Partida Rol por web

La sensación que sufriste al atravesar el lugar fue... ninguna, no sentiste nada, pero lo que veían ahora tus ojos eran un montón de muchachos corriendo por todas partes con espadas y hachas en las manos. En otros lugares combates de hechiceros y magos lanzándose bolas de fuego y de rayos. Otros tratando de hacer pruebas de equilibrio, saltando por los árboles o trepando a ellos.

Muchos estaban junto a animales de varios tamaños y otros en cambio estaban sentados estudiando libros. Todo el lugar estaba lleno de sátiros como Sath y cada uno con un chico o una chica, explicándoles o ayudandoles.

- Bien preciosa, pienso entrenarte para ser una heroína y tu vas a ser una druida, la encargada de la naturaleza y de los animales. Cuando avances en tu aprendizaje serás capaz de canalizar algunos conjuros y desarrollar algunas habilidades.

Pero ahora, aquí tienes a tu compañero que te ayudará en tu viaje. Este es tu...

 Era un sitio tan medieval, como en los libros, pero con algo de magia. Mucha magia en verdad.

Miré asombrada a muchachos peleando con espadas, haciendo hechizos o algo así, practicando. Junto a cada uno de ellos había un Sátiro, como el mío, entrenándolos.

Entonces él me dijo que me entrenaría a mí y lo abracé tanto como pude.

-Gracias señor sátiro, gracias, gracias, GRACIAAAS!!!!

Para colmo cuando me dijo lo de druída me imaginé toda vestida de verde. Me encantaba ese color. Entonces me dió a un animal, dijo que era mi guía. Era un perro hermoso, blanco como la nieve.

Bien, ahora tienes que elegir una de estas armas. Esta será el arma que te acompañe durante tu aventura como heroina. Aunque lo más probable es que termines haciendo con otras que te ayuden más.

Entonces el sátiro te mostró una serie de armas:

Una espada, una hacha, una lanza, una maza...

¿Y bien, cual eliges?

En cuanto lo hagas te enseñaré algunos trucos para que aprendas a usarla.

 Miro las armas con mis ojos brillosos de emoción. 

"Mmmm la maza es muy pesada y nada femenina, el hacha parece el arma de un bárbaro... la lanza me gusta más pero no sé... no, no, es muy larga..."

-Quiero la espada, señor fauno.

Contesto con una sonrisa de felicidad completa.

"Seguro que con la espada quedo super linda, y tengo muchos pretendientes!".

- La espada ¿verdad? Interesante elección, qué tal si te enseño algunos trucos para dominarla mejor.

- Vayamos a aquella zona de allí, ese será un buen lugar para enfrentarnos y así puedes enseñarme de lo que eres capaz de hacer.

El sátiro coge otra espada y te lleva a una zona sin árboles y con arena en el suelo, allí ves que otros luchadores entrenan con diferentes armas con otros sátiros.

- Veamos coge tu espada y adelante.

 -De acuerdo, ¡déjeme mostrarle cómo se maneja ésto!- le dije al fauno y tomé la espada y hice algunos vaivenes en el aire. Se sentía bien pero no tenía manejo de ella; con el primer vaivén, de hecho, casi me corto el brazo.

-Disculpad -dije, aunque era mi brazo.

-Tengo que practicar.

Lo miré, desafiante, alcé una ceja y con una sonrisa pícara lo apunté con la espada.

-Bueno... a ver cómo se maneja ésto, ¿sí?

Y avancé moviendo la espada a diestra y siniestra, pensando que total el fauno se sabría defender.

- Vaya, vaya, pequeña, parece que has nacido con una espada bajo el brazo. Puede que pronto seas más hábil de lo que crees.

- Bien practicaremos estos días tu manejo con la espada. Pero ahora te enseñaré también algunas otras habilidades que creo que te resultarán interesantes en tus andanzas.

-Sí mi amigo sátiro.

Contesto con una sonrisa que ilumina todo mi rostro. Por lo visto he hecho una buena demostración con la espada, y eso que era la primera vez que usaba semejante objeto.

-Debe ser lo que dicen "suerte de principiante", ¿no?

Le comento al Sátiro con un guiño de ojo, pero prestando mucha atención a todo lo que pueda decirme o enseñarme.

-Te quedan muy bien esas orejas largas...

Comento.

Armadura:

Nombre:
Ligera, intermedia o pesada: 
Tipo; (Normal, de gran calidad o mágica):
Bonificador a la CA:
Bonificador máx a la DES: 
Penalizador Armadura a las habilidades:
Fallo de conjuro arcano:
Velocidad:
Peso:
Aptitudes especiales y/o mágicas.

Escudo:

Nombre:
Ligero, pesado, pavés o broqiel: 
Tipo; (Normal, de gran calidad o mágico):
Bonificador a la CA:
Bonificador máx a la DES: 
Penalizador Armadura a las habilidades:
Fallo de conjuro arcano:
Peso:
Aptitudes especiales y/o mágicas:

- Bien, como druida que eres vamos a tratar de enseñarte a rastrear. Tienes que realizar algunas misiones, en primer lugar tienes que encontrar a tres compañeros míos que están aquí. Empezarás buscando al Semigigante Bastard, después a otro sátiro como yo, llamado Tirh y después a un pequeño hada llamado Faeri.

Una vez encuentres a los tres vuelve a verme y hablaremos.

Cuando los encuentres diles que vengan a verme. Les necesito para tu próxima misión. Ponte a buscar las huellas de cada uno, verás que unos se confunden con otros y otras que son difíciles de encontrar. Cuanto antes te pongas con ello antes lo lograrás.

Usando mi orientación empecé a rastrear. 

Primero tocaba un gigante así que no fue difícil encontrar sus pisadas, su enorme peso hacía que sus pies dejaran una huella bien notoria en el barro. Nunca había visto a alguien tan grande así que estaba emocionada de encontrarlo. Lo hice luego de caminar por casi una hora siguiendo esas marcas enormes, no me imaginaba que talla usaba el tipo pero sí que era bien enorme.

Cuando lo encontré le transmití el mensaje de mi tutor:

-Señor, soy Camila y me mandó el sátiro. Dice que lo necesita para su próxima misión. ¿Será tan amable de encontrarse con él?

Después de confirmar su respuesta, deshice camino y me concentré en el segundo sujeto de la búsqueda. Era otro sátiro llamado Ithir, o algo que sonaba parecido.

Esta búsqueda fue más dificultosa. Tuve que concentrarme en encontrar pisadas que parecieran las de una cabra, con esa muesca en especial. Empecé a caminar y me molestó que se me embarraron las botas.

"Bueno... espero que aquí vendan calzado", pensé pero seguí hacia adelante. Al cabo de dos horas llegué a su pequeña casita. Incluso me invitó a tomar un té. Qué tío tan agradable.

Una hora más tarde me puse a buscar al tercero. Ni siquiera sabía qué tipo de huellas dejaban las hadas. Caminé y caminé hasta que oscureció. Me senté contra el tronco de un árbol bastante frustrada. Dos veces había creído que seguía sus huellas pero la primera era la de una ardilla y la segunda ni siquiera seguía, desapareció en el camino.

-Uffff...

Descansé un rato y retomé la búsqueda.

Cuando pensé que todo estaba perdido, la encontré cerca de un claro.

-Señorita hada... soy... Camila y me manda el sáti...

Y caí inconsciente. La buena hada cuidó de mí, me alimentó y al otro día fue con ella a ver a mi tutor. Esperaba que los otros dos sujetos ya se hubieran presentado para entonces.

 Bien, Cami, parece que esto te ha ayudado más de lo que pensabas no solo te has hecho con las posibilidad de rastrear cuanto quieras sino que has aprendido a manejarte un poco mejor en la naturaleza lo que te ayudará a la supervivencia cuando estés sola en los bosques y la intemperie.

Pues bien, ahora creo que ya estás preparada, coge a tu perrito blanco y tienes que dirigirte a tu primera misión. Finalmente mis tres amigos no van a poder ayudarte sino que vas a tener que hacerla tú solita. Si es que quieres claro, ¿qué opinas?

Sonreí con una sonrisa super amplia, de oreja a oreja. Estaba más que satisfecha por la respuesta de mi sátiro.

-Señor Sátiro -dije estrechando su mano y moviendo fuertemente en señal de saludo -realmente es un hooonor, para mí- comenté con estrellitas en los ojos -que me asigne una misión. Y no importa si la hago sola, seguro que lo haré bien.

En realidad tenía algo de miedo pero prefería ocultarlo.

-Dígame sólo bien bien qué debo hacer... por que YOO- dije con una mano en alto, soltando la del hombre primero -no me detendré ante nada. Me casaré y tendré seis hi... digo eeerh, haré lo mejor que pueda.

Puse mis brazos en la cintura y concluí.

-Que venga esa misión.

- Está bien, pero antes es mejor que descanse unos días y te entrenes algo más, cuando lo hayas hecho te mandaré la misión.

Al cabo de unos días el sátiro te encuentra practicand con tu arma y se acerca a ti.

- Bien, querida. Ha llegado el momento, esto es lo que tienes que hacer.

Hay un león que no para de aterrorizar a la ciudad de Crematia. Dicen de él que se ha enfrentado a guerreros y a magos y que jamás ha caido ante ellos. Debes ir a visitar primero a Kurk, un semigigante blanco que vive en una de las cabañas de camino a la ciudad. Él te indicará cuál es el camino a seguir y te entregará un arma que te ayude a vencerle más fácilmente.

Aunque quizá no tengas porqué combatir cuerpo a cuerpo con esa horrible bestia. Quizá veas alguna otra alternativa.

Simplemente te digo que barajes todas las opciones que tengas a tu alcance.