Partida Rol por web

Ya estamos tardando...- dice Morgran tras haber recuperado el aliento.

Mialee mira indiferente a Roerkas cambiarse de armadura, está acostumbrada a convivir con otros guerreros en partidas de caza.

- Quizá Neblin y yo podamos adelantarnos un poco en cada pasillo y elegir en función de lo que veamos...

Buena idea... Neblin sale disparado nada más activarse los braseros y vuelve a abrir la puerta norte, colándose por el hueco en silencio, no sin antes hacer un gesto para que la elfa le siga...

um tened cuidado.

Roerkas no puede evitar repetir el habitual aviso a sus compañeros. Después de este descanso se encuentra mucho mejor y lo cierto es que está deseando volver a la acción.

Cuando termina de ajustarse la armadura mira impaciente a Morgran, al que le toca, como a él, esperar la decisión de los más sigilosos del grupo.

[Sigilo] Abres la puerta con cuidado para no hacer ruido y cuando vas a entrar en la habitación, ves a varios trasgos, así que te apuras en cerrarla rápidamente, pues parece que de momento no se han percatado de tu presencia.

La sala tiene un fuerte aroma a trasgo, además has conseguido ver los jergones que utilizan para dormir. Está bien iluminada, la fuente de luz proviene de la esquina izquierda que no consigues ver. En el centro de la sala ves a un gran trasgo como los soldados que ya os habéis encontrado y cuatro grandes trasgos de aspecto más débil y peor armados: armadura de cuero, escudo ligero y espada larga.

Al fondo (Norte) y a la izquierda (Oeste) ves dos puertas dobles.

Veis como el mediano entreabre la puerta y justo cuando Mialee va a entrar detrás de Neblin, éste le empuja hacia atrás mientras cierra apresuradamente la puerta a la vez que se lleva el dedo indice a los labios pidiendo silencio.

El mediano vuelve sobre sus pasos no sin antes cerrar la puerta, esperando a que el brasero dispare para cruzar, como ya empieza a acostumbrarse a hacer.

Ese lugar apesta a trasgos... aunque no me extraña, porque había cinco de ellos allí, parecía que era su dormitorio... puaj, yo no pasaría una noche ahí ni loco. Comenta al recordar el olor y los sucios jergones.

Pero sólo son cinco y la mayoría de ellos muy débiles, si les tomamos por sorpresa no tendrán tiempo de escapar por alguna de las dos salidas que hay aparte de esta... dice señalando a la puerta de la que viene... eso sí, esta vez al más grande me lo dejáis a mí, o no tendré hazañas que contarle a Bree a mi regreso... termina cruzándose de brazos, con aspecto decidido y no dispuesto a ceder.

Claro que pronto se le olvida, y al fijarse en la última puerta pregunta: ¿Queréis que mire en esa también...?

Mialee asiente al gesto de revisar la otra puerta mientras señala a Roerkas y Morgran para que vigilen por la que acaba de salir el mediano.

Haciendo caso a Mialee, Neblin se acerca a la última puerta que no han abierto aún y se cuela por ella en silencio, dispuesto a hacer señas a la elfa para que le siga si no ve ningún peligro inmediato...

Galid, que permanece todo el rato en zona segura, lejos de los braseros, asiente ante la idea de mirar en la última puerta antes de decidirse. Permanece apoyado contra la pared, jugueteando con el orbe entre sus manos.

Abres la puerta al norte y, ves entre la penumbra a unos 10 pies adelante, el inicio de unas escaleras que descienden hasta que se pierden en la oscuridad.

Neblin vuelve corriendo después de cerrar la puerta: Hay unas escaleras que bajan a la oscuridad, pero a mi tantas escaleras me marean... ¿Qué tal si vamos a matar goblins? Le haremos un favor a Brindol, aunque es una lástima que ahora no nos paguen por cada rabo cortado... digo... bueno, por cada goblin muerto, ya me entendeis.

El mediano se siente un poco incómodo ante lo que ha dicho y se distrae afilando una de sus dagas sin mirar a nadie, mientras el resto se deciden.

Morgran reprime una risotada ante el comentario del mediano.

Ya estamos tardando- dice el enano mientras acaricia su hacha.

Roerkas asiente con gesto serio y con sus habituales zancadas largas ocupa su lugar en la vanguardia. Al pasar al lado de Neblin le murmura

buen trabajo

el semielfo empieza a sentirse cómodo en tal compañia. Sin bien nunca había dudado de la fuerza del enano y de la habilidad de la elfa... sus compañeros más jóvenes están demostrando su valor con mucha frecuencia.

Mialee espera impaciente al mediano y cuando este regresa asiente a sus comentarios y a los de Morgran.

- Mis espadas quieren danzar de nuevo.

Atravesáis la puerta este para salir a un pasillo, al girar la esquina veis la sala que os describió el mediano, está iluminada por una fuente de luz brillante a la izquierda, que desde vuestra posición no veis.

Lo que si que veis es al hobgoblin soldado vestido como los que ya os habéis encontrado: armadura de escamas, escudo pesado y mayal. A su alrededor hay cuatro hobgoblins más, aunque de un aspecto más debilucho que llevan armaduras de cuero, espadas largas y escudos ligeros.

La habitación tiene una peste a trasgo tremenda, en las paredes veis sacos de dormir y pertenencias de los trasgos, sin duda pasan aquí mucho tiempo.

Los trasgos están devorando algo de carne asada tan ricamente con las manos mientras la grasa resbala por su boca dejando un reguero en las ropas, al veros doblar el pasillo los que estaban sentados se incorporan, el soldado os señala con el mayal y grita algo en trasgo y cargan contra vosotros, os pillan a mitad de camino y no llegáis a entrar en la habitación.

El soldado carga contra la elfa, pero lo esquiva con facilidad, no así el semielfo que nota como la espada del trasgo le atraviesa la carne, ¡le han hecho un agujero a su recien adquirida cota de escamas!

El resto de trasgos se mueven por la habitación gritando, no sabéis si lanzandoos puyas o animando a sus compañeros, lo que si sabéis es que gritan muy fuerte y no paran de mover las espadas como si dieran golpes contra vosotros....