Partida Rol por web

Sorprendentemente, tres o cuatro plácidos días de merecido descanso y transacciones comerciales os devuelven la famosa morriña por salir a la mar. Habíais oído hablar de ella, pero es una sensación totalmente nueva para vosotros; un aire fresco que respira libertad, aventuras y grandes gestas a bordo del Grindylow Embrujado.

La verdad es que, una vez que vuelvo a poner las los pies sobre los maderos de nuestra embarcación, y las manos sobre el timón mientras el sol comienza a calentar nuestros rostros, sonrío mirando a toda la tripulación.

Tras el descanso, los ánimos estás renovados y estamos en disposición de romper la roca y comenzar a forjarnos una verdadera reputación.

Contento por tener las dos ballestas instaladas en El Grindylow, Feijud no puede dejar de pensar en alcanzar La Roca.

​Venga, piratas. Ya está bien de holgazanear en tierra. ¡Vamos a La Roca!​

Vuestra nave abandona la ensenada que conduce a La Burla del Raquítico a paso lento. Hasta no alcanzar mar abierto no habrá llegado el momento de desplegar por completo las velas. No obstante, justo cuando estáis a punto de salir por el cuello de la cala, el vigía del Grindylow desciende con cara de susto para avisaros de algo ciertamente terrible: un enorme buque de guerra se encuentra anclado a varios cientos de metros sobre la costa que queda en la parte más oriental de la caleta.

Según os cuenta vuestro alarmado subordinado, la bandera del Imperio Chelaxiano ondea sobre los cuatro imponentes mástiles que sostienen los poderosos aparejos del Dominator. A todas luces, se trata de una cazador de piratas. Una nave fuertemente armada que presenta incluso toda una compañía de soldados en cubierta. 

Por suerte, la espesa jungla os ha mantenido protegidos hasta ahora. No parecen haberos detectado aún. Sin embargo, una veintena de ballestas ligeras y un par de catapultas dan cuenta de que salir por la desembocadura sería una auténtica locura en estos momentos.

Incluso Nicholas se encontró deseando navegar nuevamente, lo cual era extraño ya que cuando empezó toda esta aventura no le gustaba demasiado el mar. En verdad había cambiado con todo lo sucedido con los piratas.

Estaba en sus pensamientos cuando el vigía llegó todo nervioso dando las temibles noticias. El joven se reunió con el capitán y los demás oficiales para saber el siguiente plan de acción.

Por lo visto hemos cabreado a esos chelaxianos, lo cual tampoco es que me parezca mal. Pero...¿ya podremos con una embarcación así?

Solo se me ocurre una cosa, porque creo que no podemos enfrentarnos a esa nave de guerra de forma directa, y es intentar sabotearla.

preparnos e intentar abordarla y sabotearla, de forma que nos dé tiempo a huir de la bahía. Eso sí, dejaremos al raquítico totalmente vendido.......a no ser que nos haya vendido alguien de aquí para asegurarse la supervivencia

Malickud tironea nervioso de sus bigotes mientras su cabezota de gnomo piensa vertiginosamente.

Es un alocura, debemos dar marcha atrás y hablar con el Raquitico. Tenemos que convencer a las tripulaciones de los barcos anclados y a la gente que trabaja aquí para que luchen a nuestro lado. Incluso tal vez podamos usar aquella nave chelaxiana que vimos la primera vez que atracamos aquí.

El gnomo se alisó la pechera y afirmó con la cabeza, para convencerse de que tenían alguna oportunidad.

Si no combaten ellos también caerán. Además, la única razón para que no esté bombardeando los muelles es por que no podrá acercarse, es un enorme galeón y tendrá mucho calado como para navegar por encima de los arrecifes.

Por mucho que odiase a los chelaxianos, Feijud sabía que esta no era una batalla para este momento.

Malickud tiene razón. Regresemos a tierra y veamos qué dice El Raquítco.

Gracias al catalejo mágico, Harper os confirma que el vigía de la torre camuflada hacia el exterior duerma la mona plácidamente con varias botellas de ron vacías a los pies de su hamaca.

-Yo creo que ni siquiera saben que el asentamiento está aquí--anuncia Conchobhar con preocupación--De hecho, en teoría, sólo los del gremio hemos oído hablar de él. Más bien se me antoja una catastrófica casualidad el que hayan decidido fondear en ese lugar. Sea como sea, hay que detener la nave ya de ya os nos expondremos al arsenal chelaxiano.

-No hay salida. Estamos muertos--sentencia Crimson abatido.