Partida Rol por web

Todos acudieron al cementerio, incluida la gran mayoría del pueblo, además de una extraña visitante. Se notaba un ambiente muy cargado, sin embargo nadie se veía capaz de gesticular palabra más allá del propio cura, quien profirió algunas oraciones en honor a los caídos.

La devastación asolaba el lugar, ver enterrar a dos personas tan jóvenes, asesinadas de forma tan brutal, hacía pensar a cualquiera...

Cuando finalizó el entierro, los familiares de los fallecidos marcharon de allí, entre lágrimas, por lo que el resto de gente decidió hacer lo propio y continuar con sus vidas. Mientras más se lamentaran, más disfrutaría el asesino de todo aquello.

Algunas personas se quedaron momentáneamente en la entrada del cementerio, para hablar, pensar o intentar recuperarse de aquello.

Entre los presentes en la entrada, se encontraba Allison Phoenix, quien se encontraba completamente devastada de pensar que el próximo día quien debía ser enterrado era su propio hijo. Se culpaba a sí misma, culpaba a todos, estaba dolida, sin fuerzas, apoyando la cabeza contra la pared. Pero entonces aquella extraña visitante se acercó a ella, dispuesta a hablar.

Quien estaba con ella era ni más ni menos que Jodie Jones, quien se rumoreaba que era la mejor detective del país a pesar de su edad, aunque no solían contactar con ella, pues era muy extravagante y es que tenía una condición muy especial, solo podía comunicarse usando frases célebres, refranes o citas. Aunque a veces citaba a gente que absolutamente nadie conocía. - A los viejos les espera la muerte a la puerta de su casa; a los jóvenes les espera al acecho. - le dijo a modo de ánimo.

Se apoyó entonces con la espalda en la pared y empezó a encenderse un cigarrillo. - A los vivos se les debe respeto, a los muertos nada más que verdad. - terminó por decir, concluyendo así en que no se iba a dar por vencida hasta que encontrara la verdad de todo aquello.

Quien también se encontraba allí, era la pequeña Jennifer Phoenix, quien parecía igual de alegre que de costumbre, de hecho se alegró incluso más al ver a Elba, pues corrió hacia ella. - ¡Elba! - profirió mientras le abrazaba una pierna. - Que fiesta más rara ¿verdad? No entiendo porque meten a gente en una caja y bajo tierra. - negaba con la cabeza. - Mi mamá dice que mañana mi hermano también se pondrá dentro de una ¡así no podrá pintarme la habitación!

Miró a Elba con los ojos grandes. - ¿Quieres que vayamos a jugar al bosque hoy Elba? Mi mamá dijo que no encontró nada y que ya no van a buscar más ¡así que podemos buscar a Jackie!

Entre los presentes, había bastante más gente*, pero lo que atrajo más la atención fue que una muy llorada Bryony, se acercó a Jordan y le profirió una bofetada, quien si bien no fue muy fuerte, si que fue algo sonora. - ¡Esto es por tu culpa, cerdo! - no dijo nada más antes de marcharse corriendo entre lágrimas.

La muchacha miro aquellos entierros y se imaginó cual sería el de mañana, imaginando como llevarían a Matt Phoenix o a su propio padre a uno de esos agujeros... también estaba distraída pensando posibles chistes sobre sandías con caras talladas o caras congeladas en neveras, pero no le salían.

-A mi padre también, -comento a la pequeña acariciándole la cabeza- aunque supongo que lo traerán con un toro... al parecer meterse en cajas es algo muy mainstream que todo el mundo lo esta haciendo ultimamente. Me parece bien, aunque quizás invite a alguien más. -Su mirada se posó en River Vega cuando comentaba eso.

A Jordan esa bofetada le dolió como si le hubieran pegado un puñetazo. Se le ocurrían miles de contestaciones a Bryonny pero en ese momento no era capaz de gesticular ni una palabra. Sus ojos estaba brillosos apunto de soltar lagrimas y aquel mazazo no había hecho mas que empeorar la situación.

Buscó con la mirada a Veronica y luego a Maryam, y suspiró desestimando la idea, capaz que le caería otra de estas si se acercaba a ellas. Finalmente armándose de valor se acercó a Barbara.

— Siento lo de Mia, se que eráis muy amigas y bueno.. no sé que decir ¿cómo lo estás llevando? — las palabras le hacían nudo y le sabían amargas en la boca.

Aquél entierro le hizo revivir malos momentos a Ryan, cosa que de por sí se sumó a la ya tan terrible situación que tenían encima, pues no es que un entierro sea un evento agradable, menos aún sabiendo que cualquiera podía ser el próximo. Le llamó la atención aquella extraña mujer que hablaba de formas extrañas a la Sheriff, aunque prefirió no acercarse a curiosear, menos aún después de que fueran apuntados por Allison con su reglamentaria. No parecía estar lo suficientemente estable mentalmente como para saber que haría a continuación.

La cruzada de cara que recibió Jordan fue notoria también para el chico, iba a acercarse a consolarle, pero Jordan decidió hablar con Barbara primero y no pensó en que fuera buena idea entrometerse.

Mirando de lado a lado, Ryan no sabía muy bien donde meterse, aunque le preocupaban dos cosas, la primera lo que vio anoche, por lo que decidió mandar un mensaje para intentar aclarar la situación y la segunda, su madre, quien desde ayer nada más llegar a casa, ya le estaba metiendo la idea de que el día de hoy debía empezar a buscar trabajo.

Busco a esta última con la mirada, preocupado con lo que pudiera decirle. No quería mentirle, pero tampoco es como si tuviera alguna excusa por la que no seguir sus órdenes y buscar un nuevo empleo.

El ambiente triste de la ceremonia no hacía otra cosa que aumentar la angustia de Diana. Amparándose en el contexto lloró, tenía tantas razones para hacerlo que no entendía bien cuál de todas había iniciado el llanto. Lo seguro es que lloró por todas. Y hecha la catarsis se calmó. Sintió que toda emoción se le había escapado del pecho, y que haya quedado solo una carcasa vacía en el cuerpo de la joven. 

Luego de la ceremonia nuevas energías. Se había descargado por completo y ahora se sentía entera. Era mejor para enfrentar lo que se venía. Más asesinatos, más entierros. Debía ser fuerte.

Se acercó con confianza a Sam.

-Me encontré con Madison en la cafetería, creo que nos hicimos amigas. Digo, al menos no me tiró el café sobre la cabeza, eso es algo no? - dijo ensayando una broma. -Me dijo algo interesante, me dijo que Dana Scully fue donante de óvulos. Tal vez cree que el asunto del "heredero de Dana" es más literal de lo que pensábamos. 

Diana no pretendía que esto fuera una confidencia, sino que lo dijo para que lo escuchará quien estuviera cerca de ellas. 

River no tenía mucha idea de funerales. Suficiente había tenido con encontrar una camisa negra lo suficiente limpia y libre de arrugas que llevar al evento. Para todo lo demás, intentó imitar lo que hacían los demás, hasta que vio a Diana llorar. Así que escurriéndose como pudo, llegó a su lado y le ofreció su hombro. Literalmente. 

No tenía mucho que decir, porque las últimas noticias le habían dejado con un mal cuerpo terrible. El padre de Elba... dios, no se podía imaginar lo que debía haber sido llegar a casa y haberse encontrado con esa imagen. Por eso ya le costaba estar cerca de la chica, aunque cuando oyó su invitación, se sobresaltó. El pánico en su mirada hablaba por sí solo.

-¿¿Al bosque?? No sé si es la mejor idea....-respondió, notando de nuevo ese cosquilleo extraño del que cada vez se fiaba más. Miró a la hermana pequeña de Matt, y le sonrió, nerviosa.-¿Y si vamos las tres otro día?

La actitud de River Vega no era algo de extrañar, a fin de cuentas en el bosque ya habían muerto un par, aunque tenía que tener en cuenta que en el pueblo habían muerto muchos más. Así que si se miraba desde un punto de vista un tanto parcial, claramente el bosque era un lugar más seguro.

-Yo te acompañé hasta la Biblioteca, -se quejó la muchacha huérfana- si no quieres venir dilo. Pero ahora es el mejor momento para ir. ¿O acaso quieres ir después de la ceremonia en la que te meten en una caja de esas?. -Comentó señalando a los ataudes.

Tras esto, decidió dirigirse hacia Jordan y proferirle también una bofetada al muchacho.

-Cerdo. -Le llamó en la cara antes de dirigirse a consolar a Bryoni- Tranquila, al menos murió haciendo lo que quería... no como mi padre, que toda la vida llevaba evitando la carne, y ahora se ha convertido en un fiambre.

-¿Pero qué queréis hacer en el bosque, quién es Jackie?

River seguía cero convencida de la idea, pero quizás entender las motivaciones de las dos chicas la ayudara. A primera vista, le parecía que la única motivación era tentar a la suerte y volver a encontrarse a Ghostface. Pero no debía ser eso. Elba podía ser muy rara, pero todo era por algo. Todavía no la entendía, pero igual sus rarezas respondían a un mundo interior rico e incomprendido por los de fuera. River había visto que Elba no tenía muchos amigos, así que... quizás en realidad esta era su forma de llamar la atención de la gente, para a partir de ahí conocerla y hacerse poco a poco con más amistades, incluso-- ¿acaba de hostiar a Jordan?

River se llevó las manos a la cara, y deseó que se la tragara la tierra.

-Vale, vale, vámonos al bosque.-y pidiendo perdón con la mirada a Jordan y a los demás presentes, arrastró a Elba a otro lado. Solo esperaba que esta manera de arreglar las cosas no sentara precedente.

La muchacha decidió responder a la pregunta de River Vega, a fin de cuentas, aunque la joven River Vega no lo supiera, Elba Ginaso estaba haciendo un cálculo mental de cuánto dinero le debía esta muchacha por toda la información, quizás real, le estaba dando.

-El hijo de una tal "Dana" o algo así. -Comentó Elba Ginaso encogiéndose de hombros- Es el amigo de la pequeña Jennifer Phoenix, la hermanita de Matt Phoenix. Al que van a hacerle un unboxing, pero sin el un... el in-boxing. El hijo de la policía.

Menuda mierda.

No había tenido muy buena noche, que digamos. Entre la conversación con mi padre, y ahora un funeral. No conocía demasiado a aquellos que estaban enterrando, salvo a la amiga de Barbara, y más por su reputación de zorra que por otra cosa. Quizá por eso me mantuve lejos, al margen y alejada de aquel sitio. 

Veía desde un poco más lejos a la gente, sus lloros, sus rezos... Me sentía mal por dentro, igualmente. Sabía lo que una muerte significaba para los de tú alrededor. Pero la gente se confundía. Era una pena que no sufría el muerto, sino los que le sobrevivían. Y si no, que se lo digan a la sheriff y a su hija, que mañana enterrarían a Matt.

Bajé la cabeza cuando mi mirada se encontró con la suya. No sabía qué decirle, y menos ahora mismo. Al igual que a Elba, que parecía de esas personas que si le das el pésame, aunque fuera por cortesía, te soltaba una perla. Quizá era la más sincera de todos los que estábamos allí.

Miré el mensaje de mi móvil y le busqué con la mirada. Cuando me miró sonreí ligeramente y asentí con la cabeza. Era toda la contestación que daría en ese momento. Miles de dudas asaltaban ahora mi cabeza, y una de ellas era...¿Es inteligente meter a la gente que es tu amiga en todo este jaleo? Imaginaba que no, pero ciertamente, cuanto más quería estar cerca de la gente, más parecía que algo me alejaba.

Diana se acercó, pero yo seguía seria. 

- ¿Y realmente crees que tiene sentido?- pregunté sin mirarla, algo hosca, mientras observaba el guantazo a Jordan. Por doble partida. Genial. Otro Will Smith contra un Cris Rock On the Movie. - Diana, los asesinatos fueron hace 10 años. Aunque donara óvulos, su "heredero" no sería más que un crío que además no la conocería. Y además...- Miré a Bárbara momentáneamente, para bajar la mirada casi de seguido y continuar con mi amiga Diana.-...La locura no se hereda. Y menos los motivos- ¿A quién quería convencer, realmente? Ni siquiera sabía los motivos de la asesina de hace 10 años.

- ¿Estás bien?- Pregunté suavizándome, empatizando con la chica de las gafas. Pasé un brazo por sus hombros e intenté bromear con ella.- Si quieres, Jordan está al punto para otro guantazo. Yo... paso de ir al bosque.

Miré a Ryan a los ojos, sin desprenderme aún de Diana.

-Ryan y yo vamos a tomar un café, ¿verdad pringao? Algo se nos está escapando en todo esto y necesito aclarar mis ideas. Así como que alguien me explique qué coño paso hace 10 años. Si quieres venir, es el momento. 

¡Noooo! - gritó la niña al ver que River se resistía a ir al bosque con ellos. - ¡Hay que ir al bosque hoy! ¡Qué mañana a lo mejor hay que acudir a más ceremonias para meter a gente en cajas y ocupa más tiempo y luego no podemos ver a Jackie! - pataleaba la niña. También ignoró absolutamente todo lo demás que pudiera responder ella, pues estaba cegada con la emoción de ir a ver a su amigo.

Ryan. - dijo con un tono cortante, muy seco. - Cuando se cierra una puerta, se abre una ventana. - asentía la mujer, haciendo referencia a Benny, el jefe de Ryan. - Hoy toca buscar esa ventana, no puedes quedarte sentado delante de la puerta cerrada. - parecía que aquella mujer tenía mucho interés en poner a trabajar a Ryan en cuanto antes.

Teddy y Luke, que también estaban en el lugar, no pudieron evitar acercarse a intentar convencer a River de que se quedara tras escuchar el follón que formaron entre Elba y la pequeña Jennifer. - Tía, que ahí ya ha palmado gente. - decía bastante serio Teddy, algo que era raro de ver en él, pero dado el lugar en donde estaban y lo que acababan de presenciar, no parecía tan extraño. - ¿Acaso quieres acabar también en una de esas cajas? - comentó de forma que Jennifer no entendiera lo que eran los ataúdes aún.

La única caja buena es donde guardas la maría. - aportó ingeniosamente el no muy hablador Luke Addams.

Maryam se acercó a su hermano y para sorpresa de este, no hizo más sangre, sin embargo se acercó y le comentó algo en un tono bajo, aunque cualquiera que estuviera cerca, lo podría haber escuchado. - Así que Bryony ¿eh? - le puso una mano en el hombro. - Todos cometemos estupideces alguna vez, pero lo importante es saber rectificar. - le giró la cara con suavidad para mostrarle a una bastante afectada Veronica, quien cada vez parecía rehuir más de Jordan y no era de extrañar tras contemplar el espectáculo de las palmas.

Cuando terminó, retornó la cara de su hermano a la posición original, miró a Barbara y agachó muy levemente la cabeza. - Lamento tu pérdida. - con eso dicho, se marchó con su madre. Parecía que el entierro le había afectado bastante, aunque desde que su hermano le salvó la vida, estaba ligeramente más amable con él.

Con las mejillas algo enrojecidas tanto por los golpes como por el bochorno que estaba pasando. Se alejó de las miradas de todo el mundo y se apartó unos metros para escabullirse del foco de atención, tras hablar con su hermana. Sin decir nada avanzó por detrás de la gente hasta situarse junto a Veronica, llegando por la espalda.

— Tengo las dos mejillas gastadas ya, pero me puedes pegar un puñetazo en la cara si quieres, aún está libre.

Se aventuró en posar una mano en el hombro de ella.

— ¿Cómo estás?