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Scripta Barchinone II: El Cisma de Occidente

06. La reacción del barón

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20/02/2013, 13:35
Director

El viaje entre Barcelona y Amposta, a mula y a caballo, podía durar entre 3 y 5 días. Se ve que había prisa, pues los siervos del barón lo recorrieron en tres jornadas exactas, llevándose consigo a Sebastián, a quien Gonzalo aceptó como un camarada más tras ayudarlo a salvar a Mara.

Por el camino hubo tiempo de contarse los pormenores de la jornada anterior.

Por su parte, Hernán, Agustí y Silvana narraron cómo unos bandidos habían atacado a Hernán, y cómo la llegada de Silvana y Agustí acabó con la muerte de uno de los dos asaltantes, y la súplica por su vida del otro, petición de clemencia concedida por un justo Agustí. Hernán había recibido una herida en una pierna, pero nada que no pudiera curarse con el tiempo.

Por su parte, Gonzalo, Sebastián y Mara narraron como un tiparraco repugnante había confundido a Mara con una buscona, secuestrándola y llevándosela a su finca con aviesas intenciones. Una veloz intervención de Sebastián y Gonzalo había evitado el deshonor de la muchacha. Ambos se habían servido primero de unos picos de oro y después de una imponente imposición emitida por Gonzalo para que el hombre saliese huyendo aterrorizado.**

El resto de la jornada había sucedido sin sobresaltos por ambas secciones del grupo, por lo que a la mañana siguiente, muy temprano, recogieron sus pertenencias y se reunieron, prestos y dipuestos a salir hacia Amposta.

En esta ocasión, al igual que en la ida, el trayecto no pudo ser más tranquilo. Pero dentro de la monotonía y el aburrimiento esperados, a todos se les hizo demasiado corto. Iban pensando en cómo darle la noticia al barón, y en cómo se lo tomaría éste. Había sido utilizado por Charles y por el Papa Benedicto XIII, y aquello podía suponer un mazazo descomunal para el devoto gigantón pelirrojo.

Y por fin allí estaba el imponente castillo, y nada más divisarlos a lo lejos, comenzaron los preparativos. Hoy habría comida y bebida en abundancia para celebrar que hubiesen vuelto a buen puerto tras servir de ayuda al "bueno" de Benedicto XIII, el Papa Luna.

Nada más entrar en el castillo, el barón salió a su encuentro, copa en mano, dispuesto a celebrar haberse mostrado fiel una vez más a su querido Papa de Peñíscola.

¿Cómo narrarle la verdad? Y lo que es mejor, ¿quién tendría los redaños de hacerlo?

Notas de juego

Sí, Gonzalo, cuando gustes puedes narrar tus aventuras y desventuras con el tiparraco en cuestión en el offtopic ;)

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21/02/2013, 21:39
Agustí Blanch

La vista del castillo y el pueblo junto al río me reconfortan después de tan accidentado viaje, pero solo pensar en dar explicaciones al barón hacen que un sudor frío recorra mi nuca. Afortunadamente, tenemos con nosotros a Hernán y a Silvana, que siendo gentes de labia seguro sabrán cómo relatar lo sucedido de la forma más apropiada.

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21/02/2013, 22:09
Gonzalo "el Rata"

Tras las desagradables sorpresas y los altercados acontecidos en Barcelona, el grupo volvió al camino para dirigirse de nuevo a su hogar en Amposta, bajo la protección disimulada del barón a quién, valga decir, le tenían cierto aprecio.

Se le antojó a Gonzalo el mejor de los retornos, ya que aquel tremendo temor de haber perdido a Mara en el mercado y salir bastante airoso de su reencuentro, junto la confrontación intimidatoria con el asqueroso asaltante de su amante, le había dado un punto de seguridad y valor en si mismo, que nunca antes había experimentado.

Durante el viaje, recordó en más de una ocasión la noche que había pasado junto a Mara. No solo unieron sus cuerpos llevados por el deseo, si no por el mismo miedo de haber experimentado la pérdida momentánea del uno con el otro. Sus destinos se habían unido y valoraban cada segundo que estaban juntos.

Ahora ya no escondían tan a menudo sus muestras de cariño, sus miradas, sus carícias...el grupo había aceptado la situación. Y Gonzalo agradecía aquel acto por parte de Agustí, Sebastián y Silvana. Hernan era más reacio a aquellas muestras, diciendo en todo momento que la lujuria y el pecado acabarian con nosotros. Tonterias!

Pero llegó el momento de volver al día a día... Pero antes, debían rendir cuentas al barón, y eso no sería tarea fácil. Antes de la reunión con su señor, Gonzalo habló con sus amigos y compañeros de viaje.

-No será fácil explicar lo sucedio en Barcelona con el malnacido de Lupo... Hay que tener mano izquierda y saber escoger las palabras para que el barón no se altere. Recordad que dió cobijo a ese tiparraco...y eso puede acarrearle muchos problemas! Hernan, tu sabes hablar como es debido y presentar la situación de la mejor de las manera... por qué no le hablas tu de lo sucedido en Barcelona?

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22/02/2013, 17:37
Director

Notas de juego

No tengo problema en hacerlo yo misma pnjotizando a Hernán si así lo deseáis, pero dado que es PNJ por el momento, preferiría que las decisiones y el peso de la trama recayese en vosotros 4 (Mara y Hernán pulularán por ahí y participarán en la trama, pero salvo que sea necesario, no llevarán el peso de ésta, para que no parezca que sois meramente espectadores de la partida). Esto será así hasta que regresen los 2 jugadores en cuestión.

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24/02/2013, 14:44
Gonzalo "el Rata"

Viendo que Hernan se escondía tras la capucha de su hábito, Gonzalo entendió que el sacerdote se avergonzaba de haber defendido a Charles de Lupo, y a su "simulada" importancia, en el viaje a Barcelona. Seguro que no podría decir ni una sola palabra de lo sucedido...

-Está bien... Seré yo quién explique lo sucedido. Pero pongo una condición: me tendréis que acompañar y echarme una mano si la cosa se "calienta" con el barón. Queda claro?

Una vez más, "el Rata" tendría que afinar su lengua de nuevo para poder explicar el viaje a la ciudad condal sin enfadar en demasía sl barón.

Notas de juego

Cam, no sé si estamos frente al barón ya o debemos esperar algún turno más. En el momento que mandes, doy mi versión de lo sucedido.

 

Saludos

nanuk

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24/02/2013, 22:03
Silvana "la planera"

Entre las murallas del castillo me senti de nuevo segura. El bullicio de Barcelona me ponia nerviosa, aqui solo debia rendir cuentas al baron y el infeliz pasaba la mayor parte del tiempo borracho o contando sus hazañas. A pesar de que lo que habia sucedido era una humillacion para el, pense que no tenia mayor complicacion explicarle la historia, siendo sutil y con algo de astucia podiamos contar lo que habia pasado sin que se lo tomara como una ofensa personal. Gonzalo se adelanto y lo observe con curiosidad pensando en como le diria a nuestro protector que de Lupo era un asesino. Cuando nos pregunto simplemente respondi. 

-Queda claro, no somos tontos Si te atascas te echaremos una mano- dicho esto le dedique una sonrisa, aunque mas bien parecia una mueca y mirandolo me cruze de brazos preparada para oir lo que tenia que decir. 

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26/02/2013, 17:08
Director

Notas de juego

Sí, el barón se aproxima a vosotros, aguardando por noticias, así que podéis narrarle los acontecimientos en el momento en que queráis :)

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05/03/2013, 18:07
Gonzalo "el Rata"

A Gonzalo le temblaban las piernas y sentía el sudor en sus manos. La cosa no era nada fácil: como explicarle a su señor que había dado cobijo a un asesino?!
Lo mejor sería comenzar su explicación con algo que le ayudara a destensar la situación...como mínimo su nerviosismo.

-Saludos, mi señor... Estamos ya de regreso de nuestro viaje a Barcelona, un viaje lleno de sorpresas y aventuras, que seguro estará deseando escuchar.- “Venga Gonzalo... sin miedo! Jódete tu, sin miedo, dice!”, pensó el muchacho- Antes, si me permite, este viaje me a recordado a una historia que me contó un divertido juglar en uno de sus viajes a mi ciudad natal. Ehem, ehem... Decía el juglar que vivía en una importante ciudad, la cual no recuerdo el nombre, un poderoso señor conocido por su afición a la buena vida y a la buena cama. Lo de la cama, no lo entienda usted como al “buen dormir”...ya me entiende! - “te estás liando, Rata...”- Pues bien, aquel señor de buen bolsillo, estaba soltero y eran muchas las pretendientas que querían aprovecharse de su fortuna. Pero nadie conseguía robarle el corazón... La cuestión era que una noche, en una taberna y bien entonado de vino, conoció a una mujer que le pareció la más hermosa que en su vida había visto. Pasaron la noche juntos...y muchas más después, pero nunca compartieron cama, ya que la mujer parecía muy recatada y decía que solo entregaría su cuerpo estando casada con su pareja. El señor, llevado por un amor confuso y ciego, decidió casarse con aquella mujer. -”ve al grano, Gonzalo, que comienza a no entender nada de tu historia!”- La cosa era que después de las celebraciones de boda, llegó el momento de compartir el lecho matrimonial y desposarse mutuamente. La sorpresa del señor fue que, no solo descubrió que aquella mujer tenía entre las piernas algo más que un palmo de carne, si no que había sido terriblemente engañado y que aquella supuesta mujer, lo esperaba con un puñal bajo el cojín para darle muerte y pasar a ser heredera de su fortuna. El señor dio su último respiro viendo la cara de aquel hombre que le había engañado, robándole el corazón y también la vida.

Gonzalo dio un respiro... No había acabado aún su explicación.

-Pues, más o menos, algo parecido sucedió con Charles de Lupo en Barcelona. Se nos presentó en el castillo como un enviado de la iglesia en misión cristiana, para entrevistarse con el enviado del Papa en Barcelona. Y no era cosa más falsa que esa... Al llegar a la ciudad condal y entrevistarse con el enviado papal, Charles de Lupo solo tenía una verdadera misión: darle muerte! Si, mi señor, sin saberlo dimos cobijo a un asesino de la iglesia... Por suerte pudimos escapar de las miradas y comentarios de quienes nos habían visto junto a Lupo. El porqué de su tendencia asesina con el enviado del Papa? No la sabemos... Solo que pudimos volver y, esperemos, nadie relacione a Lupo con su visita a esta casa.

 

Gonzalo volvió a respirar...había dicho, mejor o peor, lo sucedido con Lupo y su viaje a Barcelona. Miró a Mara y al resto de compañeros, buscando la aprovación de su narración...no era la mejor manera, lo sabía, pero era lo único que se le habia ocurrido.

Notas de juego

Perdón por el retrasooooooo!!!

 

Saludos

Nanuk

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05/03/2013, 19:59
Agustí Blanch

Agustí escuchó algo confuso la extraña historia que nada tenía que ver con lo sucedido hasta que comprendió que no era más que otra forma de que el Barón comprendiera lo sucedido y sonrió.

-Así es señor. Nosotros solo cumplimos con la tarea que usted nos encomendó y hemops logrado regresar para informarle. -Dijo tratando de aparentar seguridad.

Notas de juego

Eres un hacha, Nanuk.

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06/03/2013, 12:56
Barón Richard MacCormac

El barón dio un bote al escuchar la enrevesada explicación de Gonzalo. Parecía anonadado, impresionado.

-Queréis decir... ¿Queréis decir que el Papa Luna me ha engañado? ¿Que ha jugado con su más fiel servidor? ¿Con su amigo, con quien tantas veces le ha defendido de toda calumnia contra su persona? ¿Que me ha engañado a mí, A MÍ, el Barón Don Ricardo? ¿QUE ME HA MENTIDO DESCARADAMENTE PARA LLEVAR A CABO UN MALÉFICO PLAN? ¿QUE HA DEJADO MI HONRA Y MI HONOR A LA ALTURA DEL BETÚN? ¿QUE ME HA PISOTEADO, HUMILLADO, Y AVERGONZADO ANTE LOS OJOS DE TODA LA CIUDAD CONDAL?

El tono del Barón era cada vez más y más violento. Comenzó preguntando para acabar emitiendo preguntas que cortaban el aire como puñales. Su rostro fue poco a poco enrojeciendo ante la vergüenza y la ira. La cólera era más que patente. Una vena de su frente palpitaba con violencia, una y otra vez. Parecía que le iba a reventar de un momento a otro.

-¡Necesito pensar! ¡NECESITO PENSAR! ¡NO QUIERO SER MOLESTADO! ¡¡¡¡¡¡¡QUE NADIE OSE ATREVERSE A PERTURBARME SIN HABER SIDO LLAMADO!!!!!!!

El gigantón pelirrojo dio la vuelta y se encerró en el salón más grande del castillo, exulsando con un violento "¡LARGO!" a todos los presentes. Era la primera vez que el barón se mostraba tan iracundo y tan violento con sus criados. La jugada que le habían endosado desde Peñíscola, ordenada por alguien a quien admiraba de tan inusitada forma, le había dejado estupefacto, incapaz de asimilar lo ocurrido. No entendía el porqué. Él siempre había sido el más fiel de los siervos, y el saberse utilizado lo estaba destrozando por dentro.

¿Qué hacer? ¿Cómo actuar? ¿Cómo se le podían pedir explicaciones a la cabeza de la iglesia?

El grupo aprovechó para descansar, reunirse con el resto de criados y contar batallitas. Aisslin, el más fiel de los criados del barón, absorbía cada palabra con dolor y angustia. Sabía cómo debía estar resultando saber todo aquello para su venerado Richard McCormac.

Tras una frugal cena, el grupo se acostó. El barón llevaba horas encerrado en el salón, sin comer y sin beber, algo inslólito en él. Nadie en el castillo podía conciliar el sueño. Por eso, cuando la inmensa puerta del salón se abrió de par en par y la voz del barón rugió acuchillando el silencio de la noche, no hubo alma en el castillo que no escuchase sus palabras.

-¡Aisslin! ¡Mi fiel Aisslin! ¡Ven aquí ahora mismo! ¡Esto no puede aguardar a mañana!

Se escucharon pasos apresurados por el pasillo. Un medio descamisado Aisslin corría hacia el salón, vistiéndose a medida que se aproximaba a a sala. Entró, y tras él el barón volvió a cerrar la puerta.

La reunión duró un par de horas. Tras ésta, Aisslin salió del salón, preocupado, y se adentró en su dormitorio, ante la atenta mirada de los criados que habían asomado su cabeza por la puerta de los dormitorios comunes. El barón también salió, ya más relajado. Su rostro mostraba tirantez, dolor, y frustración, pero también determinación. Parecía tener una idea clara, firme e inamobible, un plan que nada ni nadie podría hacerle modificar. Se dirigió a paso firme a sus aposentos, y allí se encerró en ellos.

El resto de la noche fue tranquila, y poco a poco todos fueron capaces a dormir, aunque fuera por un intervalo de un par de horas.

Por la mañana, al levantarse, Aisslin llamó a todos aquellos que habían formado la comitiva de De Lupo, instándoles a acudir raudos al salón. Por lo visto, el propio barón tenía unas indicaciones que hacerles.

 

Notas de juego

Podéis comentar pareceres o indicarme qué habéis hecho durante la noche. Os doy unos días para ello antes de pasaros a la reunión con el barón.

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14/03/2013, 11:00
Director

Notas de juego

En vista del interés suscitado, mañana actualizo.

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15/03/2013, 06:34
Agustí Blanch

Justo antes de entrar en el salón, Agustí se detuvo y suspiró sonoramente.

-Espero que el Barón haya reflexionado sobre lo sucedido y no se le ocurra hacer ninguna cosa extraña. No entiendo qué papel jugamos nosotros en esto, pero no me apetece demasiado embarcarme en otro viaje incierto.

No habla con nadie en concreto y al terminar, llama a la puerta sonoramente y la abre con cuidado.

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15/03/2013, 13:28
Barón Richard MacCormac

Entráis al salón. Aisslin ocupa su lugar al lado del barón, y éste se encuentra en su gran sillón, con semblate de preoupación.

De entrada no dice nada. Es más, nadie dice nada. El ambiente era demasiado tenso, demasiado oscuro. No era habitual sentirse de aquella forma bajo el techo de tan jovial barón.

Por fin, Richard MacCormac bajó la mano en que mantenía la cabeza apoyada, enderezó el cuello y os miró fijamente.

-Hoy mismo partiré. Sin demora. Necesito escolta. ¡Aisslin, Gonzalo, Hernán, Silvana, y tú, el nuevo y zarrapastroso! ¡Preparad vuestro equipaje para partir tras el almuerzo! Tengo algo que debatir con el Papa Luna. ¡Y me haré escuchar! ¡Vaya si lo haré! Tendrá que explicarme unas cuantas cosas...

Se quedó callado un momento, inquieto. Había sonado autoritario, algo que no era habitual en él. No quería pecar de extrema dureza con quien no tenía culpa, pero era incapaz de ocultar su ira.

Notas de juego

Dejo a Mara fuera porque la jugadora que la lleva no tiene intención de volver en un futuro cercano. Sorry, Gonzalo :(

Os prepararé un motivo para que no deba ir. Ya se me había ocurrido algo ;)

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15/03/2013, 22:03
Silvana "la planera"

Habia descansado mal y poco, me levante de mal humor y la reunion inesperada con el baron no ayudo a que mis animos cambiaran. El comentario de Agusti justo antes de abrir la puerta me hizo sonreir, estaba claro que nuestras apetencias sobre posibles viajes con contaban. Con la esperanza de que aquello no se alargara demasiado entre y escuche lo que nos tenia que decir el baron. Estaba muy contrariado y eso no era bueno, ademas pretendia que de nuevo hicieramos de escolta y la idea no me agradaba en absoluto, lo disimule como buenamente pude. 

-Deberia tranquilizarse, señor, disculpeme si soy demasiado entrometida pero la ira no es buena para su salud-mientras hablaba pensaba en como seria la visita que pretendia hacer, desde luego no confiaba en que el papa le diera muchas explicaciones. Ademas quedaria en evidencia puesto que habiamos descubierto la razon del viaje a Barcelona de su enviado. Suspirando mire al baron- Creo que una copa de vino le iria bien, tal vez una infusion si me lo permite-no mencione el viaje pero sabia que no habria mas remedio que acompañarlo. Haria de escolta intentando sobre todo pasar desapercibida. 

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16/03/2013, 08:14
Agustí Blanch

-Silvana tiene razón. De nada sirve emprender un viaje cargado de ira y malos pensamientos. Le acompañaremos con mucho gusto y de por seguro de que encontrará las respuestas que busca de voz del mismo Papa Luna.

Hablar no se le daba demasiado bien a Agustí, así que antes de meter la pata dió media vuelta y fué a por su equipaje. No tardaría, pues pensaba llevarse lo mismo que a Barcelona y todavía no había deshecho su bolsa.

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19/03/2013, 23:02
Gonzalo "el Rata"

"Otro viaje?! Y Mara?!". Fue el primer pensamiento que tuvo Gonzalo al escuchar las notícias sobre el nuevo trabajo que les planteaba su señor. Miró a su pareja con ojos de duda, preocupación, desaprovación...

Y enfado. Fue el primer sentimiento que creció en el interior del muchacho. Tenía ganas de gritar a MacCormac sobre la estupidez de aquel viaje, sobre su negativa voluntad de acompañarlo a ver a un puñado de aprovechados, de su deseo de quedarse con la mujer que amaba... Gonzalo no había vivido muchas cosas buenas, y estar con Mara era de lejos lo mejor que le había pasado nunca. Una separación le partía el corazón...

Tenía ganas de gritar, de lanzarse contra el barón y sacudirlo, de... Pero algo en su interior lo apaciguó. Gonzalo, mirando a los ojos de Mara, supo que la mejor opción era que ella se quedara en el castillo. Era lo más seguro para ella. Y para el Rata, que Mara se encontrara sana y salva, era priodidad.

Recordó lo preocupado que estubo en Barcelona al perderla de vista, preocupado por si le sucedía algo, en las posibles situaciones en las que ella podría haber estado en peligro... Y aquel viaje ofrecía todos aquellos ingredientes.

Si era lo mejor...aunque le dolía en el alma.

Con la mejor mirada tranquilizadora que pudo regalar a su amante, una sonrisa segura y una ligera inclinación afirmativa, Gonzalo se dirigió al barón:

-Puede contar conmigo, señor, y esperemos serle de ayuda durante el viaje.

Ahora solo deseaba una cosa: pasar aquellas últimas horas con Mara.

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22/03/2013, 12:48
Director

Notas de juego

Espero por el post de Sebastián antes de proseguir con la escena.

Gonzalo, para no tener a los demás parados, he pensado proponerte que tu despedida de Mara la juguemos a la par que la escena de partida de todos los demás. ¿Te parece bien? Así no te obligo a acortar la despedida por no tener a los demás parados (claro, será escena solamente para ti), y a su vez todos podemos proseguir con la partida. ¿Objecciones?

 

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22/03/2013, 21:02
Gonzalo "el Rata"

Notas de juego

Ok, no problemo!

Snif, snif...Maraaaaaaaaaaa...!!!  ...jejeje

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06/04/2013, 22:00
Sebastián "el manco"

En los últimos días Sebastián y Garbancito se habían limitado a mantenerse en segundo plano, alejados de jaleos y disfrutando de la hospitalidad y las viandas de ese Barón de nombre extranjero. El vagabundo  estaba convencido de que había tenido un golpe de suerte ¿Quién buscaría a un mendigo y su ratón entre la servidumbre de un noble? Pero en cuanto entro en el salón y escuchó las palabras del noble, se cayó el mundo a los pies. ¡¡¡A ver al Papa…a pedirle explicaciones…al Papa!!! ¡¡¡A ese hombre sin duda se la había podrido el cerebro, acabarían todos muertos, quemados por herejes!!! Suspiró resignado. Al menos sería con la tripa llena. Salió arrastrando los pies, con una triste mirada clavada en el suelo rumbo a las cocinas. Un último almuerzo antes de partir y vive Dios que sería copioso.