Partida Rol por web

La multitud está contenta y grita para que comience el siguiente combate, ambos gladiadores se encuentran en su barracón correspondiente con las armas y armaduras que trajeron de sus Ludus, el público se calma y son anunciados:

-"Pueblo romano, el Cuarto combate será un duelo, los gladiadores participantes se enfrentaran a un combate a muerte entre sí, podrán usar sus armas del Ludus, el combate termina cuando uno de los 2 muere o se rinda"-, entonces señala a una puerta y a la otra, -"Por este lado estará Pullum Sectum sin Ludus y por este otro, Claudio Espartio del Ludus de Gallicus, ¡Que comience el tercer combate!"-

Allí estaba, una espada en una mano, un escudo en la otra. Su vida siempre había dado muchas vueltas y era totalmente impredecible pero ¿acabar convertido en gladiador? No, eso era demasiado incluso para el. Sin embargo, ahí estaba.

El público rugía, quería espectáculo. Claudio nunca había sido nadie importante, siempre había sido uno mas, pero ahora en la arena le consideraban una especie de héroe. Si derrotaba a su rival, todos le adorarían.

No tenía nada en contra de aquel tipo pero no pensaba perder, no ahora. El debía ganar aquel combate y ser recordado para siempre.

Este era su comienzo para convertirse en leyenda...

Esperando en la pequeña celda que daba paso a la arena, a través de mi visera escuchaba el ruido del populacho. Entonces recordé mis batallas con Roma, cuando era legionario... eran tiempos diferentes. Ahora tenía que salir de allí y estaba seguro que lo haría, ya que los legionarios teníamos mayor experiencia. Miré mi tridente y agarré bien las redes que permitirían apresar a mi contrincante y me coloqué bien el casco.

Sentí la arena bajo mis sandalias y un crujido me indicó que el mecanismo de apertura de la puerta se estaba poniendo en marcha... agarré con más fuerza mi tridente y puse mi mente en blanco. Era facil hacer esto cuando ya sabías lo que era tentar a la muerte.

El tiempo estaba nublado... hoy se derramaría sangre pero no sería la mía.

Cuando se abre totalmente la puerta comienzo a andar a paso ligero mientras mi capa hondea al viento. La gente comienza a gritar... y entonces veo a mi presa. Me lanzo a por él antes de que él pueda reaccionar a tiempo para machacarlo lo antes posible.

Inclino el tridente hacia delante y me pongo la red a la espalda mientras corro hacia él.

Claudio se preparó para la embestida del tridente ya que era más largo que su espada, -Tengo que intentar el contraataque para acercarme un poco, sino estoy muerto-, pensaba mientras sus ojos estaban bien abiertos y atentos a la situación.

Miré a mi contrincante, no tenía nada que hacer con esa espadita y ningún escudo frente a mi tridente y a mi red. Giro todo mi cuerpo dando una vuelta hacia la izquierda para propinar un fuerte golpe con el canto de mi tridente en la cara de aquél individuo que al parecer no llevaba casco. Al finalizar el golpe acabaría de cara de nuevo al oponente, describiendo mi golpe como un golpe en círculo.

Vamos a darle acción.- Pensaba mi cabeza dentro del casco.