Partida Rol por web

Viendo que Don Miguel tardaba en bajar le grito recoja la cuerda hasta el otro extremo mi señor átesela a la cintura y después baje. Sí resbala tiraremos mi señor.

No era tarea esta, la de trepar, muy del gusto de Don Miguel. Distaba mucho de ser diestro en aquesta lyd. No obstante, tomo aire, santiguose, y procedio a bajar con una destreza y habilidad más que digna.

Asegurose ants de bajar de no ser visto ni mirado por nadie ajeno

Pruebas la cuerda, que parece capaz de soportar tu peso. Empiezas el descenso. A cada vara que desciendes el olor de putrefacción se hace más intenso. La oscuridad aumenta; de repente, mientras tanteas la pared en busca de apoyo, te encuentras con el vacío. De ella sale la mano de Goderico que te agarra. Estáis frente a una desviación a mitad de bajada: un tunel se abre ante vosotros, en las entrañas de la tierra.

La cuerda aún sigue bajando, hacia el fondo del pozo...

Impresionado quedó Goderico ante el grácil descenso de don Miguel. Non hubiera dicho que a su avanzada edad et con el impedimento de la armadura fuera tan ágil el caballero...

Poco importaba a Don Migel el mal olor la humedad o la oscuridad, podria haber peligros mayores que esos aqui abajo, y eran esos los que le preocupaban.

Guia prende una luz, goderico carga ballesta, et yo aferrare escudo y espada con brio.

Ya senmos todos aqui abaxo. Guia, trabaja.

Dí la antorcha a Hassidin, luego saqué la lanza corta y el escudo, demasiado poco espacio señor para armas a distancia utilizaré éstas que son mejor en espacios estrechos.

Miré allí en la dirección que se adentraba el túnel acompañando a Hassidin en su marcha si el espacio era lo suficientemente ancho o yendo justo detrás de él en caso contrario.

¿Quíén habrá construido este túnel? era la pregunta principal que me hacía más sabía que no era el momento adecuado lo importante era avanzar y salir de allí, ya habría tiempo para preguntas cuando encontrásemos un sitio seguro dónde estar.

Agarró el moro la antorcha con presteza et seguridad. Envalentonado veíasele, pues encamiose con prontitud por aquel oscuro pasadizo... Al llegar al fondo del tunel, os dáis cuenta que os encontráis en un callejón sin salida. Estáis ante una pared... No, non exactamente. Hay una palanja a la ziquierda. La humedad reinante hace que la cuerda por la que bajasteis sea resbaladiza. No parece ser viable, o al menos fácil, volver a salir del pozo.

Pocas opciones, o más bien dos pasan por vuestras cabezas; tratar de mover la palanca et ver lo que sucediere, o desandar lo andado y proseguir el descenso por el pozo...

Hassidin vos mira impaciente...

Don Miguel contrariado tras ver la pared, mira al guia como pidiendole explicaciones. AL final con voz de mando se las pide.

¿ QUE FACEMOS CON ESTA PARED ET CON AQUESTA PALANCA?

- Vos diréis, que para eso sois quien gasta de sesera et da los mandatos ¿non es así?. - Replicó el moro.

Abrid pues la palanca. Goderico marchad hasta el pozo et ya os daré voz si sus necesitamos.

Mientras dice esto, toma unas 6 varas a modo de preccucion de la pared, embraza el escudo , se aferra a la espada y musita unas breves oraciones.

Guardé la lanza y el escudo y saqué otra antorcha para iluminarme, mientras veo que mi señor y Hassidin esperaban a que hiciera lo mandado me alejé del lugar rumbo a la entrada de la cueva. Luego saqué otra vez la lanza mientras que con la izquierda sostenía la antorcha.

La palanca, movida por la mano de Hassidin se movió, aunque no llegó al final de su recorrido. Más fuerza aplicó el moro, et finalmente aquesta cedió. Lo hizo tanto que tras un crujido metálico se quedó arrancada en la mano de Hassidin. Nada ocurrió. La palanca lucía oxidada. Era evidente que aquel mecanismo había dejado de funcionar hacía mucho tiempo...

Quedose contrrariado don Miguel ante la pasividad de la puerta et la inutilidad de la palanca. Ordenó mantener la posición unos minutos ( 5 o asi). Pasado el tiempo se dirije hacia la puerta y la palanca, y tras arrebatarle la antorcha al guia, opta por inspeccionar la zona.( palanca y puerta).

Arremete contra el guia con una furiosa mirada y le dice:

 Non ganareis más que un estacazo si continuais faciendo tan asin la vuestra labor. No necesitamos guia ninguno para perdernos, ni para chocarnos contra pared. Si non desfaceis este entuerto, tornemos de vuelta hasta el pozo.

- Nunca presentéme como guía señor. - Replicó el moro, no sin un notable tartamudeo. - ¿Et como iba de negarme a acompañarvos dada la manera en que me lo pedisteis? Non me de paga si non lo cree adecuado. Vos he traido a aqueste pozo pues se que lleva a la fortaleza, más nunca helo recorrido. - Et quedóse inmovil, con los ojos entrecerrados esperando recibir una violenta contestación del caballero, quien después de inspeccionar el lugar sin encontrar nada relevante, devolvió una mirada implacable al moro antes de fablar...

Non prreocuparsus por la tu paga, pues reciiras lo xusto y necesario.

¿ acaso hay otro camino o concoes a alguien que si que lo sepa?

- El portón principal, más credo que es tarea más ardua que proseguir aqueste oscuro et maloliente camino. - Et eencogióse de hombros el mísero guía.

Don Miguel qudó mirando a Goderico, esperando dél palabro alguno.

Sigamos pues por el camino ese. Le dijo al arabe.

Mi señor se quedó mirando ahí dónde estaba yo, más no sabía que decirle, sabiendo que íbamos a comenzar el descenso arrojé la antorcha para ver la profundidad de la cueva y si ésta no se apagaba el suelo. Finalmente tras esperar que Hassidin bajara por la cuerda y (en el caso) de escuchar que había llegado a buen cimiento le secundé.

Sin muchas opciones y sabiendose en manos de su guia, el caballero dice escueto:

guia guianos.