Partida Rol por web

Desmonto para subir la ladera. Alcanzo la cumbre jadeando, notablemente agotado por cargar el peso de mi dura armadura. Una vez arriba me tomo un momento para descansar y tomar aliento. Me acerco a la entrada de la oscura cueva, pero guardando cierta distancia con reparo. Miro los brillos que se ven del interior con el rostro serio imaginando lo que puede haber allí. El comentario de Otrygg me saca de mis oscuros pensamientos, sacándome una sonrisa. Empiezo a hacerme a la idea de entrar el primero cuando Hunkel me sorprende tomando la iniciativa. Amplío mi sonrisa con notable satisfacción y simplemente digo: -Así será. -y enciendo una antorcha y le sigo, alumbrando el camino manteniendo alto el brazo que la porta.

Hunkel entra el primero, explorando valientemente lo ignoto. Al entrar en el angosto pasillo, iluminado por la antorcha que sujetan tras él, se fija que lo que provoca esas luces es el material de las paredes... es liso, acristalado y brilla ante la luz creando los colores del arcoíris... Si se mira fijamente puede llegar a ser hipnótico. El frío dentro de la cueva es cada vez más intenso, aún con toda la ropa que llevan encima los huesos se congelan ante la bajísima temperatura que les envuelve. 

Después de haber avanzado varios metros descendiendo, cuando no se ve la luz de la entrada, aparece una bifurcación en el camino... Ambos parecen ser iguales, ambos parecen llevar al mismo final... un largo corredor sin fin. Los túneles no parecen construidos por la mano del hombre, demasiado perfectos, demasiado simétricos...

Hunkel entra el primero, explorando valientemente lo ignoto. Al entrar en el angosto pasillo, iluminado por la antorcha que sujetan tras él, se fija que lo que provoca esas luces es el material de las paredes... es liso, acristalado y brilla ante la luz creando los colores del arcoíris... Si se mira fijamente puede llegar a ser hipnótico. El frío dentro de la cueva es cada vez más intenso, aún con toda la ropa que llevan encima los huesos se congelan ante la bajísima temperatura que les envuelve. 

Después de haber avanzado varios metros descendiendo, cuando no se ve la luz de la entrada, aparece una bifurcación en el camino... Ambos parecen ser iguales, ambos parecen llevar al mismo final... un largo corredor sin fin. Los túneles no parecen construidos por la mano del hombre, demasiado perfectos, demasiado simétricos... Y de repente el mundo se apaga.

Cuando vuelve a iluminarse todo, con un pálido sol frío, Vlody se encuentra en una amplia explanada cubierta por completo por la escarcha, no alzándose nada de vida vegetal en ella. El joven noble está rodeado por una gran multitud de figuras cuyo rostro esta ensombrecido hasta tal punto que no se distinguen los rasgos, convirtiéndose en figuras sin identidad. Sin embargo, todas las figuras tienen un deje familiar, como si Vlody les conociera de algo... Ante el héroe una figura imponente. Un jotun le mira acusadoramente alzándose superior e imponente ante Vlody.

El monstruo empieza a hablar con una atronadora voz que resuena en todo el páramo ensordeciendo a todo aquel en el área.

-Te acuso. Te acuso y éste thing te condenara por tus pecados. Debes pagar con toda una eternidad de sufrimiento por tus pecados- dice con gran solemnidad- Vendrás conmigo y me servirás de por vida como mozo de establos. JUAS JUAS JUAS JUAS

Las figuras empiezan a golpearse el pecho haciendo un ruido ensordecedor, mostrando aprobación ante el escueto discurso del jotun. 

-¿Alguna patética excusa que te justifique?- Termina diciendo callando a la asamblea y cediéndote la palabra.

Hunkel entra el primero, explorando valientemente lo ignoto. Al entrar en el angosto pasillo, iluminado por la antorcha que sujetan tras él, se fija que lo que provoca esas luces es el material de las paredes... es liso, acristalado y brilla ante la luz creando los colores del arcoíris... Si se mira fijamente puede llegar a ser hipnótico. El frío dentro de la cueva es cada vez más intenso, aún con toda la ropa que llevan encima los huesos se congelan ante la bajísima temperatura que les envuelve. 

Después de haber avanzado varios metros descendiendo, cuando no se ve la luz de la entrada, aparece una bifurcación en el camino... Ambos parecen ser iguales, ambos parecen llevar al mismo final... un largo corredor sin fin. Los túneles no parecen construidos por la mano del hombre, demasiado perfectos, demasiado simétricos... Y de repente el mundo se apaga.

Cuando vuelves a ver la luz te sientes raro, estás en medio de una tormenta muy intensa. Los rayos caen a tu lado y sientes tu cuerpo muy pesado. Cuando miras hacia abajo, ves que estás por encima del suelo... como si estuvieras volando. Al pasar por encima de un charco ves tu reflejo, eres un cuervo negro. Un cuervo que lucha por volar bajo una intensa tormenta. Al mira hacia atrás ve el motivo de su frenético vuelo. Un enorme lobo le persigue abriendo las fauces, intentando engullirle. 

Para añadir más tensión a la escena, cuando miras a tu lado ves un cuervo más pequeño que a duras penas puede seguir el ritmo... en seguida le reconoces como tu hijo, el cual lucha por seguir hacia delante huyendo de la furibunda persecución. Los truenos resuenan ensordecedoramente y cada vez es más complicado seguir el ritmo...

Entre las posibilidades que me han pasado por la cabeza, ninguna se basaba en el reflejo de las paredes; me quedo tranquilo al ver que, aparentemente, no tenemos de qué preocuparnos mientras avanzamos hacia el corazón de esta tierra helada. Cuando todo se apaga de repente me sobrecoge un terror instintivo, mas cuando vuelvo a ver y miro a mi alrededor... ya no temo tanto, entiendo que se me va a poner a prueba y que mi vida no corre un peligro urgente. La imagen del jotun me impresiona, pero no dejo que se me note, en vez de eso pongo en mi rostro una ladina sonrisa desafiante. Escucho sus palabras y me sobreviene un miedo profundo desde dentro, inevitablemente, pero combato ese miedo por dentro y por fuera con pasión, y respondo con bravura:

-¡Y quién eres tú para acusarme por mis pecados! ¡Qué sabrás tú de eso! ¡Vamos, enuméralos si tan bien los conoces! No, no cederé, no caeré en tu vil artimaña. Me traes aquí y me señalas con ligereza, en el thing, amenazándome... creyendo que me darás miedo... ¡Pues no! ¡Sé lo que eres! ¡Eres una prueba para mí, puesta quizá por la Dama de Escarcha o quizá por los dioses... de poco importa! ¡Sé también quién soy yo! ¡Vamos, habla! Mueve una vez más esa fría lengua que tienes y argumenta tu acusación. ¡Nada de lo que puedas decir tachará quién soy ni lo que soy! ¡Soy Vlödi, hijo de Hrolf Knudsson, el poderoso jarl de Rohald y descendiente de Kjari! ¡Soy el protector de mis compatriotas, el defensor de mi familia y amigos, el que da con gusto su vida por salvaguardar a todos cuantos viven en la tierra que me vio nacer! ¡Y NADA CAMBIARÁ ESTO!

Siento un fuerte deseo de retar a este thing, de decir que ellos no me detendrán en el cumplimiento de mi misión ni de mi destino, pero he crecido aprendiendo las leyes y tradiciones y también su importancia... No retaré al thing, porque soy hombre temeroso de él, de las decisiones que pueda tomar la comunidad en mi contra si no la respeto. En vez de eso miro a mi alrededor y me esfuerzo en descubrir algún fallo en esta treta, algo que desacredite al jotun frente al thing, a mi favor.

El brillo en las paredes atrajo aún más la mirada de Otrygg cuando entraron en la cueva. No parecía plata ni gemas, pero los destellos de luz que emitía lo engatusaban imaginándose imágenes de incontables y delicados ornamentos hechos con ese material que sorprenderían a cualquier jarl.

No se percató de que el mundo a su alrededor había cambiado hasta que un súbito rayo y trueno cortaron el aire. Intentó girarse para buscar a los demás, pero su cuerpo se encogió y tambaleó como si se hubiera olvidado de cómo caminar, hasta que vio su reflejo en el agua y a los lados pudo ver sus alas negras extendidas donde deberían estar sus brazos.

Poco después el rugido del lobo lo alertó. Solo pensó en huir, y su cuerpo alado de algún modo sabía lo que tenía que hacer para moverse, pero el graznido del cuervo más pequeño lo hizo dudar. Cualquier otro padre seguramente habría salido corriendo a proteger a su hijo sin pararse a pensar, pero cualquier otro padre no era como Otrygg, egocéntrico e interesado; su matrimonio nunca había sido más que un modo de obtener algo que necesitaba. Muy pocas veces tenía un verdadero gesto de generosidad, y no toleraba que otras personas dependieran del fruto de su esfuerzo, ni siquiera su mujer e hijos, y no sentía un afecto auténtico hacia ellos. Sus sentimientos hacia ese pequeño cuervo no eran diferentes.

- Es un mundo cruel, donde cada uno debe defenderse a si mismo. - Fue el pensamiento que se repetía mientras continuaba escapando del lobo, dejando a su suerte al que en aquella visión veía como a su hijo.

Vlödy hecha memoria atrás y todo lo que ve a nivel de tradición le parece correcto. El thing está reunido en una explanada sagrada, como debe ser. La acusación se ha hecho, y ya ha preguntado por que se le juzga, lo cual es lo único irregular que ha visto hasta ahora. No se le ha negado la presencia de ningún testigo, o testificante que hable en su favor. Además, si que está seguro de una cosa. En caso de no quedar satisfecho con la sentencia del thing, siempre puede pedir dirimir las cosas con un combate...

A pesar de que el discurso de Vlödy es perfecto en ejecución y contenido, no arranca ni una sola ovación del público. El gigante echa a reír ante las palabras del joven jarl.

-¿Acaso no te das cuenta? Tus mismas palabras, tu forma de hablar, todo tú te condena. ¿Acaso un líder puede serlo por si mismo? ¿Si no tienes pueblo que liderar, de quién serías líder?- vuelve a reír con una cascada risa que resuena por todo el valle.- Pensé que dirías algo interesante...

Los cuerpos de todos los presentes se hacen un poco más borrosos, mientras que el del gigante parece volverse aún más grande que antes.

La tormenta arrecia, y cada vez es peor. Los truenos resuenan y caen haciendo temblar el suelo. El lobo abre sus fauces y muerde con fuerza a Otrygg el cual siente un daño como nunca antes. El dolor es muy intenso y por un segundo casi pierde la consciencia y siente la tentación de abandonarse a la muerte, pero su fuerza de voluntad puede más y aleteando sale de la boca del monstruo cuando este va a rematarle...

Al ver la falta de reacción de cuantos observan me decepciono y entristezco profundamente. He crecido aprendiendo cuanto he de saber para ser un buen heredero de mi padre, para servir sabiamente a mi pueblo como líder... y mi joven y apuesto rostro se ha sumado siempre a mi posición para ser escuchado y aplaudido prácticamente siempre que he hablado en público... no estoy acostumbrado a que no se me apoye.

Al oír la carcajada y las palabras del jotun mi tristeza se torna furia y frustración. Aprieto el puño y la mandíbula, y mi mano se acerca ligeramente al mango de mi hacha cuando pienso en destrozarlo a hachazos por su atrevimiento. Pero entonces el frío ambiental consigue enfriarme también la mente, y me digo a mí mismo: Tranquilo Vlödi, podrías vencerle pero también es cierto que esto no es natural, podría no ser un combate justo y acabar perdiendo el combate. Esto es un reto dialéctico, y sin embargo la dialéctica no ha parecido surtir ningún efecto en absoluto. Bien... es cierto que nadie es líder sin nadie a quien liderar... Alejo mi mano de mi arma, relajando mi postura, aún serio, reflexionando. Haría llamar a mi padre, él es quien debe juzgarme, no este monstruo ni su público de artificio. Pero no me traerían ni a mi padre ni a una versión fiel de él, solo sería otra trampa. Hemos sido separados, ningún camarada está aquí conmigo... quizá si consigo unirnos...

-Muy bien, sea así. Que los míos hablen por mí. Llamo a Vigfus Stornson, consejero de mi padre, el jarl de Rohald. Él podrá contar si he obrado y estoy obrando bien como hijo de mi padre y futuro líder. Pero, si es cierto que hay motivos para juzgarme, que no se cometa engaño en este juicio... que venga el verdadero Vigfus Stornson ante este thing y cuente la verdad. Y aprovecho para hacer ver que aún no se me ha juzgado realmente de delito alguno que merezca pena. Conozco la ley, y para que el thing pueda culpar a alguien debe haber una acusación real, de algún delito concreto. Yo no habré dicho nada que a ti te interese, pero tú no has dicho aún nada por lo que pueda ser castigado.

¡El lobo le había devorado...! No, no del todo, pudo escapar con un último esfuerzo, aunque aún podía sentir el dolor cuando las fauces de la bestia se cernieron sobre él casi aplastándolo. Intentó gritar, pero lo que salió de su boca fue un graznido que le resultó extraño, incluso a pesar de hallarse sumido en lo que creía que era una especie de sueño, que ya de por sí era lo suficientemente raro.

No podría volar durante mucho más tiempo con sus heridas; pero entonces su mente comprendió un pensamiento que debía de haber sido evidente. Podía volar, podía escapar hacia arriba, hacia el cielo donde el lobo no lo alcanzaría; era cierto que había una tormenta digna del mismísimo Thor, pero entre las fauces del lobo y la fuerza del viento decidió que prefería enfrentarse a los elementos.

Con esa determinación en su mente, Otrygg puso todos sus esfuerzos en ascender, luchando contra el viento, el dolor, y su propia fatiga para ponerse fuera del alcance de aquella criatura que lo perseguía para matarlo.

La última palabra de Vlody resuena con un eco sentenciador que deja todo en silencio. La cara del gigante cambia y el público calla. El joven aspirante de Jarl ve como ahora vuelven a definirse como en su estado anterior los personajes que ocupan las gradas.

- ¿A... a... acaso crees que esos desaharrapados con los que vas te van a sa...sa...sacar de esta?- dice el monstruo intentado sonar convincente mientras una figura desdibujada abandona las gradas y sale al campo para ponerse al lado de Vlody, aunque sin decir ni una sola palabra- ¡TU NO TIENES A NADIE! ?Pues quién puede confiar en quién solo confía en si mismo?

Todo vuelve a enmudecer esperando la respuesta del hombre del norte...

Aunque Otrygg batía sus alas todo lo que podía, la bestia corría con una velocidad inusitada, superior a la de su vuelo. Las fauces de la bestia vuelven a abatirse sobre el hombre ahora convertido en cuervo, mas en el último momento, y a pesar de la pesadez que siente al tener sus plumas mojadas, consigue elevarse y escapar de un mas que terrible destino. La tormenta arrecia y los rayos caen cada vez con mayor intensidad... 

Al ver cómo se recupera el indefinido gentío y cómo una figura se posa a mi lado, me alegro y me relajo un poco. Sonrío, expresando claramente mi ganada calma y pequeña victoria.

-Eso es, tú lo has dicho. Gracias por recordarlo. Por supuesto los hay en quien no confío en este mundo, como todo hijo de vecino, pero por supuesto hay en quien sí confío, y coincide que es con estos últimos con los que estoy embarcado en toda una aventura para proteger a mis allegados, en quien también confío, por supuesto. Hago llamar también a Hunkel Asbjörnson Scathfell, hirdmen de mi padre y de nuestra tierra querida; confío en él como brazo armado que va a defender nuestra querida Rohald como puedo hacerlo yo. Él me conoce, también hablará por mí. Otrygg me conoce menos pero también me conoce, es hombre de Rohald y él como yo se ha aventurado en los dominios de Njord, arriesgando su vida desde el primer momento, únicamente para salvar nuestra patria. Por supuesto que confío en él, también lo llamo a mi lado. Incluso Ösvif, lobo de mar, puede perfectamente hablar a mi favor; sabe de mí, de mi entrega por mi gente, y por supuesto que confío en él pues he dejado mi vida en sus manos al subir en su barco hacia tierra extraña. Estoy en este viaje junto a estos hombres leales a Rohald, leales a todo cuanto somos y todo cuanto defendemos, con nuestra vida en juego. Confío en estos hombres, decidieron seguir a mi lado incluso cuando se les dio la opción de subir a otro barco, hacia otro rumbo; ellos pueden hablar por mí... y por encima de todo, ¡NO, NO ESTOY SOLO! -finalmente gritos estas últimas palabras con fulgor, decisión, y la certeza de saberme respaldado.

Sin duda esta experiencia está siendo una lección de humildad para mí que nunca olvidaré... pienso para mis adentros.

La muerte casi se había cernido sobre él una segunda vez, pero por pura suerte había logrado escapar a tiempo de las fauces del lobo. Cada vez estaba más cansado... era inútil intentar escapar, pues el lobo le daba alcance y el cielo inundado de rayos se tornaba en un terreno imposible de recorrer.

Otrygg nunca había destacado por su valentía, pero en aquella situación no le quedaba más remedio que luchar perecería sin remedio. Aún sintiendose extraño dentro de aquél cuerpo de animal, pero dispuesto a defenderse con todas las fuerzas que le quedasen, el cuervo Otrygg se arrojó sobre el rostro del lobo, intentando agujerearlo con su pico y arañarlo con sus diminutas y apenas afiladas garras.

Las palabras de Vlödy resuenan en todo el valle dejando tras de si un silencio sepulcral que es como un cuchillo amenazador... De pronto el público estalla en unos aplausos ensordecedores que hacen que el monstruo mude el rostro totalmente. 

-!NOOOOOOO. CALLAD, MALDITOS¡- brama inútilmente la bestia.

Las figuras empiezan a definirse lentamente, hasta que por fin aparecen perfectamente visibles. Allí están todos aquellos a los que había nombrado. Todos los hombres de su aldea y entre ellos su padre que se acerca hacia él con los brazos extendidos.

-!GUSANO INFAME¡ !NUNCA SALDRÁS DE AQUÍ CON VIDA¡- dice el Jotum mientras se lanza con el hacha en alto hacia Vlody

El viejo Hrolf se pone entre el gigante y Vlödy, alza sus manos y toca al muchacho en los hombros. Mas una de sus extremidades, la derecha, está cercenada.

-Recuerda, la ley y la justicia emana de la comunidad. Nunca un hombre solo ha de imponerse, solo con la ayuda del todo se prevalece- Su voz era profunda, nunca le había oído hablar de esa manera, pero era agradable y le infundio una gran paz. El Jotum ya estaba cerca.

El gigante levanto el brazo y descargó el hacha sobre los dos hombres y cuando cayó una gran luz blanca envolvió todo.

El mundo volvió a aparecer, Vlödy estaba de pie en la cueva, como la última vez que tuvo consciencia del mundo. La escena que encontró era desconcertante. Otryyg permanecía de pie con la mirada perdida en el vacío y expresión de terror, Hunkel no estaba por ninguna parte, ni tampoco Vigfus... ¿Que había pasado?

Los aplausos me alegran mucho, miro a mi alrededor contento. Sonrío ladinamente al ver la reacción del gigante, y me alegro mucho más al ver a mi padre venir a mí. Pero al ver su miembro cercenado mi rostro cambia notablemente, a una de suma preocupación. Aun así logro prestar atención a sus palabras, mirándole a la cara aún preocupado. Y cuando el arma del jotun desciende sobre nosotros por inercia me cubro con el brazo, y cuando todo el mundo vuelve a su lugar me descubro con el brazo alzado, protegiéndome del ilusorio ataque. Sabía que era una prueba. Digo para mí.

Entonces veo a Otryyg con esa expresión que me hiela la sangre, y caigo en la cuenta de que ningún otro está con nosotros. Alterado, me acerco a él y comienzo a zarandearlo cada vez más fuerte con la intención de que despierte de su estado, incluso azotando sus mejillas para ello. -¡Vamos Otryyg, reacciona! ¡Es solo una ilusión! ¡Despierta!

Parece que los gritos de Vlody no ayudan a Otrygg a salir de sus ensoñaciones en un principio. De pronto, el hijo del jarl oye un dulce cántico que viene de los angostos corredores. Una canción entonada por una voz cálida y amigable, que invitan al héroe a acercarse a donde quiera que sea donde se entonan... De pronto, el herrero rúnico despierta oyendo los mismos cánticos que su señor...

El aguerrido ataque de Otrygg en forma de cuervo no parece surtir ningún efecto en su perseguidor. El gran lobo abre sus fauces una vez más y esta vez engulle al pequeño cuervo convirtiéndose todo en negrura para Otrygg. De pronto, el herrero rúnico despierta en donde estaba, con Vlody ante él intentando sacarle de su ensoñación.

-¡Vamos Otrygg, despierta! -mientras intento despertar al artesano, mi mente viaja. La imagen de mi padre con la falta de una mano me ha dejado preocupado, y en mi mente se dibuja su figura de nuevo. Es entonces cuando, de pronto, caigo en la cuenta: ¡Es Tyr! ¡Claro! Con la apariencia de mi padre, el Dios Manco me ha hablado sobre la ley, su dominio. ¡No podía ser de otro modo! ¡¿Cómo no me he dado cuenta antes?! Entonces, mientras estoy aún volcado en mis propios pensamientos, el suave y encantador cántico me aleja de mi ensimismamiento. Con curiosidad, con la mente centrada en la melodía y el espíritu más calmo, comienzo a acercarme al foco del sonido. Entonces recuerdo a mi compañero. Me giro, y para entonces veo que ya no está en trance. -Otrygg, amigo, me alegro de tenerte aquí de nuevo. ¿Estás bien?

- ¡¿Eh?! ¿Qué ocurre? ¿Donde estoy? - Preguntó Otrygg confuso tras recuperar la consciencia de la realidad. Al principio no reconoció a Vlōdi, pero poco a poco comenzó a recordar todo. La misión del jarl, la bruja que buscaban, y aquella visión...

- Había un lobo. Y yo era un cuervo. El lobo me... devoraba - comenzó a relatar, vacilante - ¿Estamos muertos? O lo estamos o ha comenzado el Ragnarok. Por todos los dioses ¿Que hemos hecho para merecer este destino? - el artesano aún tardó un momento en recobrar totalmente la compostura, pero incluso cuando lo hizo se dio cuenta de que algo seguía sin ir bien - ¿Donde estan los demás? -