Partida Rol por web

Recogiendo las cosas del capitán, amordazo al marinero lo siento, pero no queremos que comiences a gritar antes de que nos de tiempo a alejarnos. 

acto seguido, cojo el cuerpo de Nicholas y lo arrojó por la borda mientras, con el símbolo de Besmara en la mano A ti, Mi Señora, que eres dueña de la vida humana, y quien dispone su término, te encomiendo a Nicholas, cuya temprana muerte me aflige, para que su juventud vuelva a florecer junto a ti, en tu casa y para siempre. 

Acto seguido, hago un gesto al resto Salgamos de aqui

Nada más soltar el cuerpo de vuestro compañeros os dais cuenta de que quizás no haya sido la idea más brillante que se os haya pasado por la cabeza. Nicholas cae como a plomo y el golpe de agua es bastante perceptible en los alrededores. Enseguida escucháis las voces alarmadas de los guardias de cubierta acercándose a la zona.

-¿Qué coño ha sido eso?--pregunta alguien.

-Ni idea. Debe haberse caído algo al mar. Sí, mira. Ha sido ahí, todavía queda espuma. 

-Voy a iluminar la zona mejor. Ahora vengo con la linterna--concluye el primer soldado mientras la voz denota que se aleja.

Los soldados comentan algo en una lengua que no comprendéis.

Harper avisa a sus compañeros que deben alejarse rápido ya que vienen más guardias antes de perder el conjuro de silencio.

Queriendo salir de allí lo antes posible, Harper y Feijud comienzan a descender por el casco del buque de guerra chelaxiano. Mientras lo hacen, de pronto, Sandara lanza el cuerpo de Nicholas por la ventana. Ante el estruendo producido, la sacerdotisa de Besmara conjura sobre su propio tricornio un prudente globo de silencio similar a los que ya empleó Malickud hace unos instantes. Justo antes, los guardias parecen alarmarse y Harper os comenta lo que hablan entre ellos. Luego ya no se propaga más el sonido a vuestro alrededor y todo queda bajo el manto de protección divino. 

Ahora estáis en las frías aguas, el cadáver de vuestro compañero caído comienza a hundirse lentamente, toca nadar a saco hacia la orilla apoyados por la oscura y cómplice noche. Sin embargo, unos segundos después de comenzar a bracear, una alevosa lluvia de proyectiles cae sobre vosotros hiriendo al oficial de artillería y al intendente del Grindylow Embrujado. 

Hake se mostró más nervioso de lo normal. Sin duda, o se estaba haciendo viejo o algo le preocupaba. No obstante, la amistad que le ha unido a tu familia desde antaño te ha agenciado sin objeción alguna una suculenta cena y al menos cobijo para esta noche.

-Ya veo, Raymond. Está claro que necesitas una nueva tripulación y un bajel fiable con el que comenzar de cero. 

El Raquítico se quedó pensativo mientras masticaba un grasiento pedazo de panceta, como si quisiera proponerte algo pero sin tenerlas todas consigo.

-Sabes que los Veracruces siempre han sido bienvenidos aquí, pero tampoco nos engañemos. No soy más que un simple armador. No puedo dejarte un barco con el que saldar las deudas porque no lo tengo. Aún así, si estuvieras dispuesto a rebajar tus actuales pretensiones, y no es que diga yo que debas hacerlo, igual se me ocurre algo.

Comprendes que el anciano está tratando de mostrarse amable, pues se refiere a tu merecido y bien trabajado estatus como capitán.