Partida Rol por web

- ¿De verdad eh?- dijo, riéndose a su vez.- Tienes suerte de que sea todo un "gentleman", con estas insinuaciones, más de uno hubiera dado rienda suelta a todos sus instintos primarios...especialmente después de que cierto día le chupases la cara a uno...- añadió sumándose a las carcajadas.-aunque tratándose de tí, dudo mucho de que acabase con todas extremidades unidas al cuerpo.-sonrió.- Por Rosa no te preocupes, no hay nadie en este mundo que pase más de mí que ella. Y descuida, me viene bien un poco de humor, después de semejante día. Pero será mejor que nos centremos en la búsqueda, después ya tendremos tiempo para aceitunas, cervecitas y paseos por el río.- dijo, imprimiendo un tono más serio a pesar del guiñó de ojo que le regaló a Anne.

Era el último plan para la noche que podía haberse imaginado aquella mañana al levantarse, pensaba Brandán mientras miraba alguna de aquellas entradas no selladas hacia el submundo de las alcantarillas.

Seleccionó una de ellas. La que se encontraba más cercana  a la biblioteca, a la par que más escondida de la vista de posibles transeúntes.

- En fin...ya que te has ofrecido a pasar como dama...-comentó guasón a Anne, mientras indicaba la entrada, deteniéndose a su lado.

- Bueno, la cara no es lo que unico que se lamer, ¿sabes? – parecía que le gustaba la caña – Además, a ti te dejaría todos los miembros… para algo somos amigos, ¿no? – sonriendo a la vez que se mordía ligeramente el labio inferior.

A penas tardaron en llegar hasta la esquina donde perdieron al encapuchado. Ahora su única esperanza, era que alguna tapa de aquellas confirmara su teoría. Si tenían suerte, habría dejado un poco de olor en alguna de ellas.

- ¿Sabes?, hasta hoy no se me había ocurrido pensar en mi como una dama… pero vas a conseguir que no me guste la idea – comentó bromista mientras iba andando de alcantarilla en alcantarilla.

Vale, ahora sí. Brandán levantó las manos sonriendo, mientras notaba un cierto rubor ascendiendo por su rostro.

- Joder...ok, ok Anne. Ahora si que me das un poco de miedo. Tú ganas este asalto. -bajó las manos, aun sonriendo. Y en un tono más bajo añadió- Como sigas así voy a empezar a lamentarme por el hecho de que seas garou, ¡diablos!

Brandán esperó paciente, y vigilando en torno suyo mientras Anne trataba de encontrar trazas de aquel olor que había captado en la biblioteca.

- ¿Algún resultado? No puedo creer que esté impaciente por seguirle la pista por ahí abajo...

- jajajajaja – ríe realmente divertida, parece estar pasándoselo muy bien de verdad – Eres muy amable, Brandán. Si te hubiera criado Lu-Tse, te aseguro que también habrías perdido la vergüenza hace mucho – sonríe de oreja a oreja – Aunque yo no estoy muy segura de si la llegue a conocer – guiñándole un ojo – Por cierto, si tienes algún amigo guapo, interesante, y que no le preocupe mi pequeño problema – mirando hacia arriba que parece que se va a quedar vizca – acuerdate de la pobre de Anne, porfa – poniéndole morritos – No sabes los horrores que me cuesta ligar… - mientras sigue pendiente de la siguiente alcantarilla.

Anne se para un poco más en la segunda alcantarilla.

- Parece que se fue por aquí… o al menos pasó algo más de tiempo aquí. – se levanta, mirando a ambos lados, tras lo que decide ir a apoyarse al muro cercano para liarse un cigarro – Esperemos a ver si deja de pasar gente por aquí. Tampoco es muy habitual que una pareja se dedique a levantar tapas de alcantarillas, ¿no? – pregunta con una sonrisa.

- Eso está hecho Anne. Aunque no es una misión fácil...- antes de que Anne pudiera protestar, en caso de que pensase que Brandán se refería a su "pequeño problema", añadio sonriendo.- y me refiero a que a las primeras horas puede acabar bastante...ejem... reventado por tu pasión...no sé si me entiendes...

Mientras Anne proseguía con la búsqueda, Brandán no pudo más que detenerse a pensar en el problema de Anne. Su deformidad como la llamarían muchos. Recordaba muchos textos que describían aspectos horribles sobre los metis y sus anomalías. La mayoría de ellos era de galliard que no habían tenido mucha más relación con un metis que unas cuantas burlas y miradas de desprecio. Una lástima. Reconocía que muchos realmente presentaban taras sumamente desagradables o incómodas y eran dignos de lástima, pero no en todos era así. A pesar de als dificultades de Anne para relacionarse normalmente en un mundo humano, un antiguo dicho vino a su mente:

"Déjadme admirar las bellezas de este mundo con un ojo,

estudiar sus misterios con el otro.

Y ver la verdad oculta a través del tercero."

Lo susurró para sí. Aquello era una metáfora. Pero ¿hasta que punto cabía despreciar una metáfora que trascendía a la realidad como en el caso de Anne? Sonrió. Realmente su mente estaba demasiado abierta como para no ocasionarle problemas.

Volvió su mente a la realidad ante la noticia de la contemplaestrellas de su éxito en la búsqueda.

- ¿Eh?...Ah! Perfecto.-volvió su mirada alrededor, apoyándose en la pared al lado de Anne, sin dejar de observar a los transeúntes. Esperando que la calle quedase despejada.- Oye. No tendrás otro de esos ¿verdad?-dijo señalando al cigarrillo de Anne.- No suelo darle mucho, pero un poco de olor y sabor a cigarrillo me vendrá bien para soportar lo que habrá que soportar.- inquirió sonriendo con guasa.

- Oye, - comentó Anne mientras le pasaba la bolsita de cuero de su cuello a Brandán - ¿llevas encima alguna linterna? Me parece que ahí abajo necesitaremos algo de luz...

- Demonios...- respondió Brandán mientras recogía la bolsa que le tendió Anne, y rebuscaba en su interior.- No había pensado en que no veríamos una mierda ahí abajo. De todas maneras mi casa está aquí al lado, no tardaría nada en ir y buscar una linterna.

Observó la oscuridad que había allí abajo, mientras se liaba un cigarrillo. Curioso lo del espejito. Anne no parecía ser la típica mujer coqueta. ¿Un fetiche tal vez?, tampoco quería ser impertinente e indagar en ello. Le devolvió al bolsita a Anne.

- Si te parece bien, puedes esperar aquí, mientras vuelvo con nuestra pequeña luciérnaga portátil.

- Voy contigo – despegándose del muro – El rastro no se va a ir ningún lado – sonriendo – Así sabré donde vives y donde localizarte en caso de necesidad – termina mordiéndose el labio como si estuviera reprimiendo otra broma con la que volver a la dinámica de antes.