Partida Rol por web

Zoe se lleva un mordisco en la cola de uno de los perretes, pero consigue pasar entre ambos y volver al pasillo por donde vinieron. Allí se encuentra al humano de frente, que iba a ver qué tanto ese alboroto. El humano se agacha para cogerlo en brazos. La puerta del despacho sigue abierta y no muy lejos.

-Buen gato, si sale vivo, el Coronel se hará cargo que sea recordado - miró las jaulas y se le erizó la cola - esto es cruel ¿qué clase de humanos hacen esto? y encima al lado de los perros y... - olisqueó un poco el aire - huele a pienso barato.

Miró al resto del grupo - ¿debemos salvarlos a todos? no sabemos si hay algún gatico casero entre ellos... 

El bueno de Zoe aprieta los colmillos para aguantar el dolor en su cola, ya queda poco ,ya queda poco, se dice a si mismo, al ver al humano eriza el lomo incluso levantando las patas superiores, Zoe debe retenerlos mas tiempo o todo lo que han conseguido no serviría de nada, espera a que el humano se acerque mas para de un brinco correr como alma que lleva el diablo hacia el despacho, lo mas fácil seria saltar directamente por la ventana, pero Zoe haría todo lo necesario para que su familia pudiera tener mas tiempo.

Meeeeeoowwwwwwwww!!! Meeeeeeeeeee ( escupe bola de pelo) oooooowwwww!!

Después de maullar con toda su rabia empezó a imitar a Guts y tirar todo lo que hubiera en la mesa, siempre pendiente de los humanos y los perros, no se que le  acorralen en la mesa y no pueda saltar por la ventana.

La necesidad que tenía de cerrar la puerta hizo que Marfelina no se diera cuenta de que en aquella habitación estaban los gatos encerrados hasta que no estuvieron a salvo de los malvados perros.

Aunque ya había visto aquellas minúsculas jaulas en la habitación anterior, esta vez le sorprendió, pues en este caso quienes vivían allí eran gatos. No es que quisiera que los perros estuvieran encerrados, pero si se encontrara con uno de ellos sin ataduras, seguro que le intentaría atacar.

Era hora de buscar a Rayas y de salvarlo de una vez por todas, y quizás también a los demás gatos. Deberíamos salvar a la mayor cantidad de gatos que podamos, no podemos dejar que sigan siendo maltratados de esta manera. Pero...quizás encontremos a alguno que se merezca esto...Espero que no se dé el caso... 

La gata, que seguía pensando en Zoe, se puso a buscar al pobre camarada que había sido capturado.

- Si...Huele a pienso barato...Para gatos sin pedigree...- digo, achinando los ojos. Mis bonitos ojos, aquellos que estaban preparados para agrandarse  en cualqueir momento y descandilar al humano mas arisco. Arrugo el morro- ¿Salvar a los que se puedan? Es cuestión de abrir las jaulas...¿Pero eso como se hace?

Miro el panorama, los gatos, las jaulas. En alguna de ellas estará Rayas...Aparte de a pienso malo, huele a gato sucio. Aquí habrá mezclado todo tipo de gatico. Espero que no se acerque ninguno a olerme el culo, que no estoy en celo y no estoy de humor. Y capaz que me pegan alguna pulga.

El humano casi atrapa al gatico Zoe, incluso los perros hacen por darle una dentellada. Pero el gatico crea confusión, sube al escritorio y tira todo lo que hay sobre la mesa, hasta la pantalla del ordenador que hace un ruido de cristales rotos al caer. Ante eso el humano se lleva las manos a la cabeza y Zoe consigue salir por la ventana de nuevo hacia el árbol que da a fuera. El gatico tiene la cola dolorida y quizás rota, a saber qué le ha podido pegar alguno de esos chuchos con su mordisco infeccioso.

Los gaticos que hay en las jaulas medio dormían y se desperezan al escucharos maullar. Pronto varios pares de ojos ambarinos se iluminan en la penumbra enfocándoos. Las jaulas están cerradas con cerrojo a la antigua todas, como las que habéis visto de los perretes. De todos los gaticos solo reconocéis a Rayas, el resto no deben ser de vuestra zona, pero son camaradas gatunos.

-¡Por mis bigotes! Lúculo no mentía, al final esa bola de pelo y grasa ha ido a buscar ayuda...

A pasos ligeros, se acercó a la prisión de Rayas - si, hemos venido a sacarte de aquí.- Comenzó a buscar una forma de abrir aquella jaula, igual era como aquel infernal chisme que usaba su ama para encerrarle y llevarle a aquel humano que le hacía torturas horribles. -Espero que no te vuelvan a pillar Rayas...

Por fin encontramos a Rayas entre todos aquellos gatetes, pero el problema es que estaban encerrados y no sabía de que forma sacarlos, pues claramente a base de fuerza bruta era imposible. Así que me pusea buscar por la habitación a ver si encontraba algo también.

Menos mal que estás aquí...y que estás bien -tras una breve pausa prosiguió- Ahora tenemos que buscar el modo de sacarte de esta cárcel -sólo de pensar en la palabra <<cárcel>> un escalofrío recorría todo su cuerpo, desde la cola hasta el hocico-. ¿Tienes alguna idea de ello?

Antes de que Rayas repondiera a la pregunta, Marfelina recordó que sus amos utilizan una especie de alambre o de hierro que les permite abrir la puerta de la casa para que no entre ni salga nadie ¿Cómo era...? ¿Live? ¿Liave? ¡Si! ¡Llave! Creo que tenemos que buscar una llave para abrir las cárceles, ¿es eso cierto? -mientras sus ojos relucían de satisfacción, recordando su infancia, en la que algunas tardes las pasaba junto a su hermano jugando a ser detectives gatunos-. De repente, una bola de pelo comenzó a resurgir de su más recóndito estómago Buarjg buargjj. Ahora, la imagen de su hermano se había esfumado y en su lugar tenía una bola de pelo.

Zoe ya a salvo no podía quedarse así, necesitaba o bien volver a entrar y ayudarlos o hacer que los humanos y esos apestosos perros salieran fuera, así que volviendo sobre sus pasos buscó y buscó cosas para poder hacer ruido, ya sean cubos de basuras, latas, cualquier cosa para montar escándalo fuera de las instalaciones y así poder darle mas tiempo a sus compañeros, golpeaba todo lo que fuera golpeable, maullaba con fuerza para ser oído, todo lo que estuviera en su zarpita por el bien común y sobre todo por su familia.

- ¿Pero que llave? Esto no parece tener llave....Mirad...- le doy con la pata al cerrojo de la jaula de Rays, si llego - Igual con las patas las podemos abrir - intento mover el cerrojo en cuestión con la pata. Mi hermosa pata gruesa, lustrosa y bien cultivada a base de comida de gato premiún y sobras, y cosas robadas de donde los humanos guardan la comida. Despensa, así la llama Jack. Hablando de mi humano doméstico, a ver si acabábamos aquí de una vez, y vuelvo a mi casa, necesito una siesta en mi cojín de gatico.

Los maullidos del gatico Zoe hacen que a la larga el humano salga a buscarle, seguramente querría atraparle como a Rayas. ¡Y esterilizarle! ¡Quitarle la opción de tener cachorritos de verdad y no adoptivos como Guts! Aquel humano iba con una especie de lazo que no tenía buena pinta. El árbol no le quedaba lejos para subir, o quizás debiera ya marcharse y tratar de llamar la atención del humano desde fuera, desde el otro lado de la valla.

Cuando Ginebra pasa su sebosa y peluda pata por aquella vara de metal, esta se mueve ligeramente. Quizás las puertas se abrían moviendo aquellas cosas, pero iba a ser un truco muy mañoso. Al menos Zoe se había llevado la atención del humano, pues a este no se le oía, ni a los perretes.

Doy unos toquecitos más a aquella barra.

- Se mueve...Pero creo que mi pata será  demasiado grand...Lustrosa, para abrirlo. ¿Quien tiene la pata menos señorial? Es decir, mas pequeña. - mi mirada de petite reine se detiene un momento en Guts. Creo que tiene la pata adecuada...que la use para algo más que para meternos en líos.

No es que mi pata sea gorda...No tiene nada que ver. No es gordura...es que mi raza tiene las patas grandes. Mi pedigree no esta hecho para colarse en perreras y abrir cerrojos de la plebe. 

Al ver como Ginebra no lograba abrir la jaula, disimuladamente me fui a la jaula más cercana e intenté lo mismo pero sin éxito.

"MAskdnakfdnfaklmakldmgkdfbn!!!!...."

Como si no lo hubiese intentado, miré de nuevo las jaulas pensando cual intentar abrir ahora.