Partida Rol por web

- ¿Y que mas puedo hacer? – respondió Annie tornándose súbitamente cabizbaja y recibiendo el pellejo del vino sin entusiasmo, como si su alegría anterior solo fuera una máscara que había usado hasta entonces para disimular su pesar.

- Si voy ahora no conseguiré nada. Sera como la vez anterior, mis armas no lograran más que rasguñarlos. Y ni siquiera estoy segura de que mis amigos sigan vivos. Pero si regreso al pueblo y consigo un arma de plata, tendré alguna posibilidad de rescatarlos. O al menos, de vengar sus muertes – replico la paladín, limpiándose una lágrima para después colocar su mano derecha sobre el hombro de Ithilon, tras lo cual una luz dorada apareció, ayudando al hechicero a recuperarse por completo.

Habían muchas bestias por esos páramos, y lo mejo que podia hacer era seguir con su camino lo máximo que pueda.

Ithilon se estiró tras la curación de la paladín. Volvía a estar como antes, en plena forma y dispuesto a todo. Parecía que no eran los únicos que tenían problemas, y que las cosas se agravarían conforme avanzaran en su viaje. Si de verdad había hombres lobo delante las cosas se iban a complicar enormemente. El hechicero podría encargarse de ello, las abominaciones semimágicas como aquellas no serían demasiado problema, siempre que la suerte le acompañara, pero el solo no iba a poder con todos, y más con un número tan grande como el que se estaba imaginando. Debían ser más de tres si habían acabado con otro grupo, además no vendría nada mal conseguir algo de dinero y provisiones para el camino, pues habían salido sin prácticamente nada. El joven hechicero miró a la paladín a los ojos y pudo comprobar como secaba sus lágrimas por posible pérdida de sus compañeros, compartía con ellos el mismo dolor por la pérdida, y parecía estar sola. Al parecer habían encontrado una nueva compañera de viaje.

-¡Sea pues!, yo también estoy de acuerdo en volver, pero esta vez con más cuidado, nada de pararse a mirar frutas extrañas.- dijo Ithilon en un tono enérgico y alegre para levantar los ánimos del grupo. La curación le había sentado de maravilla.

-Pero si fuisteis tu y el yayo los que os abalanzasteis sobre esas frutas, como dos mendigos sobre un pollo asado- miro a Ithilon con los ojos entrecerrados- pero sí, cuanto antes nos pongamos en marcha, antes conseguiremos lo que necesitamos para salvar a tus compañeros, Annie.

Me levanto, me sacudo el polvo y la tierra acumulada en mi ropa. Me acerco a Annie y le doy un codazo complice.

-Y antes podremos pillarnos una borrachera y tocar culos turgentes- me burlo, soltando una carcajada. Sigo muerta de hambre y cansancio pero da igual, las perspectivas parecen algo mejores que hacía apenas unos minutos atrás.

Sin mediar palabra ante el aviso del paladin, doy media vuelta para esconderme entre unas piedras, pero al estar muy cerca dudo de si no me han visto, en el peor de los casos siempre podre salir corriendo, pero un trato inconcluso y lleno de mentiras se paga con la vida.

Intentando ser uno con las piedras no paro de escuchar si se hacercan, los nervios a flor de piel y en espera.

- ¡De acuerdo! – dice Annie secándose las lagrimas con el dorso de un brazo y luciendo mucho más animada que antes. Incluso ha recuperado parte de su sonrisa anterior y tras echarles a ambos los brazos por encima del cuello para abrazarlos, grita con entusiasmo:

- ¡Entonces, de vuelta a la ciudad! ¡Solo espero que puedan seguirme el paso, par de blandengues y me apunto sin dudar a ese sobeteo de culos, siempre que a nosotras también nos toque algo de eso!

Aún eran muchos, y debía alejarlos de él.Se vuelve a concentrar, abre el libro y alza el martillo.Las letras de este se vuelven a iluminar, y de pronto, una columna de luz sale de su cuerpo, para luego bajar en picado y expandirse por la tierra como si de una honda se tratase.

-Volved al infierno criaturas de la oscuridad!!- gritaba mientras tanto.

Con una mirada intento mantenerlos a distancia, nadie me da ordenes ni me atormenta, y una flecha a tiempo puede ser un dolor.

-Muchas preguntas juntas para ser compañeros de vieje- parece mas que nunca que no soy bien recibido y que me intenten acribillar a preguntas, no se lo tolero a nadie. Dejo que los segundos transcurran tranquilamente, como si tubiera todo el tiempo del mundo, lo cual en parte es cierto, y ninguna prisa me acude, para luego responder.

-El otro camino es mas inacesible y salisteis corriendo tan rapido que decidi dar la vuelta, no me gustaria caer en otra emboscada - las palabras las suelto en un susurro, tranquilo y pausado, no intento intimidarlos, pero si dejar claro que es mejor no jugar con migo.

Una vez, tras el gran espectáculo, cierra el libro y se encamina a toda velocidad por el sendero, para así llegar cuanto antes al castillo y acabar con todo esto de una vez.

Al fin iban a ir de regreso a la ciudad, pero de pronto Annie oyó algo. El ánimo de Ithilon calló desplomado, los acontecimientos cambiaban a demasiada velocidad para su gusto, pero de todas las formas ella ahora era parte del grupo y debían respetar las decisiones que tomaran entre todos, aunque esta abarcase asuntos relacionados con Lorthas, lo cual le desagradaba.

-Mmm...si vuestras creencias así os lo dicta... -dijo el hechicero de mala gana, dando a notar sus pocas ganas.

Goblins? Más asquerosas y pestilentas criaturas odiosas más conocidas como Goblins?! Por un momento se me pasa por la cabeza de dejar tirado por completo a aquel orgulloso gigantón tras menospreciar nuestra existencia de aquel modo pero "el abuelo no me educó para ser desagradecida!" Me había curado antes las heridas que me había hecho así que suspiro resignada, antes de contestar.

-Pues va a ser que habrá que ir a salvar su enorme y pomposo trasero, digo yo!- bromeo levemente- en marcha!

"Además, es grande, podrá cargar más cosas que nosotros, cuando lleguemos al pueblo. Sí, será útil." reflexiono, pensando en mi maravilloso plan de "asalto" al pueblo.

Por alguna extraña razón esta mujer hace que se disipen en parte las nieblas que suelen rodear mi existencia, especialmente las referentes a "sobrevivir".

Galauf observó la escena desde su escondite sin hacer el menor ruido, esperando a ver si el barón y compañía se marchaban. Cuando estuvo seguro de que estaban lo suficientemente lejos, salió de entre las rocas y se reunió con Völund.

-Has sido sagaz, compañero. Si te parece me gustaría inspeccionar esa gruta que el barón descartó unos pasos más adelante. Quizás se trate de un camino que conduzca al interior de la fortaleza.