Partida Rol por web

Sangre en las salchicas [Finalizada]

2.3 La mañana del festival: Nuevas llegadas (Cerrada)

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11/08/2011, 16:37
Ulrich Waldemar

Notas de juego

Pues nada, si no se acojona, y luego no paga, habrá que cortarle un par de dedos, "Franky cuatro dedos".

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11/08/2011, 17:37
Manfred de Talabheim

El trilero no se dejó amedrentar. Es más se irguió con gran orgullo y dignidad, propio de aquellos que no tienen nada que ocultar o que no paran de soltar una sarta de mentiras.

¡Yo no tengo diez coronas de oro! Si las tuviera ya estaría dentro, comiendo salchichas y bebiendo cerveza; y aunque las tuviera no se las entregaría dos matones salidos de Sigmar sabe dónde. Yo sólo venía a ofrecer mi espectáculo.

El hombre le dio la espalda a los mercenarios y se giró hacia los pocos que esperaban su turno en la entrada de la aldea.

¡Sí, señores! Como lo oyen. Yo sólo venía a ofrecerles mi modesto espectáculo. Unos inofensivos trucos de engaño para que los mayores rían y los niños aplaudan. No existe nada más maravilloso en el mundo que la risa de un niño inocente -el trilero se giró a los  mercenarios y les señaló con “el dedo acusador”- Pero estos dos hombres. ¡Estos bárbaros! Me niegan el acceso al pueblo, y todo porque me niego a aceptar un chantaje digno de los sastres de Marienburgo. Jamás en mi vida había presenciado tal avaricia. Un hombre que obsequia con un regalo a otro debe recibir una pequeña muestra de gratitud. Yo sólo quería entrar, pero no va a poder ser. Los perros de la guerra me lo impiden. Sigmar se apiade de sus almas, pues sufrirán tormento en vida y muerte.

Notas de juego

Cada vez que pulso "Retroceso" me jode el post.

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11/08/2011, 22:17
Ulrich Waldemar

Aquí nosotros somos el orden. Comento con voz alta y clara, al igual que firme. Eres un estafador y un ladrón, y no se te permite la entrada en esta ciudad, puesto que la buena gente que en ella reside no merece ser robada por un elemento de tu calaña. Y no creas que con un soborno de un chelín de plata vas a poder entrar, ni esperes que te sea devuelto, pues esta será tu penitencia para no acabar entre rejas por intentar sobornar a un guardia. Acto que todos han visto, no como lo que predicas que hemos intentado contigo. ¿Pedirte un soborno? Digo mientras le miro de arriba a abajo.

Mírate, si ni tendrías para comer... Tras una pausa y dando por finalizado el problema señalo firmemente hacia la salida y le digo: Y ahora vete, ni una palabra más, antes de que de decidamos encerrarte tras unas rejas. Acto seguido vuelvo a mi puesto y continuo con mi actitud cortes para con los nuevos viajeros que entran en la ciudad. Sobornos nosotros... habrase visto... Comento una vez solos los tres encargados del puesto.

- Tiradas (1)

Notas de juego

DIRECTOR: Vas a echarle, pero necesitas una tirada de Carisma para que te crean.

Jugador: Pero... ¿Necesito que nos crean? ¿No somos los guardias de la puerta?

DIRECTOR: El trilero/mago ha sido muy elocuente sobre su dignidad y honradez XD

Jugador. Vale, que me crean no me importa muxo muxo, pero si es importante para la historia intentar convencerlos, ok. Jejeje. ¿Con que tiro?

DIRECTOR: ¿Con los dados? XD. Tirada de Carisma. Esto no tiene porque ser parte de la historia. Es una situación que tú has creado.

Jugador: Entonces tiro con la mitad del atributo correspondiente ¿No? Lo digo porque no tengo dicha habilidad, y se tiraba con esa /2. Voy a ver si cuela, lo veo dificil, pero por intentarlo... Si la cosa va mal siempre puedo ensartar al desdichado y dejarlos a todos con dos palmos de narices. Jejejjee- Que no, que eso empeoraria las cosas.

Director: Exacto la mitad de la característica si no tienes la habilidad.

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16/08/2011, 11:06
Wilf Schwarshaus

El "mago" se fue por donde vino, jurando a los dioses y maldiciendo a los mercenarios. La gente que esperaba para entrar se alegraba de poder entrar, pero nadie fue demasiado cortés con los que protegían la entrada. Se limitaban a hacer lo que les pedían (por favor) y nada más.

Wilf, regresó, con el cofre vacío y pidió a los mercenarios que estuvieran atentos, el señor Von Reinholn, se disponía a venir al festival. Debía ser halagado hasta el extremo.

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23/08/2011, 16:11
Carlo Vicci

- Entiendo, otro de esos nobles del Imperio. Gentuza que vive de las rentas mientras el resto se parte el espinazo trabajando sus tierras y multiplicando su dinero. En fin, quizá alguno de ellos sea lo suficientemente listo como para reconocer a dos profesionales como nosotros y eso nos reporte beneficios.-

comenta Carlo con su compañero.

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23/08/2011, 17:14
Director

Erick se puso a perseguir al chucho, que correteaba entre las piernas de los invitados hasta salir del recinto de la Wurstfest, algunos de los presentes intentaron atrapar el perro, era resultaba ser muy ágil y rápido, escurridizo hasta el extremo, y sin ninguna intención de verse atrapado por unos desconocidos. El artista corría pacientemente detrás de él, con la espalda curvada y los brazos extendidos, incapaz de atrapar al perro.

Hasta que finalmente llegó hasta la entrada del pueblo, donde dos de sus compañeros, los mercenarios Carlo y Ulrich, custodiaban la entrada, presenciando animados la cómica escena, cuando en el borde del camino, a toda velocidad y sin control alguno apareció un carruaje. Su conductor se hallaba desplomado sobre la berlina, con dos virotes de ballesta atravesándole la cota de malla.

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25/08/2011, 21:49
Carlo Vicci

Carlo dejó de observar el condenado gato cuando el carruaje se acercó a los presentes. A plena vista estaba el cadáver del conductor, reventado a virotazos.

-Menos mal que estamos en un lugar "tranquilo" del Imperio. Puede que la cosa se ponega interesante.-

le comentó a su camarada Waldemar. En el momento en el que el vehículo pasó cerca de ellos, Vicci se acercó a las monturas intentando coger alguna cincha con la que pudiese detener el carruaje. Le había picado la curiosidad la inesperada aparición y estaba dispuesto a echarle una ojeada para ver quiénes eran los desdichados que iban dentro.

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25/08/2011, 22:58
Ulrich Waldemar

Oh mierda... Tendremos movida con este asunto. Más vale que el noble, porque estoy seguro de que un pobre no viaja así, que hay en su interior esté bien... Digo mientras salgo corriendo al otro lado de la calzada y desde ahí me lanzo sobre una de las riendas del otro caballo. Mientras intento subirme al carro y tomarlas en mis manos intento tranquilizar al desbocado animal para que se detenga y así poder ayudar a los heridos del carruaje. Shhhhhh, tranquilo, tranquilo muchacho... Eso es... Buen chicoooo. Ya está... No te preocupes.... Le digo al caballo con voz tranquilizadora mientras intento trepar por el lateral de la carreta. En ese momento veo a nuestro amigo Erick, que con las piernas bien afianzadas en mitad del camino intenta detener el carruaje de un modo complicado. !Nooooo! Grito al ver que podria ser arrollado en su empeño. Intento subir más rapido pero resbalo y caigo, con la mala fortuna de que una de la ruedas pasa sobre mi pierna. !!!ARRRRrrrrrgggg!!! Grito de dolor.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Editado ULRICH: Me pego un ostión.... De 4 heridas, y encima no logro parar el trasto...XD.

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26/08/2011, 00:43
Director

Notas de juego

Para subir al carruaje en marcha se necesita una tirada de Agilidad, si se falla se sufren 1D10 heridas (restando luego el BR pero no la armadura). Si se consigue habrá que detener a los caballos, con una tirada de Conducir fácil (+20), aunque se falle se consigue al menos orientar el sentido de la marcha.

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27/08/2011, 13:43
Director

Ulrich, heroica y estúpidamente, intentó detener el carruaje y lo único que consiguió fue que mientras saltaba uno de los caballos de la segunda pareja le embistiera y lo proyectara contra el suelo, sufriendo diversos moratones y contusiones en el impacto.

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29/08/2011, 16:06
Carlo Vicci

Carlo intentó subirse al veloz carruaje pero ni tan siquiera pudo acercarse. El mercenario tileano se tropezó y cayó al suelo con una miserable torpeza.

-¡Fillo de puttanna!-

gritó mientras se levantaba y se sacudía el polvo del suelo.

- Tiradas (2)

Notas de juego

juas juas juas juas xD! megafallo!!!!!! pero no me pasa nada.

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29/08/2011, 19:51
Director

Y Carlo, en una actuación semejante fue embestido por otro caballo, éste de la primera pareja, y también conoció los efectos de las contusiones. El carruaje continuó su marcha imparable hacia la carpa del festival. El estruendo se oyó por todo el pueblo, cuando por fin se detuvo había dejado un reguero de mesas rotas, astillas, platos por el suelo, niños llorando, comida desperdiciada y otros desperfectos. Pero gracias a Sigmar, ningún herido.

El estúpido perro de Erick revoloteaba por la salida mientras el fuego se extendía imparable, alimentado por los escombros de la embestida del carruaje. Todos los presentes decidieron echar una mano.

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30/08/2011, 21:54
Carlo Vicci

Tras levantarse y desentumecer sus músculos, Vicci se acercó corriendo al vehículo.

Cuidadosamente, con la espada desempuñada, abrió una de las portezuelas y echó un vistazo al interior. Quería saber quien estaba dentro, probablemente algún noble imperial dado el transporte, que se habría encontrado con algún grupo de bandidos o goblins con ganas de bronca. El Imperio tampoco era un lugar totalmente seguro, después de todo.

Carlo quería ser el primero en inspeccionar el carruaje. Por curiosidad, pero también por puro instinto de mercenario. Había olido posibilidades de saqueo, pero había que actuar rápido. Lo que cogiera lo compartiría con su camarada de infortunios, indudablemente. Y con el resto, si necesitaban liquidez.

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30/08/2011, 23:19
Maximilian Von Reinholn

Conforme Carlo se acerca al carruaje puede ver cómo el equipaje que llevaba en el techo se ha ido desprendiendo conforme el carruaje chocaba con los postes de la carpa y las cuerdas se iban soltando. El carruaje se halla ahora parcialmente cubierto por la carpa de vivos colores y sólo se puede acceder a su interior por la puerta derecha. En cuanto Carlo abre la puerta una mujer se desploma por la portezuela y cae de bruces contra el suelo.

¡Querida! -grita una voz angustiada desde el interior. Un joven noble, con la exquisita ropa destrozada por cortes se abalanza sobre la mujer, dándole la vuelta y gritando- ¡Un médico! ¡Un médico por Sigmar!

Notas de juego

Un viejo amigo.

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31/08/2011, 16:33
Carlo Vicci

Joder, si aún quedan supervivientes.

piensa Vicci al ver a los dos nobles Imperiales. No se lo piensa dos veces y grita

-¡Un médico, rápido, hay una mujer herida!-

ya explicarían los dos individuos como habían acabado en el pueblo, entrando a saco y destrozando el entorno. Y con un fiambre como conductor.

Notas de juego

me encanta!!!!! xd!!!!!!!

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31/08/2011, 16:40
Ulrich Waldemar

Sabiendo que la situación está en buenas manos, las de Carlo para se exacto y unas manos muy hábiles y agiles podríamos añadir, mantengo mi puesto en la entrada del pueblo continuando con la misión que el buen Jefe del lugar nos había encargado. No le gustaría nada que este sitio se quedase sin vigilar... Pienso mientras me planto en medio del camino cojeando y dolorido por el "accidente" del carruaje. ¿Te encargas viejo amigo? Le pregunto por encima del hombro. Yo me ocupo de que no se cuelen intrusos, o los que dispararon esos virotes del conductor... Murmuro ya para mí.

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31/08/2011, 19:40
Heinz Schiller

No tardó mucho en acudir un hombre de elegante ropa que afirmaba ser galeno, con la perspectiva de ganarse unas monedas de la nobleza en mente, menos aún tardo en acudir Schiller que gritó sin piedad a Carlo y todos los demás empleados.

¿Por qué no habéis hecho nada inútiles? ¿Acaso no habéis visto el carruaje? Mil y un perdones Excelencia, estos torpes pagarán por su pereza os lo garantizo.

¡El cochero está vivo! -gritó alguien.

Mientras tanto Ulrich continuaba en la puerta, que poco a poco recuperaba la normalidad, los que habían abandonado precipitadamente el camino volvían a él. Una vez pasado el susto se iban acercando a paso tranquilo a la puerta

Notas de juego

Pronto podremos pasar a la tarde, y repartir algún PE (aunque más bien pocos)

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05/09/2011, 16:20
Director

En efecto, el cochero estaba vivo, inconsciente pero vivo, pese a que dos virotes de ballesta le habían perforado la cota de malla, ahora teñida con su sangre. La mujer no paraba de gritar y su ilustre marido se hallaba conmocionado.