Partida Rol por web

Cuando salieron, miré al tío y solo le dije una palabra.

-Natasha.

Y tras decir esto, saqué de nuevo la cadena y se la enseñé al tal Nikolai. 

-Me la dio una mujer... que salvó mi vida, antes de... No pude hacer nada por ella, salvo quedarme lo suficiente como para que estuviese en paz los últimos instantes, y me dijo que tú podrías ayudarme a encontrar a esa zorra.

Sonreí con amargura antes de proseguir.

-Dijo que tú hablaste de ella como si fuera una causa perdida. Supongo que yo también lo soy, pero antes de dejar este mundo quiero acabar con esa fulana y rescatar a mi amigo, al que tiene prisionero -. La tristeza fue entonces sustituida por la rabia, la misma que me había hecho seguir el camino a pesar del dolor y la desesperación y la que no me permitiría flaquear -. ¿Dónde puedo encontrarla?

Tres partidas???? Joder...si, supongo que cuentan la de Armali y la de zombis xD

Eres una máquina, hoy postearé en todo lo que pueda, así, para darte trabajo que se que me echas de menos :p

Cuando el viejo oyó aquel nombre su mirada se ensombreció pero al ver aquel viejo medallón y escuchar tu historia podrías jugar que viste sus ojos humedecerse-Ya veo...que pena...me caía muy bien esa mujer, era muy dura y luchadora, sin duda la echaré mucho de menos, era una de las pocas que me hacía reir aquí-dijo con un ligero temblor en su voz, el hombre estaba realmente afectado, al parecer la apreciaba de verdad y la gente en aquel lugar aún alvergaba sentimientos y tenían corazón.

-De acuerdo, te ayudaré... ésta información no la debería de saber nadie pero yo tengo contactos en todos lados y siempre entoy dispuesto a escuchar, además los lacayos de Natasha tienes la lengua muy larga en cuanto beben unos cuantos tragos de Vodka-se echó sobre la mese para hablarte casi en un susurro-al oeste de aquí hay un pequeño sendero cubierto por maleza y que apenas se ve pues apenas se usa, pero veras un gran arbol partido por la mitad justo a su lado, tu eres lista, lo encontrarás, aquel sendero te llevará a su campamento directamente, es mejor que intentes entrar de noche pues muchos de los que allí viven como mejor se lo pasan es bebiendo..-continuó-No sé lo que tienes con ella, ni me importa, pero cuando llegues hasta ella, si lo consigues y la matas mándale recuerdos de Nikolai y su hermana...-dijo con tristeza. Aquella mujer de pelo gris era de su propia sangre...

-Si te interesa algo de la tienda, te daré un descuento, sino, puedes irte ya, no pierdas tiempo, ya conocerás su fama, solo se queda con las mejores presas para su disfrute privado, el resto...bueno, mejor es que no lo sepas, mucha suerte..-contestó con un leve murbullo mientras se frotaba los ojos, intentando ocultar las lágrimas-maldito polvo, me da alergia....-

Coloqué una mano sobre la suya y lo miré a los ojos.

Gracias, pensé, intentando transmitírselo desde el fondo de mi corazón, sabiendo que Natasha allá por donde iba, no solo se iba creando enemigos, sino que también iba rompiendo vidas. Lo que yo tenía con ella no era nada en comparación con lo que todos aquellos hombres y mujeres que me habían ayudado, habían guardado en su memoria.

Claro que yo aún tenía algo por lo que luchar. Si Iván estaba vivo, él era mucho más que una simple venganza.

Si no...

-La encontraré... y la mataré -dije. Después me giré y salí de aquella tienda para continuar mi camino, sabiendo que no habría satisfacción posible para todos los corazones rotos con los que me había cruzado.

Como odiaba a aquella mujer.

El viejo te dió las gracias con la mirada y sin decir nada vio como te marchabas de su vetusta tienda. Seguiste sus indicaciones nada más salir de allí y cuando atravesabas una pequeña callejuela que formaban dos casas oíste una voz masculina ante ti acompañada por una figura de un hombre saliendo de entre las sobras que se dejó ver al final.

-Hola guapa ¿A dónde vas tan sola?- preguntó, a la vez que oías a tu espalda como alguien también se movía. Eran los dos hombres de la tienda que se habían reído al verte y no parecían tener buenas intenciones-¿Ya te vas? Quédate un poco más, te invitamos a una copa y quizás podamos pasar un rato agradable juntos ¿Qué te parece?-dijo con ojos malvados.

Así que esas tenemos, pensé, mientras rápidamente sacaba mis dos armas mi revolver y me escopeta, y las esgrimía en ambas direcciones, hacia cada uno de ellos. El rifle era pesado, pero por el momento, nada me impedía amenazarlos y llegado el caso, dispararles.

-Está bien, listillos. ¿Quién de vosotros será el primero en recibir un premio por ser el más gilipollas? Soltad vuestras armas, todas, y bajaros los pantalones, hasta los tobillos, o me aseguraré de que tengáis nada de qué presumir.

Sí, no esta de humor para aguantar gilipolleces como esas o cualesquiera otras. Allí se acababa todo. Si querían algo, iban a tener que matarme para conseguirlo, y si no lo hacían... me recordarían. Ya me ocuparía yo de que lo hiciesen.

-Vaya vaya eres una gatita valiente...¿Crees que por apuntarnos con un arma nos vamos a acojonar, además Natasha nos ha prometido una jugosa recompensa-dijo con una amplia sonrisa mostrándote unos dientes medio podridos, entonces oíste al otro compañero-oye, ella nos a ordenado llevarla viva, pero no ha dicho en que estado...¿Que te parece si nos divertimos con ella antes un poco?-dijo con voz burlona y ligeramente borracha, eran agenos al peligro que suponías, quizás pensaban que no serías capaz de disparar a los dos con precisión, pero no parecían haberse asustado ante sus amenazas y estaban dispuestos a atraparte. Tenían más miedo a lo que pudiera hacerles Natasha si te dejaban escapar...

No dejé que terminaran de hablar, sino que disparé directamente, haciendo que uno de ellos estuviese a punto de perder una oreja y lanzándome a continuación a una carrera desesperada para ocultarme detrás de unas cajas que había por allí cerca.

Sin duda, encontrarme con dos imbéciles no estaba en el plan, pero que además viniesen en nombre de Natasha (y que ésta me estuviese esperando) era mucho más preocupante.

Claro que lo primero era lo primero.

Cuando alcancé el suelo, rodé, me giré y me dispuse a volver a disparar... si es que me daba tiempo a hacerlo.

O bien la tensión del momento te hizo perder puntería o simplemente fue mala suerte, pero el resultado era igual de catastrófico, el rifle se te cayó de la mano debido al potente retroceso y la pistola erró el tiro por poco. Los dos cabrones echaron a correr directamente hacia tí, persiguiendo tu estela sin titubear, tenían que atraparte así que no podían usar sus armas de fuego por miedo a herirte así que seguías contando con cierta ventaja.

Pero hoy no era mi día. Mis disparos tampoco acertaron esta vez, seguramente, debido a la ansiedad de ser capturada, lo último que me esperaba. 

Llevaba tanto tiempo preocupándome únicamente de seguir el rastro de Natasha, que no me había detenido a pensar que ella pudiese venir detrás de mí.

Demasiado tarde.

Ahora yo era la presa y ella, la cazadora, pensé, mientras intentaba mantenerme con vida y en mi interior crecía la desesperación.

Volviste a fallar de nuevo y esa fue lo peor que podía suceder, ambos hombres se echaron sobre tí desarmándote con facilidad al darte un potente puñetazo en la mandíbula, aquello te dejó ligeramente aturdida, pero en aquella zona escondida rodeados de cajas podridas, nadie podía ayudarte.

-¡Vamos, sujétala de las muñecas y que no se mueva, no quiero que me arañe!-oíste decir a una voz ansiosa, notaste como dos tenazas se fijaban a tus manos sin apenas poder moverte, la impotencia te embargaba y el miedo, el asco, por lo que sabías que iba a suceder.

-No te preocupes gatita, seré bueno contigo y no te romperé la ropa que vea Natasha que te hemos tratado bien..-dijo pasando la lengua sobre sus labios mientras se sentaba sobre ti y comenzaba a desabrocharte el pantalón con sus mugrientas manos.

-Eso eso, venga, bájale las bragas, date prisa que luego es mi turno-dijo la voz del otro cerdo medio ebrio que te miraba con perversión, viste como te bajaba la cremallera y desabotonaba el pantalón bajándolo con urgencia-Oh...tío que maravilla como la vamos a disfrutar...-dijo lascibo mientras a continuación bajó tu ropa interior hasta los tobillos, observando tu entrepierna con ojos pervertidos-ahora te vamos a enseñar lo que es un hombre...-susurro el hombre excitado mientras se bajaba la bragueta inclinándose sobre tí.