El gnomo observa el loro volar alejándose y se retuerce el mostacho con preocupación.
Los loros sólo repiten lo que han escuchado antes, así que debe estar imitando a su dueño. Estad atentos, no somos bienvenidos.
Malickud saca su honda y coloca una bala en el cuero por lo que pueda pasar, desde el final de la marcha poco podría hacer con su pequeña espada.
Cientos de metros más arriba, en una posición privilegiada desde la que observar el cabo, la torre de vigilancia se alza en la misma cresta de la colina antes de cortarse en picado hacia el mar. La construcción no es más que una camuflada plataforma, elevada a unos 20 metros del suelo y coronada por unos postes de madera. La misma vegetación oculta la estructura a la que se accede mediante una rudimentaria escala. A los pies de la torre encontráis varias botellas de ron rotas.
Aquí arriba, el abrupto terreno se ensancha un poco más, permitiendo que podáis estar todos juntos sin problema alguno alrededor de la escala.
Feijud examina primero las botellas y después mira hacia arriba examinando la torre con atención.
Me tomo 20 en Percepción para un total de 21.
¿Subimos así, sin más? Digo mirando hacia arriba en busca de algún indicio de lo que nos espera ahí arriba
pues ale, parriba digo yo
No ves nada extraño, pero sí te resulta raro que no se escuche ruido alguno allá arriba. Igual resulta que está vacía.
Me refiero en la torre. Los animales de la jungla siguen cantando y eso. ;D
Subo delante. Dejad una separación por si hubiera una trampa. Antes de subir busca alguna posible trampa en la escala o alrededor.
Al no encontrar nada anormal, Harper sube por la escala hasta la torre de vigilancia.
Cuando el pícaro alcanza la plataforma superior encuentra los restos de una hamaca y varias prendas de ropa esparcidas por el suelo. Bajo las retorcidas sogas de la hamaca parece haber un cadáver. El cuerpo del viejo está rodeado de moscas pegajosas. Tiene una bota puesta y el otro pie descalzo. No obstante, lo que más le llama la atención a Harper es la amoratada inflamación, casi del tamaño de un melón, que el pobre vigía presenta en el cuello. además, tiene la barba y los labios manchados por espuma reseca.
De pronto, a través de una ventana, irrumpe en la torre el loro de antes aleteando ruidosamente para posarse sobre el cadáver:
-¡Fuerrrra, larrrrrgo, nonme memolestéis!--repite de nuevo para luego quedarse mirando al nuevo invitado con curiosidad.
-¡Fuerrrra, larrrrrgo, nonme memolestéis!--se escucha al loro de antes en el interior de la plataforma de madera.
Con cuidado. Demasiado silencio ahí arriba, dice Feijud antes de comenzar a subir una vez Harper está arriba.
Me tomo 10 a Trepar para un total de 17.
Cuando el guerrero alcanza la plataforma superior encuentra a Harper examinando la estancia. El pícaro está junto a los restos de una hamaca y varias prendas de ropa esparcidas por el suelo. Bajo las retorcidas sogas de la hamaca parece haber un cadáver. El cuerpo del viejo está rodeado de moscas pegajosas. Tiene una bota puesta y el otro pie descalzo. No obstante, lo que más le llama la atención a Feijud es la amoratada inflamación, casi del tamaño de un melón, que el pobre vigía presenta en el cuello. además, tiene la barba y los labios manchados por espuma reseca. Por otro lado, el loro de antes descansa sobre el cadáver mientras observa a los dos "intrusos" con curiosidad.
Mientras Harper echa un vistazo, Feijud sube también a la plataforma para ver qué ocurre.
Tranquilo, es todo tuyo. Y tu amo? Está por aqui?
Tras sus palabras retrocede hasta la escala para informar a sus compañeros.
Tu me dirás si llego a ella o se me lanza antes
Esto es bastante inquientate. No toques nada. Voy a llamar a los demás.
¡Subid! Aquí hay un tío muerto y no parece que haya sido una muerte muy natural.
El gnomo se encarama a la escalera con mucha más curiosidad de la que podría reconocer. Sube hasta arriba e inspecciona la escena del crimen.
Cuando el resto del grupo alcanza la plataforma superior encuentra los restos de una hamaca y varias prendas de ropa esparcidas por el suelo. Bajo las retorcidas sogas de la hamaca parece haber un cadáver. El cuerpo del viejo está rodeado de moscas pegajosas. Tiene una bota puesta y el otro pie descalzo. No obstante, lo que más os llama la atención es la amoratada inflamación, casi del tamaño de un melón, que el pobre vigía presenta en el cuello. además, tiene la barba y los labios manchados por espuma reseca. Por otro lado, el loro de antes descansa sobre el cadáver mientras observa a los "intrusos" con curiosidad.
Disculpad que haya variado poco la descripción, Sergio y Rodric. ;D
Según tu parecer, después de examinar a conciencia la herida del cuello, el vigía falleció fruto de una reacción alérgica al veneno de las avispas gigantes.
Junto al cadáver descubres la que debió ser el arma del vigía, una maza de armas de excelente factura.
Ahora entendéis por qué el navío de Patapalo no fue avisado de que los astilleros estaban ocupados, dando lugar al incómodo malentendido.