse aquí y encargarse de la radio y de conseguir un camion anulando el resto?.

Considerando las opciones decido hacerme cargo de la radio y los camiones. – Yo me quedare aquí para encargarme de la radio y los camiones. – acto seguido miro cuanta munición me queda y si tengo alguna granada.

-Pues ya está claro, si Paul se queda el resto nos vamos a la entrada- Rebusco entre mis cosas para ver si tengo alguna granada más, aunque no recuerdo haberla cogido.

-Cuando ordene señor.

- Ya va. Esto... Hola. Me llamo Ziska. - le digo al prisionero alemán.

Hettich levanta la mano en un tímido gesto. Hettich.

-Bien visto lo visto, que nadie ha encontrado otra granada, toma, digo dándole la granada a Paul, nosotros nos vamos a escondernos. si se acerca alguien lanzas la granada a dentro y empieza el baile.

dicho lo cual vuelvo a los arboles y rodeo la casa para encarar a los dos rusos de la puerta y al chofer

- entendido, esperaré aquí por la señal para destruir la radio y sabotear los camiones. Buena suerte camaradas.- luego retrocedo hasta el camión más cercano a la ventana de la sala de radio y aguardo por novedades oculto entre las sombras.

Sigo a Wolfram en busca de los de la puerta con el subfusil en las manos, a la espera que se oigan los disparos dentro o reciba la orden de actuar.

-Suerte compañero- le susurro a Paul

Cuándo vamos avanzando me giro y veo a Paul marchando hacia los camiones, me doy media vuelta y cuando llego a su lado le digo:- SI desde aquí ves quien entra en la sala de radio es el mejor sitio, sino, te aconsejo que estés la lado, pues tienes que lanzar la en cuanto entre alguien, no deben comunicar nada a nadie. es prioritario. y si oyes disparos lo mismo, acabar con la radio en cuanto los escuches o veas entrar en la habitación a alguien.
Dicho esto le digo suerte, y sigo mi camino hacia la entrada.

Buena suerte John. – respondo a mi camarada y luego escucho atentamente las ordenes de Von Bray. – Entendido, primero que nada la radio. No te preocupes Wolfram, este pisapapas ya tiene dueño. – le respondo mientras sostengo la granada antes de guardarla en mis ropas. Luego reconsidero mi escondite porque al observar el área debo ubicarme en un sitio donde tenga una línea clara de visión hacia dentro del cuarto de radio y no me encuentre lejos de la ventana.