Partida Rol por web

La situación se nos había ido de las manos. La curiosidad de Kim nos estaba arrastrando a un sitio al cual no tenía interés en ir. Esos padres, tan preocupados por su niña -no seas tan insensible... si ese es el pie de su niña se volverán locos... ya estás aquí, compórtate como un ser humano Tiff- comenzaban a angustiarse incontroladamente y la vuelta del policía me hacía creer que no nos libraríamos de la situación tan rápidamente. Éramos los que habíamos hecho el hallazgo macabro. Éramos nosotros los forasteros que descubríamos un pie cercenado de una criatura perdida horas antes.

Sin embargo, la llegada del oficial resultó ser positiva, al menos en primera instancia. Con él traía a la problemática niñita, fugada de la custodia de sus padres, seguramente para hacer alguna travesura propia de su edad.

-Buf, por fin, creo que ya estamos fuera nuevamente. La niña está bien, el poli se hará cargo de ese pie y nosotros podremos seguir con el jueguecito del doc... la fabulosa búsqueda del tesoro en un pueblito en medio de la nada de la costa oeste de los Estados Unidos de América! Dios bendiga esta tierra y sus maravillosos habitantes- mientras la familia se reencontraba y se decían las frases de rigor yo mascullaba por lo bajo sarcásticamente ante la situación. Hasta que el poli nos dijo que debíamos quedarnos.

-Oiga oficial, ya oyó a mi compañero. No tenemos nada que ver con esto, el hallazgo fue puramente circunstancial. Kim no se encuentra bien, bah, seamos sinceros, yo tampoco me siento muy a gusto con "eso" que trajo el mar. Si es tan amable déjenso volver con nuestros compañeros, estaremos uno o dos días más por aquí, es un pueblo pequeño, sé que no tendrá proble mas para ubicarnos- mientras se alejaba con la familia yo seguía con mi discurso. Quería encontrar por fin eso que se suponía debíamos hallar para seguir y que nos retuvieran inutilmente me daba mucha grima. Sin embargo, toda mi indignación desapareció cuando la niña -la maldita niña- se giró y nos sonrió... y esa asquerosa lengua asomó de su pequeña y dulce boca. ¿Qué carajos era eso? ¿Cómo era posible que estuviera viendo semejante monstruosidad? Tratando de racionalizar mi visión, apreté mis ojos con mis manos y luego miré a Kim y a Jamal. Sus rostros evidenciaban lo que mi cerebro intentaba negar. Ellos también lo habían visto. Esa lengua había sido real. Estábamos realmente jodidos.

El policia se quita un momento la gorra, suponeis que más por una manía que porque tenga calor y osdice:- No, mire por mí, os dejaba marchar tan contentos bien lejitos del pueblo porque oleis a problemas, perooo tengo un pie de niña en la jodida playa a punto de comerselo los cangrejos-Cambia la voz como si se lo dijera a si mismo mientrás aprieta la gorra- siempre ocurre lo mismo desparece alguien, se encuentrán restos humanos para después encontrarse al desaparecido- Se la vuelve a poner- No creo que tengais nada que ver... en principio, aunque tú tengas una pinta de camello desde la distancia, pero al fin al cabo ¿No estabais a la busqueda del tesoro, o alguna otra chorrada de oficina...? Pues os quedais en la playita sin moveros mucho y cuando termine de llamadas os pirais, sino, bueno me dais los numeros y los papeles de identificación- En tanto la familia ya ha desaparecido de la playa, y el pie sigue siendo lamido por las olas.

Frunzo algo el cejo ante la respuesta del madero. Me encojo de hombros, la excusa perfecta para quedarnos y buscar la maldita pista.

-No hay problema Agente, nos quedaremos en la playa mientras hace sus llamadas- respondo con frialdad y educación. Me dan ganas de pegarle una paliza con una barra de hierro por lo de mis pintas de camello.

-Y soy de la gran manzana, allí todos los míos van así. No será porque soy negro verdad?- le miro con suspicacia -Que sea negro no quiere decir que tenga que ser un camello!- protesto con un falso tono de indignación (bueno, en realidad no tan falso, quiero patearle los higados al blanquito racista este por discriminarme de este modo tan rápidamente!).

-Eso es un cliché de los años 70 y estamos en el siglo XXI- más mirada fulminadora y voz glacial, de indignación profunda.

Tras soltar mi discurso acerca de los estereotipos racistas de la gente de este pueblucho, me dedico a mirar por la playa en busca de una pista, con un claro malhumor encima.

La situación era tensa. El poli, más amable que al principio nos estaba dejando ir por la puerta grande. Sin embargo... sin embargo teníamos que estar allí por otra razón y el tipejo nos molestaría menos si respondíamos sus preguntas en el lugar.

-Vale, Jamal habla por los tres- de más estaba decir que no esperaba confirmación por parte de Kim. Esa chica haría lo que le dijéramos sin chistar, su carácter era demasiado débil para enfrentarse a cualquiera de nosotros dos. -También esperamos un poco de cortesía de su parte. Oiga que porque seamos extranjeros no tiene que acusarnos de traerle mala suerte al pueblo o algo así.- No se me había pasado por alto el comentario de que teníamos pinta de ser problemáticos, sin contar conque el trato hacia el negro no había sido nada amable. No es que me importara demasiado, pero en ese momento eramos nosotros contra él.

-¿Así que no es la primera vez que esto ocurre? Vaya secretos escondidos que tienen por acá oficial... quién sospecharía que en un pueblito perdido de la costa oeste de los Estados Unidos ocurrieran este tipo de incidentes en forma... habitual- estaba siendo mordaz, quería incomodar al tipo pues con alguien tenía que descargar mi frustración y el resto de miedo que había provocado en mí la niña y su dichosa lengua. -Si aún no va a interrogarnos, me gustaría caminar un poco por la orilla. Salvo que quiera relatarnos acerca de esos "misteriosos" sucesos- no sabía bien por qué había hecho ese último comentario. Algo en mí me decía que tal vez, la clave de lo que estábamos buscando tenía que ver con la locura de la gente desmembrada que traía el mar.

El policia sonrie agriamente ante las afirmaciones de Jamal y Tiffany:- Por supuesto, que puedo decir mis más sentidas disculpas- Haciendo un deje de reverencia. El tipo parece saber como tocar los cojones a a alguien. Por lo que dandose la vuelta, da unos paso hacía la escalera de piedra y os dice:- Estoy seguro de que encontrareis el tesoro y después os ireis a dispararos pintura. ¿Por que no?- Y se pone a subir la escalera con una sonrisa en su boca para pronto desaparecer de vuestra vista.

Os encontrais solos en medio de la playa de arena fina. Las paredes verticales hacen que apenas haya unos 50 metros cuadrados que examinar, aunque puede que algo más  si os poneis a mirar las aberturas en las paredes. Por lo demás el ambiente es un dia perfecto para darse un chapuzón, pues empieza el sol caldea y el viento no llega gracias a la protección de los acantilados.

"Un tesoro?" pensé por un momento "de que hablaba el oficial?" Las cosas en este pueblo se hacian muy muy raras...

me moví hacia la playa, caminando a ver si veía algo; no es que quisiera conseguirme otro pie ni nada, pero tampoco me quería sentir como la inutil junto a Tiffany y Jamal. Miraba la arena, en busca de alguna pista "Se habrá referido el oficial a algo en específico con aquello del tesoro?" Tantas cosas en mi cabeza y yo sin poder entender nada.

Me detuve, miré a Jamal y a Tiffany. Suponía que ellos estaban igual de perdidos que yo en esta historia, pero parecian estar mas centrados a la hora de reaccionar. Yo parecía mas una niña perdida; creo que tenía que reaccionar. Las cosas que pasaban encesitaban una explicación. Tengo miedo, no hay razones para negarlo, pero intentaría por ahora tratar de hacer frente a lo que salira... siempre y cuando no me afectara tanto...

Jamal se acerca a las paredes del acantilado en busca de algo que llame su atención, no se le ocurre que podría ser interesante de encontrar en esta playa, pero si ha visto a esa niña de la lengua casi se puede esperar de todo en este pueblucho. En tanto Tiffany decide buscar por la playa, eso si, sin acercarse al agua, si de ella ha salido ese pie (Que todavia está en el mismo lugar donde lo encontró Kim) quien sabe que habra en esas aguas, en tanto que Kim sigue a Jamal, por que se siente segura al lado de alguien que la pueda proteger, está bastante nerviosa desde que ocurrio lo de la niña y el pie.

Jamal se fija en algo brillante en el interior de la arena entre las grietas del acantilado, pero no es hasta que Kim se acerca y mete su brazo para ver que es, cuando saca una pequeña muñeca de trapo, con dos botones y una bonita sonrisa echa con un hilo, entonces todos podeis oir las palabras de una voz gorgoteante proveniente de una de las grietas:- Mi niña siempre ha sabido donde buscar las cosas... mi pequeña- Y una mano que es poco más que huesos y pellejo con pustulas verdes sale de la arena, dispuesta a coger el brazo que tienen la pequeña muñeca.

En tanto, Tiffany que está rebuscando entre la arena, golpea algo con el pie, algo pegajoso que se resbala por sus zapatos de marca, hasta que nota presión en sus zapatos, al mirar consternada, se da cuenta de que la cosa babosa que se agarra a su pie, es un feto de un bebe de unos 5 meses, que el mira a traves de la placenta todavia sanguinolienta y para su propio horror le sonrie, mientrás que en la arena empiezan a oirse gimoteos de niño pequeño...

Maldito pueblucho, maldita niña, que horrible lengua, me siento como en una peli de terror para adolescentes, maldita sea! Nunca más llevo una bolsa de maria en ese compartimento! Tengo que revisarlo y decirle a los chicos que lo revisen porque tiene una fuga, está claro! Casi me entran escalofríos sólo de recordar a la niña del exorcista, versión gore. Dando patadas a la arena y revisando las rocas y sus fisuras, como hacen en CSI, voy mirando cada esquina de la playa sin encontrar nada que se parezca remotamente a una pista.

"Qué se supone que tenemos que encontrar aquí?! Maldito doctor!" reniego mentalmente. La macizorra se acerca a mí, aún parece estar algo traspuesta con lo del pie infantil, a saber si no es una broma del doctor. La verdad es que no sé qué pensar al respecto: una broma, una fumada involuntaria en el coche... cualquier cosa que justifique de forma razonable lo que estoy viendo y oyendo desde que llegué a esta mierda de pueblo a lo Pleasantville.

Mi ola de reniegos e insultos mentales al pueblo y al doctor se ven entonces interrumpidos por la mano de Kim, que saca una muñeca de trapo del interior de una grieta. Me la quedo mirando y pego un bote al oír la extraña voz procedente de la misma roca y una mano llena de pústulas asquerosas y vomitivas saliendo de la arena, dispuesta a agarrar la mano de Kim. Al ver aquella mano y la muñeca, sólo puedo pensar en aquel documental de la tele por cable que hablaban de unas minas antipersonas, las que matan niños, que hacen estragos en los países asiáticos. Los niños se sienten atraídos por el extremo que está por fuera del suelo porque parece una muñeca y cuando tiran de ella para cogerla estalla la bomba, matándoles o dejándoles sin piernas o brazos...

-Kim! Suelta la muñeca! Ya!- le grito bruscamente y trato de darle un manotazo a la mano de ésta que sujeta la muñeca, para que deje caer el supuesto juguete.  Luego me dispongo a su lado, muy cerca para tirar de ella con fuerza si la cosa esa la atrapa...

Después que el poli nos dejó me alejé un poco de mis compañeros. Quería ver si lograba hallar alguna pista para el jueguecito del doctor, aunque todo esto del pie cercenado y la horrorosa niña me tenía bastante fuera de foco. Caminé dando vueltas por la playa, manteniéndome alejada del mar por un temor irracional. Sabía que lo de la pierna flotante tendría una explicación científico-policial. Sin embargo, lo vivido hasta ahora volvía a aflorar en la piel.

-Bien, veamos que podemos hallar por acá- sin estar muy convencida comencé a seguir la línea de marea alta. Solo pequeños guijarros y conchillas podían verse por ahí. Tanta pérdida de tiempo me estaba arrastrando a la frustración.

Pateando montículos de arena más que nada por rabia, escuché algo proveniente del acantilado, cerca de donde estaban Jamal y Kim. Ya iba a volver la cabeza para ver a que se debían esos ruidos cuando mi pie tropezó con algo viscoso y lo sentí resbalar por mis zapatos. Asqueada imaginando una gran ameba o algo similar, miré inmediatamente hacia abajo y la visión de un feto humano me sacudió. -¡Aaaaay!- instintivamente llevé mi puño a la boca para refrenar la histeria que me invadía cuando vi que el pequeño ser a medio formar me miraba y me sonreía. -¡Suéltame! ¡Suéltameeeeee!- mis gritos ahogaron los llantos de niño pequeño que resonaron en mi cabeza. ¿Eran reales? ¿Estaba imaginando todo aquello? Comencé a recular al tiempo que Jamal gritaba una advertencia para Kim. Sin embargo, la impresión y el miedo me impidieron entender lo que decía. Tan sólo tenía un pensamiento en la cabeza. Tenía que sacarme esa monstruosidad de encima.

Presa del pánico sacudí la pierna con furia. Veía un pequeño bebé en formación, sin embargo, no había piedad en mí, tan solo el miedo animal y el deseo de desaparecer de allí cuanto antes.

Kim se queda mirando horrorizada como la mano le sujeta el brazo con el que agarra la muñeca, la pobre mujer es zarandeada con fuerza al interior de la tierra, el manotazo que le da Jamal no hace que suelte la muñeca el horror ha convertido su mano en una garra con la que aprieta que parece que le sacara el relleno. Por lo que Jamal, decide que su vena heroica esta activa y cogiendo de la cintura y del brazo empieza a estirar para sacarla, aunque no sabe si tendrá suficiente fuerza para ello...

Tiffany está en apuros tambien mientrás que esas cosas, que gimen y lloran con unas bocas llenas de dientes afilados, mueve con espasmos su pierna para soltar al pequeño feto, para su propia suerte la cosa no estaba muy agarrada a su pierna, no quiere pensar en las decenas de dientes afilados como agujas atravesando su piel... Pero al mirar por una salida se encuentra conque la escalera de piedra a desaparecido, solo se ve una pared lisa de acantilado y el mar que ahora que lo mira con atención tiene cierto toque rojo sangre...

Maldita sea! Maldito pueblo y maldita gentuza blanca!! Me paso los próximos segundos renegando mentalmente y algún gruñido se me escapa cuando veo que Kim está a por uvas y no reacciona ante mi aviso de que suelte la jodida muñeca de trapo, ni que fuera el escóndite de sus últimos ahorros y le fuera la vida en ello!

En vistas de que mi manotazo no sólo no le hace soltar la muñeca si no que encima aquella cosa con verrugas purulentas atrapa el brazo de la mazizorra y tira de ella hacia abajo, como queriendo enterrarla bajo la arena, me obligan a actuar rápido. Como buen caballero de negra armadura (que no está nada dispuesto a que le quiten el único interés del puto pueblo, oseáse una tia buena a la que mirarle el culo) agarro sin miramientos a Kim por la cintura con fuerza y tiro de ella, hacia mí, hacia fuera, rezando por no partirle una costilla o algo peor. Aunque tampoco es que sea Hulk, vamos, pero se la ve siempre tan frágil que a saber... No quiero que luego me demande por daños físicos!

Sigo tirando con fuerza, parece que la mano diabólica cede algo y puedo tirar un poco más de Kim, aunque la arena bajo mis pies resbala y me cuesta mantener el equilibrio y por tanto, hacer más palanca: si fuera suelo firme, entonces sería otra cosa, tendría todas las de ganar, seguro que sí!

A todo esto, me doy cuenta de que nos falta otro par de manos, los de Tiffany. Le pegaría un grito a la ejecutiva agresiva para que viniera ayudar pero ni siquiera puedo ver qué cojones está haciendo y porqué motivo no ha venido donde estamos nosotros dos a echar una mano o al menos a cotillear!

-Ahhhrrrrgggg- la cosa viscosa se desprendió de mi zapato pero la visión de esos dientes terroríficos y la sensación de aún tenerla pegada en mi pie me hicieron recular unos metros antes de dar media vuelta y salir corriendo hacia donde se encontraban Kim y Jamal. Al mirar a mi alrededor me frené. El mundo parecía haber cambiado drásticamente. Había desaparecido la escalera. Nuestra única vía de escape se había esfumado. -¡No está! ¡La puta escalera no está! ¿Como mierda vamos a salir de aquí?- mi compostura parecía haber sufrido el mismo destino que la escalera. No me importaba nada sólo salir de allí. Pero no había como.

-El mar... ¿ven el mar? ¡Está rojo! ¡todo está rojo!- la escena parecía salida de una película de ciencia ficción. Ver el mar rojo terminó de aterrarme. -Debemos salir, debemos irnos, este lugar está maldito. ¡Por la puta! ¿Qué hacen? ¡No hay tiempo para follartela Jamal! ¿No ves que nos tienen atrapados? Nos van a matar!- mi voz se oía terriblemente histérica, pero así y todo no alcanzaba a reflejar el miedo que sentía en ese momento. Sin saber que más hacer volví a correr hacia mis compañeros. Si no se daban cuenta por ellos mismos, los insultaría e incluso los abofetearía para hacerlos reaccionar. No podíamos quedarnos allí.

Kim estaba petrificada; aquella imagen, a momentos confusa y al siguiente horrorosa, se había tragado la conciencia de la pobre Chica

Reaccioné con el tirón que sentí en mi cintura - AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!! - Con una respuesta casi refleja traté de soltarme, moviéndome hacia el lado contrario de la bestia - SUELTAMEEEEE!!!!!!!! - COn el mayor esfuerzo jalé mi pierna y me aferré a Jamal. Tiré con todas mis fuerzas pero no entendía como no me soltaba. Vi sus sombras hacerse garras. Ví la arena ceder a nuestros pies. Me volvía loca el estar atrapada y buscaba de cualquier manera liberarme - Nooooooo!!!

Tiffany corre hacia sus dos compañeros diciendo en alto todo lo que siente en esos momentos, ante la tensión de la situación ni siquiera puede seguir con su mascara de ejecutiva seria y fria. Los fetos se arrastrán por la arena berreando pidiendo una comida que mucho os temeis que sois vosotros. Kim se horroriza ante la garra de esa cosa que habla con la voz de su padre, un padre muerto al que amaba y odiaba al mismo tiempo, pero la fuerza de Jamal es suficiente para liberarla de esa presa, y la mano desaparece en la arena con un siseo como el de una tetera en ebullición.

Cuando os dais la vuelta, aunque Tiffany ya os había comentado como estaba el asunto, no podeis más que sentir el sudor frio ante la irrealidad del panorama que veis, la agua roja sangre tiñe las arenas, preguntandoos que clase de criatura vivira en esas aguas, mientrás que decenas de pequeños fetos se arrastran rapidamente por la arena avidos de un bocado. Jamal va a decir una coña ante la situación cuando escucha una voz familiar:- Tio, no tengo la pasta pero te la dare pronto... de verdad necesito un chute...-  proviene de la arena al lado suyo, un rostro comido por los peces le mira con su único ojo de un color blancuzco y una sonrisa provocada por la falta de carne al lado de la quijada y aun así lo reconoce, un antiguo cliente que se paso de listo, que el mismo envio a una encerrona y que desaparecio del mapa, por lo visto hasta ahora.

La playa  tiene pocos sitios donde esconderse, y excepto que querais trepar en unas paredes verticales o lanzaros al agua, estais en una pequeña encerrona, mientrás que Kim sigue agarrando la muñeca que parece haber provocado todo esto, una muñeca que la mano quiso recuperar...

Sigo tirando de Kim hasta conseguir que aquella mano la suelte y se retrotraiga hacia su agujero pestilente, quedando la dichosa muñeca colgando entre sus manos. Al oír los gritos histéricos de la ejecutiva me giro para mirar que cojones le pasa cuando veo el panorama. Rojo. Todo Rojo y la escalera, la única huida de aquel sitio, desaparecida.

-Maldita sea...- gruño por lo bajo- Cómo puede ser el mar rojo?- me quedo mirando hipnotizado aquel agua roja, ensimismado, durante unos segundos, hasta que oigo aquella voz tomada, de colgado, procedente del suelo, cerca de una de mis botas militares. Miro hacia abajo y me siento congelado por dentro, chorros de sudor frío bajan por mi espalda. Realmente se parece a ese yonkie penoso, a pesar de que le falten cachos de carne en la cara. Pero es imposible, el tipo murió, es lo que tienen los adictos al crack, a la que les sacudes un poco, la palman! Son unos flojos, tienden a "enfermar" muy rápido y a morirse a la mínima...

Sacudo la cabeza, tratando de calmarme, de poner algo de raciocinio en todo este caos psicodélico. Y alrededor nuestro, fetos trepando, gimiendo, moviéndose, rodeándonos... No entiendo nada, que cojones tiene que ver una cosa con la otra?!

Sin soltar a Kim, con una mirada de frialdad y un rictus en los labios carnosos, levanto mi bota y aplasto la jeta podrida del yonkie, como si se tratara de una colilla que hay que apagar. Aplasto la suela de mi bota contra su cara, una, dos y tres veces, con rabia y saña.

-Desaparece, Perdedor!- vuelvo a gruñir, cabreado. No pienso quedarme en este sitio, si quieren devorarnos como a esa niña y convertirnos en lagartos de V, no me iré solito a la tumba!

Sigo tirando de Kim hasta conseguir que aquella mano la suelte y se retrotraiga hacia su agujero pestilente, quedando la dichosa muñeca colgando entre sus manos. Al oír los gritos histéricos de la ejecutiva me giro para mirar que cojones le pasa cuando veo el panorama. Rojo. Todo Rojo y la escalera, la única huida de aquel sitio, desaparecida.

-Maldita seas...- gruño por lo bajo y le lanzo una mirada de desprecio a Kim, por ser incapaz de cuidarse de si misma, ni siquiera había sido capaz de hacer nada cuando la avisé a gritos que se apartara.

-Cómo puede ser el mar rojo?- me quedo mirando de nuevo a la mujer, esperando que me conteste alguna estupidez de las suyas, menospreciando su poca capacidad para hacer absolutamente nada, de hecho ni siquiera sé que demonios hace con nosotros, es más un estorbo que una ayuda, no hace más que meternos en líos, como coger esa maldita muñeca! Sacudo la cabeza, condescendientemente. Es que la chica no da para más, está claro.

Sin soltar a Kim, no vaya a ser que la muy inútil se caiga o algo peor, levanto mi bota y aplasto el suelo, con autoridad y firmeza.

-Desaparece, Perdedora!- vuelvo a gruñir, cabreado.