Partida Rol por web

Según la leyenda, hacia el siglo III después de Jesucristo, llegó a Huesca el Santo Grial, el cáliz del que había bebido Nuestro Señor en la última cena, y en el que José de Arimatea había recogido algunas gotas de la sangre de Jesús mientras éste era martirizado en la cruz. La sagrada reliquia había sido llevada a Roma por San Pedro, convirtiéndose en el cáliz en el que tradicionalmente los primeros pontífices celebraban la eucaristía. Fue una de las posesiones que según la tradición el Papa Sixto II no quería que fueran profanadas por los romanos, y que entregó a San Lorenzo para que las escondiese o las repartiese entre los pobres. San Lorenzo envió el cáliz a su pueblo natal, Loreto, donde permaneció hasta la invasión musulmana de la Península. En el año 715 el obispo Ascisclo huyó con la reliquia , llevándosela a una caverna del monte Yebra, donde hará vida de ermitaño. Los obispos de Aragón se convirtieron en custodios del cáliz, que fue entregado al monasterio de San Adrián de Sasabe. Según parece los monjes del cenobio se corrompieron, ya que hacia el año 1044 les fue arrebatado el cáliz, por ser considerados indignos de custodiarlo. Todos los monjes del monasterio fueron expulsados de la Iglesia, y el Cenobio cambió de nombre, pasando a llamarse San Pedro de Sasabe. El cáliz fue llevado a la catedral de Jaca, donde permaneció hasta 1076, año en que el obispo don Sancho renunció a su cargo y marchó al monasterio de San Juan de la Peña... Se llevó consigo la reliquia, la cual se guardaba en un arca de marfil, usándose como caliz de misa en los días de mayor solemnidad.

En el año 1399 el rey Martín el Humano lo hizo trasladar de nuevo al palacio de la Aljafería, en Zaragoza. Más tarde, durante el reinado de Alfonso el Magnánimo, fue llevado al Palacio Real de Valencia, situado junto al río Turia...

Hernán de Gamboa le repetía al Papa las palabras que os acababa de leer minutos antes en la biblioteca. Éste se acariciaba la barbilla con suavidad, pensativo, mientras escuchaba vuestras palabras.

-Sí, sí, claro, por una vez debo reconocer que habéis hilado fino...

Al final estos peleles van a ser menos estúpidos de lo que había pensado. A saber si al final sí que son los elegidos para ayudarme a relizar el pacto y quedar como el más glorioso Papa de la historia...

-Recordemos las palabras de Ramiel. "Debéis hallar el caliz de los corrompidos y el tesoro de los apóstatas del templo"... Vayamos por partes, pues. ¡Charles! Pon a todos los monjes disponibles a trabajar en la búsqueda de información sobre ese tesoro de los apóstatas. Y luego prepárate. Alguien deberá liderar la comitiva papal. Te nombro custodio de los elegidos.

Durante unos segundos se mostró meditabundo.

-Caballos y mulas. Habrá que devolveros vuestras monturas y vuestros enseres. Y armas. Y lo que necesitéis. ¡Charles! ¿Qué sabemos del Palacio Real de Valencia?

Charles, evitando el mostrar lo poco que le agradaba seguir haciendo de niñera y menos en un nuevo viaje con un grupo que le tenía tanto y tan diverso aprecio, torció la boca en un fugaz gesto que recompuso al instante, mostrándose francamente complaciente, como solía ser siempre con su superior.

-Complicado va a ser el adentrarse en los miros del palacio. No guardan pleitesía hacia vos, mi señor, ni son especialmente afines a vuestro mandato divino, sintiéndose más afines a la Iglesia de Roma. Una misiva vuestra hará poco menos que empeorar las cosas a la hora de hacerles entrar en sus muros...

Esto es lo que Silvana quiere:

-Semillas de plantas exoticas y si puede ser alguno de los libros antiguos de la biblioteca del papa que tiene muchos :)

Se que mi peticion puede resultar extraña pero todo tiene su logica. En los palacios suelen haber jardines frondosos y arboles y plantas traidas de otras latitudes. Con esto y con algun libro valioso podriamos intentar entrar con la intencion de regalarlo a los señores del palacio. Por supuesto el libro podria haberlo robado, esto se podria rolear. 

Luego una duda. Silvana tiene conmocion, segun el conjuro puedo dejar fuera de combate a quien este cerca de mi. Si pudiera usarlo en la entrada no haria falta asaltar la muralla, simplemente aplicarlo a los guardias y aprovechar el momento entrando deprisa. 

Necesito que me digas si lo que pido es posible, si no lo es pensare en otra cosa. Tambien dime si podria aplicar el conjuro tal y como lo planteo. 

En cuanto me respondas posteo, a ver si esta vez soy la primera :)

Un saludito. 

Doy un paso al frente. La certeza de que el Papa está convencido de que somos quien el ángel dijo me da confianza y dejo de lado los modales y las incómodas reverencias.
-Yo sólo necesito mi espada y mi armadura, al fin y al cabo soy un... soldado, y eso es lo único a lo que puedo sacar provecho. Pero si nos vemos obligados a entrar a hurtadillas puede que sean necesarias otras cosas. Ya me entendéis; equipo para escalar, cuerdas y garfios, incluso ropas de monjes por si hay que disfrazarse.
Al decir esto último, mira de reojo a Gonzalo.

-Creo que mi buen amigo Agustí tiene razón: a no ser que podamos entrar bajo sospecha en aquel lugar, deberemos buscar "otras" alternativas para adentrarnos en el Palacio. No nos vendrían mal esas cuerdas con garfios para escalar, ni esos hábitos para hacernos pasar por monjes... Y poco más, a título personal, necesito para este viaje. Puede que alguna moneda para "conseguir" algún trato especial de alguien de la fortaleza...ya me entiende...

Parecía que aquella misión sería más complicada de lo que se había imaginado el muchacho. Penetrar en un palacio, teniendo la seguridad que no ser bien recibidos, con la intención de robar la reliquia...no era para estar muy tranquilos!

Poco podían hacer ya por evitarlo...

-Los caminos de nuestro señor nos ofrecen un nuevo reto para demostrar nuestra fe...solo espero que tengamos en vida la recompensa que nos merecemos...- dijo Gonzalo como si pensara en voz alta. Si sus vidas corrían peligro, esperaba obtener una buena recompensa una vez conseguido el cáliz. Y no le serviría un lugar a la derecha de "nuestro señor"... Puede que algo más...más..."palpable"?...o puede que "brillante"?

- Como bien ha dicho Gonzalo, algo de oro nos abrirá mas facilmente las puertas. Pero a la Planera no la veo yo vestida de monja. Si a vuesas mercedes no les importa...

Sebastián se paseó entre ellos mirandolos detenidamente de arriba abajo, finalmente mostró una sonrisa lobuna.

- Si. Si se trata de entrar a un palacio creo que lo mejor serían mudas adecuadas un noble caballero...- Cabeceó hacia el sacerdote. -...Su esposa...- Señaló a Silvana.- ...Un aguerrido escudero...- Cabeceó hacia Agustí. - ...Y dos sirvientes.- Apoyó el codo en el hombro de Gonzalo mientras señalaba a ambos con su única mano.

- Charles de Lupo...Charles de Lupo hará de pío sacerdote...o de chismosa doncella de la dama, si eso le parece mas cercano a su propia naturaleza.- Añadió malignamente colocandose tras Agustí por si había algún tipo de represalia.

El Papa valoró vuestras peticiones, todas bastante coherentes.

-Bien, evidentemente os proporcionaré todo aquello que necesitéis. Es cierto que convendría tener más de un plan a la hora de acometer esta empresa, por si el plan principal saliese rana.

El Papa os iba a permitir retiraros a vuestros aposentos a idear algunos planes conjuntos cuando se detuvo contemplando el meditabundo rostro de Silvana.

-Parece que nuestra callada bribonzuela está tramando algo. A juzgar por el brillo de sus ojos, alguna idea ha tenido, y algo desea pedirme. Habla, mujer, tus peticiones, si razonables, serán tan debidamente atendidas como las de tus compañeros.

Ciertamente la actitud del Papa iba cambiando poco a poco. Parecía estar divirtiéndose con todo aquello. Para él iba a suponer un hito sin precedentes y se sentía espléndidamente generoso. Sin embargo, el agriado rostro de De Lupo indicaba cuán poco estaba él disfrutando de aquella historia y de las perspectivas que se acababan de abrir ante sus ojos.

Todos los presentes centraron su atención en Silvana, antes de que el Papa diera la orden de permitiros descansar y prepararos para la jornada siguiente, meditando vuestros planes a placer y disfrutando de todas las comodidades de la fortaleza. Tan generoso se sentía, aunque meramente por interés, por supuesto. No cesaba de pensar en la gloria, en su nombre inscrito con letras doradas en los libros de historia de generaciones venideras.

Escuche el plan de los demas y me horrorice al pensar que tendria que hacerme pasar por la esposa de Hernan. Quien sabe si tendriamos que pasar alguna noche alli, y en ese caso seria bochornoso tener que pasar la noche con alguien tan ligado al clero. Rapidamente plantee mi idea esperando no tener que ser la esposa de nadie y mucho menos vestirme de monja.

-Sera complicado entrar en el Palacio Real, eso lo sabemos todos. Desde luego si no podemos pasar por las buenas tendremos que trepar la muralla- una mueca de fastidio aparecio en mi cara- Pero antes de eso tenemos otras opciones como han dicho ellos- evite comentar lo del disfraz de monja y lo de hacerme pasar por la santa esposa de Hernan- Lo que pasa por mi cabeza no es otra cosa que hacernos pasar por mercaderes que llevan un regalo al señor del Palacio. Si pudiera conseguir especies traidas de oriente y alguna semilla exotica tendriamos buen material con el que negociar. Por ejemplo hay una en concreto, la canela, que es muy apreciada por su sabor. Tambien podriamos ofrecer datiles traidos de Oriente, los hay muy dulces y estoy segura de que no despreciaran tal manjar. Cualquier cosa que no se encuentre facilmente por estas tierras sera interesante para ellos. No seria raro que un grupo de mercaderes pasaran por alli y ofrecieran regalos en nombre de cualquier noble que quiera rendir un saludo al señor del Palacio de Valencia, no hace falta decir que ese supuesto noble no existe- me aclare la garganta discretamente y continue- Me gustaria una cosa mas, si no le importa estaria bien visitar de nuevo la biblioteca, quiero buscar algun libro que hable de especies, plantas y semillas en otros lugares del mundo. Si le parece bien me gustaria bajar con Hernan, es el unico que entiende de libros y sin el no podria encontrar lo que busco- intente sonreir pero fui incapaz, a pesar del discurso y la voluntad por ayudar que mostraba cada vez me gustaba menos esta mision.

Es realmente una idea interesante la de hacernos pasar por mercaderes... comento en voz alta las palabras de Silvana mientras me atuso la barba con gesto pensativo de seguro que será al menos más creíble que la idea de que yo pueda ser un noble.

En cuanto a su petición dejo de mesarme la barba para mirar acto seguid a Silvana directamente a los ojos no tengo ningún inconveniente en ayudarla a buscar la información que necesite, siempre y cuando el Papa nos de su consentimiento.

Escucho a Silvana y guardo silencio. Su idea e smejor que saltar el muro y liarse a espadazos con todo el mundo, sin duda alguna.

El mendigo parecía estar divirtiendose mucho con tanta confabulación. - Me complace la idea de la moza. No leo muy bien pero os ayudaré en lo que haga falta.- Una enorme sonrisa iluminó su rostro.- He visitado oriente y conozco esas viandas y aderezos.
 

Familia de nobles, mercaderes, escala-muros...lo que fuera necesario para llevar a cabo aquel maldito encargo y acabar con aquella desventura que ponía en aprieto la vida de todos ellos.

Gonzalo solo deseaba poder saldar su cuenta y volver con Mara. Cuanto deseaba saber de ella y decirle lo que la añoraba...

-Creo que la segunda opción será mucho más creíble que la primera...no me veo actuando como un sirviente de noble y llevando a cabo mi papel sin errores que pusieran en compromiso esta misión divina... Si os parece bien, el resto podemos comenzar a preparar el equipo necesario para el trayecto, mientras Silvana y Hernan se encuentran en la biblioteca.

Gonzalo esperaba tener, antes de partir, unos segundo con Silvana para pedirle un pequeño favor. Sabía que su relación con aquella misteriosa mujer había sido mínima, pero era la única que podía ayudarlo en lo que tenía en mente. Quería enviarle una carta a Mara para explicarle lo acontecido, donde se dirigían y el por qué. Y por supuesto, su sentimientos hacia ella. Pero no sabia escribir...y puede que Mara no supiera leer. Pero aquello tenia posibles soluciones.

Silvana podría escribir sus palabras y Mara, encontrar a alguien que se las leyera. Solo esperaba que Silvana no se mofara de el y de lo que le estaba pidiendo. Encontraría un momento para pedirle el favor...